sábado, 18 de agosto de 2012

ROSARIO GIULIANI - "Lennie's Pennies": Futuro y tradición hermanados


Siendo uno de los saxofonistas europeos con mayor proyección en cuanto a futuro, confirmándolo mediante su triunfo en múltiples concursos y festivales, fue Francis Dreyfus el que se terminó de fijar en el talento del italiano ROSARIO GIULIANI y le abrió las puertas de su sello Dreyfus Jazz, en el que ya atesora cinco discos incluyendo este “Lennie’s Pennies”, su última obra en el sello hasta la fecha. El timbre de ROSARIO no puede ser más clásico y al mismo tiempo más personal en su desarrollo, por lo que casaba a la perfección en la “línea editorial” del sello francés que siempre busca la renovación de la tradición a través de viejas glorias o nuevos talentos europeos (y en algunos casos del otro lado del Atlántico también). Así pues, parte de JACKIE McLEAN, al que ROSARIO le debe un mundo, añade algo de la elegancia de PAUL DESMOND y otro poco del sonido avanzado armónicamente de LEE KONITZ o WANE MARSH y tendrás una idea de lo que es ROSARIO GIULIANI. A lo anterior se puede añadir un toque más Post-Bop herencia de KENNY GARRETT y una sonoridad algo más “moderna” en cuanto al tratamiento rítmico de las composiciones y pocos detalles te faltarán para saber “a qué suena” este músico italiano.

Con “Lennie’s Pennies”, ROSARIO rinde tributo a dos de sus maestros y fuentes de inspiración, dejándolo claro en el título del disco, que además sirve como pieza de apertura del trabajo: a través de LENNIE TRISTANO, compositor del tema, GIULIANI frasea como lo hicieran KONITZ o MARSH: rápidas progresiones armónicas que dejan exhausto a cualquiera y con una gran libertad para la improvisación, sin dejarse a un lado el toque más Hard Bop herencia de McLEAN cuando las revoluciones se relajan un poco. El resto del trabajo es algo más ecléctico, tanto en los temas originales, como en las versiones. Así “Love Letters” y “How Deep Is The Ocean?”, ROSARIO pone la nota de elegancia, acompañado de una sólida sección rítmica junto a PIERRE DE BETHMANN, que alterna el piano acústico y el Fender Rhodes con gusto y sapiencia y dos pesos pesados como DARRYL HALL en el contrabajo y JOE LaBARBERA en la batería, incrementando esa sensación de sofisticación en los cortes más emotivos y abiertos a los sentimientos. También en esta línea, siendo un ejemplo de la labor de PIERRE con el Fender, “Picchi” el primero de los originales de GIULIANI incluido en el disco, mantiene la llama de la parte más tranquila y envolvente.

Pero ROSARIO GIULIANI no es sólo un saxofonista para el medio tiempo o la balada. La fuerza y progresión avanzada del tema de partida, se ve continuada en otro de los originales del italiano, “Over Lines”, otro corte para los juegos armónicos y el lucimiento improvisatorio, con una producción algo más actual que incluye un pedal de distorisión en el saxo de GIULIANI que lejos de restar credibilidad a su interpretación, añade variedad. Previamente, la versión del “74 Miles Away” de JOE ZAWINUL ya había puesto la atención en la cara más pirotécnica del saxofonista y posteriormente “Un Des Sens”, tema original de PIERRE DE BETHMANN, desde una óptica muy Post-Bop, con buenas líneas melódicas dobladas entre PIERRE y ROSARIO y otro original del saxofonista, “Goldfish” (este último con cierto aire mediterráneo en su tratamiento rítmico), confirman la capacidad improvisatoria de GIULIANI. En cuanto a los temas restantes, “Dear Father”, con dedicatoria clara por parte del músico italiano y sobre todo la versión del tema de JIMMY ROWLES “The Peacocks”, vuelven a traer la sofisticación a la forma de soplar de GIULIANI. Finalmente el programa se cierra con “Patience”, otro tema firmado por el pianista PIERRE, con éste detrás del Fender moviéndose en texturas pausadas y envolventes, ideales para que GIULIANI nos deje con un regusto apacible y satisfecho.

Sin buscar grandes novedades ni en composición ni en interpretación, ROSARIO GIULIANI hace honor a la atención puesta sobre él. Incrementando la lista de músicos europeos que recuperan la tradición americana y la adaptan al gusto clasicista del viejo continente, “Lennie’s Pennies” es un disco sin pretensiones: simplemente un puñado de buenos temas, una interpretación solvente y una sesión inspirada por parte de los compañeros en el viaje. Nada nuevo bajo el sol, pero tampoco nada malo.

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