martes, 28 de abril de 2015

OBITUARY - "Cause Of Death": Banda sonora putrefacta


¡Magníficos aquellos momentos finales de los ochenta y primeros compases de los noventa! DEATH, MORBID ANGEL, CANNIBAL CORPSE, DEICIDE... el Death Metal salía de las catacumbas y se convertía en un género en boga, multiplicándose sus seguidores por todas partes y apareciendo bandas de debajo de las piedras. Con el sonido correoso y putrefacto, la producción en el subsuelo de la tonalidad y las voces a cada cual más inhumana, los creadores del Death Metal americano recogían los frutos de su trabajo. Y en medio de esta nube de bandas imprescindibles, no hay que dejarse a OBITUARY, a los gloriosos hermanos Tardy, Trevor Peres y compañía, que partiendo de un profundo amor a CELTIC FROST y POSSESSED en sus orígenes como XECUTIONER, supieron dar al Death Metal un sonido personal y propio: groovy, adictivo y con la voz inigualable del señor John Tardy como cabeza visible.

Poco tiempo antes ya habían dado un aviso con un debut, “Slowly We Rot” que también merece estar por derecho propio en la cumbre del Death Metal. Aún con su pasado más apegado al Thrash presente y sin llegar a explotar todo su potencial compositivo, OBITUARY nacía de la mano de un disco que no deja indiferente a nadie desde el momento en que los riffs podridos de Allen West y Trevor Peres y la voz cadavérica de Tardy hacen su aparición. Muchos dicen que ni siquiera tenían letras y que Tardy se limitaba a escupir gruñidos a cada cual más sepulcral. En cualquier caso, con letras o sin ellas, “Slowly We Rot” ponía a OBITUARY como uno de los nombres a seguir en medio de un conjunto de bandas originales e inimitables que dieron forma a un nuevo estilo. Tocaba el turno de darle continuidad y cambiando de bajista, la banda de Florida dio entrada en el seno del grupo al enorme Frank Watkins en sustitución de Daniel Tucker. Empezaron a componer deprisa y cuando ya lo tenían todo dispuesto para entrar otra vez en los míticos Morrisound Studios, que tanto hicieron para crear el sonido característico del Death Metal en estos años, a las órdenes de Scott Burns, el guitarrista Allen West se vio forzado a abandonar temporalmente la banda para atender a su familia. Su baja la cubrió un mercenario de los grandes, James Murphy, y gracias a él “Cause Of Death” es conocido como “el disco de los solos de Murphy”, pues su trabajo solista es esencial en este trabajo (una situación parecida a la de ahora con Santolla en el grupo en sustitución de Allen West nuevamente). 

De hecho muchos consideran la carrera de OBITUARY como constante y estática, pero en mi opinión cada disco del grupo destaca por algo propio: a lo que ya he comentado del debut y de “Cause Of Death”, “The End Complete” añade un sonido renovado convirtiéndose en uno de los discos más accesibles de OBITUARY, por su parte “World Demise” ralentiza sus revoluciones aún más y se puede considerar el disco más groovy de la banda, tratando de adaptarse al sonido que por aquel entonces predominaba en las corrientes metaleras. “Back From The Dead” supone el enlace entre este nuevo sonido y sus orígenes más crudos y directos, “Frozen In Time”, el esperadísimo regreso supone un nuevo punto de partida que resume todo el sonido hasta entonces contenido en la trayectoria de la banda, y con “Xecutioner´s Return”, para mi gusto un discazo con un Santolla pletórico, avanzan un poco más en busca de nuevos aires Thrash y una producción que les separa de su sonido clásico. Estoy de acuerdo en que son sólo matices, y que el sonido de OBITUARY no ha sido variado excesivamente a lo largo de su historia, al igual que ocurre con su alma gemela europea BOLT THROWER, pero de ahí a decir que se repiten disco tras disco, no estoy muy de acuerdo.

