martes, 31 de enero de 2017

WETTON - DOWNES - "Icon 3": Elegancia y belleza


La mente de John Wetton y Geoff Downes está en plena ebullición. Después de recuperar la formación clásica de ASIA, sacar a la luz uno de los mejores discos del género del pasado año y girar para regocijo de grandes y pequeños, estos dos artistas no han dejado a un lado su proyecto más personal, ICON, que ya va por el tercer volumen. Hasta la aclamada reunión de la formación original de ASIA, este proyecto entre el bajista y el teclista era lo más parecido que se podía escuchar, siempre con un tapiz mucho más accesible si cabe, sacando a relucir la cara más AOR y Pop de la mítica superbanda. Ahora, menos de un año después del resurgir de “Phoenix”, se nos vuelve a destapar el tarro de las esencias con “Icon 3”

Mi interés por esta unión de cerebros se suscitó un poco tarde. “Icon” fue un disco interesante, al que me enganché mucho al principio pero que luego fui dejando en el baúl. Sin embargo con “Icon 2: Rubicon” todo cambió. Había temas en ese disco que me tenían completamente enganchado y los duetos con Anneke de THE GATHERING, colaboración especial del trabajo, eran perfectos, complementándose a la perfección la voz radiable de Wetton con la calidez y sensualidad innatas de Anneke. En este sentido “Icon 3” tenía un papel importante para superar ese grado de éxtasis, algo que se complica aún más al estar reciente en la memoria “Phoenix” de ASIA. Sin embargo, y aunque no sabría aún si colocarlo un peldaño por debajo, por encima o a la altura del segundo volumen, lo cierto es que en “Icon 3” Wetton y Downes han vuelto a facturar un disco etéreo, bello, elegante y evocador. Un disco con canciones memorables y pasajes de gran tranquilidad y que en general cubre las expectativas.



Se podría decir que el disco navega entre dos aguas. Por un lado, temas muy radiables, casi diría que de lo más Pop que ha compuesto el dúo. Por otro lado temas pausados, atmosféricos y donde el acompañamiento del dúo y la presencia de Hugh McDowell con su cello vuelve a ser determinante. La producción, una vez más, huye del vigor rockero y se centra en la limpieza sonora, lo cual es fundamental para la voz de Wetton, en la mayoría de las ocasiones dueño y señor de la conducción de las composiciones y para los muchos detalles de estructura e instrumentación que Downes aporta con sus teclados. Por cierto, que hay un elemento diferencial con respecto a los dos volúmenes previos de “Icon”: un aura bastante clásica en algunos pasajes, teniendo Downes mucha culpa de esta sensación, con la presencia de un Hammond muy interesante y algún que otro intercambio de virtuosismo musical con su compañero Dave Kilminster en la guitarra. Desde luego, y salvo momentos puntuales en donde las guitarras adquieren un papel un poco más protagonista (particularmente “Sex, Power And Money” y en menor medida “Don´t Go Out Tonight”, esta última una de las que más aire a ASIA tiene junto a “Destiny”), “Icon 3” no está destinado a aquellos que odien la parte pastel de ASIA, pero eso es algo que ya se sabe de antemano. Para los demás, “Icon 3” es un gran disco de AOR dulcificado y relajante. 



El disco es largo, yo creo que un poco denso en su parte central, pero aún así Wetton y Downes saben jugar muy bien sus bazas y dosificar sus virtudes. La primera parte, los cortes correspondientes a “Twice The Man I Was”, “Destiny” y “Green Lights And Blue Skies” son los más comerciales y directos, los que más fácilmente entran gracias a buenas armonías y a la labor fundamental de Wetton. Con “Raven” y su continuación, “Anna´s Kiss” comienza la parte teatral y atmosférica, nuevamente con la colaboración de vocalista femenina, aunque no sea en este caso Anneke, sino Anne-Marie Helder de KARNATAKA y MOSTLY AUTUMN y un gran colchón musical, muy clasicista y envolvente, algo que se termina de redondear con otra composición, “My Life Is In Your Hands” situada en medio de las dos mencionadas y donde el cello de McDowell es fundamental y con “Under The Sky”, aquí con un gran trabajo de Downes. Esta es la parte más densa y que más escuchas precisa, pero aún así Wetton y Downes han sabido estructurar el disco de tal manera que no haya resquicio de aburrimiento en el oyente, y sabiamente han incluido el tema más cañero del trabajo, “Sex, Power And Money” justo en medio de tanta atmósfera y sonido etéreo.

Para el final el dúo vuelve a venirse arriba con el ya citado “Don´t Go Out Tonight” y “Never Thought I´d See You”, esta última un single en potencia, uno de los temas más Pop del trabajo. Lo que me convence algo menos es el tema que han elegido de cierre, “Place In Our Time”, con un buen trabajo de Wetton en su línea vocal, pero algo constante instrumentalmente hablando. Aún así, “Icon 3” vuelve a pasar con nota alta y se convierte en un complemento perfecto para sus predecesores y para el disco de retorno de los ASIA de toda la vida, “Phoenix”. Gran trabajo sin duda.

