lunes, 28 de mayo de 2018

RIOT - "Army of One": las injusticias de la industria musical


Cuando llegó a la redacción esta copia del último trabajo de la banda del dios Mark Reale, RIOT, después de más de tres años desde el magnífico "Through The Storm", mis ojos se abrieron como platos y empecé a segregar saliva cual hambriento tras días de ayuno. Una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, con discazos como "Narita", "Thundersteel" (del que ya dejé buena cuenta en la sección de clásicos) o "Inishmore" por poner ejemplos de distintas etapas del grupo, volvía por fin con un disco que lleva grabado ya un tiempo, pero que debido a la marchad de DiMeo a THE LIZARDS había sido retrasado una y otra vez.

En una entrevista que un amigo le hiciera hace un tiempo a Reale, al hablar de este nuevo trabajo, "Army Of One", el maestro de las seis cuerdas comentó que tenía dudas sobre la forma de editarlo. Tirelli era el nuevo vocalista, pero el disco ya estaba grabado con DiMeo y no quería hacerle un feo regrabando las voces con otra persona que no hubiera estado implicada en el proceso compositivo de "Army Of One". Parece que por fin Reale se ha decidido a sacar el disco tal y como se concibió en un principio, saliendo primero en Japón a lo largo del verano, y por fin en pleno Otoño en Europa. Y menos mal que lo ha hecho, porque el resultado es un disco sobresaliente que reúne elementos que hacía tiempo no aparecían en RIOT, a la vez que mantiene la senda más melódica y reflexiva del magnífico "Through The Storm".

La producción, sin ser magnífica, consigue el objetivo de que suene natural, orgánica y que no pierda fuerza en ningún momento. Es como si volviéramos al pasado, cuando los discos se grababan como si de conciertos se tratase. Pero no es por el sonido por lo que destaca "Army Of One" (que también), sino por dos elementos fundamentales: las melodías que se saca Reale de la manga, y un trabajo de DiMeo realmente impresionante. "Army Of One" es un vehículo de lucimiento para un cantante muy versátil que ha conseguido dar a RIOT el punto Hard suficiente, sin perder la fuerza de antaño y con una voz que en las partes más emotivas roza la magia y en las más duras, nos hace recordar los tiempos del "Thundersteel". Un trabajo soberbio, solo igualado por la maestría de Reale en los solos y en la forma de componer temas intimistas y cercanos, a la par que llenos de fuerza. Un disco que, por lo menos, iguala "Through The Storm" y en algunos temas hasta lo supera, y del que estoy deseando ver temas en directo.

Las doce composiciones del trabajo pasan por todas las tesituras. Pero no cabe duda que la más sorprendente es la propia "Army Of One". ¿Os imagináis un "Thundersteel" compuesto en la actualidad y con la voz de DiMeo?, pues eso es "Army Of One" un tema speedico, lleno de fuerza, con una línea vocal excelente, que no llega a los agudos de Tony Moore (a los que nunca llegó DiMeo), pero que en cualquier caso supone lo más potente que ha compuesto RIOT en años. Ya vuelvo a salivar sólo de pensar que podré escucharla en directo alguna vez, que espero que no sea muy tarde. Pero lo mejor de todo es que, aunque en el resto del disco apenas se vuelve a repetir este derroche de energía inicial, el trabajo no decae en ningún momento haciendo uso de los elementos que han hecho famoso a RIOT desde que entró DiMeo, y mezclando a la perfección su aire a RAINBOW con la parte más Hard Rockera de los últimos temas compuestos por la banda americana en nuestro siglo. Precisamente en esta onda, pero con un groove y una capacidad de enganchar increíble, continúa el disco de la mano de "Knockin At My Door", con un estribillo realmente emotivo donde DiMeo se sale con su voz más Soul, y los teclados ayudan a recrear un ambiente muy ochentero.