Dejando reivindicaciones a un lado, una vez que James Murphy fuera adoptado temporalmente para el puesto de guitarra solista, “Cause Of Death” estaba listo para ser registrado. OBITUARY mantenía los parámetros de “Slowly We Rot” pero había conseguido un sonido más personal y la labor compositiva era mucho más variada. A los constantes solos de Murphy, que dan un toque particular a cada tema, hay que añadir un trabajo en los riffs aún más corrosivo y heredero totalmente de sus dioses particulares CELTIC FROST (y la inclusión de la versión del “Circle Of The Tyrants” creo que les viene que ni pintada), y sobre todo un trabajo rítmico más variado y arriesgado. OBITUARY siempre fue conocido por su gran maestría a la hora de combinar tiempos ultra lentos con rápidos cambios hacia patrones más propios del Thrash, pero en “Cause Of Death” esto es llevado al extremo. Ninguna canción se acomoda en un ritmo constante y repetitivo, todas son una sabia conjugación de tiempos lentos y veloces, antagónicos, extremos entre sí, pero que encajan a la perfección gracias a la labor excepcional de Donald Tardy detrás de los parches. Increíble la gran labor rítmica del hermano de John en este trabajo, sin duda el triunfador del disco junto a James Murphy y el propio John, siempre personal e inimitable, que en “Cause Of Death” adopta una guturalidad igual de podrida que en “Slowly We Rot”, pero con una mejor producción para apreciar sus matices.

El sello de Scott Burns ya está presente desde la breve introducción que precede a “Infected”, donde la distorsión de las guitarras nos hará resquebrajarnos en nuestros asientos. Mientras los virus de esta particular infección nos recorren la sangre, James Murphy comienza su trabajo de la mano de un solo fantasmal y muy adecuado para ir incrementando la tensión de un tema que estalla de una forma excepcional, perdiéndose entre los vericuetos rítmicos que lo surcan. John combina dos pistas de voz que se superponen dando una sensación aún más moribunda, mientras los acelerones constantes nos contagiaran en un headbanging continuo. Más accesible y menos extrema en lo que a cambios de ritmo se refiere es “Body Bag”, donde John se vuelve a salir con su voz y los pegajosos y sencillísimos riffs se nos quedarán pegados a la primera. Compositivamente es un tema que mantiene unas bases muy sólidas, solo con una aceleración tan necesaria como efectiva en su estructura, y esto permite que James Murphy tenga espacio para lucimiento propio en su parte final, llevando a cabo un trabajo bastante melódico y clásico para lo que supone el estilo de OBITUARY pero encajando a la perfección en el groove del tema. Tras esta demostración de Murphy, llega el turno a uno de los temas más conocidos de OBITUARY, “Chopped In Half”, más corto que sus dos predecesores y que aunque parece seguir unos patrones similares a “Body Bag” pero más directos, consigue contagiar su poderío rítmico, haciendo que nos rindamos ante el enorme trabajo de Donald Tardy. Sin duda un tema tan adictivo y especial que no debería faltar (y de hecho no suele faltar) en ninguno de sus directos, todo un clásico.

Así se llega al homenaje particular que rinde OBITUARY a una banda a la que le debe mucho sobre todo por el sonido de sus guitarras y también por sus cambios de ritmo: CELTIC FROST. Aunque parece que todo aquél que quiera rendir homenaje a la banda suiza siempre usa este tema, “Circle Of The Tyrants”, en una versión un poco más acelerada a la original, casa a la perfección con el estilo de la banda de Florida y en medio de este disco parece una composición propia más, con los “ughs...” incluidos. Para volver al groove y a la pesadez en las guitarras, “Dying” nos devuelve a las composiciones propias del grupo con un tema a medio tiempo, cargado de maestría por parte de la sección rítmica en general, no sólo de Donald Tardy, pues Frank Watkins, tan grande como buen bajista es imprescindible para que el abismo no aparezca en el camino de OBITUARY. Murphy vuelve a tener su momento de protagonismo, aunque más comedido que en temas anteriores, dejando un papel más importante al peso rítmico del tema que es fundamental (de hecho hasta bien pasada la mitad del corte, John Tardy no hace su aparición de una manera arrastrada y casi susurrada). Después de una breve outro que sirve de enlace, llega sin darnos tiempo a coger aire “Find The Arise”, el tema más extremo en lo que a cambios de ritmo se refiere del trabajo, que en poco menos de tres minutos resume lo que es este disco: ritmo, sonido pesado y los solos de Murphy siempre presentes.