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VIDRES A LA SANG - "Som": El final de una banda irrepetible


Hace tiempo, hablando con Eloi, cabeza principal de VIDRES A LA SANG, me explicó que el grupo era un “desafío a la muerte”. Tanto por motivos personales, como musicales, el guitarrista y cantante de la banda catalana, consideraba que VIDRES A LA SANG era la forma que tenía de sacar fuera todo el temor y al mismo tiempo toda la curiosidad sobre el final terrenal del ser humano. Pues bien, después de acercarse al borde de esta fase de toda vida conocida, en el debut homónimo (¡cuánto tiempo ha pasado ya!) aquél en el que Martí i Pol servía de causa lírica a toda la música del grupo, y después de alcanzar casi la comunión con el otro lado en “Endins”, la trayectoria ascendente de VIDRES A LA SANG culmina esta trilogía, buscada o casual, de tres discos de seis temas cada uno, cual celebración de la existencia de Lucifer, con “Som”. Y antes que nada, decir que si hay serio candidato a disco del año este 2009, rácano como pocos hasta ahora, por supuesto a nivel nacional, pero también a nivel internacional, ése es “Som”. Obsesivamente, desde hace días, no hace más que dar vueltas en mi cabeza y cada vez aprecio un nuevo detalle que me hace disfrutarlo más.

El estilo de VIDRES A LA SANG, al igual que su imagen roja en venganza, negra en destino, nunca ha sido fácil de enclavar. Partiendo de un Death Metal denso, a medio tiempo, mórbido y cargado de rítmica poderosa, voluptuosa y envolvente, el grupo se rodeaba de épica, de solos cada vez más trabajados y virtuosos, cortesía de Albert, y de una frialdad congeladora que cada vez conseguía embrujar más. Sin presumir de técnica apabullante, ni desarrollos cansinos y tortuosos, VIDRES A LA SANG mantenía en vilo al oyente y construía una personalidad propia que aunque siempre se ha definido como mezcla entre MORBID ANGEL, IMMORTAL e IRON MAIDEN, por aquello de citar tres referencias de los tres estilos de los que bebe, nunca ha tenido parangón claro en la escena. Si esto ya se intuía en su debut, “Endins” no hizo más que confirmarlo, de tal manera que el grupo podía presumir de sonar a VIDRES A LA SANG, de tener tantos fieles adoradores, como detractores, en definitiva, de crear su propio camino, primero musicalmente, pero también líricamente, dejando su homenaje inicial a Martí i Pol a un lado.

Esta trayectoria se vio apagada momentáneamente, durante mucho tiempo de silencio apacible y contemplativo en el que muchos aguardábamos el retorno de VIDRES A LA SANG, la confirmación definitiva. Mucho tiempo, pocas noticias… pero por fin aquí está “Som”. Y ¡qué decir!, viendo crecer a un grupo, ser testigo de su perfeccionamiento y su evolución, uno puede pecar de no ser objetivo y llevarse por el corazón, pero sinceramente “Som” es algo grande. VIDRES A LA SANG realmente ha desafiado por completo a la muerte en este tercer disco, metiéndose de lleno en su faceta más intensa, más densa, más Doom (seguramente MY DYING BRIDE, AGALLOCH y similares forman parte de la discoteca personal de Eloi y compañía), pero sin brusquedad, sin cambio con respecto al pasado, simplemente un paso más, un paso hacia lo que mejor sabían hacer: envolvernos de sonidos cavernosos y profundamente envolventes.

Hay temas para todos los gustos, algunos en donde el minutaje, que hasta ahora no pasaba de los seis o siete minutos, alcanza cotas que superan los dos dígitos en sendas obras maestras como son “Esclaus De La Modenitat”, toda una lección de cómo combinar fiereza, densidad, horror y melancolía, con algunos de los momentos más bellos por parte de la guitarra de Albert, o sobre todo la que se puede considerar como la clave de “Som”, “No Tornaré A Ser Jove”, un tema desgarrador, enlazado misteriosamente con una nueva referencia a Martí i Pol en su segunda parte, “Mireume Bé, Sóc l’ altre”, tal y como nos explicaba Eloi en una reciente entrevista, un conjunto tortuoso, construido y deconstruido una y otra vez, donde los teclados y las atmósferas, nuevo elemento de acompañamiento ocasional en VIDRES A LA SANG y que también aparecen en la difícil pero satisfactoria apertura homónima del disco, nos llevarán de la mano. Otros temas buscan un sonido más directo, más propio del pasado de la banda, como la pegadiza y profundamente groove “Policromia”, todo un escaparate para el headbanging, o “El Crit”. Finalmente, también hay espacio para la experimentación armónica, para sonidos enigmáticos y nuevas lecciones por parte de Albert en “A L´ombra”. Como se puede ver, estamos ante un disco muy completo.



Envuelve todo lo dicho en un sonido que supera al ya de por sí sobresaliente “Endins” (ha merecido la pena la espera en este sentido), añade la vuelta de Carles a la batería, menos “impresionante” en directo que Alfred Berengena, pero más compactado con el estilo de VIDRES A LA SANG. Y es entonces cuando viene mi único punto negro, por aquello de no decir todo alabanzas: una portada manifiestamente mejorable, donde la referencia a Dalí se queda en un batiburrillo de ideas que no llego a comprender y que relegan el propio nombre de la banda a un segundo plano. Pero vamos, muy desesperado tengo que estar por encontrar un “fallo” al disco para resaltar este aspecto visual, porque “Som” es, lisa y llanamente, PERFECTO. Lo dicho, hasta el momento, lo mejor de este 2009 para el que suscribe.

