viernes, 26 de octubre de 2018

DYSRHYTHMIA - "Barriers and passages": rompiendo las fronteras musicales


Cuarto disco de estudio de este trío proveniente de Philadelphia. Y aunque sea lanzado por una compañía especializada en Metal Extremo, y sonidos agresivos varios, DYSRHYTHMIA son de todo menos una banda típica de este género. A pesar de mi desconocimiento previo sobre la banda, la primera impresión que me llevé al escuchar este "Barriers And Passages" fue de sorpresa, y pienso que aunque no sea un disco de consumo fácil, es uno de los mejores lanzamientos que han pasado por mis manos últimamente.

Totalmente instrumentales, la música de DYSRHYTHMIA es un compedio de Progresivo, Jazz y algo de Death del estilo CYNIC, ATHEIST y los propios DEATH. Una producción que, por el sonido del bajo conseguido, me recuerda a MACABRE, pero que nada tiene que ver musicalmente hablando con los de Chicago. Todos los amantes de la guitarra, el bajo y la batería estarán de enhorabuena con este disco porque van a flipar. El bajista, Colin Marston, me recuerda al gran Steve DiGiorgio (ahí es nada), es sencillamente una gozada escucharle. Kevin Hufnagel es sencillamente un maestro. Capaz de los fraseos más inverosímiles, que a veces recuerdan a John Scofield, otras a Al DiMeola y otras a THE DILLINGER ESCAPE PLAN (en la variedad está el gusto...); no para de cambiar las estructuras, volverte loco con cada idea que sale de sus dedos, y dejarte con una sensación de estar ante un grandísimo músico. Y Jeff Eber es el contrapunto absolutamente necesario para la maraña de riffs y sonidos que salen de los anteriores miembros. Un batería asombroso, que deja con el culo al aire a más de uno, y que me recuerda por su forma de tocar potente, y que parece que está haciendo un solo constante al batería de MASTODON, Brann Dailor. Escucha la esquizofrénica "Sleep Decayer" donde mete un solo increíble mientras sus dos compañeros machacan sus instrumentos, y no sabrás qué decir a buen seguro. 



Lo de menos son las composiciones, todo el disco es una composición es sí misma, donde el papel de la improvisación es fundamental. "Appeared At First" es quizás una de las más llamativas, pero también la locura, en lo que a cambio de estructuras se refiere, de "Seal? Breaker? Void"... Los aficionados al Progresivo que sean lo suficiente abiertos de mente como para soportar los pasajes caóticos a lo THE DILLINGER ESCAPE PLAN (que son minoritarios, pero estrictamente necesarios para que algunas composiciones te hagan llegar al éxtasis), tendrán en "Barriers And Passages" una alternativa brillante a los típicos discos instrumentales que a veces se sacan en el género, que más buscan las eternas cabalgadas guitarreras, que un buen trabajo de arreglos y estructura. Los aficionados al Metal Extremo que sean capaces de no escuchar ni una sola voz ni gutural ni de ningún tipo, tendrán oportunidad de comprobar lo que DEATH o CYNIC podrían ser si hubieran decidido componer un disco instrumental. 

Si conoces bandas como EPHEL DUATH o sobre todo LIQUID TENSION EXPERIMENT, DYSRHYTHMIA se unen a este tipo de bandas de excelentes facultades musicales, capaces de hacer lo que les da la gana en sus discos, con mucho espacio de libertad para que fluyan sus ideas y sus locuras variadas, para desesperación de unos y admiración de otros. Decía al principio de esta reseña que me sorprendió ver esta banda en un sello como Relapse. Ahora me doy cuenta de que son sellos como Relapse los que son capaces de sacar proyectos como este sin que piensen que es demasiado arriesgado. 

No es un disco apto para todos los púbicos, tampoco digo que sea un trabajo destinado exclusivamente para músicos (aunque no hay duda que le sacarán mucho más jugo a todo esto), pero no deja de ser una maravilla. Da igual la cantidad de veces que lo escuches, siempre tendrás la sensación de estar escuchando otro disco diferente en cada ocasión. Deja las dudas y los miedos ante lo raro a un lado, y lánzate sin paracaídas al abismo musical de "Barriers And Passages" de DYSRHYTHMIA. Una gozada. 