A medio camino entre el "Sons Of Society" y el "Inishmore", el medio tiempo de "Blinded" nos vuelve a traer la magia de DiMeo tanto en el atemperado estribillo, como en las partes más heavys. La guitarra de Reale y la excitante sección rítmica con un Frank Gilchrist que realmente se sale, tejen un trasfondo musical muy épico que es lo que me hace recordar el clásico "Inishmore", con solo de guitarra neoclasicista doblado incluido. Manteniendo la ambientación más Heavy en los riffs de guitarra, "One More Alibi" supone otro punto culminante, gracias a los coros del estribillo que le vuelven a dar el toque Hard Rockero que tanto me entusiasma de los últimos trabajos de RIOT. Entusiasmo que vuelve de la mano de "It All Falls Down", donde las guitarras de Reale y Flyntz se salen literalmente, con unos riffs realmente pegadizos, unos solos increíbles, sencillos pero brillantes, y un aire a RAINBOW que vuelve a planear sobre la cabeza de la banda. El ecuador se alcanza con "Helpin Hand", más cruda que la anterior en lo que a guitarras se refiere, pero donde el alma de DiMeo vuelve a volar de la mano de su voz más Soul y emotiva, reforzada por la guitarra de Reale, que llora bajo sus dedos y por un hammond omnipresente que le vuelve a dar un aire ochentero que envuelve todo el disco.



La segunda parte del disco se abre con otro trallazo, "The Mystic" que hace que "Thundersteel" y los riffs y cabalgadas neoclásicas de Blackmore vengan a nuestra cabeza. Si alguien pensaba que este disco iba a seguir sólo patrones emotivos y Hard Rockeros, cortes como este son la prueba de que se equivocaba. Este cambio vuelve abrir la veda a nuevos cortes que mezclan a la perfección el Heavy y el Hard Rock ochentero, como es el caso de "Still Live", un tema que dentro de su simplicidad, consigue que nuestros pies se muevan fácilmente al ritmo de los pegadizos y rockeros riffs de Flyntz y Reale. Después de una introducción que nos pone en situación en una noche en el desierto, comienza "Alive In The City", otro corte muy característico por las guitarras de RIOT, pero con un aire muy Blues en los acordes, y una línea de bajo de Pete Perez que nos recuerda la importancia de su presencia en la banda. Pero quizás sea "Shine" el punto culminante de esta segunda parte del CD. Un tema veloz, poderoso, de riffs muy heavys y doble bombo casi constante, pero con una interpretación de DiMeo que lejos de elevar hacia los agudos, rebaja tonos, dando un aire más crudo al tema. Es un tema donde Reale se sale un poco de la tónica general de su forma de componer las guitarras, incluyendo una sección de cuerdas bastante curiosa en la parte final del tema, e incluso el solo que lleva a cabo se despega de sus clásicas influencias, suponiendo uno de los atractivos de "Army Of One". Finalmente, el broche de oro lo pone, tras una bella instrumental, "Stained Mirror", donde las melodías de Reale a lo "Narita" comparten protagonismo con los teclados y las acústicas, la oscura "Darker Side Of Light" (y no es porque lo diga el título), cuyos riffs rebajan su tonalidad bastante, y la voz de DiMeo tiene un aire melancólico que le queda niquelado al tema. Un gran final en cualquier caso.

Con perdón por la expresión, RIOT patea el culo a más de una banda supuestamente mítica, que sin embargo lleva décadas viviendo de rentas. En el caso de Mark Reale y compañía el verbo acomodarse no existe. Más de treinta años regalando nuestros oídos con discos que nunca bajan del notable, incluso los de la etapa menos atractiva del grupo para mi gusto, cuando Rhett Forrester estaba en la banda. Y "Army Of One" no podía ser menos, suponiendo un sobresaliente regreso discográfico de una banda que, lamentablemente, nunca recibirá los laureles que se merece. Y es que Reale y su banda deberían ascender al olimpo musical, y no quedarse como una banda de culto, con fieles seguidores, pero reconocimiento escaso. Injusticia es la palabra que siempre me viene a la cabeza como asociación de ideas a RIOT. En cualquier caso, y dejando reivindicaciones de fan enfermizo como el que suscribe a un lado, RIOT sigue en la brecha de la calidad, brecha de la que hace años que no se bajan, y que hace que "Army Of One" sea altamente recomendable a todos aquellos que les gustó "Trough The Storm" y que quieran recuperar algunas sonoridades más clásicas del grupo. La espera mereció la pena.