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viernes, 27 de enero de 2017

MASTODON - "Blood Mountian": Avanzando a grandes pasos


La carrera de MASTODON es imparable. Después de dos discos, "Remission" y "Leviathan", que han pasado a ser por derecho propio obras maestras de nuestro siglo, había muchas ganas de tener por fin nuevo material de los americanos, ya que la edición de sus demos en "Call Of The Mastodon" nos sabían a poco a sus fans de toda la vida. Pasados casi más de dos años la espera se encontraba recompensada con "Blood Mountain", tercer larga duración de MASTODON, en donde han dado una vuelta de tuerca a su ya complejo y difícil de definir estilo propio.

Los críticos siempre nos hemos puesto en un aprieto a la hora de definir el sonido de MASTODON y este nuevo trabajo no iba a ser una excepción. Los retazos a TODAY IS THE DAY que en su momento tuvieron ya casi han desaparecido, al mismo tiempo que su Sludge se fue haciendo más progresivo y llenándose de influencias Thrash, Stoner, Death... de todo un poco, consiguiendo tener uno de los sonidos más propios y originales de todo el panorama musical de hoy en día. Esto convierte a MASTODON en un grupo que puede gustar a un gran número de fans, sean o no partidarios de las tendencias extremas, algo que se ve refrendado por la progresión exponencial del número de fans que tiene la banda año tras año. 

Analizando la discografía de la banda, en "Blood Mountain" se aprecian bastantes cambios en comparación con "Leviathan". La parte más progresiva del grupo se sigue manteniendo, pero hacen uso de una afinación de guitarras más accesible, no tan grave como hasta ahora, y con una variedad de voces mayor, tirando de registros más limpios unas veces, pero también de otros mucho más agresivos que en discos pasados. Esto genera que estemos ante un disco de musicalidad mayor, lo que a su vez contribuye a que la técnica compositiva del grupo se aprecie mucho más. Brann Dailor parece un poco más comedido que en las primeras entregas del grupo donde sus ritmos matemáticos podían hacer que te perdieras, pero no deja de demostrar la gran capacidad que tiene detrás de los parches. La producción sigue siendo el punto fuerte del grupo y esencial si se quiere llegar a degustar la música de MASTODON en todo su esplendor, con el añadido de que en esta entrega suena más homogénea, haciendo que las guitarras lleven el peso, pero sin dejar a un lado la labor del resto de miembros de la banda. 



Pero el cambio fundamental que veo en MASTODON en "Blood Mountain" es que se han vuelto más psicodélicos. Las experimentaciones con voces y efectos de guitarras es mucho mayor que en "Leviathan" donde ya se empezaba a ver, tímidamente, esta influencia en el grupo. Esto enriquece aún más los temas, en especial los más reposados como la genial "Sleeping Giant". Sólo le veo un problema, que a veces las composiciones hacen uso de estructuras tan complejas y llenas de elementos que el oyente que le de un repaso superficial a "Blood Mountain" puede sentir que no se ha quedado con nada del disco cuando acabe su reproducción. En cualquier caso, este tercer disco completo de MASTODON demuestra que el grupo sigue en lo más alto de su capacidad creativa y manteniendo el nivel demostrado en sus dos obras maestras previas. Capacidad de evolucionar sin dejar de ser ellos mismos, esa es la clave.

No hay mejor forma de empezar un disco que con la thrashera "The Wolf Is Loose", un trallazo que muestra a unos MASTODON con una capacidad de componer riffs potentes y técnicos aún mayor que hasta ahora, sin olvidarse de los cambios de estructura tan característicos de la banda. Mucho más progresiva, con unas guitarras muy elaboradas es "Crystal Skull", donde la voz usa registros realmente bestias como nunca antes había sucedido en el seno de la banda de Atlanta, en perfecta combinación con los más psicodélicos de Scott Kelly de NEUROSIS, invitado en este tema. Otra composición donde Hinds y Kelliher demuestran de lo que son capaces en las seis cuerdas es "Capillarian Crest" en la cual corres el peligro de perderte si no estás atento, convirtiéndose en una de las más elaboradas de todo el disco. 



Con una ambientación más cercana a "Leviathan", "Circle Of Cysquatch" supone uno de los temas más cañeros y adictivos de este nuevo CD, con el añadido de unos efectos de distorsión en la voz de Sanders, que aunque no me acaban de convencer no dejan de ser curiosos y añaden un toque más psicodélico al tema, como ocurre en el resto del trabajo. Esta psicodelia y locura compositiva vuelve en la instrumental "Bladecatcher", y digo instrumental porque las voces de Sanders no dicen nada, se usan con multitud de efectos de post producción que hace que queden como un zumbido de distorsión que para mi gusto es la experimentación que peor les ha quedado en "Blood Mountain", aunque las excelentes guitarras salvan el tema de convertirse en prescindible. 

"Colony Of Birchmen" cuenta con la aparición de otro personaje ilustre, Joshua Homme, en su momento en KYUSS y también en QUEENS OF THE STONE AGE, acompañando a la voz de Sanders de una manera muy particular, convirtiéndose en uno de los temas más raros de todo el trabajo, pero igualmente de genial. Después de la hipnótica, aunque algo constante para mi gusto "Hunters Of The Sky" le toca el turno a otro gran tema para las guitarras de MASTODON, "Hand Of Stone", cargado de progresiones de notas bastantes notables, cambios de ritmo inesperados y de un trabajo vocal que dentro de su melancolía aparente consigue casar a la perfección en el tema. La progresividad psicodélica y complejidad musical vuelve en "This Mortal Soil", cuyos riffs tienen un aire lejano a BLACK SABBATH en algunos momentos, haciendo que la faceta Stoner del grupo salga a relucir, pero como siempre la maestría de MASTODON hace que el tema se acabe convirtiendo en único, lleno de efectos y giros inesperados. 