Ya encaminados hacia el final del trabajo, el tema que da título al disco, “Cause Of Death”, precedida de una intro similar a la del inicio del disco es un ejemplo de lo que es tomarse con calma las cosas. Todos aquellos que piensen que para hacer Death Metal sólo se puede hacer tocando a velocidades de infarto, deberían escuchar este tema, donde Murphy realiza uno de sus mejores trabajos, nuevamente con unos aires muy melódicos que contrastan con la música de OBITUARY. La estructura se deja fluir poco a poco, incrementando la intensidad y la densidad, dejando que el groove venga por sí mismo, para que se nos quede grabado a la primera. En resumen, un tema largo y pesado, pero efectivo como pocos. Como efectivo es el riff principal de “Memories Remain”, enfermo, heredero de CELTIC FROST (ese sonido de teclados en la parte central del tema también les delata) y con mucho feeling, haciendo que el tema sea uno de los que más fácilmente se quedan de todo el disco por su sencillez y la labor rítmica. Finalmente para acabar esta oda al Death Metal en su estado más primigenio, “Turned Inside Out” pone el broche final recuperando la adicción de las guitarras y los riffs cargados de groove. Los cambios de ritmo que hacen a Donald Tardy protagonista, vuelven a ser los encargados de conducir el tema, consiguiendo que el Thrash y el Death se den la mano y dejando hueco para que Murphy siga a lo suyo, dando muestras de ser un guitarrista muy dotado técnicamente pero que también sabe lo que requiere cada canción en cada momento. Un final excepcional para un disco que desde su oscura portada, pasando por lo fantasmagórico de su música y acabando por sus letras, desprende muerte por todos sus poros.

Aunque hubo que esperar más de ocho años desde “Back From The Dead” para que OBITUARY volviera a coger los instrumentos (aunque salvo Watkins y John Tardy, el resto siguieron vinculados a la música, en el caso particular de Donald Tardy perdiendo el tiempo con ANDREW WK...), el resultado de “Frozen In Time” y “Xecutioner´s Return” merecieron la espera. En directo siguen arrasando cada vez que vienen a España, llenando hasta la bandera los recintos que contratan, si bien deberían de elaborar sus set-lists de tal manera que no den tanto protagonismo a sus últimas obras dejando huérfanos muchos de sus temas clásicos. En cualquier caso, OBITUARY es una leyenda viva que, con suerte, lo seguirá siendo por muchos años. Es todo un regalo seguir disfrutando de uno de los grupos creadores de la música más enfermiza del planeta y “Cause Of Death” es ejemplo de ello. Si hubiera que hacer un top-5 de discos imprescindibles en el sonido del Death Metal, “Cause Of Death” estaría entre ellos sin ninguna duda. OBITUARY pone banda sonora a la lenta putrefacción de nuestros cuerpos.


Infected / Cause Of Death: https://www.youtube.com/watch?v=GxMmbR3x61c

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

jueves, 16 de abril de 2015

JOHN COLTRANE – “Interstellar Space”: viajando a través del tiempo y del espacio


Desde que JOHN COLTRANE empezó a volar solo siempre estuvo en un viaje constante. Un viaje hacia otra dimensión, una ascensión hacia el amor supremo, hacia el más allá, hacia el sol y hacia el espacio. La espiritualidad hecha música a través de una libertad narrativa cada vez más acusada y un mundo interior cada vez más atormentado. Pero en este viaje COLTRANE adoleció de una tripulación que estuviese a su mismo nivel creativo y espiritual. El cuarteto clásico de McCoy Tyner, Elvin Jones y Jimmy Garrison hace tiempo que no funcionaba y las nuevas incorporaciones de su mujer Alice Coltrane y el alumno aventajado Pharoah Sanders, aún estaban muy verdes. Sin embargo COLTRANE sí encontró a alguien a su mismo nivel tras los parches: Rashied Ali. El baterista conseguía no solo “seguir” a COLTRANE sino potenciarlo y construir un lenguaje propio mientras Trane divagaba. Por eso no es de extrañar que Trane eligiera 1967, ya en sus últimos momentos, como el momento para crear “Interstellar Space”, un viaje a través del tiempo y del espacio en el que se encuentran solos Trane y Ali.