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viernes, 25 de mayo de 2018

ROTTEN SOUND - "Cycles": mirando hacia nuevos horizontes



Después de bastante tiempo desde la edición de “Exit” y con un MCD de por medio, “Consume To Contaminate” que hacía presagiar una buena continuación de aquél, una de las bandas finlandesas más influyentes del Grind y sus derivados vuelve a la carga con “Cycles”. Esta introducción parece sacada de una hoja promocional insulsa y típica pero viene motivada porque, personalmente, esperaba con ganas este lanzamiento y más después de ver a la banda en su gira con ROTTING CHRIST donde desgranaron casi la totalidad del citado MCD.

Y no hay lugar a dudas. Esto es puro ROTTEN SOUND. Se echa de menos a su anterior batería Kai Hahto, toda una máquina de las baquetas, sobre todo en las partes más rápidas y con cierto aire Crust de nueva hornada, sin embargo el resultado es totalmente satisfactorio en dos aspectos: su acercamiento hacia ritmos y contundencia más Death y su sonido más correoso y sucio que en “Exit”. El resultado está mucho más cerca de “Murderworks” (disco que por mucho que se empeñe la banda, no es su primer disco, pues la historia de ROTTEN SOUND ya se fraguó en la factoría Repulse, en aquellos años en que fue sello descubridor de bandas), que de su anterior trabajo. En consecuencia: amantes del sonido escandinavo de los noventa, con mucho de los primeros NASUM, algún que otro toque a BRUTAL TRUTH, y los orígenes del Grind/Death, no se sentirán defraudados antes este fantástico disco.

Eso sí, también es posible que “Cycles” sea el disco más accesible que ha facturado ROTTEN SOUND en su carrera, y no es porque la producción sea más limpia, que no lo es, más bien al contrario, sino porque los temas tiran de mucho ritmo fácil de aprender y los blast-beats, sin dejar de ser fundamentales en todos los cortes, dejan de tener el peso principal de los temas del CD. Por poner algunos ejemplos, en “Colonies” predomina el ritmo Thrash, sin dejar de ser un tema de gran empaque por otro lado, en “Caste System” los ritmos se ralentizan facturando un corte que si no fuera por la voz sería casi Death Metal a medio tiempo y en “Trust”, el tema más atípico de todos, la música se vuelve atmosférica y hasta en cierta manera depresiva. El hecho de que la portada sea mucho menos “violenta” que sus predecesoras (cosa que también ocurría con “Consume To Contaminate”) y que la contundencia y el groove tenga un papel mucho más importante en la música puede que tenga algo que ver, pero sin dejar de sonar a ellos mismos, en “Cycles” ROTTEN SOUND ha conseguido facturar un disco de miras más amplias.



No obstante, y pese a este tratamiento más cercano al oyente de las composiciones, la excitación surge desde el primer corte, “The Effects”, comenzando con ese ritmo contenido y a medio tiempo que vaticina una tormenta de blast-beats, y su continuación, “Prai$e The ₤ord”, todo un alegato antisistema, y que es de los cortes más brutales del disco. Nos damos cuenta así de lo compacto que es el sonido, llenando la guitarra todos los huecos posibles con una gran profundidad y un sonido realmente enfermizo y a la vez pegadizo, sin perder cierto toque melódico (que por ejemplo en “Blind” se ve refrendado por un breve solo), un bajo muy distorsionado que da la sensación de ser una apisonadora y con el nuevo batería, Sami Latva cumpliendo a la perfección, menos espectacular, pero más efectivo y de pegada más poderosa. La voz mantiene la línea aguda y con cierto efecto de los últimos trabajos, pero tiene la suficiente variedad como para no dejar títere con cabeza tema tras tema.

Los amantes del espíritu de los ochenta tendrán por otro lado en algunos cortes como “Deceit” o “Victims“ (donde el bajo suena aún más distorsionado que nunca) claros ejemplos de como ser efectivos, inspirándose en los clásicos y sin perder actualidad. En cualquier caso, “Cycles” cumple con creces las expectativas de los que ya conocieran al grupo. Un gran disco, con un sonido aplastante y con la variedad suficiente como para que los neófitos que no conozcan a ROTTEN SOUND, le echen un oído.