Finalmente, para cerrar este enorme trabajo, la brutal "Siberian Divide", capaz de combinar voces de lo más psicodélicas con otras muy agresivas, y sobre todo haciendo uso de una estructura en la que es imposible no aburrirse y como broche final la casi instrumental y acústica habitual de MASTODON, "Pendulous Skin", con una distorsión en la voz que me recuerda mucho a alguno de los efectos que usaba Ozzy en BLACK SABBATH y un gran solo de guitarra y que viene seguida de un largo silencio tras el cual una outro hablada pone fin al disco. Globalmente no sabría decir si "Blood Mountain" es mejor o peor que "Leviathan". Simplemente es diferente, aunque creo que engancha menos que su predecesor, pero también es más variado. De lo que sí que estoy seguro es que la creatividad de MASTODON sigue intacta. 

MASTODON está haciendo historia y somos muchos los que hace tiempo estamos recomendando con devoción sus discos. Tienen también detractores, pero nadie me puede negar que, te guste o no su música, el sonido de MASTODON es único y se convierte en uno de los grupos más originales y con personalidad propia del panorama actual. El tiempo dirá si esta progresión hasta el momento acertada acaba truncándose, pues el nivel de popularidad del grupo va creciendo por momentos, aunque creo que todavía tienen mucho y muy interesante qué decir. 

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MASTODON - "Leviathan": Absolutamente mastodóntico


Hablar de MASTODON es hablar sobre un valor de futuro en la historia de la música. Nunca antes un grupo había conseguido aunar tantos estilos en su propuesta, hacerlo de una manera tan magnífica y tener un éxito entre crítica y público tan grande. Su primer larga duración oficial, el fabuloso "Remission" los puso en el punto de mira, haciéndoles titulares de la etiqueta de jóvenes promesas, algo que muchas veces supone el principio del fin de un grupo por toda la presión que supone ser el centro de atención, y el tener puestas en ellos las esperanzas de innovación y originalidad que tan difícil es de encontrar hoy en día. En medio de toda esta tormenta mediática, MASTODON se han sacado de la manga un esperadísimo "Leviathan", dónde con contundencia, vuelven a mantener alto el listón.

Diferencias con "Remission" las hay y muchas, lo que demuestra que MASTODON están en un periodo de máxima creatividad y que no se acomodan. Llama la atención una mayor tendencia a lo progresivo, con influencias tan dispares como RUSH o METALLICA, y haciendo referencia a grupos más actuales, TODAY IS THE DAY (de dónde proceden dos miembros de MASTODON), NEUROSIS o DISILLUSION. Su estilo es un compendio musical, mezcla de Thrash, Stoner y Rock clásico, desarrollado de una manera natural y con maestría.



Sus temas son muy variados, más tranquilos que en "Remission", pero no por ello menos contundentes, como demuestra el tema de apertura "Blood And Thunder", dónde colabora Neil Fallon en las voces, o "Iron Tusk". Las estructuras son complejas y llenas de cambios de ritmo y de estilos como el fabuloso "Megalodon" con influencias rockeras y unos riffs muy pegadizos, y algunos muy experimentales, extraños y con las mejores melodías del álbum, como "Seabeast" o el arriesgado "Naked Burn" dónde Troy Sanders es acompañado por Scott Kelly de NEUROSIS (estandarte de posturas arriesgadas). 

De todas formas hay un tema que se convertirá en una obra maestra para el grupo y que ensombrece las magníficas composiciones citadas hasta ahora: "Hearts Alive"  es un largo ejemplo de todas las influencias de las que bebe el grupo, auténtica obra progresiva capaz de pasar de las partes de guitarra más hipnóticas y evocadoras, a otras más contundentes y con una variedad de ritmos y riffs que hacen de sus trece minutos un viaje que se hace demasiado corto. El disco se cierra con "Joseph Merrick" de nuevo dedicado al hombre-elefante, tema acústico al más puro estilo BILL FRISELL.



MASTODON se forma por cuatro excelentes músicos, con unas guitarras llenas de matices y a la vez de fuerza y pesadez, con un trabajo de Brann Dailor en la batería, excepcional y unas voces que pasan de lo agresivo a lo melódico sin problemas. Todo es ayudado por una notable y contundente producción, que engrandece el resultado final.

No cabe duda de que estamos ante una de las esperanzas del Metal del momento. Lo que MASTODON han conseguido en dos discos no lo han logrado muchas bandas en muchos años. "Leviathan" es una joya indispensable para cualquier amante del Metal, no lo dejes escapar. Veremos que nos depara el futuro de la banda, el listón vuelve a estar, de nuevo, muy alto.

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AGALLOCH - "Ashes Against The Grain": Sublime


Cuando una banda consigue atraparte en su música durante casi una hora, y con ganas de volverlos a escuchar una y otra vez, es que es buena. Sea cual sea el estilo, pocas bandas pueden aunar sentimiento, virtuosismo, gran capacidad para componer, y que a la vez sean adictivas. Este es el caso de los norteamericanos AGALLOCH, una banda que lleva desde 1995 regalando a sus oyentes buenas composiciones, que aunque centradas en ambientes oscuros y tortuosos, recorren una amplia gama de texturas variadas y estimulantes.