La ausencia de otros instrumentos que con acordes y armonías tejieran una red para evitar el abismo, hace de la escucha de “Interstellar Space” toda una heroicidad, convirtiéndolo en un disco pionero y arriesgado, difícil y austero, punzante y corrsivo. Trane crea, Ali crea, ambos confluyen y tenemos el mejor diálogo entre dos músicos. Una melodía, un momento de relax, la absorción en la improvisación, la excitación, la intensidad… “Interstellar Space” es un continuo contraste. Un solo extendido para Trane y Ali, sin grandes ideas preconcebidas, solo dejarse llevar por la inspiración y el sentimiento. Cuatro composiciones concebidas originalmente, “Mars”, “Venus”, “Jupiter” y “Saturn”, a las que se les añadió, puesto que el disco no fue publicado hasta 1974, otras dos tomas más, “Leo” y “Jupiter Variation”. Todas ellas comienzan con el sonido de los cascabeles de COLTRANE anticipando el ascenso al espacio, con una melodía más o menos profunda y envolvente, en donde Ali empieza a construir los cimientos rítmicos y finalmente COLTRANE se deja llevar y construye una historia a través de la improvisación que mezcla el exceso con la benevolencia, acabando nuevamente con los cascabeles que decretan el final del viaje.

“Mars” y “Venus” son contrapuntos. La primera es excesiva, fulgurante e intensa, con un COLTRANE desatado de una forma creciente, preparando el terreno para el éxtasis improvisatorio mientras Ali crea su propia historia de polirritmos y cambios. La segunda es más sentida, reposada y contemplativa, con un Ali excepcional con las escobillas. Construyendo la melodía principal a partir de un himno muy en la onda “A Love Supreme”. En la segunda cara “Jupiter” y “Saturn” son también las dos caras de la misma moneda. “Jupiter” roza la violencia sonora, COLTRANE llega al máximo del rango cromático de su instrumento y no hay ni un momento de relajación en su lenguaje, y Ali lejos de sentirse abrumado sabe interactuar a la perfección, ofreciendo a Trane la pegada justa en cada momento. “Saturn” comienza con Ali en solitario, demostrando su maestría en el uso de su instrumento y dejando espacio para que Trane entre de una forma muy clásica, muy Blues, con unas armonías que se basan levemente en “MR P.C.”. El propio Ali está muy despierto y ofrece un acompañamiento acorde. Pero el exceso improvisatorio también llega, como a lo largo de todo el disco. Los extras nos ofrecen “Leo”, cuyo inicio modal nos introduce en otro momento de furia descontrolada y “Jupiter Variation”, que como su nombre indica es otra versión de “Jupiter”, quizás más controlada.

JOHN COLTRANE volvió a demostrar muchas cosas en “Interstellar Space”. Demostró que la ausencia de un colchón armónico no tiene que ser impedimento para lanzarse al vacío e improvisar. Demostró que podía haber otros músicos a su altura espiritual y técnica capaces de crear y no solo acompañar. Demostró que el dúo saxo-percusión podía tener algo que decir. Demostró que se puede ser profundo, melódico, sentido… y exuberante, excesivo, intenso a la vez… Demostró tantas cosas que Impulse no se creyó preparado para mostrar esto al mundo y guardó estas sesiones durante casi 7 años. Una vez más COLTRANE fue un visionario y se adelantó a su época.

"Mars"



“Venus”



“Saturn”



“Jupiter”


