domingo, 17 de agosto de 2014

ALKALINOS - "Esto No Es Amor, Es Rock n' Roll": La frescura de lo clásico


A veces nos olvidamos de lo esencial: el pasarlo bien sin más. Esta máxima es aplicable a cualquier aspecto de la vida, pero en particular la utilizo aquí pensando en la música. Las etiquetas se van multiplicando una detrás de otra y al final no sabemos ya ni qué escuchamos. Por eso da gusto encontrarse con un grupo como ALKALINOS. ¿Por qué? Porque lo suyo, efectivamente, no es amor, es Rock ‘n’ Roll. Es diversión, frescura y sencillez, no exento de ideas, más bien al contrario: es un auténtico manifiesto de cómo con lo básico en instrumentación y composición se pueden hacer grandes cosas, y no son unos AC-DC de la vida, no, van mucho más allá, incluso uno puede adivinar ciertas dosis progresivo setenteras en su música, pero al final todo se define de una manera muy simple: Rock, sin más y del bueno, del que te hace mover los pies como dicen en el tema de apertura que da título a este segundo disco de ALKALINOS, “Esto no es amor, es Rock ‘n’ Roll”. Rock tan excitante como directo y sin tapujos.

El trío de la zona de Béjar y Puerto de Béjar en Salamanca, formado por Juanma en el bajo y la voz, Keko en la guitarra y Edu en la batería saca con “Esto no es amor, es Rock ‘n’ Roll” su segundo trabajo después de “El Traje” que supuso su debut. Y los principios son los mismos pero mejorados: en producción, en centrar las ideas y sobre todo en dominio de sus propios instrumentos, especialmente las guitarras, generando un disco mucho más intenso, completo y con composiciones más desarrolladas, que sin perder ni un gramo de frescura ni inmediatez, ganan en su ejecución, mucho más variada y abierta. Sirva de ejemplo uno de los temas más Heavys, “No Llores Rock ‘n’ Roll” que está a medio camino entre TOPO, BARÓN ROJO y LOS SUAVES, dejando el lado más urbano de LEÑO y sus derivados en un segundo plano. Algún ramalazo Reggae y Ska que tenían en “El Traje” se ha perdido en el camino, centrando los cortes en un Rock mucho más directo y efectivo, pero no por ello estamos hablando de un trabajo corto de miras, todo lo contrario. Las letras de Juanma, centradas en el día a día de los músicos, en la propia alabanza del Rock y en las incertidumbres y problemas típicos de cualquier persona que va madurando y cambia su vida, tienen un colchón musical muy amplio rítmicamente hablando (Edu tiene mucha inventiva en sus acompañamientos) como sobre todo en el apartado solista.

Y es que, sin desmerecer la labor de Edu y Juanma (y el segundo tiene un gran dominio del bajo, no centrado en el mero acompañamiento una octava por debajo de las guitarras), brilla con luz propia Keko, con influencias que van desde el Rock urbano, el Rock setentero, el Blues y hasta el Jazz (a veces recuerda a FITO Y FITIPALDIS / PLATERO Y TÚ en este sentido, llenando la frescura de su base con la riqueza de JOHN MAYALL, GEORGE THOROGOOD o JJ CALE). “A fuego”, “Bang” o “Sigo Vivo” serían ejemplos de lucimiento para este gran músico, que se encuentra perfectamente acompañado por el resto de integrantes de ALKALINOS. El ámbito algo más relajado y sentimental lo podemos encontrar en “Monstruos” un corte más melódico y con cierto aire melancólico, mientras que el más radiofónico, sin quitar que cualquiera de los cortes dicho es potencialmente un single, lo tenemos en “Bye, Bye”, un corte que puede funcionar muy bien como cierre en sus conciertos para ser coreado por el público y porque se queda fácilmente pegado. Igual que “Todo Irá Bien”, directo y sin complejos, puro Rock “de antaño”, que es puro LEÑO para mi gusto, con un gran solo muy bluesy por parte de Keko. En general el disco al completo está muy bien encajado, no hay espacio para el aburrimiento ni para el relleno, y no es un tópico, es una sensación real.

Si con el nombre del grupo quieren dar energía a sus oyentes como si de pilas fueran, ALKALINOS lo ha conseguido con su segundo trabajo, “Esto no es amor, es Rock ‘n’ Roll”. Con una producción honesta y de puro directo, un puñado de composiciones sin complejos y que son el A-B-C del Rock y la vitalidad de tres músicos a los que les gusta lo que hacen, tenemos un disco que es seña de identidad de un grupo a tener muy en cuenta. Desde Béjar para el mundo ¡ALKALINOS!