Hace años me sucedió algo similar con otra banda de propuesta muy parecida a AGALLOCH, los magníficos NOVEMBERS DOOM. En aquella ocasión corrí a la tienda a hacerme con todos los discos que tuvieran de la banda, y en cuestión de horas me convertí en un fan de la misma. AGALLOCH va camino de convertirse en un caso parecido. Imaginaos una mezcla entre los propios NOVEMBERS DOOM, MY DYING BRIDE, OPETH, NOVEMBRE, los primeros años de KATATONIA, DISILLUSION... en fin, de lo más granjeado del Doom y el Metal Extremo progresivo, y obtendréis lo que AGALLOCH nos ofrece en "Ashes Against The Grain". Un disco tan bello como oscuro, como el diseño de su portada nos hace adivinar. Un disco que parece un documental de viajes por el círculo polar, tal y como se puede comprobar en los títulos de las canciones. Un disco para cerrar los ojos y dejarse llevar por las olas de sus melodías. 

Todo el disco se divide en cinco largas composiciones y un interludio, pero para nada resulta pesada su escucha. Como me ocurre con los discos de OPETH, o de cualquiera de las bandas antes citadas, sus estructuras, el uso de las melodías, la capacidad para crear grandes composiciones presente en AGALLOCH, evitan que el aburrimiento haga su aparición. Todo ello apoyado de un enorme sonido, frío, nítido, capaz de transmitir a la perfección todas las sensaciones que el grupo es capaz de generar. Pero un buen sonido, sin el don creativo de la banda norteamericana se quedaría en nada. Afortunadamente de creatividad andan sobrados, y están por encima, a muchos años luz, de otras bandas de su generación y país de procedencia.



Las melancólicas guitarras que abren "Limbs", dan paso a un corte de belleza tortuosa, tan violento en su trasfondo, como enigmático y sugerente. Las voces de John Haughm se alejan de registros graves típicos del Doom y se acercan al Black depresivo y decadente, dando un toque de desesperación aún más atractivo que en combinación con las melodías frías y evocadoras de todo el tema, lo convierten en un muestrario de texturas grisáceas, que se ven continuadas en un corte más contundente pero igual de gélido, como su propio título refleja, como es "Falling Snow". Música invernal, pero a la vez transmisora de innumerables sensaciones. Centrándome en la estructura de este segundo tema, se aprecia un incremento de la fuerza en guitarras con respecto al anterior, con presencia de dobles bombos estimulantes, y riffs más veloces que su predecesor, pero en perfecta armonía con las melodías que llenan todo el trabajo, destacando la presencia de anecdóticas voces limpias, que parecen sacadas del mismísimo Ártico. Recuerda tremendamente a los temas cañeros de NOVEMBRE, sobre todo en las armonías usadas con cierto aire rockero, pero con un tinte más progresivo que culmina en un final tan hipnótico como adictivo. En cualquier caso otra maravilla de este trabajo.



La atmósfera se cubrirá con una espesa niebla cuando escuches "This White Mountain On Which You Will Die", una especie de interludio instrumental que consigue el objetivo de que nuestra mente desconecte aún más del mundo, y que se prepare para un corte con tintes Folk y aires más cálidos, el hechizante "Fire Above, Ice Below", dando la bienvenida a las guitarras acústicas y a un predominio de voces limpias, melosas, cercanas, pero siempre con ese toque de oscuridad en forma de susurros luciferinos. Si la melodía se hacía indispensable en los otros temas, en éste se convierte en escaparate de paisajes, llevándonos de la mano, in crescendo, hasta que la voz tortuosa de Haughm vuelve a hacer su presencia justo antes de un inquietante puente, que vuelve a retornar a la desnudez musical de las guitarras acústicas del inicio del tema y a recuperar la melodía central del tema, sin que las voces Black nos vuelvan a abandonar. Lo que comenzó cálido y cercano, acaba tornándose así en un final épico, frío y penetrante, que consigue a la perfección las dos caras reflejadas en el título del tema. Otra genialidad que se apuntan los de Portland. 

El ecuador de "Ashes Against The Grain" se alcanza con el sonido de las olas que sirven de introducción a "Not Unlike The Waves", tema de aplastante inicio que retoma la parte más cañera del inicio del trabajo, pero sin dejar a un lado las sugerentes melodías obtenidas con las guitarras acústicas, y el lado épico derrochado en el corte precedente. Una composición que sirve de lucimiento personal de Greene en la batería, dando una lección de como combinar distintos ritmos a lo largo de un tema tan largo, y donde Haughm vuelve a lucirse combinando a la perfección su gélida voz limpia con una cada vez más tortuosa voz Black, que por momentos se torna en un quebranto para el alma del que la escucha. 



De esta manera se llega a la parte más ambiciosa del trabajo, un largo tema dividido en tres partes que sirve de resumen perfecto a todo lo expuesto en esta obra. "Our Fortress Is Burning" se convierte en un escaparate de sensaciones desde el principio hasta el final. Su primera parte es de una belleza indiscutible, un inicio instrumental donde las guitarras, tanto acústicas, limpias, como distorsionadas, apoyadas por una excepcional línea de bajo, nos transportan a otra dimensión enlazando en un viaje sin retorno con la segunda parte de la composición, más estimulante, aumentando nuestro ensimismamiento de manera exponencial gracias a una guitarra solista excepcional. Llevamos casi diez minutos de tema, y ya estamos totalmente atrapados en su magia, hasta la voz oscura de Haughm aparece natural en nuestros oídos, pues el hechizo es pleno. La tensión va creciendo, la canción se hace cada vez más agresiva y tortuosa, apoyada una vez más en la inhumana voz del cantante de AGALLOCH, hasta que súbitamente nos vemos despertados del sueño por unas inquietantes distorsiones que suponen la tercera y última parte de la composición. Un final fantasmagórico que se hace un poco largo (son más de seis minutos de guitarras llenas de efectos), que consigue el objetivo de transmitir desasosiego, pero que, desde mi modesta opinión, habrían conseguido igual meta, con la mitad de duración.



