sábado, 5 de enero de 2013

RICKY WARWICK - "Belfast Confetti": Tradición y juventud a la vez


Desde los tiempos en que TOM PETTY más en forma estaba, no había escuchado un disco como este que desprenda tanto hedor clásico a LYNYRD SKYNYRD, BOB DYLAN, LOU REED, THE BAND, GREATEFUL DEAD, BRUCE SPRINGSTEEN y un largo etcétera. Blues, Country, Rock sureño... todo ello en acústico y hecho como antaño, con mucho calor, magia y entusiasmo. Desde luego que mi desconocimiento de la carrera en solitario del que fuera líder de THE ALMIGHTY no me hacía presagiar que detrás de “Belfast Confetti” me iba a encontrar un disco, tercero en la historia de RICKY WARWICK, tan entretenido y tan añejo como este. Todo un puntazo este descubrimiento.

Para escuchar “Belfast Confetti” y a RICKY WARWICK hay que trasladarle a la época en que el Rock era una música de raíces, anclada en el Folk americano, que en el fondo era un traslado a la tierra de la “libertad” de la raíz musical irlandesa. Por eso RICKY WARWICK recoge en este trabajo ese testigo, muy evidente en temas absolutamente mágicos, puramente celtas como “The Arms Of Belfast Town” y acompañado de una pléyade de músicos, e instrumentaciones que van desde el banjo, la mandolina, el violín, la armónica... acaba por hacernos, literalmente bailar a golpe de macarrismo sesentero. Y es que su voz, profundamente rockera, rasgada, rota a base de litros de malta fermentada, y el aire desnudo, honesto y clásico de su música, acústica, cercana, con aroma a granja, a heno, a sombrero de Cowboy... acaban por contagiar energía y frescura, incluso en aquellos cortes que más herederos son de sus influencias (BOB DYLAN y BRUCE SPRINGSTEEN las más evidentes en ciertos cortes).

No hay efectos, no hay juegos de producción, nada más que música: una guitarra acústica, alguna que otra guitarra rítmica, un piano, un bajo, una armónica, algún violín... pero todo al natural, sin trampa ni cartón y la voz de Warwick llenando el resto, haciendo de poeta, de crooner, de hombre solitario y desgarrado que se mira sus entrañas y versifica sus penas y penurias. Eso que hacía tan bien LOU REED (aquí representado con un tema de instrumentación muy propia de él, “Born Fightin´”) con unas letras deshumanizadas y que RICKY WARWICK tiñe del sol del atardecer para dar mayor sensación hogareña. Desde los momentos más excitantes, más rockeros, donde su voz cazallera más brilla, hasta los más íntimos, los más cercanos y lacrimógenos dirán algunos, este cantautor de Glasgow nos regala una decena de composiciones que no deben faltar en ninguna discoteca amante del Rock acústico, del Country y del Folk más tradicional.

Una colección de buenas canciones, algunas gloriosas, como la citada “The Arms Of Belfast Town” o las herederas del Boss “Thousands Are Leaving” (con una línea vocal que se quedará a la primera) o “In Your Gonna Blee (Wear Black)”. También las Dylanianas “Belfast Confetti” y “Punchin´ Thunder” (de intensidad creciente, absolutamente fundamental), o incluso “Angel Of Guilt” con cierto aire al TOM PETTY de mediados de los ochenta. Todos estos temas, y los que me dejo por no cansar al lector, forman un disco muy variado, clásico y tostado al sol que transmite energía con una simpleza de elementos e ideas que otros muchos quisieran. Es en discos como “Belfast Confetti” donde se demuestra si alguien es buen músico, y si además de serlo, sabe transmitir sensaciones y hacer vibrar a la audiencia. De esto RICKY WARWICK parece que anda sobrado y su larga trayectoria de directo lo podrá apoyar. En cualquier caso, “Belfast Confetti” se pasa en un suspiro y acaba por convertirse en obsesivo no dejando de girar una y otra vez en nuestro reproductor.

Si tuviera que ponerle un “pero”, sería “Hanks Blues”, un tema algo caótico al que no le acabo de coger el punto por sus continuos contrastes, por lo demás, ni una sola pega. RICKY WARWICK consigue con “Belfast Confetti” un disco redondo, anclado en la tradición de los orígenes del Rock y con el conocimiento y la experiencia necesaria para hacernos disfrutar y dejarnos con ganas de más. Gran descubrimiento y un disco altamente recomendable.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

CHARGER - "Spill Your Guts": No apto para úlceras


Segundo larga duración después de mucho tiempo de esta banda inglesa que ya lleva más de diez años proclamando su particular forma de ver el Sludge. Durante años tuve su debut, “Confessions Of A Man (Mad Enough To Live Among Beasts)” al alcance de la mano, pero por unas cosas y otras al final lo dejé pasar. Sin embargo, el destino ha hecho que bastante tiempo después cayera en mis manos este disco de CHARGER y la verdad es que sin decir nada nuevo, me ha sorprendido gratamente.