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miércoles, 10 de octubre de 2018

SASQUATCH - "Sasquatch": Bigfoot coge las guitarras



De reciente creación y ya con sus temas en el cine (en la película "Clerks" de Kevin Smith), SASQUATCH sorprenden por su nombre, pero no por su concepto musical. Desde su nacimiento en 2001 sólo una idea les ronda por la cabeza: Stoner Rock con multitud de elementos clásicos en su sonido. Así pues, al igual que muchos compatriotas suyos, reúnen todas las influencias de BLACK SABBATH, MOTÖRHEAD o LED ZEPPELIN y las trasladan a nuestros días.

Aunque utilizan muchos elementos mil veces antes oídos, con su sonido y poder musical consiguen convencer y hacerte pasar un rato agradable, si los escuchas sin muchas pretensiones. Ellos lo saben, dotando a su música de inmediatez, con temas que no duran mucho más de tres minutos, estructuras simples y directas... pero mucha calidad y ganas de divertir.

Temas rockeros, al más puro estilo BLACK SABBATH con un tono de voz irreverente y monolíticas guitarras que, sin grandes complicaciones, consiguen ser certeras y efectivas. Así ocurre en "Chemical Lady" o en "Dragon Fly". También hay espacio para temas más rápidos, dónde los riffs se basan en unas pocas notas para conseguir ser aún más directos, con un aire a MOTÖRHEAD que tira para atrás, como es el caso de "Believe It" o "Boss Hog".



Los experimentos psicodélicos de regusto años setenta se reservan para "Roller", o la soberbia "Knuckle Down", haciendo uso del wah-wah como sólo Jimi Hendrix sabía hacer y con un sólo de guitarra que se hace eterno. El Blues también está presente en "Money Man", un ejemplo de cómo con un par de acordes se puede construir una pedazo de canción, con una potente atmósfera y muchos guiños al pasado.

El sonido actualiza todo el universo musical de SASQUATCH, y lo traslada al siglo XXI. Distorsiones en las guitarras que aumentan su aspecto pétreo, su dureza y contundencia (que la hay y mucha en este disco), una voz arrastrada, sucia y acorde con la música. Pero ante todo diversión. No busques discursos exuberantes, grandes tecnicismos o revoluciones musicales. SASQUATCH es una banda de carretera, de club, no de grandes estadios, creada por amor a la música. Diversión como la que genera el tema "Yetti", haciendo referencia al famoso monstruo americano habitante de los bosques, y cuyas pesadas guitarras se asemejan a las pisadas de dicho espécimen. Diversión como la de la portada, con esas mujeres-yetti que parecen de piedra...

Hay veces que la música debe crearse para entretener, y el camino que ha elegido SASQUATCH es el adecuado para ello. Excelente Rock 'n' Roll, no busques más cosas.

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lunes, 1 de octubre de 2018

TO SEPARATE THE FLESH FROM THE BONES - "Utopia sadística": dejando fluir las perversiones más sádicas.


TO SEPARATE THE FLESH FROM THE BONES. Leyendo este sugerente nombre muchos pensaréis que hablo de una banda obsesionada por el gore. No os equivocáis. Si luego además observáis que estamos ante un disco que recorre en poco menos de media hora, 25 temas, no estaréis desencaminados si pensáis que es Grindcore. Lo que seguro que os va a descolocar bastante es que esta joven banda finlandesa formada en el 2003, se compone de tres personajes llamados Gas Lipstick, Niclas Etelävuori y Pasi Koskinen. ¿No os extraña? ¿Y si os dijera que son miembros de HIM y de AMORPHIS?... pues sí, podéis parpadear de nuevo. Estamos ante el debut de la banda paralela del batería de HIM y del frontman y el bajista de AMORPHIS. Desde luego no se puede decir que este disco les vaya a gustar a los numerosos fans de ambas bandas.

"Utopia Sadistica" es un buen disco de Grindcore, con todo lo que ello conlleva; es decir, influencias de CARCASS (y por consiguiente REPULSION) por todas partes. De esta manera, TO SEPARATE THE FLESH FROM THE BONES se estrenan con un larga duración editado por un subsello de Spinefarm, y que sale poco después de un Ep, "For Those About To Rot" en dónde, ¿homenajeando? en portada y título a AC/DC descargaban sus primeros blast-beats en la historia reciente del Grindcore.