Obviando esta pequeña pega final, que también tiene su función de todas formas en esta trabajada obra, "Ashes Against The Grain" es uno de los lanzamientos del año. Engancha aún más con cada nueva escucha, ganando en matices y transmitiendo nuevas sensaciones, y seguro que gusta a cualquier amante del Metal Extremo que esté hecho con la elegancia que derrochan los americanos. Yo ya he empezado a buscar su anterior obra, su segundo trabajo, "The Mantle", que me han dicho que es incluso mejor. Si es así, AGALLOCH ya tienen un nuevo fan en el mundo, y espero que tras la escucha de este nuevo trabajo, os ocurra lo mismo a muchos de vosotros.

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jueves, 19 de enero de 2017

ECLIPSE - "Are You Ready To Rock": Listos para el Rock!


Érase una vez un día en el que entre los discos promocionales que tengo para comentar aparece uno cuya portada parece un “deja vu” de LOUDNESS. Busco información sobre el grupo y me topo con que “Are You Ready To Rock” es el tercer disco de ECLIPSE, descubro que es una banda sueca de Estocolmo y termino de entender, escuchando su MySpace, que sus gustos se acercan mucho al AOR de los ochenta. Hasta aquí el proceso normal de actuación por mi parte cuando me encuentro ante un grupo cuyo pasado desconocía. Es en este instante cuando decido empezar la escucha del disco y me doy de bruces con una maravilla. Mucho más Hard And Heavy de lo que me esperaba, fresco y actual, pero a la vez clásico y vibrante, melódico y pegadizo, pero también duro y dinámico… en pocas palabras, todo un descubrimiento, una vez más de la mano de Frontiers.

Las influencias que ECLIPSE despliega están más o menos claras, aunque no por ello el grupo es menos interesante. Por el lado menos clásico TALISMAN es el referente fundamental, no porque Erik Martensson tenga un timbre de voz similar al gran Jeff Scott Soto, sino porque el uso del tempo, los riffs y las atmósferas son muy similares a los del citado grupo. Pero no todo se queda aquí, ECLIPSE también tiene un lado macarra y menos elegante que me recuerda en parte a los WHITE LION más cañeros y, hablando ya de su lado más revisionista, se nota que a estos chicos les gusta mucho RAINBOW, RIOT y sobre todo WHITESNAKE, porque en los tiempos rápidos más Hard And Heavy uno cree estar ante una reencarnación actual del espíritu inicial de estas bandas. Con todos estos ingredientes, cualquier aficionado al Hard clásico, pero con lavado de cara en forma de una producción actual aunque sin llegar a pasarse en este aspecto, tendrá en “Are You Ready To Rock” un disco de referencia. Es curioso, pero comparando este disco con lo que he podido escuchar del pasado de ECLIPSE, no me extraña que hayan escogido este título, porque es perfecto para resumir lo que pretenden con el trabajo desde el principio: rockear. 



Temas cortos y directos, pocas florituras, estructuras bien pensadas para generar excitación en el oyente y una sabia combinación entre el sonido actual y el espíritu de los ochenta. Así se podría resumir a grandes rasgos lo que ofrece “Are You Ready To Rock”. El redondo no pierde fuerza en ningún momento, y tiene cabida tanto para temas más oscuros, como para asaltos de Hard And Heavy donde las guitarras refuerzan su protagonismo y la rítmica se endurece, con lo que se puede concluir que esta pieza de duración ideal para no saber a poco, pero tampoco cansar (algo menos de tres cuartos de hora), ofrece muchos atractivos. A lo mejor se echa de menos una balada auténtica, máxime teniendo en cuenta el pasado más AOR del grupo, pero aún así el resultado es excelente: buenos estribillos, melodías trabajadas y cambios de ritmo que sin ser espectaculares ofrecen lo mejor de los dos mundos del Rock duro. Y en toda esta historia, un protagonista estelar, la voz de Erik Martensson que también ha ejercido de productor. Las cuerdas vocales de este hombre no son prodigiosas, sus registros están dentro de lo habitual, pero sabe muy bien lo que ofrecer a cada tema. Si en un momento dado tiene que desmarcarse con un estribillo melódico, no tiene problema, si en otro instante quiere sonar rasgado y macarra, lo hará… siempre sin deslumbrar, pero sabiendo sacar el máximo partido a su voz. 