"No Llores Rock 'n' Roll": http://youtu.be/KirQJQYqFJY





viernes, 8 de agosto de 2014

BILL EVANS - "The Alternative Man": La energía de la juventud



Para muchos BILL EVANS es un usurpador… Él no tiene la culpa, pero llamarse igual que un pianista de Jazz tan mítico te hace ganar puntos en las tiendas que tienen los discos organizados alfabéticamente. Sin embargo, que constantemente te pongan entre paréntesis el instrumento que usas para diferenciar, no debe ser algo agradable. Se da por hecho que el otro Bill Evans es el importante, el que todo el mundo sabe quién es y qué toca, y tú necesitas que te pongan el subtítulo… Dejando esta cuestión a un lado, BILL EVANS no se dedicó al piano, y sí al Jazz, pero desde otros ámbitos. Como otros muchos, BILL EVANS surgió de MILES DAVIS en los ochenta. También de la tercera reencarnación de la MAHAVISHNU ORCHESTRA de John McLaughlin… y “The Alternative Man” fue su presentación en sociedad como un buen compositor y mejor improvisador, capaz de aglutinar todos los sonidos de la Fusión de los setenta y los ochenta en un único trabajo, cuya producción envejece regular, como luego comentaré.

Iré por partes: “The Alternative Man” es para mi gusto el mejor trabajo de BILL EVANS, pese a que aún no había explotado como referente Smooth, cosa que haría años más tarde una vez que se dejó de experimentos con el Rap en “Push”, a partir de “Escape” y sobre todo “Starfish & The Moon”, al que le seguiría un “Touch” muy sensiblero y radiofónico, que también tenía un buen nivel. En este debut de 1985, que sería seguido por una serie de discos en directo made in Japan que sirven de muestra de la efusividad improvisatoria de BILL EVANS, el joven saxofonista se deja llevar por todas sus inquietudes, desde la propia portada, que en el vinilo original se desplegaba mostrando a BILL EVANS en una habitación repleta de cosas y en desorden, indicando el propio Bill que era parte de su personalidad. Rock, Reggae, Jazz en sentido estricto, Smooth… todo con composiciones enérgicas, pegadizas y repletas de colaboraciones que aumentan el grado de disfrute del trabajo, y que sirven de vehículo de expresión para un BILL EVANS heredero de Coltrane y Sonny Rollins a partes iguales, con un lenguaje Post-Bop de gran calado técnico, pero sin abandonar la melodía.

Lo peor de “The Alternative Man” es su producción. El disco es puramente ochentero, para bien y para mal. Los instrumentos acústicos suenan bien, pero la mayoría de los cortes se llenan de ritmos enlatados y percusiones sintéticas, o simplemente la batería de Danny Gottlieb está procesada y por tanto suena artificial, envejeciendo regular el disco con el paso de los años. Esto es evidente si comparamos las composiciones de “The Alternative Man” que aparecen en el directo de 1989 “Let The Juice Loose”, donde Dennis Chambers suena potente y los cortes se convierten en temas de eufórico Post-Bop con ambientación y excitación Rock. Por lo demás, “The Alternative Man” es un trabajo redondo, destacando los cortes más excitantes, como el ya citado “Let The Juice Loose” (con Marcus Miller como estrella en el bajo), el propio “The Alternative Man” o “Jojo”, donde el protagonismo improvisatorio se reparte entre Evans y guitarristas como Jeff Golub o Hiram Bullock. Por otro lado destacan los cortes “homenaje” a las bandas donde BILL EVANS se formó como músico: a Miles Davis en un superlativo “Miles Away” junto a Marcus Miller y Al Foster (el único tema totalmente acústico del trabajo) y sobre todo “Flight Of The Falcon”, composición de Evans usada en la MAHAVISHNU ORCHESTRA y que interpreta junto a John McLaughlin de manera soberbia, ganando intensidad por momentos. Y en cuanto al resto, ya sea de forma más tranquila, o manteniendo la excitación, la media se mantiene muy bien.  