Recogen así el testigo de bandas europeas similares, como ABADDON INCARNATE (algo que se aprecia en su amor por el CARCASS más añejo, mezclado con riffs pesados de onda más Death), REGURGITATE o NASUM (sobre todo en el predominio de las voces agudas). Pero, a pesar de que los presupuestos del Grindcore no dejan lugar para grandes innovaciones, consiguen mantener la atención a lo largo de 25 temas, en dónde combinan las partes puramente Grind, con otras más a medio tiempo y con riffs más pesados y pegadizos.



Hablar de cada tema sería imposible, además de inútil. Aunque suene a tópico, en este género lo que importa es el sonido de conjunto (muy bueno en producción por otra parte: sucia y pesada, pero a la vez audible). En cualquier caso hay algunos temas que destacan sobre el resto: por una parte los temas dónde las influencias de CARCASS y REPULSION son más que evidentes, pero sin caer en la imitación sin sentido como ocurre con EXHUMED. Temas como "Rotten Siege", "Meretricious Murderess" o "The Rot", donde colabora el gran Lee Dorrian son ejemplos claros: cargados de blast-beats, pero en combinación con ritmos de corte Thrash, e incluso partes más pegadizas tendentes al Death 'n' Roll que nos dejó CARCASS. Por otra parte, y en perfecta combinación con los temas más puramente Grindcore, destacan algunos temas más elaborados, con riffs más pesados, y medio tiempos en armonía con las partes más locas y rápidas. Esto sea aprecia en "Disconsolated Suffer", "Conflagration", "The Revolt" o el porno-gore "Drowned In Semen", pero sobretodo en el tema más largo de todo el disco (y me refiero a poca más de dos minutos), "The Final Extinction" con sólo de guitarra incluido.

Las letras, como es habitual en el género, repiten tópicos mil veces trallados, llenos de descripciones gores, pornografía sadomasoquista y extremidades afines. En cualquier caso, no me imagino esta música, extrema entre las extremas, tratando de otros temas (dejando a un lado la rama política fundada por NAPALM DEATH). Para que te puedas hacer una idea, échale un vistazo a los títulos de los temas.



Desde luego, "Utopia Sadistica" no es una nueva brecha que esté llamada a crear una revolución musical, pero es que en el Grindcore ya está todo inventado, lo que importa es que se haga bien y con personalidad, y TO SEPARATE THE FLESH FROM THE BONES no lo hacen mal en este sentido. Buen Grindcore, sólo apto para oídos entrenados en estas fronteras musicales. Sorprende ver como gente que procede de terrenos tan apacibles como HIM o AMORPHIS consigan tanta concentración de agresividad no exenta de calidad. ¡Date un festín de carne junto a ellos!

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NECRODEATH - "Fragments of Insanity": el camino hacia la locura en ocho capítulos


El caso de NECRODEATH es realmente paradigmático. Siendo uno de los pilares del Thrash y la música extrema italiana a finales de los ochenta junto a sus compatriotas BULLDOZER, el grupo del país mediterráneo no obtuvo un reconocimiento merecido hasta bien entrados los noventa cuando decidieron volver a retomar su carrera y sacar discos tan buenos como “Black As Pitch” o “100% Hell” y algún fiasco como su reciente “Draculea”. Y el motivo del silencio de diez años no fue precisamente inactividad de sus miembros, envueltos en proyectos tan dispares como CADAVERIA, los dioses SADIST o los aflamencados RAZA DE ODIO... En cualquier caso, NECRODEATH tuvo una posición consolidada en los ochenta y fue gracias a dos obras tan esenciales como “Into The Macabre” y “Fragments Of Insanity”, este último el motivo por el cual estoy escribiendo estas líneas.

Formando parte de la generación de la segunda mitad de los ochenta, las referencias básicas de NECRODEATH fueron (y siguen siendo) claras: Thrash agresivo y despiadado, mezclado con dosis de Black y Death, y siendo herederos del sonido SLAYER, POSSESSED, SODOM, HELLHAMMER y los primeros SEPULTURA. Estas sonoridades estuvieron presentes de manera cristalina desde sus inicios y su gran debut “Into The Macabre”, aún ingenuo pero con muchas buenas ideas, es un perfecto escaparate para apreciarlo. Corría el año 1986 / 1987 y aunque el sello no les ayudó a salir del más profundo anonimato, NECRODEATH no se rindió y mejoró su destreza compositiva siempre de la mano del enorme batería Peso, músico inquieto como pocos y el guitarrista Claudio, ya fuera de las filas de la banda en la actualidad. De esta manera en 1989 NECRODEATH editaba el disco que los confirmaba como uno de los nombres a seguir en la escena Thrash europea y para mi gusto uno de los discos más influyentes, que sin embargo no llegó a encumbrarles y de hecho acabó con la disolución de la banda. Nacía así “Fragments Of Insanity”, manteniendo el estilo Black/Thrash de su debut, pero moviéndolo hacia un lado más técnico, siguiendo una evolución similar a la de POSSESSED en su segundo disco o los primeros pasos de INFERNAL MAJESTY. Alcanzaban así una madurez que sin embargo no pudo verse refrendada con más lanzamientos hasta una década después.

