LIFE OF AGONY fue una de las
bandas más interesantes de los noventa y primeros años del nuevo milenio. Surgidos
como “otro grupo de Metal Alternativo más”, la banda de CAPUTO era mucho más.
Si bien “River Runs Red” se podía considerar más “típico” con cierto aire
Groove Metal y herencia a PANTERA, “Ugly” era otra cosa. Recogiendo influencias
del Stoner, del Grunge, de la música oscura de los ochenta, colándose algún
aire a TYPE O NEGATIVE… Y un KEITH CAPUTO mucho más personal, teatral y con
protagonismo mayor en detrimento del poder guitarrero. Por eso no es de extrañar
que en su carrera en solitario, CAPUTO hiciera discos como “A Fondness For
Hometown Scars”, bastante alejados de lo que se entiende por Metal, aunque
siempre con una raíz y sentimiento rockero como columna vertebral del sonido y
de las composiciones. Editado en 2008, cuando LIFE OF AGONY ya había dado
carpetazo a su historia, “A Fondness For Hometown Scars” es un ejercicio de
introspección absoluta hacia lo más profundo de la mente de CAPUTO.
No cabe duda de que KEITH CAPUTO
siempre ha sido una especie aparte. Y me refiero a él como KEITH, porque cuando
grabó este disco aún lo era. Como muchos sabrán y sino ahora lo harán, KEITH
pasó a ser MINA CAPUTO en 2011, siendo uno de los pocos artistas de Rock y
Metal que han pasado por una operación de cambio de sexo, aunque me vienen a la
cabeza Tom Gabel de AGAINST ME! (ahora Laura Jane Grace) o Mark Free (ahora
Marcia Free). Lo más curioso y “raro” del asunto es que KEITH CAPUTO se cambio
de sexo, pero le siguen gustando las mujeres. Vamos que es lesbiana en su
actual condición de MINA. Dejando a un lado estos cotilleos de sobremesa, esa
sensibilidad y rico mundo interior tan particular de una persona en lucha con
su propia apariencia se refleja en “A Fondness For Hometown Scars”, quitando “Troubles
Down”, muy Hard Rockera, y la más Stoner “Devil’s Pride”, con guitarras muy
poderosas, el resto del disco es predominantemente acústico y relajado.
Temas como el suicidio recogido
en “Sad Eyed Lady”, requieren un entramado de penumbra y profundidad, en donde
CAPUTO resulta hiper teatral y expresivo. Todo en un entorno de detallismo
instrumental, al mismo tiempo parco, pero también muy rico, como demuestra “Bleed
For Something Beautiful”, con aire Jazzy o “Nothing To Lose”, minimalista y con
un CAPUTO susurrante, o esa maravilla acústica que es “Silver Candy”. Otros
cortes son algo más amables e incluso radiables, especialmente “In December”,
con melodías muy pegadizas y desarrollos de crooner a lo LEONARD COHEN y NICK
CAVE, o “Crawling”, también en esta onda de épica melódica oscura e intimista.
Con todo, “A Fondness For Hometown Scars” no es un disco fácil. Su relajo y
desnudez de ideas genera que uno tenga que estar predispuesto a dejarse llevar.
No hay comercialismo aquí. Es un artista que se desnuda y ofrece su mundo
interior, con todo lo que ello conlleva, con esa sensación de violar la
intimidad que crea atracción por un lado, pero también rechazo.
“A Fondness For Hometown Scars”
es un diario personal: es una persona (dejaré lo de hombre o mujer, pues es
relativo) frente a sí misma. Un espejo en el que nosotros nos situamos al otro
lado, donde CAPUTO cuenta y nosotros nos limitamos a escuchar sin ser vistos,
con la morbosidad por un lado y la dificultad por empatizar por otro que esto
genera. Por otro lado es un diario amable, con una instrumentación detallista y
etérea que envuelve de bellos ropajes los diablos internos de CAPUTO. En
definitiva, “A Fondness For Hometown Scars” es una joya de brillo opaco a la
que hay que saber mirar bien para verla en su mayor esplendor y cuando se
consigue uno se queda admirado.
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