Dejando a un lado que “The Alternative Man” es un producto de su época, BILL EVANS dio un buen puñetazo en la mesa con este disco, el único que sacó para Blue Note (que no supo muy bien qué hacer con él) y que, una vez pasada su etapa con Miles y la MAHAVISHNU ORCHESTRA, sirvió para iniciar una carrera en los noventa que aún sigue hoy en día con muy buen resultado. Usurpador o no, BILL EVANS tiene su sitio en el mundo del Jazz Fusión.





martes, 5 de agosto de 2014

JOHN SCOFIELD - "Überjam Deux": Segundas partes nunca fueron buenas, o sí...


Siempre digo que en el mundo del Jazz Contemporáneo hay tres guitarristas que surgieron de la misma escuela y tuvieron al mismo profesor, pero que cada uno ha desarrollado su propia personalidad totalmente diferenciada y propia: por un lado PAT METHENY, que es más una estrella del Rock que otra cosa, últimamente muy inquieto con su nuevo grupo Unity. Por otro lado BILL FRISELL, el raro, el señor de los experimentos y de los sonidos exóticos. Finalmente JOHN SCOFIELD, con la cara-cruz de haber pasado por las manos de MILES DAVIS y teniendo en su carrera altibajos, pero siempre con un sonido muy característico. De este último toca hablar. Después de una trayectoria abultada, con colaboraciones y discos de todo tipo, en 1998 JOHN SCOFIELD lanzó “A Go-Go” del que ya he hablado alguna vez, con un trío aún por explotar que se estaba poniendo de moda, MEDESKI, MARTIN & WOOD, heredero de Booker T. & the M.G.'s, reutilizando la suciedad del Funk con el lenguaje del Jazz. El resultado fue fresco y divertido, lleno de Groove que se contagia. Poco después repetiría SCOFIELD la fórmula aunque con formación cambiante y ampliada en “Bump” y finalmente la trilogía se cerró en 2002 con un disco “Überjam” que era la síntesis de lo buscado: improvisación, crossover y Groove Funky, todo en uno.

Después de aquel disco JOHN SCOFIELD volvió a reinventarse y divagó entre el Blues, el Gospel, la música orquestal y el intimismo, hasta el año pasado, que el cuerpo le volvió a pedir diversión y anunció “Überjam Deux”, algo más de diez años después del primero. De los originales presentes en “Überjam” repiten el guitarrista y otras muchas cosas más, Avi Bortnick, el bajista Andy Hess y el batería Adam Deitch, además de Medeski en la mitad de los cortes y algunas otras colaboraciones. Y en cuanto a la idea era la misma: coger el Soul y el Funky como base, llenarlo de improvisaciones guitarreras y aprovechar el talento con los aparatitos y los efectos de Medeski y Bortnick para que el resultado sea sorprendente. Eso sí, se nota que SCOFIELD entre medias había vuelto a colaborar con MEDESKI, MARTIN & WOOD y que sus ideas estaban mucho más asentadas, porque el resultado es más completo y está mejor compactado que en “Überjam”, donde algunas ideas divagaban en exceso. Aquí no, aquí no parece que sobre ni que falte nada y Bortnick especialmente aporta la inventiva que MEDESKI hizo en su momento en “A Go-Go”.

El disco se abre con “Camelus”, de una forma muy inquietante, con elementos de percusión electrónica, que pronto se tornan en puro Funky groovie y adictivo. Igual que lo es “Boogie Stupid”, que recuerda mucho a “A Go-Go”, en un tono más Blues. En el terreno de la excitación improvisatoria, “Endless Summer” es un mano a mano entre Bortnick y Scofield, con líneas melódicas muy atractivas y un ritmo constante, machacón y pegadizo que no se termina de ir, y “Cracked Ice” desde un punto de vista más Jazz-Funk, hará que no paremos de mover los pies gracias a la batería y a los acordes rítmicos de Bortnick. “Al Green Song”, como el título reza, es puro Jazz Soul, con una ambientación muy conseguida de los teclados de Medeski, “Dub Dub”, por su parte, es un guiño al Reggae, y la balada “Curtis Knew” es pura alma, con una guitarra de SCOFIELD que canta más que toca. En el plano de las experimentaciones tenemos “Torero”, con un leve aire aflamencado y mucho efecto de la mano de Medeski y del propio Bortnick y “Snake Dance”, uno de los temas más largos, se deja llevar por efectos en las guitarras y percusiones de lo más variadas.

