lunes, 1 de diciembre de 2014

PIG DESTROYER - "Terrifyer": Crudeza y sencillez sonora sin adornos


SCOTT HULL es un guitarrista inquieto. Además de ser informático del Gobierno de EE.UU, el músico se ha puesto al servicio de engendros tan anti-sistema y anti-humanos como ANAL CUNT o AGORAPHOBIC NOSEBLEED, dos de los grupos más complicados de que le gusten a alguien y que más repulsión sonora generan, en especial el primero de los citados con el inefable SETH PUTNAM al frente, que en paz descanse. Pero su engendro más particular es PIG DESTROYER, donde recoge las enseñanzas de los citados y las lleva hacia terrenos más accesibles pero no por ello menos crudos y amables con el oyente. Con cambios de formación diversos y cogiendo como base el Grind y el Hardcore, HULL desarrolló en PIG DESTROYER obras que se centran en su guitarra como base de todo, partiendo de las microestructuras propias del Grindcore y con temática repulsiva para no variar. Desde su creación llevan sólo cinco discos completos y aunque todo el mundo considera “Prowler In the Yard” su mejor y también más arquetípico disco, me quedo de momento con “Terrifyer”.

En “Terrifyer” HULL acude en formato trío tan desnudo como excitante: solo las voces nerviosas y dobladas en dos tonos de JR. HAYES, marca de la casa y la batería cambiante y acelerada de BRIAN  HARVEY. El resto son riffs de guitarra, disnonantes, desestructurados, sin apoyo armónico de ningún tipo (no hay bajo, no hay segunda guitarra, no hay nada más que HULL solo ante el peligro, además sin capas de sobreproducción, su guitarra en dos canales y ya está). Esto genera sensación de ir por la cuerda floja muchas veces, como si cualquier error por parte de Harvey o del propio Hull quedara registrado sin remedio. Sólo en los escasos solos que posee el trabajo en sus cortes más amplios como “Towering Flesh”, las guitarras se doblan y tienen un poco más de cuerpo. La producción es, además, deliberadamente sucia, no porque sí, no inaudible, pero sí natural, sin importar si la disonancia fue excesiva o el break se salió de volumen. En este sentido “Terrifyer” me recuerda mucho a los últimos trabajos de BRUTAL TRUTH: alocado, caótico y lleno de cambios, pero audible, cosa de la que a veces BRUTAL TRUTH se olvidaba.

El trabajo consta de dos partes: la primera, es la más puramente PIG DESTROYER: 21 temas para 32 minutos de música, con cortes que raramente pasan del minuto y sin prácticamente efectos ni rellenos (algún que otro sampler, como en “Gravedancer” y poco más). Todo a piñón, combinando la velocidad desmedida, con el Groove y algún que otro ritmo Thrashy (como el citado “Gravedancer” o “Sourheart”). La voz de Hayes, ya esté doblada o distorsionada, se acaba metiendo en el cerebro a fuego, mientras la locura se desata con Hull y Harvey en cada corte. La segunda parte tiene su historia: en principio era un “bonus” para la edición limitada de “Terrifyer”, en forma de DVD de audio. Pero al final se convirtió en un EP con vida propia tres años después, “Natasha”. Supone un solo tema de algo más de 35 minutos que cambia totalmente el tercio de la primera parte. Esto es música Doom y ambiental a partes iguales. Obsesiva y opresiva, cargada de distorsión y de electricidad. Pesada y disonante. Etérea y fantasmal. Me recuerda a NAKED CITY, que también investigó en ambas ramas de la música extrema. Lo que iba a ser una anécdota experimental acabó por ser otro lanzamiento más complementario a “Terrifyer” en sentido estricto.

PIG DESTROYER es crudeza y sencillez sonora sin más adornos, sin arreglos innecesarios, sin efectos que distraigan la atención de lo esencial: las entrañas de la música del trío. Obviamente, al carecer de adornos, el estómago del oyente necesitará cierta preparación o un antiácido posterior, pero si consigue comulgar con la propuesta, acabará volviéndose tan loco como el propio grupo.

Vídeo oficial de “Gravedancer”: https://www.youtube.com/watch?v=GvjGipvKaF0

Un par de temas de “Terrifyer”:





No hay comentarios:

Publicar un comentario