domingo, 3 de noviembre de 2013

KAUAN - "Aava Tuulen Maa": Paisajes de etérea belleza


En el mundo del Metal Extremo uno se puede encontrar de todo y no siempre tan extremo. Auspiciados por sellos que se dedican a ello, vendidos en los círculos especializados y con cierta imagen heredera de grupos del ramo, uno puede descubrir de todo. Bien es cierto que en el caso que me ocupa, KAUAN, uno encuentra referencias suyas en círculos que sólo rozan tangencialmente el extremismo, el Folk y sus derivados, pero ni tan siquiera desde esa perspectiva uno puede esperarse algo como “Aava Tuulen Maa!, que dentro de mi desconocimiento previo sobre el dúo ruso (ya es su tercer disco en cinco años de existencia), me parece un trabajo más progresivo de herencia setentera que otra cosa.

Si tuviera que dar referencias diría que te imagines el lado Post-Rockero de PROMETHEAN, IN THE WOODS y GREEN CARNATION, le añadas un aire New Age, bastante del minimalismo ambiental de SIGUR ROS y algo del Rock Sinfónico de los setenta, y tendrás un aire aproximado de “Aava Tuulen Maa”, un disco para tomarse con mucha calma y relajo, dispuesto a escuchar largos desarrollos, pasajes instrumentales eternos y mucho colorismo en los paisajes que recorre, sólo levemente Folk por el idioma natal usado por Anton Belov usado como vehículo de expresión y alguna instrumentación y melodía recreada por el quejumbroso violín de Lubov Musnikova, el otro componente de KAUAN. El resto es un predominio inusitado de los teclados, de la atmósfera y de la apacibilidad, hasta límites de lirismo clásico imposible de reproducir con palabras, invitando a la imaginación a dejarse llevar.

Cinco son las composiciones, pero poco importa la verdad, porque desde la plácida introducción instrumental de “Ommeltu Polku”, en donde cada elemento va encontrando su sitio poco a poco, sin prisas, y hasta “Neulana Hetkessä”, todo es un oleaje de colorismo para los sentidos. Las composiciones son una excusa para dividir en capítulos algo que se concibe como una banda sonora para un viaje a la melancólica belleza de los paisajes del norte de Europa. Quizás ese sea el gran “pero” de KAUAN: la ausencia de horizonte. Una vez que comienza el disco, y durante algo menos de una hora, las atmósferas se suceden, pero falta un hilo conductor. Si grupos como GREEN CARNATION o IN THE WOODS conseguían contar una historia al mismo tiempo que se embarcaban en largos viajes compositivos (especialmente GREEN CARNATION en “Light of Day, Day of Darkness”) KAUAN pecan de falta de hilo narrativo. Uno tiene la sensación de que, aunque sea interrumpido en la escucha del disco, la podrá continuar sin “perderse nada”.

El problema de esto, en mi opinión, es que aunque uno esté embaucado por la belleza intrínseca de la música del grupo, por la desnuda y esparcida instrumentación, por la paz estructural, por la continuidad sin brusquedades, por la hipnosis y por un sonido frío pero envolvente, a pesar de todo ello, uno no retiene nada más allá. Me falta ese grado de comunión que otros alcanzan, esa capacidad de abstracción de los citados SIGUR ROS, por ejemplo. KAUAN consigue en “Aava Tuulen Maa” un disco “bonito” pero algo mecánico, constante y falto de alma. Les falta no sólo describir, sino también contar algo, hacernos partícipes del bello entorno que recrean y no sólo unos meros espectadores. En cualquier caso, la belleza y el colorismo (portada incluida) de “Aava Tuulen Maa”, son dos elementos autosuficientes en la música de KAUAN. Lo mejor: cerrar los ojos y echar la imaginación a volar. La historia que KAUAN no alcanza a contar, cuentatela tú mismo. El paisaje que la rodea, invita a dejarse llevar, no cabe duda.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

