viernes, 10 de agosto de 2012

GARY SMULYAN - "Smul's Paradise": Un paraíso delicioso


La fórmula del trío de órgano con saxo ha dado bastantes alegrías en el mundo del Jazz, especialmente en los años sesenta con grabaciones Blue Note producidas por Rudy Van Gelder (el cual puede presumir de ser el mejor ingeniero que ha dado el Jazz para grabar un Hammond, algo que debemos reconocer incluso los detractores de esta figura entre los que me encuentro) como las de STANLEY TURRENTINE. Sin embargo, es difícil encontrar esta fórmula con un saxo barítono al frente como el de GARY SMULYAN (junto a RONNIE CUBER, que también se ha puesto delante de un órgano alguna vez, ambos son de lo mejorcito que se puede encontrar al frente de este instrumento), lo que genera cierto aire de frescura en “Smul’s Paradise” más allá de ser un disco ortodoxo que mira directamente a las citadas producciones sesenteras, con guiño especial para DON PATTERSON al cual el disco rinde tributo con dos composiciones y un original de GARY SMULYAN en su honor. Eso y el hecho de que los cuatro músicos presentes en este trabajo son amigos y no necesitan ni mirarse para saber lo qué hacer, dando protagonismo a los intercambios solistas entre MIKE LeDONNE y PETER BERNSTEIN, pero también al certero y siempre swingeante acompañamiento de KENNY WASHINGTON.

Con “Smul’s Paradise” no hay ni trampa ni cartón: ni grandes malabarismos, ni avances, ni saltos al vacío. GARY SMULYAN se ha limitado a pararse y mirar hacia atrás, adaptando una fórmula a su sonido y rindiendo tributo al Hard Bop, al Swing y al Blues. Empujado por sus acompañantes y dejando bien claro que se puede seguir siendo inventivo incluso en labores de arqueología interpretativa como es “Smul’s Paradise”, GARY SMULYAN recorre algo más de cincuenta minutos en donde no hay descanso para nuestros espíritus y donde siempre estaremos moviendo los pies al ritmo de los temas. Para ello se ha escogido un programa equilibrado entre standards y originales (compuestos para la ocasión como si también fueran temas clásicos del repertorio jazzista). Nada más empezar nos topamos con una versión adictiva de “Sunny”, el cual es transformado en un Blues rítmico gracias al tono grave del saxo de SMULYAN. Pero no cesan aquí los buenos clásicos: dos temas del citado DON PATTERSON siguen incidiendo en el Blues, “Up In Betty’s Room…” y “Aires”, mientras “Pistaccio” aporta el toque latino y “Little Miss Half Steps” de GEORGE COLEMAN incide en la cara Hard Bop del trabajo.

En lo que a originales se refiere, los tres temas compuestos por GARY SMULYAN son los que más buscan ese sonido Blues que el trío de acompañamiento y el sonido grabe de su saxo barítono permiten recrear a la perfección. Así, “Smul’s Paradise” se concibe para protagonismo de los intercambios entre SMULYAN y BERNSTEIN (éste sonando a un cruce entre BARNEY KESSEL y KENNY BURRELL), en forma de medio tiempo bluesy que es un perfecto resumen del sonido del trabajo en su conjunto; el homenaje al ya citado DON PATTERSON con “Blues For D.P.” no es más que eso, un Blues rítmico y groovie que no nos permite dejar de mover la cabeza, especialmente en el buen solo con el que nos sorprende PETER BERNSTEIN y finalmente “Heavenly Hours”, aunque original de SMULYAN no deja de ser una reinterpretación de “Seven Steps To Heaven” de MILES DAVIS, recompuesta y despojada de su armonía, para convertirse en un vehículo de lucimiento solista por parte de SMULYAN a dúo con KENNY WASHINGTON, acelerando el metrónomo en la parte improvisada por encima de la media habitual del resto de los temas y poniendo el cierre de forma espectacular al disco.

Quienes busquen algo nuevo o sesudo, tendrán que ir dejando “Smul’s Paradise” en la estantería donde lo encontraron. GARY SMULYAN no pretende nada más que entretener con formas “vintage”, retro y demás adjetivos, en un formato cargado de alma y sentimiento, al frente del cual no es fácil encontrar un instrumento como el saxo barítono, pero cuyos resultados son tan frescos que uno se pregunta si no es su estado natural de expresión y acompañamiento. En cualquier caso un disco sin pretensiones pero que es una delicia. 

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