martes, 14 de abril de 2015

CHARLIE HADEN LIBERATION MUSIC ORCHESTRA – Viva la Libertad


En los años sesenta la música se estaba contagiando de la libertad y el sentimiento revolucionario y el Jazz era un buen vehículo para ello. Desde que el género americano por antonomasia se despegara de su pomposidad de pre Guerra, volvió a servir como forma de expresar las ganas de libertad de la comunidad negra y ese espíritu libre que tuvo en Albert Ayler, Eric Dolphy, John Coltrane, Ornette Coleman… a sus adalides, se tenía tarde o temprano que extender hacia otras reivindicaciones. Y así fue, precisamente bajo la batuta de uno de los acompañantes de Ornette Coleman, Charlie Haden, como surgió la Liberation Music Orchestra, que aunque bajo la firma de Haden, era un colectivo anarquista en su concepción y en su desarrollo, reivindicativo y combativo. La idea surgió cuando Haden se interesó por la historia de la Guerra Civil española y escuchó temas como “El Vito” (que ya John Coltrane había adaptado en su álbum “Olé”), “Los Cuatro Muleros” o “Ay Carmela”. Si a eso le unimos la efervescencia de las revoluciones sudamericanas y el espíritu latente del Ché Guevara que no hacía ni dos años había sido asesinado, tenemos esta obra de arte musical e ideológica.

Hay que tomarse el disco como una sinfonía histórica, donde el Flamenco, el crisol sudamericano y la libertad del lenguaje jazzista se dan la mano para rendir tributo a la República Española, al ansia de libertad frente a la tiranía consentida de Sudamérica y a la paz, pues el crispamiento por la Guerra de Vietnam también está presente en “We Shall Overcome” que cierra el disco. Para ello Haden se acompañó de buenos amigos y libertarios: Carla Bley por delante, autora de tres de los temas y arreglista del trabajo (no en vano es la otra persona que sujeta la pancarta en la portada junto a Haden) y una convención de músicos libres de todas partes: Gato Barbieri, con su furia coltraneana, Dewey Redman, el gran Don Cherry, Roswell Rudd, Howard Johnson o Sam Brown, junto a la dupla de baterías, Paul Motian y Andrew Cyrille, lo más granjeado del Free Jazz del momento y de la libertad de formas y de espíritu. Los músicos son tan anarquistas en sus concepciones musicales, como en sus ideas, y también la forma de unir a todos ellos de Carla Bley y Charlie Haden hace que estemos ante una comuna musical.

Como si fuera un documental, el disco se divide en dos caras, la primera dedicada a la Guerra Civil española, la segunda a las revoluciones sudamericanas y el final al sentimiento anti-bélico hacia la política exterior de EE.UU. Entre medias interludios e introducciones ayudan a crear aura de panfleto, como si fuéramos a presenciar un mitin o un discurso al más puro estilo Fidel Castro. El resto es dejarse llevar. Obviamente la trilogía "El Quinto Regimiento", "Los Cuatro Generales" y "Viva la Quince Brigada", plagadas de melodías y cantos del bando republicano durante la Guerra Civil, todo bien arreglado y conducido por Bley y Haden, es el culmen de todo el disco, donde las improvisaciones colectivas (destacando una muy fogosa de Gato Barbieri), se mezclan con samplers de los años treinta, con rosas y puños en alto contra el fascismo y en favor de la libertad. Acabar de escuchar esta cara y no tener ganas de salir a la calle a montar una barricada es no haber recibido ni la décima parte del sentimiento que la Orquesta pone en su interpretación. No obstante no sólo nos podemos quedar en esta pieza. “Song For Ché” es el tributo de Haden a Ernesto Guevara (que ya grabara con Coleman), sentido y profundo, lleno de admiración y de entusiasmo por el legado dejado. “War Orphans” es un guiño a su jefe Ornette Coleman y “Circus 68-69” y “We Shall Overcome” el cierre anti guerra de Vietnam en donde la banda simula el enfrentamiento en la Convención Nacional de los demócratas de 1968…

El resultado es un disco entusiasmante. Arte transgresor, lleno de sentimiento y rabia bien dirigida hacia la libertad, hacia la rebelión, hacia la lucha por la identidad y por la justicia. La LIBERATION MUSIC ORCHESTRA tuvo que esperar casi 15 años para resurgir, y en su momento crispó bastante a la población norteamericana, no por la referencia a la República española, que lejos les quedaba, sino por el espíritu libertario y de izquierdas de toda la obra. Más de 45 años después este disco sigue siendo una obra maestra, y sigue emocionando. ¡Viva la Revolución!¡Viva la Libertad!

