Para muchos BILL EVANS es un
usurpador… Él no tiene la culpa, pero llamarse igual que un pianista de Jazz
tan mítico te hace ganar puntos en las tiendas que tienen los discos
organizados alfabéticamente. Sin embargo, que constantemente te pongan entre
paréntesis el instrumento que usas para diferenciar, no debe ser algo
agradable. Se da por hecho que el otro Bill Evans es el importante, el que todo
el mundo sabe quién es y qué toca, y tú necesitas que te pongan el subtítulo…
Dejando esta cuestión a un lado, BILL EVANS no se dedicó al piano, y sí al
Jazz, pero desde otros ámbitos. Como otros muchos, BILL EVANS surgió de MILES
DAVIS en los ochenta. También de la tercera reencarnación de la MAHAVISHNU
ORCHESTRA de John McLaughlin… y “The Alternative Man” fue su presentación en
sociedad como un buen compositor y mejor improvisador, capaz de aglutinar todos
los sonidos de la Fusión de los setenta y los ochenta en un único trabajo, cuya
producción envejece regular, como luego comentaré.
Iré por partes: “The Alternative
Man” es para mi gusto el mejor trabajo de BILL EVANS, pese a que aún no había
explotado como referente Smooth, cosa que haría años más tarde una vez que se
dejó de experimentos con el Rap en “Push”, a partir de “Escape” y sobre todo “Starfish
& The Moon”, al que le seguiría un “Touch” muy sensiblero y radiofónico,
que también tenía un buen nivel. En este debut de 1985, que sería seguido por
una serie de discos en directo made in Japan que sirven de muestra de la
efusividad improvisatoria de BILL EVANS, el joven saxofonista se deja llevar
por todas sus inquietudes, desde la propia portada, que en el vinilo original
se desplegaba mostrando a BILL EVANS en una habitación repleta de cosas y en
desorden, indicando el propio Bill que era parte de su personalidad. Rock,
Reggae, Jazz en sentido estricto, Smooth… todo con composiciones enérgicas,
pegadizas y repletas de colaboraciones que aumentan el grado de disfrute del
trabajo, y que sirven de vehículo de expresión para un BILL EVANS heredero de
Coltrane y Sonny Rollins a partes iguales, con un lenguaje Post-Bop de gran
calado técnico, pero sin abandonar la melodía.
Lo peor de “The Alternative Man”
es su producción. El disco es puramente ochentero, para bien y para mal. Los
instrumentos acústicos suenan bien, pero la mayoría de los cortes se llenan de
ritmos enlatados y percusiones sintéticas, o simplemente la batería de Danny
Gottlieb está procesada y por tanto suena artificial, envejeciendo regular el
disco con el paso de los años. Esto es evidente si comparamos las composiciones
de “The Alternative Man” que aparecen en el directo de 1989 “Let The Juice
Loose”, donde Dennis Chambers suena potente y los cortes se convierten en temas
de eufórico Post-Bop con ambientación y excitación Rock. Por lo demás, “The
Alternative Man” es un trabajo redondo, destacando los cortes más excitantes,
como el ya citado “Let The Juice Loose” (con Marcus Miller como estrella en el
bajo), el propio “The Alternative Man” o “Jojo”, donde el protagonismo
improvisatorio se reparte entre Evans y guitarristas como Jeff Golub o Hiram
Bullock. Por otro lado destacan los cortes “homenaje” a las bandas donde BILL
EVANS se formó como músico: a Miles Davis en un superlativo “Miles Away” junto
a Marcus Miller y Al Foster (el único tema totalmente acústico del trabajo) y
sobre todo “Flight Of The Falcon”, composición de Evans usada en la MAHAVISHNU
ORCHESTRA y que interpreta junto a John McLaughlin de manera soberbia, ganando
intensidad por momentos. Y en cuanto al resto, ya sea de forma más tranquila, o
manteniendo la excitación, la media se mantiene muy bien.
Dejando a un lado que “The
Alternative Man” es un producto de su época, BILL EVANS dio un buen puñetazo en
la mesa con este disco, el único que sacó para Blue Note (que no supo muy bien
qué hacer con él) y que, una vez pasada su etapa con Miles y la MAHAVISHNU
ORCHESTRA, sirvió para iniciar una carrera en los noventa que aún sigue hoy en
día con muy buen resultado. Usurpador o no, BILL EVANS tiene su sitio en el
mundo del Jazz Fusión.
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