El perfeccionamiento en la ejecución y la capacidad compositiva de los componentes de NECRODEATH se vio continuado con posterioridad en manos de Peso a través de SADIST (originalmente NECROSADIST), con una perspectiva más Death y llevando el potencial técnico a un extremo que competía directamente con DEATH, PESTILENCE, ATHEIST y compañía. ¿Habría ido en esta línea la música de NECRODEATH de haber seguido su periplo? No se podrá saber, pero “Fragments Of Insanity” demostraba una evolución que se vio cortada y sólo retomada en “Mater Of All Evil”, un disco que con más medios les devolvía a su sonido crudo primigenio. En consecuencia el disco motivo de esta retro-crítica se puede considerar como la cumbre compositiva de una banda que supo colocarse rápidamente con un estatus de culto y que pudo llegar más lejos de no haberse truncado su evolución. Un disco que sobre todo en lo que a complejidad rítmica y elaboración de sus riffs se refiere, debería estar entre los pilares del Thrash europeo más sádico y a la vez elaborado. Afortunadamente el nombre de NECRODEATH se mantuvo presente durante bastante tiempo aunque no tuviera reflejo discográfico hasta el final de siglo: muchas bandas los citaban entre sus influencias, y los aficionados a la música extrema los tenían como un nombre imprescindible. La música, una vez más, va más allá de lo que la coyuntura y el apoyo económico le permite.

Dando un repaso global a “Fragments Of Insanity”, el segundo disco de NECRODEATH reflejaba dos importantes mejoras en el seno de la banda: por un lado una producción más cuidada, que mantenía la agresividad Black de su música, esencial para la tonalidad despiadada de su cantante (y segundo guitarrista) por aquel entonces, Ingo, pero que permitía disfrutar de todos los detalles, algo importante dada la labor “atmosférica” presente en este disco en forma de secundarios y casi imperceptibles teclados y sobre todo guitarras acústicas que ayudan a dar variedad a algunos cortes y que se convierten en el lado “demoníaco” de la música de los italianos, en detrimento de la velocidad y el toque más Black de su debut. Además, en el aspecto del sonido, un nombre sale victorioso: Peso. El trabajo rítmico de este hombre se convierte en uno de los pilares del disco gracias a la producción que lo convierte en una apisonadora imprescindible en el desarrollo de todos y cada uno de los temas. La otra mejora con respecto a “Into The Macabre” ya ha sido desvelada por mi parte en el párrafo precedente: NECRODEATH ampliaba el minutaje de los temas y se dejaba llevar por estructuras complejas y patrones rítmicos más variados, lo que permitía disfrutar de unas dotes técnicas muy competentes, tanto de Claudio como sobre todo de Peso, ambos llevando a cabo constantes cambios de ritmo en donde la voz de Ingo y el bajo firme y compacto de Paolo se mantenían como el hilo conductor de la agresividad innata de la banda italiana.



El piano de “Choose Your Death” es el enigmático inicio que sirve de apertura del disco, con un tema que comienza de una manera rítmica y disonante, un corte gélido en las guitarras y abrasante gracias al doble bombo constante de Peso. Pronto la voz de Ingo nos mete de lleno en el infierno particular de NECRODEATH, acelerándose las guitarras y metiendo el turbo, sacando a la luz la cara más Black de los italianos. Sin embargo, lejos de acomodarse en un ritmo y una estructura, NECRODEATH no para de hacer cambios en el patrón de “Choose Your Death”, dejando espacio para el lucimiento constante de Peso y toques de brillantez solista para Claudio. Sin duda la banda anduvo muy inspirada a la hora de componer este tema y de elegirlo para abrir este grandísimo disco, más de cinco minutos de auténtica locura. “Thanatoid” comienza de una manera igual de gélida y enigmática, pero sigue patrones más groovies y pegadizos, siendo uno de los temas cuyos riffs pueden sonar más típicamente Thrash de todo el trabajo. Y es que los riffs a medio tiempo que sirven de hilo conductor pueden parecer “manidos”, pero no dejan de ser eficientes por méritos propios, al igual que las constantes melodías oscuras y afiladas que se saca la guitarra de Claudio de la manga, todo ello sin dejar a un lado los constantes cambios de ritmo para perderse y disfrutar. Otro punto más para los italianos en el camino a su goleada particular.