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ROTTEN SOUND - "Murderworks": la maquinaria sanguinaria finlandesa en su mejor momento



Corría el año 1993 cuando un grupo de finlandeses decidieron dar rienda suelta a sus “sonoridades más putrefactas” de la mano de un proyecto al que llamaron acertadamente ROTTEN SOUND. Pasaron (y siguen pasando) de discográfica en discográfica, incluso recalando en la española Repulse Records. Hace un año editaron un magnífico “Exit”, de la mano de Spinefarm en Europa, álbum del que ya dimos buena cuenta en estas páginas en su momento. Ahora, Relapse (su discográfica en terreno americano), se ha decidido a reeditar “Murderworks”, salido en 2002, y que supone uno de los mejores trabajos de la banda.

Si eres aficionado al Grindcore, ya sabes de qué va esta historia. Temas de menos de 2 minutos (en algunos casos mucho menos), con velocidades de vértigo y los elementos que han hecho famosa a la escuela escandinava de este estilo, léase NASUM, REGURGITATE, FROM THE ASHES y un largo etcétera. Es decir, un registro de voces más amplio, usando tanto voces guturales como agresivas, y riffs de ascendencia muy Death Metal. Estos elementos presentes también en grupos del otro lado del charco como BRUTAL TRUTH, y en bandas no escandinavas como ABADDON INCARNATE, alejan a esta corriente de los siempre imitados CARCASS, sin abandonar sus temas reticentes y su furia musical.

Ya la portada de “Murderworks” merece un premio a una de las más repulsivas de la historia, con un carnicero cubierto de sangre hasta las cejas, (aunque quizás este premio siempre lo tendrán los mejicanos DISGORGE con “Forensick”). Pero musicalmente tampoco andan cojos, gozando de un sonido realmente estratosférico, donde se oye todo. Además, en este disco se han permitido la licencia de elaborar unas composiciones algo más largas que de costumbre en algunos momentos, sin por ello abandonar las bases del Grindcore, lo cual ayuda a que entres más en materia y puedas dejarte llevar por su música, con menos esfuerzos.



Ya desde que la intro del disco se esfuma y el grupo empieza a descargar su colección de guitarrazos y sus asaltos vocales más extremos en “Targets”, nos damos cuenta de que este disco no nos va a dar respiro, para deleite de los que somos seguidores del grupo y para martirio de los que no soporten el Grindcore. Todo ello mezclado con claras influencias del Death Metal en forma de unos riffs muy currados, como nos muestran temazos de la calidad de “Revenge” o una de las mejores composiciones del disco, “IQ”. Aquí puedes encontrar de todo para saciar tus ansias más extremas: blast beats por un tubo (de nuevo el señor Kai Hahto ataca para deleite de los aficionados a la batería), tres tipos de voces distintas, una que es casi un chillido, otra agresiva y una gutural que es mi preferida, y unas guitarras que cruzan el espacio a la velocidad de la luz, sin darte tiempo a tomar el aliento. Tema tras tema, no podrás parar de mover la cabeza como un poseso, mientras los finlandeses escupen su música por nuestros altavoces. Grandes composiciones, variadas, combinando todos los elementos del género más extremo del globo de manera precisa, pero con pocos respiros para los no iniciados. Disfrutar de riffs como los de “Seeds” no tiene precio.

Si estás deseoso de buen Grindcore a la escandinava, y no conocías a ROTTEN SOUND, nada mejor que “Murderworks” para empezar a conocerles, media hora de auténtica genialidad, que además se ve aderezada por tres videos de la banda, para que puedas verles en directo. Si ya les conocías, este disco supone uno de los momentos más inspirados de su carrera, así que no sé a qué esperas. En cualquier caso, muy recomendable.


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jueves, 24 de mayo de 2018

LAKE OF TEARS - "Black Brick Road": tiñéndose de setenterismo


LAKE OF TEARS es una banda ya vieja en el negocio musical. Una de las bandas punteras en la parte oscura y atmosférica del Metal en Suecia, pero sin apenas promoción en el resto de Europa por haber militado en la compañía peor distribuida del mercado: Black Mark Records. Por esta razón puede que muchos escuchéis por primera vez este nombre. Afortunadamente han cambiado de compañía y, aunque Noise Records no tiene mucha experiencia en el terreno del Gótico, es mucho mejor que Black Mark para que el grupo dé el salto definitivo. 

La trayectoria de LAKE OF TEARS nace del Metal Gótico más tradicional de la primera parte de los noventa. Pero el grupo, al igual que otros compañeros de estilo, fue evolucionando hacia terrenos más experimentales, muy influidos por la psicodelia y el Rock de los setenta. En este disco, "Black Brick Road", vuelven un poco a sus raíces, sin olvidar esos ramalazos setenteros. Es un disco más metálico, menos atmosférico, pero con unos teclados magníficos que hacen que no nos olvidemos de las preferencias rockeras de sus componentes. Las guitarras toman un protagonismo fundamental, plagando el disco de buenos solos rockeros (como en el tema de apertura) o más melancólicos. En algunos momentos nos puede venir a la cabeza KATATONIA, aunque las diferencias musicales entre ambos son notables. Este parecido viene sobretodo en los temas más reposados. Desde luego, lo que sí hacen es alejarse de sus compañeros de estilo en Finlandia, ya que LAKE OF TEARS no practica una música tan directa como en aquellas latitudes, aunque son tan potencialmente comerciales como ellos. 



El disco se abre con dos temazos: "The Greymen", rockero, con un estribillo muy pegadizo y "Making Evenings", con unos teclados excelentes. Son ambos temas potentes y directos que ayudan a entrar en el universo musical de este grupo. En el tema "Black Brick Road", que da título al disco, el Hammond pasa al papel protagonista al más puro estilo DEEP PURPLE, en un tempo más retardado y melancólico. En "Dystopia", un trasfondo Tecno encajado perfectamente con las guitarras pesadas y la voz desgarrada nos transporta a un aura electrónica que sale a relucir de nuevo más tarde, pero de manera menos acusada, en "A Trip With The Moon". Con un espíritu muy psicodélico, rozando el Pop más independiente, y con una estupenda voz femenina, se nos presenta el corte "Sister Sinister", lo que demuestra que aunque en sonido han vuelto a sus orígenes, siguen experimentando. En el tema "The Organ", como bien indica su título, los teclados vuelven a ser protagonistas construyendo el corte más melancólico del disco, limitándose las guitarras a acompañar a la voz. Esta atmósfera se repite en el penúltimo tema, "Rainy Day Away". Así llegamos a la joya del trabajo, "Crazyman", con un riff pesado al más puro estilo BLACK SABBATH y un Hammond de nuevo tremendo, acompañando a la voz más desgarrada de todo el disco. Este excelente tema es todo un homenaje a la música oscura de los setenta (¿tendrá alguna relación el título con Ozzy?). 

La calidad del sonido es más que notable, con una producción clara y cercana, lo que junto a las fabulosas composiciones de las que he hablado hacen de "Black Brick Road", uno de sus mejores discos. Desde luego, ojalá que este grupo encuentre por fin el apoyo que necesita. Otros con mucha menos calidad tienen tres veces más éxito, ¿por qué no puede tenerlo LAKE OF TEARS?. Este disco es un gran paso, de nuevo, para ello.

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martes, 22 de mayo de 2018

SICK OF IT ALL - "Based On A True Story": simplemente lo que se espera



Después de 20 años dando cera y sirviendo de inspiración para grandes y pequeños, ¿alguien espera ser sorprendido por SICK OF IT ALL? ¿Alguien espera que se reinventen? Es más, realmente ¿alguien quiere que lo hagan? Yo personalmente no. Cuando como un cocido, quiero que tenga garbanzos, panceta, chorizo, grasa por todas partes... el puré de lentejas servido a temperatura variable con ralladura de menta, prefiero dejarlo para adalides de la investigación como Adriá y compañía. Paralelismos culinarios a un lado, “Based On A True Story” es un nuevo trabajo de SICK OF IT ALL, segundo en las fauces de Century Media después del notable “Death To Tyrants” y su intensidad sigue sin moverse ni un ápice, aunque donde estos veteranos siguen siendo dioses es en directo, de eso no cabe duda.

Donde otros ven Metalcore, SICK OF IT ALL hace Hardcore neoyorkino del bueno: nada de parones, ni de segundas voces, ni estribillos metidos con calzador... iba a decir una vulgaridad, pero dejémoslo en que SICK OF IT ALL no le tienen que demostrar nada a nadie, pues son unos de los padres de esta historia, y cualquier pedorreta suya le da mil vueltas a los grupos actuales. ¿Y en qué se traduce todo esto? En energía pura, coros, potencia, sencillez de elementos, momentos hímnicos (imposible quitarse de la cabeza “Dirty Money”, con la que cierran de forma magistral el disco)... Y como único elemento de “modernidad”, una producción adaptada a las circunstancias, orientada hacia el terreno metálico pero en su justa medida, sin robar protagonismo a la agresividad y a la excepcional voz de Lou Koller, al que el adjetivo de “hardcoreta” le viene pequeño. Así, Tue Madsen, que también produjo “Death To Tyrants” y que ya tiene experiencia con otros grupos Hardcore, le da el toque de actualidad y evolución, al inmovilismo básico de SICK OF IT ALL, pero en lo demás, simple y llanamente puro Hardcore.



La última frase puede tener sus pros y sus contras. Al ser simplemente un capítulo más en SICK OF IT ALL, “Based On A True Story” (por cierto, los madrileños HABEAS CORPUS les deben estar pidiendo derechos de autor por el uso del título...) puede palidecer con obras pretéritas del propio grupo o no resultar nada excitante para los que no tengan al combo en su lista de imprescindibles. En el otro lado de la balanza, uno sabe de antemano que “Based On A True Story” le va a gustar y su mayor o menor calidad viene dada no por su novedad, sino por el grado de inspiración del grupo, es decir: la energía que consiguen transmitir con nuevas composiciones por muy lineales que puedan parecer, que no lo son. Analizado así, y en comparación con “Death To Tyrants”, creo que “Based On A True Story” está a la altura, algo menos compacto, más irregular en el mantenimiento de intensidad entre canciones, pero en general un digno sucesor y nada que pueda defraudar a los seguidores de SICK OF IT ALL ni a los que quieran escuchar auténtico Hardcore neoyorkino.

Principalmente se nota un intento de variar los tempos. No todo va a piñón y dentro del continuismo estructural, saben combinar bien los elementos básicos. Temas de pura adrenalina como “Death Of Jail”, “Bent Outta Shape” o “Watch It Burn”, se entrelazan con otros más groovies como “The Divide” o “Waiting For The Day”, este último con un ramalazo clásico fantástico, gracias a los coros y a un cariz más melódico que puede recordar a primerizos del Hardcore melódico. Y ya no digamos los himnos, el citado “Dirty Money”, “Lifeline” o sobre todo “A Month Of Sundays”, nuevamente con ese aire más clásico y coreable que en directo debe ser dinamita. Esto genera altibajos en la escucha, pero también variedad, con lo que ambas características se complementan y hacen de “Based On A True Story” un disco a la altura de la calidad de SICK OF IT ALL, que insisto, poco o nada tienen que demostrar a estas alturas de la película y muchos deberían aprender de ellos, ya estén en discográfica grande, pequeña, se autoediten o pasen desapercibidos. Cuestión de entrega y dedicación, supongo.

En definitiva, “Based On A True Story”, líricas a un lado, y para acoger los tópicos típicos del género, es simplemente: un puñetazo en la cara de Hardcore de NYC. Una vez más, ya lo dijo Stockhausen, tres acordes dan para mucho, y SICK OF IT ALL son maestros en eso. ¿Revolucionarios? para nada, pero una vez más, ahora me apetece comer un buen cocido, con todos sus pros y sus contras, mañana ya hablaremos de la vichyssoise (o como se diga).

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