Medley: "El Quinto Regimiento", "Los Cuatro Generales" y "Viva la Quince Brigada": https://www.youtube.com/watch?v=tvLnOTTA83c



viernes, 10 de abril de 2015

ATROX - "Binocular": Una rareza escondida


Debo confesar que si me hubiera fiado de la primera impresión que me proporcionó este disco mi opinión sobre él habría sido distinta, generando que al menos la nota fuese reducida en un par de puntos. Me parecía un disco sintético destinado sólo para amantes del Avantgarde de tintes electrónicos, pero sin mucho orden ni concierto. Error por mi parte, pues según se iban sucediendo las escuchas iba descubriendo nuevos detalles, atisbos de genialidad y hasta cierta originalidad que hasta ahora no había visto en otro grupo. El resultado final es que, en mi opinión, aunque hay algunas partes de “Binocular” que me superan, ATROX se ha sacado de la manga un disco con un sonido propio y mucha variedad que lo convierte en un “rara avis” del negocio musical.

“Rara avis” relativa, porque uno puede escuchar en este quinto disco del grupo noruego leves influencias del eclecticismo de los ARCTURUS del “La Masquerade Infernale”, los muchos guiños industriales y electrónicos de los THE KOVENANT más sintéticos, e incluso la atmósfera y especialidad de los ULVER más actuales. En resumen, un compendio de sonidos de eso que siempre se denomina Avantgarde cuando no se sabe muy bien en qué género encasillarlo. Pero a pesar de todo ello, no deja de ser “rara avis” en el sentido de que la instrumentación usada por ATROX, especialmente en la enorme cantidad de teclados y efectos que se escuchan, es cuanto menos llamativa: acordeones, fanfarrias, un Hammond muy bluesero… uno se ve bombardeado por sonidos que beben de multitud de estilos, y lejos de crear un producto inconexo y sin un hilo conductor (que es lo que me pareció al principio), muestran un gran dominio de la estructura manteniendo al oyente expectante para no perderse ninguno de los detalles del combo.

Las guitarras y la sección rítmica en general tienen una labor de mero acompañamiento, pero la cumplen con creces, en especial en la ascendencia étnica de mucho de los ritmos usados por ATROX, pero la magia, el punto que realmente marca la diferencia en este grupo, reside en la ambientación de efectos electrónicos y teclados, así como en la multiplicidad de voces que unas veces procesadas y otras veces naturales, van construyendo una ópera de sonidos, teatral y fantasmagórica. Es más, aunque no he sido nunca muy amante de los sonidos sintéticos, salvo excepciones como mis dioses particulares SAMAEL, ATROX consigue con ello ambientar y ser conductor al mismo tiempo de las composiciones, sin que todo suene forzado y repetitivo. El problema es que a veces cuesta rascar en medio de tanto efecto, pero en general, los resultados son altamente satisfactorios.

El gran número de samples con que “Retroglazed” nos da la bienvenida, y el aire comercial general de la composición, fue una de las causas de que en la primera escucha del trabajo el que suscribe tuviera una opinión bastante inferior a la que ahora tengo sobre ATROX. Sin embargo, analizando el trasfondo musical uno se da cuenta de que las texturas cuasi progresivas que adquiere el grupo en este tema no buscan precisamente la accesibilidad. Posteriormente, otros temas vuelven a enganchar por su variedad de elementos, como ocurre en “Traces”, un tema de formas hipnóticas y casi arabescas, repleto de ritmos étnicos y donde la música se rodea de un cierto halo Trip Hopero. Pero donde la capacidad de sorpresa de este grupo se ve más desarrollada es en “Headrush Helmet”, tema que debido al interesante uso de una acordeón y a la teatralidad general de las voces, se erige como uno de los más orquestales del trabajo. Finalmente otro momento que me ha llamado mucho la atención es “Orgone”, donde las voces suenan muy poderosas y casi épicas en ocasiones, pero la música adquiere formas que van más allá de lo industrial y se introduce de lleno en géneros ajenos al Metal como es el Trip Hop, como ya ocurría en “Traces”.

Como se puede ver el eclecticismo y la variedad son las notas generales de “Binocular”, sin embargo hay que reconocer que ATROX pasan con éxito en la mayoría de las ocasiones por estos sonidos, llegando a tener una personalidad propia y dando un paso al frente en lo que a originalidad y capacidad de sorpresa se refiere. Aunque sea un producto que haya que afrontar con bastante predisposición para no prejuzgarlo, estamos ante un buen disco.