El resultado, insisto, está mucho más centrado que “Überjam”, pero al mismo tiempo sigue teniendo el puntito aventurero y sorprendente de aquel, menos cuadriculado que “A Go-Go” y más suelto que “Bump”. Aquello de que segundas partes nunca fueron buenas no se cumple en “Überjam Deux”, que es una versión mejorada de la idea que dio a luz aquel trabajo hace más de diez años (¡cómo pasa el tiempo!). ¿Qué deparará el futuro a JOHN SCOFIELD? Veremos, quieto no se va a quedar.





viernes, 1 de agosto de 2014

JAZZ Y MÚSICA ELECTRÓNICA: Una hermandad no siempre pacífica


Esta entrada del Blog no está dedicada a ningún disco en particular. Tampoco a un estilo o género como tal. Sino más bien a un conjunto de artistas que en mayor o menor medida han experimentado en las fronteras del Jazz en lo que a instrumentación se refiere, dejando a un lado los instrumentos acústicos, o no siendo tan predominantes, y llenando su lenguaje de elementos electrónicos, bien sean samplers, bases rítmicas, efectos o elementos afines. Algunos lo llaman Nu-Jazz, en esta obcecación por ponerle nombre a todo. Otros preferimos simplemente llamarlo Fusión, y así se engloba todo. En cualquier caso hablamos de dos mundos que siempre se han separado por los puristas y que ha dado como resultado trabajos cuanto menos interesantes.

La comunión entre la música electrónica y el Jazz no es extraña: ya MILES DAVIS experimentó con ello y en la fusión de los ochenta, algún que otro músico también utilizó cajas de ritmos y samplers para configurar su universo musical. Sin embargo la principal escuela de estos sonidos viene de Europa, a medio camino entre el Acid Jazz, el Ambient y el Drum ‘n’ Bass. Todos ellos géneros que tienen un desarrollo propio, algunos como el Acid (y sus derivados) partiendo del Jazz como lenguaje libre de base, pero alejándose de los cánones del estilo en su sentido clásico. Sin embargo, desde “el otro lado”, es decir el de los músicos de Jazz, dejando instrumentos “eléctricos” a un lado, siempre se ha mirado con estupor la electrónica prefabricada.

En Escandinavia encontramos varios ejemplos de músicos sin estos complejos. Uno de los pioneros fue JAN GARBAREK, que encontró en BUGGE WESSELTOFT la horma de su zapato y en “Rites” mezcló la electrónica ambiental y el Folk noruego con sus dotes improvisatorias como si siempre hubieran sido hermanos. También tenemos por ahí a un heredero de Miles, NILS PETTER MOLVAER, que siempre ha gustado de remezclas y sonidos enlatados como acompañamiento a sus frías ejecuciones, como ocurre en “Kher”. El propio WESSELTOFT, al mismo tiempo que obras acústicas bajo su nombre, sigue realizando colaboraciones en formato electrónico que rozan el Acid Jazz, como sus dúos con la cantante SIDSEL ENDRESEN y dando una “nueva concepción al Jazz” en solitario. Otro seguidor de Miles y las mezcolanzas de MOLVAER, pero desde el lado francés, ERIK TRUFFAZ le gusta experimentar con pedaleras y ecos varios, manteniendo ritmos muy pegadizos como colchón de fondo, y finalmente, como último ejemplo personal, un grupo algo más ajeno al Jazz, metido en la escena Acid y Trip Hop, como es BEADY BELLE.

Estas mezclas no siempre caen bien, y sino que se lo pregunten a los seguidores de BRAD MEHLDAU con su último y grandísimo trabajo en mi opinión junto a MARK GUILIANA… “Mehliana”. Sin embargo, yo creo que si la música está bien elaborada y el desarrollo de las composiciones lo demanda, como ocurre en estos casos ¡qué más da que sea electrónico o natural! Juzgad vosotros mismos.

JAN GARBAREK y BUGGE WESSELTOFT: Vídeo

NILS PETTER MOLVAER: Vídeo

NILS PETTER MOLVAER (ultimo trabajo): Vídeo

SIDSEL ENDRESEN y BUGGE WESSELTOFT: Vídeo

BUGGE WESSELTOFT NEW CONCEPTION OF JAZZ: Vídeo

ERIK TRUFFAZ: Vídeo

BEADY BELLE: Vídeo

BRAD MEHLDAU & MARK GUILIANA: Vídeo