miércoles, 20 de marzo de 2013

LONG DISTANCE CALLING - "The Flood Inside": Para dejarse llevar

Después de casi diez años escribiendo sobre música (que se dice pronto), uno todavía es capaz de sorprenderse de tanto en cuanto. Ya todo está inventado, pero todavía queda hueco de vez en cuando para momentos de auténtica lucidez que, a pesar de coger un refrito de muchas otras cosas, consiguen sonar frescos y entusiasmantes. Así me ha ocurrido con los alemanes LONG DISTANCE CALLING, banda de nombre tan críptico como su música y que presentan con “The Flood Inside”, su cuarto disco, el primero con un vocalista propio entre sus filas, más allá de invitados de excepción, que también aparecen en este trabajo. Sonidos fluctuantes, estructuras abiertas, influencias de amplio espectro y producción cálida y envolvente, son las notas características de LONG DISTANCE CALLING en general y “The Flood Inside” en particular, disco con el que se han ganado un fan que no tardará en investigar hacia atrás y esperar el hacia delante de este particular colectivo musical.

 Y digo colectivo musical con conocimiento de causa, pues LONG DISTANCE CALLING tiene muchos paralelismos musicales y conceptuales con sus compatriotas THE OCEAN, sólo que con un mayor componente instrumental, pues hasta este trabajo, en el que la mitad de los temas son cantados y la otra mitad no, han contado con voces invitadas, pero en “The Flood Inside” ya tienen su propio vocalista, anecdótico pero integrado, Martin “Marsen” Fischer. El cuarteto/quinteto alemán adopta el concepto colectivo en su máxima expresión, y ofrece una música coral, inquieta, en gran parte germinada en la improvisación y el delirio grupal, pero también calculada y bien encajada en estructuras extensas, pero muy bien llevadas entre el clímax, la paz, la excitación y el cromatismo.

Recogiendo influencias de grandes grupos de Post-Rock en la vena de los últimos NEUROSIS, CULT OF LUNA, ISIS, PELICAN, JESU, etc… LONG DISTANCE CALLING se deja llevar a golpe de ritmos mecánicos y calurosos al mismo tiempo, como la oriental “Ductus” o la desértica “Tell The End”, la sureña y cargada de virtuosismo “Nucleus”, que sirve de introducción progresiva al trabajo y que ofrece alguno de los mejores destellos solistas por parte de David Jordan y Florian Füntmann, la ondulante “Waves”, que hace honor a su nombre y nos introduce en un mar de paisajes, la progresiva y metálica (que recuerda un poco a MASTODON) “The Man Within”, con un trabajo rítmico para quitarse el sombrero y el apoteósico final de “Breaker”.

La presencia de la voz de “Marsen” en “Inside The Flood”, “Tell The End” y “The Man Within”, fluye de forma natural entre los in crescendos rítmicos y las atmósferas coloristas, entre el pulso maquiavélico del bajo y la batería y los escaparates de energía de las guitarras, aportando un ingrediente más que ayuda a conformar la paleta amplia y envolvente de LONG DISTANCE CALLING. Por su parte, los dos invitados para la ocasión, Petter Carlsen (que según parece tiene en ANATHEMA un referente) y Vicent Cavanagh (de los propios ANATHEMA, en una versión muy edulcorada de sí mismo, pero adaptada a la música del combo) en “Welcome Change”, el tema más oscuro y completo del trabajo, tanto en su críptico inicio como en su excitante desarrollo cargado de progresividad, ofrecen otra postal para el recuerdo.

En conjunto, los ocho temas, tanto los instrumentales como los vocales, ofrecen un río en constante vaivén, un camino lleno de escondrijos y rincones para perderse, con referencias a todos los continentes, estilos y sonoridades. Insisto en como empecé esta reseña: a veces uno todavía es capaz de sorprenderse y LONG DISTANCE CALLING lo consigue en “The Flood Inside”: música para dejarse llevar y encontrarse con uno mismo una y otra vez.

(Crítica publicada también en: http://www.hellpress.com)


W.E.T. - "Rise Up": Punto y seguido

Cuando en 2009 se formó W.E.T. a instancias de los directores de Frontiers, a partir de las siglas de las bandas de procedencia de sus componentes (WORK OF ART, ECLIPSE y JEFF SCOTT SOTO-TALISMAN), muchos pensarían que estábamos ante un nuevo invento transitorio de mister Perugino. Sin embargo, su debut homónimo era todo un “pelotazo”, movido por los aires a lo JOURNEY de Robert Sall de WORK OF ART y Erik Martensson de ECLIPSE, a lo que había que añadir la voz de Soto, y unas composiciones que se asemejaban mucho a lo que este hombre hizo en TALISMAN.

Casi cuatro años después, aquel debut tiene continuación con “Rise Up”, uniéndose a la formación Magnus Henriksson y Robban Bäck, también de ECLIPSE, para dotar de cierta estabilidad al proyecto, y con un título que pretende ser una declaración de intenciones al respecto de lo que es W.E.T. Los parámetros son los mismos, con el mismo tipo de producción a medio camino entre los ochenta y el nuevo siglo, pero los temas están más madurados y hay una mayor variedad.

Eso sí, en el camino pierden algo de frescura y espectacularidad, o al menos esa es mi impresión en la parte central del trabajo. Y es que si hubiera que resaltar algo de este disco son sus tres primeros cortes, a cada cual mejor: “Walk Away”, que es puro JOURNEY, “Learn To Live Again”, donde Soto comparte protagonismo en el micrófono con Martensson y el corte que da título al disco, “Rise Up”, este último más oscuro e intimista. Los tres lo tienen todo para ser himnos radiofónicos y melodía y estribillos pegadizos, todo lo necesario para un disco de AOR-Hard Rock.

El problema es que el listón está tan alto con estos tres temas, que la parte central del trabajo baja al notable, hasta que el ritmo se recupera en la segunda mitad. Empezando por la envolvente y atmosférica “Love Heals”, vehículo de lucimiento para el Soto más cálido y acabando con “Bad Boy”, la parte central del disco es más densa, con la excepción del brutal inicio de la última de las citadas, que luego se diluye un poco.

Afortunadamente, el tema más cañero del disco, “On The Run”, recupera la excitación inicial que ya no nos abandona hasta el final, con “Still Unbroken”, que me recuerda a TNT en versión medio tiempo. El resumen de todo el trabajo es de notable alto, aunque se nota que en “Rise Up” W.E.T. ha querido ofrecer algo más que lo esperado y en el camino han diluido alguna de sus señas de identidad.

En cualquier caso, “Rise Up” es un lanzamiento esperado que colma las expectativas. Viniendo de tres pesos pesados como los que forman el proyecto, y con un Soto siempre inmenso a la cabeza, es difícil ofrecer algo malo, pero cosas más raras se han visto. En mi opinión, si resiste el paso del año, estará en las listas de 2013. Además, en sucesivas escuchas el disco gana y eso le da puntos adicionales para que esta afirmación no caiga en saco roto. Soto y compañía siguen demostrando que son grandísimos músicos y que W.E.T. no fue flor de un día.

(Crítica publicada también en: http://www.hellpress.com)