lunes, 1 de octubre de 2018

NECRODEATH - "Fragments of Insanity": el camino hacia la locura en ocho capítulos


El caso de NECRODEATH es realmente paradigmático. Siendo uno de los pilares del Thrash y la música extrema italiana a finales de los ochenta junto a sus compatriotas BULLDOZER, el grupo del país mediterráneo no obtuvo un reconocimiento merecido hasta bien entrados los noventa cuando decidieron volver a retomar su carrera y sacar discos tan buenos como “Black As Pitch” o “100% Hell” y algún fiasco como su reciente “Draculea”. Y el motivo del silencio de diez años no fue precisamente inactividad de sus miembros, envueltos en proyectos tan dispares como CADAVERIA, los dioses SADIST o los aflamencados RAZA DE ODIO... En cualquier caso, NECRODEATH tuvo una posición consolidada en los ochenta y fue gracias a dos obras tan esenciales como “Into The Macabre” y “Fragments Of Insanity”, este último el motivo por el cual estoy escribiendo estas líneas.

Formando parte de la generación de la segunda mitad de los ochenta, las referencias básicas de NECRODEATH fueron (y siguen siendo) claras: Thrash agresivo y despiadado, mezclado con dosis de Black y Death, y siendo herederos del sonido SLAYER, POSSESSED, SODOM, HELLHAMMER y los primeros SEPULTURA. Estas sonoridades estuvieron presentes de manera cristalina desde sus inicios y su gran debut “Into The Macabre”, aún ingenuo pero con muchas buenas ideas, es un perfecto escaparate para apreciarlo. Corría el año 1986 / 1987 y aunque el sello no les ayudó a salir del más profundo anonimato, NECRODEATH no se rindió y mejoró su destreza compositiva siempre de la mano del enorme batería Peso, músico inquieto como pocos y el guitarrista Claudio, ya fuera de las filas de la banda en la actualidad. De esta manera en 1989 NECRODEATH editaba el disco que los confirmaba como uno de los nombres a seguir en la escena Thrash europea y para mi gusto uno de los discos más influyentes, que sin embargo no llegó a encumbrarles y de hecho acabó con la disolución de la banda. Nacía así “Fragments Of Insanity”, manteniendo el estilo Black/Thrash de su debut, pero moviéndolo hacia un lado más técnico, siguiendo una evolución similar a la de POSSESSED en su segundo disco o los primeros pasos de INFERNAL MAJESTY. Alcanzaban así una madurez que sin embargo no pudo verse refrendada con más lanzamientos hasta una década después.

El perfeccionamiento en la ejecución y la capacidad compositiva de los componentes de NECRODEATH se vio continuado con posterioridad en manos de Peso a través de SADIST (originalmente NECROSADIST), con una perspectiva más Death y llevando el potencial técnico a un extremo que competía directamente con DEATH, PESTILENCE, ATHEIST y compañía. ¿Habría ido en esta línea la música de NECRODEATH de haber seguido su periplo? No se podrá saber, pero “Fragments Of Insanity” demostraba una evolución que se vio cortada y sólo retomada en “Mater Of All Evil”, un disco que con más medios les devolvía a su sonido crudo primigenio. En consecuencia el disco motivo de esta retro-crítica se puede considerar como la cumbre compositiva de una banda que supo colocarse rápidamente con un estatus de culto y que pudo llegar más lejos de no haberse truncado su evolución. Un disco que sobre todo en lo que a complejidad rítmica y elaboración de sus riffs se refiere, debería estar entre los pilares del Thrash europeo más sádico y a la vez elaborado. Afortunadamente el nombre de NECRODEATH se mantuvo presente durante bastante tiempo aunque no tuviera reflejo discográfico hasta el final de siglo: muchas bandas los citaban entre sus influencias, y los aficionados a la música extrema los tenían como un nombre imprescindible. La música, una vez más, va más allá de lo que la coyuntura y el apoyo económico le permite.

Dando un repaso global a “Fragments Of Insanity”, el segundo disco de NECRODEATH reflejaba dos importantes mejoras en el seno de la banda: por un lado una producción más cuidada, que mantenía la agresividad Black de su música, esencial para la tonalidad despiadada de su cantante (y segundo guitarrista) por aquel entonces, Ingo, pero que permitía disfrutar de todos los detalles, algo importante dada la labor “atmosférica” presente en este disco en forma de secundarios y casi imperceptibles teclados y sobre todo guitarras acústicas que ayudan a dar variedad a algunos cortes y que se convierten en el lado “demoníaco” de la música de los italianos, en detrimento de la velocidad y el toque más Black de su debut. Además, en el aspecto del sonido, un nombre sale victorioso: Peso. El trabajo rítmico de este hombre se convierte en uno de los pilares del disco gracias a la producción que lo convierte en una apisonadora imprescindible en el desarrollo de todos y cada uno de los temas. La otra mejora con respecto a “Into The Macabre” ya ha sido desvelada por mi parte en el párrafo precedente: NECRODEATH ampliaba el minutaje de los temas y se dejaba llevar por estructuras complejas y patrones rítmicos más variados, lo que permitía disfrutar de unas dotes técnicas muy competentes, tanto de Claudio como sobre todo de Peso, ambos llevando a cabo constantes cambios de ritmo en donde la voz de Ingo y el bajo firme y compacto de Paolo se mantenían como el hilo conductor de la agresividad innata de la banda italiana.