En el camino al aniquilamiento total, “State Of Progressive Annihilation” se convierte en un momento de absoluta maldad: riffs veloces y afilados a más no poder, un patrón rítmico despiadado y extremo y la voz de Ingo en su faceta siempre cercana al Black... todo nos conduce a la locura, incluso la inclusión de pequeños pasajes de ritmos más accesibles que no dejan las cervicales de nadie sanas. Sin descanso, sin dar tiempo a tomar aire, el tema se ve enlazado con una composición instrumental donde las acústicas hacen una breve y primeriza aparición. “Metempsychosis” continúa así la estructura rítmica del corte precedente, pero permitiendo demostrar el dominio de las seis cuerdas de Claudio y el propio Ingo en la segunda guitarra. Cuatro minutos para no parar de hacer “air-guitar” y mover la cabeza de un lado a otro. Se llega así al tema título del disco, para mi gusto uno de los más representativos de los que es “Fragments Of Insanity”. El acelerador se vuelve a apretar, pero siempre dejando espacio a pasajes a medio tiempo matadores para el cuello de cualquiera con sangre en sus venas. Nuevamente el elemento atmosférico se vuelve esencial, esta vez en manos de unos teclados casi imperceptibles pero que dan un aire fantasmal al tema, así como unas melodías de guitarra heladas y que desatan la locura en nuestras cabezas. Todos los elementos que demuestra NECRODEATH en su segundo trabajo están presentes en poco más de cinco minutos que no deben pasar desapercibidos para los aficionados al Thrash.

Entre los momentos de lucimiento para la voz diabólica y esquizofrénica de Ingo, “Enter My Subconscious” sería uno de los más importantes. Doblándose en su labor con las cuerdas vocales para dar una sensación de multipersonalidad fundamental y acorde con la temática de la composición, la voz del entonces frontman de la formación italiana encaja a la perfección en un tema veloz y agresivo, en el que tampoco faltan momentos para el groove y la atmósfera, nuevamente con la presencia testimonial de unas guitarras acústicas que no te esperas. “Stillbirth” quizás sea más arquetípico, siendo el tema más oscuro y pesado de todo el disco, sobre todo en sus primeros compases (nuevamente con una sutil labor de guitarras acústicas y teclados que terminan de redondear la atmósfera). Instrumentalmente hablando, lo mejor es la sobresaliente línea de bajo de Paolo, además de la siempre certera labor de Ingo con su voz, pero no hay que obviar un trabajo de riffs más rítmico y accesible que por momentos se vuelve casi obsesivo en nuestras mentes. Y finalmente, “Eucharistical Sacrifice”, tan enigmático como su título, supone una conexión directa con el debut de NECRODEATH. El cariz más Black y “cazurro” vuelve a la música de la banda italiana dejando la complejidad técnica en un plano más secundario. Para mi gusto, el final perfecto para redondear un disco que se hace cortísimo, y lo digo porque así la banda demuestra que no se olvida de su raíz musical que bebía directamente del Black más prototípico y despiadado.

“Fragments Of Insanity” hace honor a su título y nos regala ocho fragmentos de locura y maldad. Una banda que aún no gozaba de reconocimiento más que en círculos reducidos, pero que era considerada de auténtico culto (algunos como los siempre amados-odiados CRADLE OF FILTH los consideran dioses de juventud...), algo que se vio consolidado cuando tras su vuelta en 1999, recuperaron el nombre que siempre habían tenido pero que no habían conseguido expandir lo suficiente. Actualmente, aunque ya sólo esté Peso de los miembros originales, NECRODEATH sigue dando muestras de ser un grupo a tener muy en cuenta, aunque su última obra “Draculea” nos haya dejado a algunos un poco fríos. 

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)