En lo que a composición se refiere y ya para empezar, “Breaking My Herat Again” nos ofrece la cara más ochentena del grupo, con fanfarria de teclados y riffs sencillos de puro Rock, que son el compañero de viaje de uno de los estribillos más adictivos del disco. “Hometown Calling” ofrece la cara más Hard And Heavy y para que no decaiga la fiesta, “To Mend A Broken Herat” muestra a unos ECLIPSE modernizados, que me recuerdan levemente a los EUROPE del “Start From The Dark”, con un estribillo que podría llegar a ser un hit y unas guitarras que se centran en la contundencia, sin duda el tema que mejor tienen para lanzarlo como single del trabajo. El nivel no baja (incluso hay espacio para un tema a lo BON JOVI en “Unbreakable”, comercial y fácil de escuchar, pero muy bien acabado), pero personalmente creo que a partir de aquí hay dos temas que brillan con luz propia y son “Young Guns” y sobre todo “Millions Miles Hawai”. Ambos cortes se centran en la cara Hard del grupo, pero dan en el clavo a la hora de componer las líneas vocales y conseguirán que durante días no pares de tararearlos. Finalmente, la influencia de RAINBOW se hace más clara si cabe, sobre todo en las líneas melódicas de Erik Martensson en “Call Of The Wild”, tema escogido de forma muy acertada para cerrar el trabajo con la misma excitación con que se abrió. 

En definitiva, este año Frontiers se está luciendo en muchos de sus lanzamientos y “Are You Ready To Rock” de ECLIPSE viene a engrosar la lista de recomendaciones salidas del sello italiano. Y nuevamente, aunque con retraso, he conseguido descubrir un grupo muy interesante al que no perderé la pista en el futuro. Seas fan de la vieja escuela del Hard, o te gusten los proyectos más actuales, aunque revisionistas del pasado. Vibres tanto con un disco de JOURNEY como con un disco de H.E.A.T., ECLIPSE ha sabido sacar un tercer trabajo excepcional que colmará tus expectativas.

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miércoles, 18 de enero de 2017

THE DEVIL WEARS PRADA - "Plagues": sin destacar sobre la media


Observando los títulos de los temas, el propio nombre del grupo... uno puede tener la sensación de que THE DEVIL WEARS PRADA es una banda de broma, sin más pretensiones. Sin embargo, el grupo va muy en serio y el hecho de que vendieran más de 30.000 copias de su debut en EEUU solo viene a confirmarlo. Puede que el éxito se haya debido a la promoción que por sí solo da el nombre elegido para el combo, que aunque inevitablemente te hace pensar en la película de igual nombre, y rompe la regla de que cuanto más corta sea una denominación más fácil es de retener, consigue el objetivo de llamar la atención. El caso es que este sexteto ha conseguido en poco tiempo hacerse un hueco, si bien no creo que se vea justificado por lo que musicalmente ofrecen.

Uniéndose a la ya extensa colección de bandas americanas de “nuevo Metal americano”, THE DEVIL WEARS PRADA practica un Metalcore de libro, que no consigue despegar en ningún momento, no haciendo que cambie el semblante del oyente en los casi cuarenta minutos que dura “Plagues”, el segundo disco de la banda de Ohio. Como nota “particular” destaca el uso de unos teclados que le dan un aire melancólico y oscuro a las atmósferas de los temas, pero el resto parece que lo han sacado del manual básico del Metalcore, cogiendo todos los elementos que un disco del género debe tener y esparciéndolos como si de semillas se tratasen, sin orden ni concierto, a lo largo de las diez composiciones de que consta el trabajo. Algunas melodías están muy bien conseguidas, no todo es mediocridad, pero en conjunto todo suena sin madurez, sin ningún tipo de entusiasmo ni emoción, y naufragando en el difícil objetivo de desmarcarse de una media de bandas cada vez más extensa, en una escena americana demasiado saturada en este estilo.



Además THE DEVIL WEARS PRADA tiene el problema que aqueja a muchas bandas similares también, del que ya hablé en la reseña de AT ALL COST: un sonido demasiado plano. Se sacrifica así la contundencia metálica en busca de una amplia audiencia que se fije en la melodía, pero que fracasa estrepitosamente porque da una sensación de frialdad y lejanía difícil de superar. Lo malo es que si en la otra banda citada, AT ALL COST, había buenas ideas que conseguían salir adelante a pesar de la producción lineal y sin entusiasmo, en THE DEVIL WEARS PRADA el fracaso es doble, porque el fallo viene de base, de la propia labor de composición, lo cual no es salvable ni con toda la técnica del mundo en los controles de grabación.

Todas las canciones ofrecen lo mismo una y otra vez en distinto orden: riff melódico y adictivo, parón, estribillo melódico de ambientación muy “emo”, parón con voz más gutural, más riffs melódicos... Nada nuevo bajo el sol, con la única excepción de las atmósferas recreadas por los teclados, que le ponen su toque personal a muchos temas. Pero el problema no es esta falta de personalidad, que es patente en gran número de casos, sea el estilo que sea, pero donde el resultado pasa con nota; sin embargo, donde otros muchos grupos consiguen sorprender gracias a un buen sentido de la composición, THE DEVIL WEARS PRADA se limita a cortar y pegar, sin tener en cuenta que crear un tema es mucho más, que se debe tener en cuenta una línea, un camino, algo de lo que la banda americana carece, volviéndose aburrida, previsible y más opaca en cada escucha.



A todo lo dicho hay que añadir un vocalista que acaba dañando el oído, empeñándose en desgañitarse cuando demuestra tener un buen tono gutural que explota sólo puntualmente. En cualquier caso, además de los citados teclados, algunas melodías se salvan de la quema, sin tampoco impresionar en exceso. Es el caso del primer tema del trabajo, “Goats On A Boat”, donde hasta se aprecian algunos detalles técnicos en los guitarristas del grupo que no están nada mal. Igual pasa en “Number Three, Never Forget”, sino fuera porque la estructura del tema es tan caótica que exaspera. También resulta notable, comparándolo con la mediocridad del resto, “You Can´t Spell Crap Without “C”, donde las guitarras y los teclados unen sus esfuerzos para crear una atmósfera muy atractiva, oscura y melancólica, que sólo se ve destrozada por la labor del vocalista, Mike Hranika. Este contexto vuelve a intentar reproducirse en “The Scorpion Deathlock”, pero ya nuestros oídos están algo cansados y saturados de tanta repetición de ideas y no llega a resaltar tanto como el anterior tema citado. En cualquier caso, no hay mucho que destaque en “Plagues”, ni siquiera para los aficionados más familiarizados con el género.