En un estilo que cada vez gana más adeptos y eso que sus formas primigenias llevan más de una década de existencia, CHARGER no aporta nada que no sepamos dentro de la corriente Sludge. Distorsiones que llegan al límite de lo audible, una voz realmente inhumana en ocasiones y una producción pétrea y de sonido abrasivo, para que los riffs de ascendencia Sabbathica salgan a la luz en medio de una nube de electricidad que se masca en el ambiente. Todos los ingredientes necesarios para que los amantes de este género, a medio camino entre el Doom y el Hardcore, disfrutemos como enanos. Pero además, CHARGER, como también ocurre con grupos como los españoles MOHO, sabe combinar temas densos, oscuros y cargados de riffs que se alargan hasta límites insospechados, con furiosos ataques en donde la vena más agresiva de los componentes sale a relucir.

La nota de calidad en CHARGER viene de la mano de su dinamismo compositivo. Durante la hora y pico que dura el disco, el quinteto británico combina pasajes de todo tipo, algunos realmente al borde de la esquizofrenia. Precisamente el corte más duro de escuchar sea muy probablemente el primero, “This Is Our Black Sabbath”, toda una declaración de principios musicales, que durante más de diez minutos tendrá en vilo al oyente a base de riffs tan minimalistas y alargados hasta límites de la extenuación, como efectivos. Como el grupo es consciente de que este corte puede haber sido de difícil digestión, “Cult Verses Cunt” aprieta el acelerador hasta límites cercanos al Crust, descargando toda la tensión contenida en los minutos precedentes, pero sin que el resultado parezca forzado. “Shake! Baby! Shake!” recupera el clasicismo guitarrero, pasado por el filtro de la abrasión sonora, aunque sin volver a los tiempos lentos y cavernosos, por lo menos inicialmente, ya que pronto el sonido se volverá grueso y fofo, para deleite de los cerebros más desquiciados.

En la parte final del trabajo un tema destaca con luz propia, también en la cara más agresiva y corrosiva de la banda, “The Amputee”, con cierto aire a HIGH ON FIRE en versión brutalizada, y ya es decir. El grado de excitación que consiguen transmitir a base de ritmos roqueros y voces cargadas de rabia es más que notable, pero no quedándose sólo en eso, saben dotar a la estructura del corte de una estructura casi Free Jazz, que por momentos suena caótica y disonante, pero manteniendo todo bajo control. “This Is Not A Song About Vampires”, también es un tema corto y directo, pero creo que demasiado previsible, teniendo en cuenta su predecesor. Afortunadamente el disco se cierra como se abre, con “The Bereavement Dividend”, un tema enorme en duración, sobrepasando los diez minutos, y donde la opresión sonora en forma de guitarrazos extendidos hasta el infinito y estructuras que se dejan fluir hasta los límites de lo audible, es la tónica dominante. El último corte realmente es “Inducing The Gag Reflex”, pero no es más que una experimentación noise con ruidos y samplers variados, que dan la nota de locura final que necesitaba el trabajo.

Música no apta para todos los oídos desde luego, difícil de digerir, pero tremendamente estimulante cuando se le coge el truco. CHARGER no reinventa las bases del género en “Spill Your Guts”, pero tampoco creo que fuera su intención. Esto es una oda a la acidez estomacal sonora, eso sí, realizada con buen gusto y calidad. Un buen descubrimiento y altamente recomendable para los amantes al Sludge.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

JOHN LEE HOOKER - "Mr.Lucky": Un artista afortunado


En 84 años de existencia el gran JOHN LEE HOOKER pudo presumir de ser uno de los grandes. Desde el Country Blues, pasando por la efusividad del Rock e incluso cierta experimentación, de tanto en cuanto, ya avanzada su edad, el gran guitarrista y cantante oriundo de Mississippi pero integrante de la escuela de Detroit, se dedicaba a explayarse a gusto, sin más pretensiones que rodearse de buenos amigos y soltar un puñado de Blues con puro sentimiento y devoción. Eso es “Mr. Lucky”, editado en 1991 y con compañeros entre sus filas como CARLOS SANTANA, ROBERT CRAY, RY COODER, ALBERT COLLINS, VAN MORRISON, JOHNNY WINTER, KEITH RICHARDS o TOM WAITS, ahí es nada. Ritmo, energía y sentimiento todo en uno, para un disco que no pasará a los anales del Blues, pero que no tendrá desperdicio para los aficionados al género.

Configurado como un digno sucesor de “The Healer”, donde HOOKER también tiraba en plantilla de buenos y viejos amigos, “Mr. Lucky” es pura devoción por el Blues. Desde el tema de partida, “I Want To Hug You”, rítmico y adictivo, hasta el sincopado “Father Was A Jockey” que lo cierra, sea quien sea el invitado que protagoniza junto a HOOKER el tema en cuestión, el trabajo no deja huecos ni rellenos. Medios tiempos, cortes desnudos y desgarrados, ritmos fogosos, solos inspirados y la voz personal de JOHN LEE HOOKER (y sus amigos, porque el dúo con VAN MORRISON en “I Cover The Waterfront” es para llorar de alegría), constituyen los ingredientes necesarios e imprescindibles de un disco sin más pretensiones que entretener, con éxito gracias al talento innato presente entre sus componentes.

