domingo, 23 de septiembre de 2012

DAVID SÁNCHEZ - "The Departure": El pistoletazo de salida para DAVID


Dentro del mundo del renacimiento del Jazz en los noventa, refiriéndome al éxito relativo de numerosos músicos que volvieron a la pureza del género, sin dejar a un lado las enseñanzas de sus evoluciones en los sesenta y setenta, pero volviendo al corsé del Hard Bop y los primeros pasos del Free, nos podemos encontrar de todo: ombliguistas recién salidos de las escuelas más prestigiosas encantados de conocerse y que no dejan de echar pestes de cualquier atisbo de fusión con otros géneros, intérpretes de gran solvencia que aunque no aportan nada nuevo, desarrollan un lenguaje propio e intenso, y los que tratan de no olvidar el contexto en el que se mueven y aunque su lenguaje mire hacia atrás, no dejan a un lado la actualidad. Entre el segundo grupo citado estaría saxofonista originario de Puerto Rico DAVID SÁNCHEZ, el cual enlaza directamente con el sonido COLTRANE de la primera mitad de los sesenta, pero no se olvida de sus raíces latinas, aunque tampoco trata de ir más allá del corsé Hard Bop, aumentando la nómina del enorme número de músicos que engrosan el llamado Post Bop.

Después de foguearse con la Orquesta de DIZZY GILLESPIE, DAVID SÁNCHEZ se lanzó a la aventura de los discos en solitario, con el apoyo de un sello fuerte detrás (CBS) y el apoyo de un buen puñado de músicos entre los que se incluía TOM HARRELL. Nació así en 1994 “The Departure”, disco de auténtico Hard Bop, con alguna concesión latina (mucho menos evidente que en los trabajos que después sacaría SÁNCHEZ) y gran énfasis solista. DAVID no quería mostrar todas sus cartas, pero sí hacer ver a la gente lo buen instrumentista que era, por eso en “The Departure” utiliza un programa propio y ajeno, sin grandes riesgos compositivos, pero con un dominio soberbio en la parte solista, con poco protagonismo para sus acompañantes, salvo los tres cortes en donde colabora TOM HARRELL (en la fogosa apertura de “Ebony”, la cálida “Santander” y “Nina’s Mood”, los tres propios de SÁNCHEZ) y los arreglos y buenas improvisaciones de DANILO PÉREZ, dejando en manos de una doble sección rítmica (compartiendo protagonismo en el bajo tanto PETER WASHINGTON como ANDY GONZÁLEZ, compatriota de gran bagaje, y LEON PARKER tras los parches, con el añadido de MILTON CARDONA como percusionista en ciertas ocasiones).

A pesar de que SÁNCHEZ no descubra la pólvora, el disco está plagado de buenos momentos, resaltando sobre todo los tempos más dinámicos, gracias a su labor solista siempre arriesgada y poderosa. La citada “Ebony”, los dos interludios y el postludio en donde el saxofonista se multigraba con el tenor y el soprano y sobre todo “The Departure”, con un solo eterno que es puro fuego, serían los mejores ejemplos. Después resaltarían los temas ajenos, como la purista pero no por ello menos excitante “Woody ‘N You” de DIZZY GILLESPIE (enlazando con sus inicios en la orquesta del maestro del Be Bop), el tema firmado por DANILO PÉREZ, también en honor a DIZZY (“You Got It, Diz!”), la latina “Cara De Payaso” y sobre todo “CJ” de JIMMY HEATH, una de las que mejor se adapta al sonido clásico de SÁNCHEZ. Finalmente tenemos el resto de temas firmados por el saxofonista en un tiempo algo más pausado y colorista, como “Santander”, donde HARRELL le roba protagonismo o la también citada “Nina’s Mood”, donde también interviene el introvertido trompetista, composiciones ambas a las que le falta algo de la magia y la inspiración improvisatoria de otras piezas, pero que no rebajan el nivel global del trabajo.

Con posterioridad DAVID SÁNCHEZ mantendría sus principios inalterados, aunque iría incluyendo aún más la presencia de sus raíces (como demuestra “Melaza”, otro de sus grandes trabajos). Bien es cierto que la irregularidad está presente, pero aún así también hay hueco para momentos álgidos como el reciente proyecto coral “Ninety Miles”, junto a STEFON HARRIS y CHRISTIAN SCOTT entre otros, suponiendo un viaje de intercambio musical a la Cuba actual. En cualquier caso, “The Departure” dio el pistoletazo de salida y puso el listón muy alto, demostrando que DAVID SÁNCHEZ no era otro “joven león” más.

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