Cuando un estilo está tan saturado, seas fan o no del mismo, te vuelves selectivo. Es un hecho, y los grupos deberían darse cuenta, porque si no destacas por algo especial, lo tuyo va a ser flor de un día. No sé si el debut de THE DEVIL WEARS PRADA era mejor que “Plagues” y por eso tuvo tanto éxito relativo, pero desde luego este trabajo es totalmente prescindible. Podría citar decenas de grupos más interesantes que el sexteto de Ohio. Salvo que seas muy fan del género, y quieras estar al día de todo lo que da de sí el Metal americano más actual, “Plagues” está condenado al olvido. 


(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)


martes, 17 de enero de 2017

DEADSOUL TRIBE - "The Dead Word": Entrando en plena hipnosis


Poco más de un año han tardado los austriacos DEADSOUL TRIBE en sacar nuevo disco después de su "The January Tree". En este escaso lapso de tiempo, la banda capitaneada por Devon Graves (PSYCHOTIC WALTZ), ha parido un nuevo disco que aunque guarda muchos parecidos con "The January Tree", se ha separado bastante del sonido allí desplegado.

Aunque la banda se forma por cuatro componentes, en el estudio, Devon Graves y el sobresaliente batería Adel Moustafa (de lo mejor del grupo), se lo montan todo, quedando los dos miembros restantes como músicos para el directo. La música de DEADSOUL TRIBE bebe mucho del Metal progresivo pero también de la música más oscura. La melosa voz de Graves unas veces y potente otras, se hace acompañar por unas guitarras de riffs hipnóticos y repetitivos y la excepcional labor de Moustafa en la batería. Las estructuras están bastante definidas, conteniendo todas ellas unos estribillos muy pegadizos y llenos de fuerza, que hacen de DEADSOUL TRIBE un grupo para un amplio público. En general los podríamos comparar con TOOL y A PERFECT CIRCLE, bandas de las que toma prestado gran cantidad de ideas para componer los riffs, pero siempre con un toque más progresivo y oscuro que las nombradas. Todos estos elementos hicieron de su tercer álbum, "The January Tree" un gran lanzamiento en el 2004, aunque su escucha se hacía un poco lineal en ocasiones.



Sin embargo lejos de repetir parámetros, DEADSOUL TRIBE han dado un giro, no tanto en la música como sí en el sonido. Si bien las dos primeras composiciones como tal, "A Flight On An Angels Wing" o "To My Beloved" (con uno de esos estribillos a los que me refería), son plenamente continuistas con su disco anterior, otras como "Don´t You Ever Hurt?", nos muestran a una banda más metálica, con unas sonoridades más modernas (apareciendo samplers y otros elementos ajenos), donde Moustafa se siente menos encorsetado, y Graves nos despliega unos riffs más poderosos que de costumbre. Otra influencia evidente en DEADSOUL TRIBE, que ya se vio en su disco previo, y que sirve de contrapunto a su faceta más metálica, es JETHRO TULL, algo que se hace evidente en "Some Sane Advice", un tema brillante al que sólo le falta la flauta para sonar como los citados (instrumento que por cierto, Graves ya ha utilizado otras veces y que en este trabajo se reserva para la hechizante "Waiting In Line" y el corte que cierra el disco), y que tiene las mejores voces del disco.

Otro corte que sorprenderá mucho, a pesar de su corta duración es la mini-balada "Someday", con elementos orquestales hasta ahora no oídos en el grupo, pero sobre todo el que más descoloca y que me hace pensar por momentos en DEPECHE MODE (sí, no me he vuelto loco), es "My Dying Wish", todo un temazo con elementos electrónicos, pero muy efectivo y pegadizo a la par que oscuro y embaucador. Tampoco nos podemos olvidar del broche final que cierra el disco, "The Long Ride Home" único tema compuesto a partes iguales por Graves y Moustafa volviendo a regalarnos un riff pegadizo e hipnótico (TOOL nuevamente) que no saldrá fácil de nuestras cabezas y conteniendo un pequeño solo de Graves con la flauta, bastante notable.



En general, aunque mantienen sus principios intactos, "The Dead Word" es mucho más variado que su predecesor, lo cual es de agradecer, pero su calidad se mantiene intacta. El sonido también es muy bueno, conseguido por el propio Devon Graves, que es una versión de Juan Palomo (yo me lo guiso...) en Austria, muy acorde con todos los elementos desplegados en su música, haciendo que la voz sea predominante en las mezclas, dando un gran protagonismo a la batería, y con la potencia suficiente en las guitarras para no tapar la voz, pero tampoco perder fuerza.

En definitiva. Si te gustó "The January Tree", "The Dead Word" no te defraudará tampoco, incluso creo yo que te va a gustar más. Si no conocías a este grupo (muy recomendables desde mi punto de vista), puede ser una buena oportunidad para echarles un ojo (en este caso un oído). Seguro que te acabará enganchando.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)