La producción huye de pomposidades, simplemente se trata de captar el ambiente y el desarrollo de unas buenas sesiones entre amigos, con excepción del tema compuesto en colaboración con y producido por el propio CARLOS SANTANA, “Stripped Me Naked”, donde el sonido de la guitarra se vuelve más rockero y acorde a la personalidad del músico, cargando de erotismo los acordes y los solos, así como de la colaboración junto a VAN MORRISON ya citada en “I Cover The Waterfront”, más íntima y cálida en sonido, aumentando las cualidades de MORRISON que sirve de contrapunto para la voz visceral de HOOKER. El resto: puro Blues, espontáneo, directo y sin mayores perfeccionismos, ni pretendidos ni necesitados. Después de más de setenta años a sus espaldas pocas ayudas necesitaba HOOKER para preparar un trabajo, y Virgin mientras tanto tan contenta…

Hay trabajos que marcan un antes y un después, otros confirman… “Mr.Lucky” simplemente es lo esperado, lo cual, dicho de un maestro como JOHN LEE HOOKER significa mucho más de lo que se puede exigir a la media. Una gozada para disfrutar en soledad y moviendo la cabeza al ritmo del Groove de la guitarra del maestro y su constelación de amigos estelares.

LANA DE REY - "Born To Die": En la variedad está el gusto


Tiendo a moverme por tendencias musicales de todo tipo, sin importar la etiqueta que se le coloque, con tal de que me transmita algo. R & B, Metal, Rock en sentido clásico, Jazz, Hip-Hop, Música Clásica, Electrónica, Gótico… es difícil que a priori, por el estante en el que se venda, diga que no a un disco, si tengo buenas referencias y me agrada su escucha. No tengo prejuicios por tanto, pero para escuchar a LANA DE REY creo que esta faceta mía se convierte en una obligación para el oyente. Inicialmente este nombre me pasó desapercibido, pero de repente, juegos del destino, escuché un tema suyo en una radio fórmula y me quedé perplejo. Oscuridad, sentimiento y arreglos acertados, para una fórmula que sonaba a todo, ochentero, noventero, actual, pero al mismo tiempo a nada. Investigué, elevé mis cejas al saber que LANA DEL REY tiene mucho de industrialismo musical a sus espaldas, y me dejé llevar por esa primera y satisfactoria impresión, haciéndome con “Born To Die”.

La sorpresa inicial se confirmó. Bien es cierto que su imagen y voz puede ser un juguete roto en un par de años en manos de un desaprensivo productor musical, pero “Born To Die” tiene mucho detrás de sí. Y más que una instrumentación certera, un sonido cuidado o unas dotes portentosas, tres características que entre comillas brillan por su ausencia, LANA DEL REY hace gala de un eclecticismo elegante y desgarrador al mismo tiempo que convierten a “Born To Die” en un disco de escuchas fructíferas múltiples, nada de flor de un día ni producto musical para una tarde. Ningún hit, ningún “one hit wonder” ni nada por el estilo… Esto es una oda de conjunto a la oscuridad, el tenebrismo y la personalidad, una mezcolanza donde todos los estilos que forman parte de mi gusto personal y que mencioné al principio se dan la mano unidos por la voz de LANA DEL REY, lánguida, medusiana y envolvente como pocas.

“Born To Die” puede pecar de “parco” en trasfondo y rico al mismo tiempo en la labor de su protagonista. Si la producción que lo acompaña es desnuda, aún más lánguida y melancólica que su cantante, la voz de LANA DEL REY es rica en matices, a pesar de que inicialmente pueda parecer lo contrario. Ya sea en una versión orquestal y burtoniana en los cuatro temas iniciales, o con una cara más R & B y pegadiza, como en “Diet Mountain Dew” o cercana al Trip-Hop a lo MORCHEEBA como en “Million Dollar Man” , la cantante enigmática y fantasmal se mueve con pies de barro, apoyada en una voz personal, aniñada y adulta al mismo tiempo, ensimismante e hipnotizadora, una especie de mezcla entre la niñez exacerbada de LISA EKDHAL y demás vocalistas escandinavas y el sonido oscuro, envolvente y roto de ANNETTE PEACOCK y demás vanguardistas del micrófono, todo ello con un toque cuasi gótico que gustará a amantes del cuero y la penumbra. Nada de fogosidades innecesarias, ni demostraciones fuera de lugar: LANA DEL REY teje su tela de araña poco a poco y cuando te quieres dar cuenta has caído en sus redes.

Sea un producto discográfico o una artista trabajada a golpe de pico y pala, LANA DEL REY ha facturado en “Born To Die” uno de los trabajos más personales y enigmáticos del 2012, capaz de aunar las alabanzas de públicos enfrentados o antagónicos, y salir triunfante gracias a una ingenuidad aparente que atrapa sin contemplaciones. Habrá que ver si hay un futuro para LANA DEL REY más allá de este disco, mientras tanto gente como MADONNA o ANNIE LENNOX puede dormir tranquila, su semilla sigue viva.