"Retroglazed": https://www.youtube.com/watch?v=tuZyeJNFWe8

"Traces": https://www.youtube.com/watch?v=X-7WG-kdzPA

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)


KENNY GARRETT - "Beyond The Wall": Rompiendo moldes de vez en cuando


KENNY GARRETT es un tipo irregular. Salido de las hordas davisianas, su sonido Post Bop heredero de Coltrane, pero desde la perspectiva del saxo alto, siempre ha sido garantía de calidad, pero el chico no se sabe muy bien por qué, no ha sabido plasmar esta prometedora base en todos sus trabajos discográficos, con gloriosas excepciones. Y en directo otro tanto de lo mismo. Al bueno de GARRETT a veces le da por dejarse llevar en círculos interminables de fusión mal entendida, y toda su luz, resulta opaca ante nuestros oídos. Sin embargo, y como una de las citadas excepciones, “Beyond The Wall” es un disco inspiradísimo. La dedicatoria especial a McCOY TYNER se nota en las composiciones, en la selección de los acompañantes y en el propio discurso compositivo e interpretativo de GARRETT. Junto a él otros jóvenes leones como BRIAN BLADE o MULGREW MILLER (que se sabe al dedillo la teoría modal y martilleante de McCOY TYNER) y dos invitados de excepción: un BOBBY HUTCHERSON que aparece en varias composiciones aportando mucha sapiencia y modalismo tonal, y el grandísimo PHAROAH SANDERS recuperando su discurso más coltraneano.

El resultado es grandioso. “Beyond The Wall” es un disco espiritual y espirituoso al mismo tiempo. Los músicos fluyen en composiciones que dentro de su tradicionalidad, dejan mucho espacio para la técnica y la emoción. Desde “Calling”, envolvente y profunda, con SANDERS pletórico, pasando por la propia “Beyond The Wall”, con un lenguaje muy directo ideal para la improvisación, o la más reposada “Qing Wen”, acompañados por la vocalista Nedelka Echols, que es perfecta para que Hutcherson y Miller conversen entre ellos con armonías muy volátiles y absorbentes, el disco no pierde inspiración en ningún momento. Hay espacio también para sorpresas como los coros evocadores en donde la voz es un instrumento de “Kiss To The Skies” y “Gwoka”, donde Nedelka Echols se acompaña por otros cinco vocalistas más que omnipresentes siempre revolotean sobre las improvisaciones, creando un karma benevolente y atrayente, y por supuesto la referencia tibetana-oriental con monjes incluidos de “Realization (Marching Towards the Light)”, el momento místico del trabajo, experimentando con los modos y acordes de inspiración oriental.

Entre medias, la composición más larga, “Now”, sirve para el intercambio de fraseos entre todos los músicos (destacando un Hutcherson muy inspirado, que nuevamente se convierte en compañero complementario de Miller, que sigue en su posición de acordes a la Tyner…) y al final “May Peace Be Upon Them” se reserva la emoción y la magia, sin invitados, solo el cuarteto básico, construyendo un corte de improvisaciones muy coltraneanas por parte de KENNY GARRETT, y un espíritu elevado gracias a un Miller glorioso, centrado en sus arpegios atmosféricos y a un Brian Blade que simula la pegada y la fuerza de Elvin Jones, dando lugar a un corte que bien podría haber entrado en “Crescent” o “A Love Supreme”, sin problemas… Con la intensidad elevada y el alma tranquila, “Beyond The Wall” te deja así con ganas de más.

Es indiscutible que KENNY GARRETT tiene madera, tiene casta y tiene base suficiente para crear e interpretar desde las entrañas de la inspiración. El por qué sólo lo demuestra de vez en cuando es harina de otro costal. “Beyond The Wall” es probablemente uno de sus mejores trabajos y un disco imprescindible en cualquier discoteca post moderna del Jazz que se precie. Con acudir a GARRETT sin pretensiones se arregla. Así de vez en cuando uno se lleva sorpresas como esta.



“May Peace Be Upon Them”: https://www.youtube.com/watch?v=i-4VsHfWDEI