miércoles, 4 de noviembre de 2015

AMARAL - "Nocturnal": En medio de la oscuridad.


Han pasado casi cuatro años desde “Hacia Lo Salvaje” y también desde que AMARAL decidiera volar totalmente solo, sin discográficas detrás, sólo con sus propios medios. Han pasado cuatro años desde que Eva y Juan se despegaran de su etiqueta de banda radiofónica y pasaran a poner música a la “generación perdida”. A esa generación que parece que no reacciona aunque le den todas en el mismo carrillo. Cuatro años en los que el nombre del dúo seguía en el aire, entre otras cosas por un videoclip de adelanto de “Ratonera”, tema que daba un bofetón en la cara a toda la clase política y que supuestamente estaría en el nuevo disco, trabajo que se retrasaría un año más. Finalmente “Ratonera” no está en “Nocturnal”, pero sí lo está su espíritu, un espíritu de realismo y de mirar de frente a la verdad, y también en su trasfondo de hastío, de cierta pesadumbre y hasta pesimismo.

La música de AMARAL ha evolucionado tanto como los registros vocales de Eva. Ya no estamos ante un grupo de estribillo fácil, a veces incluso ñoño, en donde la candidez de la cantante nos llevaba por los caminos del enamoramiento y las amistades fáciles. Aquellos tiempos en que el dúo tenía “Pájaros en la cabeza” han pasado y han dejado espacio a la madurez, tanto lírica como musical. Ya “Gato Negro, Dragón Rojo” puso sobre aviso de que AMARAL iba a romper su propia “Barrera del sonido” y cual “Kamikaze” iba a coger las riendas de su propio destino y dirigirlo hacia donde querían. Hacia su propio mundo. Así, huyendo hacia la “Antártida”, AMARAL llega al 2015 con “Nocturnal”: el disco más introspectivo y oscuro que tiene AMARAL en su haber, tanto o más que su portada. Probablemente el disco más arriesgado también, y definitivamente, y sin miedo a equivocarme, su mejor disco hasta la fecha.

De partida nos encontramos con una producción muy centrada en la atmósfera y el ambiente. Una vez que el primer disparo se da, con “Llevame Muy Lejos”, tema de versos ambiguos pero muy poderosos que será fijo en sus directos, el hecho de encontrarnos con la “Obertura” como segundo tema dice mucho de lo que pretende AMARAL. Y es que desde ese momento nos adentramos en la noche, en el punteo y los teclados ambientales, en los versos pesimistas y las auras pseudo góticas ochenteras. “Unas Veces se Gana y otras Se Pierde” es cruda como pocas, pero es “Nocturnal” la que definitivamente nos muestra dónde está AMARAL: “no me mires así, nada te puedo dar, no hay nada bueno en mi”. Nada que ver con el orden bello y cuidado de sus inicios, nos damos con la pura realidad, la teoría del caos. La “Ciudad Maldita” adopta tintes de Bolero, con letra casi tan desesperada como un fandango flamenco y sólo los toques electrónicos de “Lo Que Nos Mantiene Unidos” nos despiertan de una claustrofobia ciertamente desasosegante.

La segunda parte del trabajo mantiene estos aires de medio tiempo y atmósfera absorbente, con algo más de clarividencia en “500 Vidas”, que recuerda bastante a “Gato Negro, Dragón Rojo”, aunque experimentando con unos coros y líneas de bajo mucho más arriesgadas, pero en general seguimos metidos en un tubo de rayos catódicos, en “Cazador” nuevamente en medio de un aura gótica ochentera, en “Nadie Nos Recordará”, con una estructura de intensidad creciente y en “La Niebla” en formato semiacústico casi Folk. “Laberintos” vuelve a sacar la cabeza a la luz en forma de COUSTEAU y compañía, pero no por su letra “No hay respuesta para tus preguntas, solo un inmenso mar de dudas”. La electrónica es un compañero constante en la producción y vuelve a ser elemento esencial en “Chatarra”, tanto por caja de ritmos como por elegantes ambientaciones… “a que has venido sino, si aquí no hay nada,  solo el vacío, y la chatarra”, aunque su estribillo es más lúcido que otros, e incluso algún vaivén flamenco también se le escapa a Eva, y tampoco anda lejos “En El tiempo Equivocado” que nos mantiene en la oscuridad a golpe de Slide Guitar y efectos. La confirmación de esta nueva línea musical la tenemos en “Noche De Cuchillos” que podía ser firmada por THE SISTERS OF MERCY, el tema donde la electrónica asume su papel más predominante y la oscuridad se transforma en esperanza: “emigrar a otro planeta, donde no tengamos dueño, donde el alma de la gente no se apague con el tiempo, donde no exista moraleja, al final de cada cuento…”.


AMARAL se sale de su corsé y lo hace de manera sorprendente y atrayente. Ya no son el dúo que sonaba en los 40 Principales a todas horas. Ni tan siquiera “Llevame Muy Lejos” tiene formato radiofónico con su duración por encima de la media. Por otro lado AMARAL se hace hijo de su tiempo, ya no es la banda sonora de una generación perdida, sino el acicate de otra nueva, la del renacer de las cenizas. AMARAL ha madurado y en el camino puede que pierda acólitos, pero gana personalidad y sobre todo carácter artístico. La noche se cierne sobre la cabeza de Eva y Juan, y ellos se hacen hijos de la luna.




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