KLONE - "Black Days": Mezcla de texturas


Aunque suene a tópico, el tercer disco es el de la confirmación, o por lo menos, si en el pasado has demostrado tener una trayectoria ascendente e interesante, ese disco es el que debe determinar si lo tuyo fue casualidad, o realmente ofreces algo. A esa encrucijada se enfrentaban los franceses KLONE en “Black Days”, después de un “Duplicate” bueno y un “All Seeing Eye” mejor. Con la difícil tarea de luchar frente a la etiqueta de ser “otros” GOJIRA de la vida, y cargando las reseñas de sus discos de dobles sentidos sobre el propio nombre del grupo al respecto, KLONE demostraba, efectivamente, venerar a sus compatriotas, y en consecuencia a TOOL y MESHUGGAH y todos los derivados de ambos, ION DISSONANCE, THE END, TEXTURES, ARCHITECT y un largo etcétera. Sin embargo, tenía más cosas qué ofrecer, unas buenas, otras no tanto y “All Seeing Eye” fue un ejemplo de ello.

KLONE demostró en ese disco, que junto a ritmos obsesivos, atmósferas recargadas y sonido actualizado, podía ofrecer detalles de vanguardia que les dirigían hacia experimentaciones inclasificables como John Zorn, Stockhausen o viniéndonos a terrenos más “metálicos”, Devin Townsend. Sin embargo, también demostró tener cierta sensibilidad hacia terrenos que se metían de forma amplia, lisa y llanamente en el Metalcore en su lado más “emotivo”. Eran momentos puntuales, pero parecían metidos con calzador para agradar y ampliar público. Afortunadamente han rectificado a tiempo y “Black Days” rompe con esos momentos y aunque se vuelve más introspectivo, menos directo, e incluso añade algún otro momento ajeno no presente hasta ahora (sonidos más Stoner en las guitarras, voces menos antagónicas y una extraña versión del “Army Of Me” de BJÖRK, como momento más radiofónico del trabajo que les ha quedado sin quererlo o queriéndolo muy Nu-Metalera), el resultado es mucho más favorable y, ahora sí se puede decir, les confirma.

Una cosa es cierta: “Black Days” necesita varias escuchas: desde su primer corte “Rite Of Passage”, de introducción asiática y desarrollo totalmente TOOL, pasando por los más directos “Spiral Down”, “The Spell Is Cast” o “Rain Bird” (haciéndose evidente en las tres el giro más pesado de las guitarras y la voz más mimética a la de GOJIRA y menos variada que antaño) y sobre todo las densidades de “Inmaculate Desire” (nuevamente con TOOL en la cabeza) “Give Up The Rest”, corte genial de aires progresivos que es el mejor del trabajo, la cuasi-Stoner “Hollow Way” y la jazzera y compleja armónicamente hablando “Danse Macabre” (aquí con aires a la segunda mitad de KATATONIA). Ya no digamos el interludio “Closed Season”, donde abiertamente vuelve su amor por John Zorn y engendros derivados de Avant-Garde, Free Jazz y Música Extrema. Y al mismo tiempo que estas notables individualidades, el disco en conjunto se vuelve muy denso, nada condescendiente con el oyente y precisando paciencia y atención para desgranar todos sus detalles. Sin embargo, al contrario que en otros ejemplos similares, KLONE triunfa, quizás todavía necesitando un poquito más de madurez para redondear el trabajo, pero en cualquier caso con resultados muy satisfactorios.

De todo lo dicho me quedo con dos cosas: por un lado el giro hacia estos terrenos menos inmediatos, por otro lado el abandono del lastre de sus características más prescindibles. KLONE demuestra con lo primero estar en plena evolución y asentamiento de su sonido, con todo lo que ello conlleva. Con lo segundo, el abandono de sus clichés más modernos y la personalidad más fuerte (consecuencia también de lo primero) lo que les hace abandonar su etiqueta de “clones” de GOJIRA, el grupo francés se sitúa en el camino correcto y hace tener esperanzas en el futuro más inmediato de su música. En cualquier caso y a falta de limar asperezas y terminar de asentar sus principios, KLONE consigue en “Black Days” un disco interesante para todos aquellos amantes de sonidos aventureros y poco definidos, pero bien ejecutados y sopesados.