El piano de “Choose Your Death” es el enigmático inicio que sirve de apertura del disco, con un tema que comienza de una manera rítmica y disonante, un corte gélido en las guitarras y abrasante gracias al doble bombo constante de Peso. Pronto la voz de Ingo nos mete de lleno en el infierno particular de NECRODEATH, acelerándose las guitarras y metiendo el turbo, sacando a la luz la cara más Black de los italianos. Sin embargo, lejos de acomodarse en un ritmo y una estructura, NECRODEATH no para de hacer cambios en el patrón de “Choose Your Death”, dejando espacio para el lucimiento constante de Peso y toques de brillantez solista para Claudio. Sin duda la banda anduvo muy inspirada a la hora de componer este tema y de elegirlo para abrir este grandísimo disco, más de cinco minutos de auténtica locura. “Thanatoid” comienza de una manera igual de gélida y enigmática, pero sigue patrones más groovies y pegadizos, siendo uno de los temas cuyos riffs pueden sonar más típicamente Thrash de todo el trabajo. Y es que los riffs a medio tiempo que sirven de hilo conductor pueden parecer “manidos”, pero no dejan de ser eficientes por méritos propios, al igual que las constantes melodías oscuras y afiladas que se saca la guitarra de Claudio de la manga, todo ello sin dejar a un lado los constantes cambios de ritmo para perderse y disfrutar. Otro punto más para los italianos en el camino a su goleada particular.

En el camino al aniquilamiento total, “State Of Progressive Annihilation” se convierte en un momento de absoluta maldad: riffs veloces y afilados a más no poder, un patrón rítmico despiadado y extremo y la voz de Ingo en su faceta siempre cercana al Black... todo nos conduce a la locura, incluso la inclusión de pequeños pasajes de ritmos más accesibles que no dejan las cervicales de nadie sanas. Sin descanso, sin dar tiempo a tomar aire, el tema se ve enlazado con una composición instrumental donde las acústicas hacen una breve y primeriza aparición. “Metempsychosis” continúa así la estructura rítmica del corte precedente, pero permitiendo demostrar el dominio de las seis cuerdas de Claudio y el propio Ingo en la segunda guitarra. Cuatro minutos para no parar de hacer “air-guitar” y mover la cabeza de un lado a otro. Se llega así al tema título del disco, para mi gusto uno de los más representativos de los que es “Fragments Of Insanity”. El acelerador se vuelve a apretar, pero siempre dejando espacio a pasajes a medio tiempo matadores para el cuello de cualquiera con sangre en sus venas. Nuevamente el elemento atmosférico se vuelve esencial, esta vez en manos de unos teclados casi imperceptibles pero que dan un aire fantasmal al tema, así como unas melodías de guitarra heladas y que desatan la locura en nuestras cabezas. Todos los elementos que demuestra NECRODEATH en su segundo trabajo están presentes en poco más de cinco minutos que no deben pasar desapercibidos para los aficionados al Thrash.

Entre los momentos de lucimiento para la voz diabólica y esquizofrénica de Ingo, “Enter My Subconscious” sería uno de los más importantes. Doblándose en su labor con las cuerdas vocales para dar una sensación de multipersonalidad fundamental y acorde con la temática de la composición, la voz del entonces frontman de la formación italiana encaja a la perfección en un tema veloz y agresivo, en el que tampoco faltan momentos para el groove y la atmósfera, nuevamente con la presencia testimonial de unas guitarras acústicas que no te esperas. “Stillbirth” quizás sea más arquetípico, siendo el tema más oscuro y pesado de todo el disco, sobre todo en sus primeros compases (nuevamente con una sutil labor de guitarras acústicas y teclados que terminan de redondear la atmósfera). Instrumentalmente hablando, lo mejor es la sobresaliente línea de bajo de Paolo, además de la siempre certera labor de Ingo con su voz, pero no hay que obviar un trabajo de riffs más rítmico y accesible que por momentos se vuelve casi obsesivo en nuestras mentes. Y finalmente, “Eucharistical Sacrifice”, tan enigmático como su título, supone una conexión directa con el debut de NECRODEATH. El cariz más Black y “cazurro” vuelve a la música de la banda italiana dejando la complejidad técnica en un plano más secundario. Para mi gusto, el final perfecto para redondear un disco que se hace cortísimo, y lo digo porque así la banda demuestra que no se olvida de su raíz musical que bebía directamente del Black más prototípico y despiadado.

“Fragments Of Insanity” hace honor a su título y nos regala ocho fragmentos de locura y maldad. Una banda que aún no gozaba de reconocimiento más que en círculos reducidos, pero que era considerada de auténtico culto (algunos como los siempre amados-odiados CRADLE OF FILTH los consideran dioses de juventud...), algo que se vio consolidado cuando tras su vuelta en 1999, recuperaron el nombre que siempre habían tenido pero que no habían conseguido expandir lo suficiente. Actualmente, aunque ya sólo esté Peso de los miembros originales, NECRODEATH sigue dando muestras de ser un grupo a tener muy en cuenta, aunque su última obra “Draculea” nos haya dejado a algunos un poco fríos. 

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario