martes, 28 de octubre de 2014

GOREZONE - “Brutalities Of Modern Domination”: un alegato en contra de la impersonalidad del ser humano


En el mundo actual los dictadores, salvo excepciones, no tienen nombre y apellidos, y sin embargo nos consumen, nos dirigen y nos llevan irremediablemente a la dominación. Un proceso en el que no se precisan armas ni ejércitos, en el que no se derrama sangre de manera directa, pero un proceso en el que, al final, resultamos ser esclavos de un mecanismo del que ni siquiera sabemos que formamos parte. No, no me he vuelto loco, más o menos, este concepto es el que ha tratado de reflejar GOREZONE en su tercer trabajo, “Brutalities Of Modern Domination”. La excusa el Brutal Death, el fondo, un alegato en contra de la impersonalidad del ser humano. Y el resultado, un gran trabajo de Death de influencia germano-americana, que cuida mucho los detalles y las formas, revelando a GOREZONE como un grupo joven en sus ropajes, pero maduro en sus actuaciones.

La lástima para la trayectoria, ya larga, del grupo, habrá sido el continuo ir y venir de miembros. De hecho, hasta el propio “Brutalities Of Modern Domination” se grabó con una formación diferente a la actual de GOREZONE, incluyendo dos vocalistas y a Ole Fink en la batería. Si no hubiera sido por eso la continuidad discográfica a lo mejor no se habría visto tan resentida, aunque también puede verse por el lado bueno: GOREZONE ha ido construyendo un sonido a su medida que ha terminado por fructificar en este tercer trabajo y que a buen seguro aún está por culminar. Un sonido que tiene todo lo que yo pido en un disco de Brutal Death: cierta oscuridad, técnica, velocidad y brutalidad implacables, pero también sentido del ritmo y de la composición, y variedad. Todo ello configurado con una producción que ni busca la profundidad cavernosa, ni la ecualización milimétrica, sino la justa medida, el término medio y el sonido de conjunto. En definitiva, pocos motivos habrá para que un aficionado al Brutal Death en su cara más accesible se sienta defraudado.

Y cómo bien os habréis fijado, aún no he citado ni un sólo nombre. Y os puedo asegurar que es difícil. Aquí hay de todo, y bueno. Tienes partes más groovies y gorrinas de ascendencia DEVOURMENT, tecnificaciones al más puro estilo CRYPTOPSY, oscuridad en los riffs y puntuales solos, tomada prestada de IMMOLATION, y cierto toque actual que puede recordar de pasada a algún que otro grupo de Deathcore. Todo ello, con algún pasaje más Grind y la ya citada producción global que se vuelve fundamental para crear una muralla sónica. Quizás te recuerden a compatriotas suyos, en particular INGURGITATING OBLIVION y los extintos DEATH REALITY, pero no se puede decir que GOREZONE sea un grupo que beba de una sola influencia, y aunque momentos de técnica deslumbrante vas a tener por todas partes, haciendo uso de escalas por doquier y cambios de ritmo casi imposibles (es el caso de la brutal apertura de “Knee-Deep In Body Bags””o “The Waterboading Complex”, una de las que por cierto, más influencia Grind se puede sacar en ciertos momentos), también hay espacio para tiempos más contundentes que sirven de bálsamo auditivo, como “Consuming The Weak” o “Archetype”, a la postre mi favorita.

Sin embargo, quizás lo más sorprendente de este disco no sea la impresión global favorable con la que dejan, sino dos cortes en concreto, relegados a final y epílogo del interesante concepto lírico: la instrumental “42,7”, groovie y atmosférica, se puede describir como la esencia de la decadencia, y su continuación “Period Of Consequences”, se puede considerar el perfecto resumen de GOREZONE en sus más de siete minutos de extensión (emulando en tales longitudes a gente como DEEDS OF FLESH). Les queda evolucionar, limar detalles y terminar de conformar un personal definitivo, pero GOREZONE ha dado un paso adelante muy importante en “Brutalities Of Modern Domination”. Tres cuartos de hora de brutalidad controlada, para luchar contra las inclemencias del mundo moderno.

(Crítica también publicada en: http://www.xtreemmusic.com)

KEITH CAPUTO – “A Fondness For Hometown Scars”: Un diario personal


LIFE OF AGONY fue una de las bandas más interesantes de los noventa y primeros años del nuevo milenio. Surgidos como “otro grupo de Metal Alternativo más”, la banda de CAPUTO era mucho más. Si bien “River Runs Red” se podía considerar más “típico” con cierto aire Groove Metal y herencia a PANTERA, “Ugly” era otra cosa. Recogiendo influencias del Stoner, del Grunge, de la música oscura de los ochenta, colándose algún aire a TYPE O NEGATIVE… Y un KEITH CAPUTO mucho más personal, teatral y con protagonismo mayor en detrimento del poder guitarrero. Por eso no es de extrañar que en su carrera en solitario, CAPUTO hiciera discos como “A Fondness For Hometown Scars”, bastante alejados de lo que se entiende por Metal, aunque siempre con una raíz y sentimiento rockero como columna vertebral del sonido y de las composiciones. Editado en 2008, cuando LIFE OF AGONY ya había dado carpetazo a su historia, “A Fondness For Hometown Scars” es un ejercicio de introspección absoluta hacia lo más profundo de la mente de CAPUTO.

No cabe duda de que KEITH CAPUTO siempre ha sido una especie aparte. Y me refiero a él como KEITH, porque cuando grabó este disco aún lo era. Como muchos sabrán y sino ahora lo harán, KEITH pasó a ser MINA CAPUTO en 2011, siendo uno de los pocos artistas de Rock y Metal que han pasado por una operación de cambio de sexo, aunque me vienen a la cabeza Tom Gabel de AGAINST ME! (ahora Laura Jane Grace) o Mark Free (ahora Marcia Free). Lo más curioso y “raro” del asunto es que KEITH CAPUTO se cambio de sexo, pero le siguen gustando las mujeres. Vamos que es lesbiana en su actual condición de MINA. Dejando a un lado estos cotilleos de sobremesa, esa sensibilidad y rico mundo interior tan particular de una persona en lucha con su propia apariencia se refleja en “A Fondness For Hometown Scars”, quitando “Troubles Down”, muy Hard Rockera, y la más Stoner “Devil’s Pride”, con guitarras muy poderosas, el resto del disco es predominantemente acústico y relajado.

Temas como el suicidio recogido en “Sad Eyed Lady”, requieren un entramado de penumbra y profundidad, en donde CAPUTO resulta hiper teatral y expresivo. Todo en un entorno de detallismo instrumental, al mismo tiempo parco, pero también muy rico, como demuestra “Bleed For Something Beautiful”, con aire Jazzy o “Nothing To Lose”, minimalista y con un CAPUTO susurrante, o esa maravilla acústica que es “Silver Candy”. Otros cortes son algo más amables e incluso radiables, especialmente “In December”, con melodías muy pegadizas y desarrollos de crooner a lo LEONARD COHEN y NICK CAVE, o “Crawling”, también en esta onda de épica melódica oscura e intimista. Con todo, “A Fondness For Hometown Scars” no es un disco fácil. Su relajo y desnudez de ideas genera que uno tenga que estar predispuesto a dejarse llevar. No hay comercialismo aquí. Es un artista que se desnuda y ofrece su mundo interior, con todo lo que ello conlleva, con esa sensación de violar la intimidad que crea atracción por un lado, pero también rechazo.

“A Fondness For Hometown Scars” es un diario personal: es una persona (dejaré lo de hombre o mujer, pues es relativo) frente a sí misma. Un espejo en el que nosotros nos situamos al otro lado, donde CAPUTO cuenta y nosotros nos limitamos a escuchar sin ser vistos, con la morbosidad por un lado y la dificultad por empatizar por otro que esto genera. Por otro lado es un diario amable, con una instrumentación detallista y etérea que envuelve de bellos ropajes los diablos internos de CAPUTO. En definitiva, “A Fondness For Hometown Scars” es una joya de brillo opaco a la que hay que saber mirar bien para verla en su mayor esplendor y cuando se consigue uno se queda admirado.




jueves, 23 de octubre de 2014

DEAD SOUL TRIBE - "The Dead Word": Oscuridad controlada.


Poco más de un año han tardado los austriacos DEAD SOUL TRIBE en sacar nuevo disco después de su "The January Tree", que ya fuera comentado por mi compañero Miguel Rivera en estas mismas páginas. En este escaso lapso de tiempo, la banda capitaneada por Devon Graves (PSYCHOTIC WALTZ), ha parido un nuevo disco que aunque guarda muchos parecidos con "The January Tree", se ha separado bastante del sonido allí desplegado.

Aunque la banda se forma por cuatro componentes, en el estudio, Devon Graves y el sobresaliente batería Adel Moustafa (de lo mejor del grupo), se lo montan todo, quedando los dos miembros restantes como músicos para el directo. La música de DEAD SOUL TRIBE bebe mucho del Metal progresivo pero también de la música más oscura. La melosa voz de Graves unas veces y potente otras, se hace acompañar por unas guitarras de riffs hipnóticos y repetitivos y la excepcional labor de Moustafa en la batería. Las estructuras están bastante definidas, conteniendo todas ellas unos estribillos muy pegadizos y llenos de fuerza, que hacen de DEAD SOUL TRIBE un grupo para un amplio público. En general los podríamos comparar con TOOL y A PERFECT CIRCLE, bandas de las que toma prestado gran cantidad de ideas para componer los riffs, pero siempre con un toque más progresivo y oscuro que las nombradas. Todos estos elementos hicieron de su tercer álbum, "The January Tree" un gran lanzamiento en el 2004, aunque su escucha se hacía un poco lineal en ocasiones.

Sin embargo lejos de repetir parámetros, DEAD SOUL TRIBE han dado un giro, no tanto en la música como sí en el sonido. Si bien las dos primeras composiciones como tal, "A Flight On An Angels Wing" o "To My Beloved" (con uno de esos estribillos a los que me refería), son plenamente continuistas con su disco anterior, otras como "Don´t You Ever Hurt?", nos muestran a una banda más metálica, con unas sonoridades más modernas (apareciendo samplers y otros elementos ajenos), donde Moustafa se siente menos encorsetado, y Graves nos despliega unos riffs más poderosos que de costumbre. Otra influencia evidente en DEAD SOUL TRIBE, que ya se vio en su disco previo, y que sirve de contrapunto a su faceta más metálica, es JETHRO TULL, algo que se hace evidente en "Some Sane Advice", un tema brillante al que sólo le falta la flauta para sonar como los citados (instrumento que por cierto, Graves ya ha utilizado otras veces y que en este trabajo se reserva para la hechizante "Waiting In Line" y el corte que cierra el disco), y que tiene las mejores voces del disco.

Otro corte que sorprenderá mucho, a pesar de su corta duración es la mini-balada "Someday", con elementos orquestales hasta ahora no oídos en el grupo, pero sobre todo el que más descoloca y que me hace pensar por momentos en DEPECHE MODE (sí, no me he vuelto loco), es "My Dying Wish", todo un temazo con elementos electrónicos, pero muy efectivo y pegadizo a la par que oscuro y embaucador. Tampoco nos podemos olvidar del broche final que cierra el disco, "The Long Ride Home" único tema compuesto a partes iguales por Graves y Moustafa volviendo a regalarnos un riff pegadizo e hipnótico (TOOL nuevamente) que no saldrá fácil de nuestras cabezas y conteniendo un pequeño solo de Graves con la flauta, bastante notable.

En general, aunque mantienen sus principios intactos, "The Dead Word" es mucho más variado que su predecesor, lo cual es de agradecer, pero su calidad se mantiene intacta. El sonido también es muy bueno, conseguido por el propio Devon Graves, que es una versión de Juan Palomo (yo me lo guiso...) en Austria, muy acorde con todos los elementos desplegados en su música, haciendo que la voz sea predominante en las mezclas, dando un gran protagonismo a la batería, y con la potencia suficiente en las guitarras para no tapar la voz, pero tampoco perder fuerza.

En definitiva. Si te gustó "The January Tree", "The Dead Word" no te defraudará tampoco, incluso creo yo que te va a gustar más. Si no conocías a este grupo (muy recomendables desde mi punto de vista), puede ser una buena oportunidad para echarles un ojo (en este caso un oído). Seguro que te acabará enganchando.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

CELULA - "Celula": En busca de la madurez


La mezcla entre Rock Oscuro de ascendencia “cultista”, modernidad obsesiva de herencia “toolista”, algo de la “alternatividad” de los noventa y un punto de Stoner en las guitarras, mezclado con la larga estela que el grupo de Rock más famoso de este país ha dejado en muchos se quiera o no (HEROES DEL SILENCIO) ha dado frutos de todo tipo, desde algunos que casi lograron el éxito dentro (por descontado) y fuera (donde no llegaron a brilar), SÔBER, ahora renacidos, pasando por los derroches de calidad ninguneados, ASPID, y nuevos valores como DEIDRE, INOQUO, BRAINJUICE, PROUN (aunque estos van a otro “rollo”)... Pues bien, con un toque aún más Stoner, aquí viene otro grupo, CELULA, desde Ciudad Real.

¿Cuál es el problema? que lo del “toque aún más Stoner”, se queda en eso, en toque. En eso y en un grandísimo tema a lo KYUSS como es “Viaje A Saturno”, el resto es “más de lo mismo”, mezclado con una producción demasiado planita y algo falta de chispa que me recuerda al primer disco de SÔBER, cuándo el acento circunflejo aún no existía y había que añadir aquello de SOBER STONED. Sonido demasiado heredero de esta tradición “nueva” de nuestro país, y que busca despegarse mirando más a los noventa, a KYUSS, a ALICE IN CHAINS, a QUEENS OF STONE AGE... pero que debido a su vocalista, Ángel, y a la estructura de los temas, a pesar de la sonoridad fofa de las guitarras, no consigue dejar el lastre atrás. Y eso hace años era un elogio, ahora las odiosas comparaciones pueden echar por tierra una propuesta, en la que laten buenas ideas (el citado “Viaje A Saturno” y “Voces”), pero a la que le falta madurez.

Quizás haya sido muy duro en el párrafo precedente, para ser una maqueta. No era mi intención, pero creo sinceramente que si CELULA se dirigiera más por derroteros como “Viaje A Saturno”, la parte central de “En La Ciudad De Dios”, muy progresiva y sorprendente o “Voces” y dejaran a un lado temas como “Cansado” cuyo inicio a lo SISTERS OF MERCY en realidad es una referencia difuminada que casi es un calco estructural de “Hemoglobina” de SÔBER, o su cara más acelerada y Rockera que recuerda a ASPID en “Alcatraz”, siendo mucho más certera en la cortísima “Nitro”, mi impresión habría cambiado. El sonido falto de chispa es algo secundario, teniendo en cuenta mi premisa de que en una maqueta no se pueden pedir peras al olmo. Con lo que mi sensación creo que es un problema de base y no de envoltorio. Como punto de partida está bien, pero deberían de madurar la dirección que quieren tomar, pues aunque no lo hayan querido, al final suenan a “la escuela española”, por llamar todas las bandas que he citado de alguna manera.

Aún así, animaría a que si tienes un mínimo de interés en todas las referencias que he ido citando y te gusta el sonido grueso y pesado de guitarras, les echaras una oreja. A mi particularmente no me han convencido del todo, pero no se puede decir que tengan una mala base, simplemente no llegan a transmitir todo lo que debieran y confunden con el desarrollo de sus ideas.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

miércoles, 22 de octubre de 2014

DIZZY GILLESPIE AND HIS BIG BAND – “Complete Studio Sessions 1956-1957”: Diz se renueva con una big band llena de estrellas


Hablar de DIZZY GILLESPIE es hacerlo de la historia del Jazz. En los 40 junto a Charlie Parker fueron reinventores de la escena jazzística dando pie al Be-Bop: una forma de entender el Jazz más libre e incisiva, en un formato reducido (en parte motivado por la depresión y la II Guerra Mundial que ya no permitía sobrevivir a las grandes Big Bands y dejó al Jazz como elemento de Club) y experimentando con las estructuras y los solos. Terminada la década y con Parker como icono prematuramente fallecido, DIZZY GILLESPIE comenzó a barruntar la idea de recuperar el formato Big Band aprovechando que la economía mundial se recuperaba y el Jazz volvía a estar en las grandes salas (hasta que su evolución hacia el Free y la irrupción del Rock lo dejaron en un segundo plano). De hecho desde este momento y hasta su muerte, DIZ se convirtió en un renovador del gran combo, con orquestas multinacionales en donde su presencia solista iba más allá.

A lo largo de los 50 en Verve DIZ tuvo un periodo muy fructífero. ¿Por qué seleccionar justo 1956 y 1957 para hacer un compendio de grabaciones en estudio? Sencillamente porque en estos dos años DIZ lavó la cara a su Big Band, entrando solistas de la talla de Joe Gordon (al que hay que escuchar en la sesión de 1956 de "Night in Tunisia", haciendo un glorioso break), Lee Morgan o Quincy Jones (en su versión trompetista y arreglista), la trombonista y arreglista Melba Liston, el saxofonista alto Phil Woods (que en las grabaciones de 1957 sería sustituido en el tenor por Benny Golson), el pianista Walter Davis (sustituido en 1957 por Wynton Kelly), el barítono Sahib Shihab y los saxos tenores Lucky Thompson, Ernie Wilkins y Billy Mitchell. Una vez más el sello catalán Fresh Sound realiza la tarea de recuperar temas de tres LPs, “World Statesman”, “Dizzy In Greece” y “Birks’ Works”, que no suelen estar entre los más reeditados de la discografía de DIZ, les añade temas extra y lo organiza todo en forma cronológica (lo cual está bien como documento histórico, pero estropea la integridad de las grabaciones tal y como fueron editadas).

Las fuentes para reunir estas grabaciones son buenas. Los señores de Fresh Sound no tienen acceso a los masters originales obviamente, pero el sonido obtenido es limpio y fiel al original. Y al final, lo que importa, es que uno se lleva una buena impresión de este periodo en la historia de GILLESPIE. La otra opción es buscar una recopilación muy similar que Verve hizo en 1995 (aquí sí con los masters originales) bajo el título de “Birk's Works: Verve Big Band Sessions”, pero también es difícil de encontrar. En cualquier caso, este compendio da lugar a temas míticos reconfigurados o nuevos para la ocasión. "Dizzy's Business",  "Tour de Force,", "Doodlin'" y "The Champ” (cuyo solo final de batería es tremendo), conviven con “A Night In Tunisia”, “Groovin’ High” (de los clásicos de DIZ uno de los más icónicos del Be-Bop) o “Cool Breeze” y temas ajenos como el genial “Whisper Not” de BENNY GOLSON y standards como “Yesterdays” (con buenísimos solos de PHIL WOODS y MELBA LISTON, en un entorno muy Cool Jazz, con arreglos muy trabajados),“Over The Rainbow”, “Autumn Leaves” o “I Can’t Get Started” (interpretado de forma oscura y algo tenebrosa).

DIZZY GILLESPIE fue una referencia y testigo de las evoluciones del Jazz, aunque ya no fuera parte activa de éstas (como sí lo fuera uno de sus alumnos aventajados, MILES DAVIS), sino que se dedicara a seguir cultivando su propio sonido y forma de entender el Jazz de Big Band y de pequeñas formaciones también. Su legado es historia pura y este fructífero periodo de dos años entre 1956 y 1957 es buena muestra de la misma.

Los videos están extraídos de la recopilación “hermana” a ésta realizada por Verve:




lunes, 20 de octubre de 2014

CHICK COREA - "Trilogy": Una reunión de amigos


La versatilidad de CHICK COREA está fuera de toda duda con el paso de los años, el señor Armando, pasó de ser “otro chico Miles Davis” a forjarse una carrera que ha picoteado del Jazz-Rock (RETURN TO FOREVER y la ELEKTRIC BAND), del Free (CIRCLE), del Post Bop (ORIGIN), del Flamenco (sus colaboraciones con PACO DE LUCÍA y su banda TOUCHSTONE), etc… Sin embargo, la faceta que más hace destacar a un pianista de Jazz, el trío en el sentido Bill Evans, Ahmad Jamal y compañía, no la tenía muy desarrollada, pese a contar en su carrera con discos claves en este formato como el enorme “Now He Sings, Now He Sobs”. Con “Trilogy”, triple CD en directo grabado entre Europa, EE.UU y Japón, CHICK COREA tendrá una referencia notable también en este ámbito, además rodeándose de dos músicos que por sí mismos ya dicen mucho, BRIAN BLADE y el chico para todo CHRISTIAN McBRIDE. Sólo en tres cortes el trío se complementa con los españoles JORGE PARDO y NIÑO JOSELE y la mujer de Chick, GAYLE MORAN COREA, cantando en un corte.

El programa incluye versiones propias de temas ya clásicos en el songbook de Corea, como “Spain” (donde aparecen Pardo y Josele), standards muy manidos en todo los formatos pero no por ello menos interesantes (“My Foolish Heart”, nuevamente con los dos colaboradores espñaloles o “Someday My Prince Will Come”, con la mujer de Corea), algún corte inédito (“Piano Sonata: The Moon”) e incluso un homenaje a MONK con “Blue Monk”, pianista que pese a no estar en las influencias personales de Corea, es asignatura obligatoria para todo pianista de Jazz que se precie (salvo que te llames Keith Jarrett…). Las distintas localizaciones de grabación no restan sensación de conjunto a la música, e incluso, como ocurre en “Spain”, añaden un plus al añadir a dos colaboradores locales y grabarse en España, y el sonido es natural al mismo tiempo que profesional y detallista, sin sonar frío como una producción ECM que nunca se sabe si es en directo o no, ni tampoco perderse en el sonido de ambiente.

En cuanto a las interpretaciones, Corea es el protagonista, amo y señor, de casi todo. Sin ser un pianista egocéntrico como HERBIE HANCOCK, ni perdido en su mundo como el citado JARRETT, por nombrar a otros dos “chicos Miles Davis” que forjan la historia del piano jazzístico, COREA atesora el suficiente bagaje como para saber hacia donde dirigir la música, y lo bueno en este caso es que sus acompañantes, pese a no ser habituales en sus producciones (por lo menos Blade, pues McBride sí que ha colaborado con Corea en más ocasiones. No obstante ambos son el colchón rítmico de la Five Peace Band de Corea asi que conocerse se conocen bien), tienen solvencia sobrada y tanto en la parte solista, como en la compenetración en conjunto, alcanzan el sobresaliente. La única pregunta es sí Corea aporta algo que no se sepa al formato trio de piano: pues, obviamente, no. Para eso ya se tuvo a Jamal y a Evans en su momento, Corea se limita a dejarse llevar de la forma que mejor puede hacerlo un pianista de Jazz, dejando reposar el ritmo en Blade y el pulso de los temas en McBride. Simplemente estamos ante una obra inspirada y entretenida, con la que COREA se reivindica desde un punto de vista más “clasicista”. Los resultados son francamente muy disfrutables.



“Spain” con TOUCHSTONE, preludiando el Concierto de Aranjuez. Aunque no sea este trío, tiene relación: https://www.youtube.com/watch?v=t6OA7iuP3B4

miércoles, 15 de octubre de 2014

UZZHUAÏA – “Santos & Diablos”: un soplo de aire fresco para el Rock nacional


Con 20 años a sus espaldas y cinco discos, el grupo valenciano UZZHUAÏA decidió el año pasado que era el momento de hacer algo grande. El problema era ¿cómo hacerlo? Viendo que otras bandas habían usado el “crowdfunding” con éxito, el combo hizo cuentas y anticipó que necesitarían unos 8 mil euros para hacer un sexto trabajo en condiciones y sin presiones ajenas. Lanzaron la campaña de financiación colectiva a través de su web y redes sociales y cuando se quisieron dar cuenta habían recolectado más de 17 mil euros. El grupo quiso agradecer el gesto y se esmeró en componer, presentar y ofrecer “Santos & Diablos”, con ediciones cuidadas, mucho detallismo en la producción y muchas horas de ensayos y trabajo entre bastidores para dar forma al disco. El resultado no está a la altura, sino que la sobrepasa con creces, siendo para mi gusto el mejor disco del panorama nacional y uno de los diez mejores del internacional del año 2013.

El grupo siempre fue una mezcla entre la oscuridad rockera de THE CULT y el aire chulesco angelino, con algún toque garajero de los grupos escandinavos de los noventa. Pues bien, esa raíz sigue siendo la base de “Santos & Diablos”, añadiendo toques clásicos que pueden recordar a BLACK SABBATH (el bajo sobre todo), AC/DC (como en la rockera “El Solitario” o en “A Un Millón de Años Luz”) o DEEP PURPLE, pero hay una diferencia fundamental: UZZHUAÏA ha alcanzado el cenit de su personalidad en este trabajo. Con energía, frescura y poderío, el grupo valenciano suena a sí mismo, no digo que único, pero sí propio. La voz de Pablo es una garantía: con el punto macarra necesario, y unos registros muy versátiles, pero la forma de componer y la ejecución del resto del grupo es de sobresaliente. Ninguna canción sobra, todas tienen “algo” y al final uno no dejará de tararear, recordar frases o pasajes y moverse con el ritmo de “Santos & Diablos”.

Mucha culpa de todo esto ha sido del estudio de grabación y su posterior master en Finlandia bajo la batuta de Mikka Jussila en los Finvox Studios. No es de extrañar que el sonido me recuerde al último disco de SENTENCED antes de pasar a mejor vida (“The Funeral Album”), pues fue ahí donde se grabó, lo que dota de la oscuridad justa a los temas (algo que se agradece por ejemplo en el sabbathico “Bailarás En El Infierno”). Pero de esta manera han conseguido profundidad, amplitud sonora y énfasis en cada instrumento. No se pierde la melodía, tampoco la caña, todo en su justa medida y al volumen adecuado. Sobresaliente absoluto. Pero no le echemos la culpa solo a cuestiones técnicas. Como decía antes, los chicos de UZZHUAÏA han debido de esmerarse a fondo para ofrecer a sus fans lo que esperaban y han compuesto una docena de temas gloriosos, desde el principio hasta el final, en donde las letras dicen mucho, y la música es colorista hasta el máximo.

Ya de partida, comenzar con algo tan pegadizo como “Una Historia Que Contar” (de la que han hecho un videoclip muy trabajado, también fruto del presupuesto “ampliado” con el que contaron), te asegura atención plena. Pero esto es un arma de doble filo: puedes empezar muy bien y luego desinflarte. Sin embargo, y afortunadamente, no es el caso. “Fugitivos”, muy pegadiza también, el medio tiempo vacilón de “Santos & Diablos”, la optimista y energética “Directo al Mar”, la corta pero efectiva “Latidos” (con una de las mejores frases cantadas por Pablo: “prefiero echar de menos antes que de más, ahora que lo pienso somos electricidad”)… todas continúan con el listón bien arriba o incluso lo siguen elevando. También con momentos para la melodía benévola, como “Cicatriz”, semi acústica y casi una balada con un estribillo también muy adictivo, o sobre todo “En Ciernes”, ésta sí, la balada del disco (por lo menos en inicio), excelente, íntima y sensual, y con parte final inesperada y apoteósica. Y claro para cerrar nada mejor que “1975”, un corte que me recuerda a TESLA, con guitarras potentes, pero una voz contenida que estalla en el estribillo para recordarla mejor (“Y pensar que nada te puede parar”).

Desde el primer día que escuché el disco, no ha dejado de sonar “Santos & Diablos” repetidas veces en mi reproductor y en mi cabeza también. UZZHUAÏA estaba ante una reválida y ha salido victorioso y dudo mucho que nadie de los que confiaron en ellos se haya sentido defraudado, y estoy seguro también de que si mañana vuelven a lanzar otra campaña de financiación, no reúnen 17 mil euros sino el doble, porque “Santos & Diablos” es un antes y un después y bien que se lo han ganado. Imprescindible.

“Una Historia Que Contar”: https://www.youtube.com/watch?v=EXdBsxl0hCU



jueves, 2 de octubre de 2014

HENRY BUTLER & STEVEN BERNSTEIN & THE HOT 9 – “Viper’s Drag”: Mano izquierda contagiosa.


Impulse! Ha vuelto y lo hace a lo grande. El mítico sello de los sesenta donde JOHN COLTRANE hizo historia, después de pasar por varias manos y de aparecer y desaparecer, ha resucitado este año y qué mejor manera que con lanzamientos como el concierto en la Temple University de COLTRANE o este nuevo trabajo de HENRY BUTLER, pianista que también protagonizó el renacimiento de sello en los ochenta. BUTLER ha decidido rendir homenaje a los padres de la mano izquierda, a la evolución del Rag hacia el pianísimo en el Jazz, a JELLY ROLL MORTON y a FATS WALLER más de 100 años después de sus respectivos nacimientos, pero sin olvidar la evolución de esta música, el avance sonoro y la improvisación y el arreglo libre, algo que los citados pianistas y todos los dixielands tuvieron que reprimir por restricción temporal de la pizarra primero y el acetato después de 7 pulgadas que solo les permitía extenderse poco más de tres minutos. Y para ello BUTLER ha decidido unirse a la persona adecuada, el trompetista y arreglista STEVEN BERNSTEIN cuyos trabajos con SEX MOB y la MTO Orchestra son ejemplos de revisionismo renovado.  El resultado es “Viper’s Drag”, una gozada para no parar de mover los pies.

El grueso del programa está conformado por composiciones clásicas ancladas en los años veinte y treinta del siglo pasado, de los dos citados, WALLER y MORTON pero también de COUNT BASIE (y su “colaborador” ANDY GIBSON, aquí recogido en "I Left My Baby" en donde BUTLER también canta con gran sentimiento y ritmo) y el Blues de WESLEY WILSON ("Gimme a Pigfoot (And a Bottle of Beer)”) que puso su pluma compositora en las manos de BESSIE SMITH, BILLIE HOLIDAY y el propio BASIE. Pero el programa también incluye composiciones de BUTLER como “Some Iko” o sobre todo la soberbia “Dixie Walker”, que es puro Groove. Todo ello es interpretado con espíritu añejo, pero sonido actual, y unos arreglos que extienden la base rítmica y tonal a las experimentaciones posteriores, en forma de improvisaciones colectivas más libres y el uso de distintos modos. Es aquí donde BERNSTEIN y el conjunto de músicos englobados en los THE HOT 9 (en donde tenemos figuras como Herlin Riley en la batería,  Reggie Veal en el bajo o Curtis Fowlkes en el trombón) adquieren su mayor protagonismo, además de los propios solos de BUTLER, que como demuestra en “Dixie Walker” sabe mantener el pulso de la mano izquierda con una libertad tremenda de la derecha.

Además de las formaciones de BERNSTEIN, “Viper’s Drag” me recuerda mucho a aquel fabuloso trabajo firmado por DAVE DOUGLAS hace ya 15 años que sacó en memoria de MARY LOU WILLIAMS, “Soul On Soul”. El grado de frescura y la capacidad pegadiza de las composiciones y los ritmos, contagia al oyente, y en el caso de “Viper’s Drag” este hecho se ve incrementado por los cortes seleccionados, los compositores celebrados y la interpretación añeja de BUTLER con una mano izquierda prodigiosa, una especie de enlace perdido entre el Rag y MONK (otro que antes que a melodizar aprendió a ritmear con la izquierda). Puro Boogie, alma New Orleans y Blues, son ingredientes más que suficientes para ilusionar. Y sino escuchad “Buddy Bolden’s  Blues”, original de JELLY ROLL MORTON y en donde BUTLER vuelve a cantar, con una voz profunda y melancólica, mientras el grupo que le acompaña se tiñe de aires funerarios. Si añadimos a todo lo anterior, la inspiración de BUTLER en los solos (donde HORACE SILVER y MONK, se dan la mano con ELLINGTON o BASIE yendo hacia atrás y con McCOY TYNER yendo hacia delante), tenemos un disco completísimo.

Como comentaba al comienzo Impulse! vuelve a lo grande. El mítico sello “naranja y negro” que tantas alegrías dio y que fue el que dirigió la batuta del Jazz en los sesenta, vuelve a estar de actualidad y si el resultado es algo como “Viper’s Drag” bien ha merecido la pena de esperar a este renacimiento. Un tributo a la mano izquierda y a los orígenes del Jazz.