lunes, 22 de junio de 2015

SUFFOCATION - "Effigy Of The Forgotten": Abriendo caminos


Hay discos que marcan un antes y un después en la historia de la música, facturados por bandas que tienen el derecho a llamarse pioneras, rompedoras, creadoras de una forma de componer, de un sonido que posteriormente sería alabado una y otra vez, e imitado hasta la saciedad por una lista interminable de bandas. "Effigy Of The Forgotten" de SUFFOCATION es uno de estos casos. Una pieza clave en la evolución del Death Metal que es imprescindible para entender una de las raíces del Metal extremo que vendría después, y más concretamente, del Brutal Death.

Si se me permite resumir la sensación con la que se queda el oyente tras escuchar este disco con una sola palabra, esa sería "contundencia". La forma de afinar las guitarras, los ritmos llevados a cabo por la batería, y la inhumana voz de Mullen, todo ello envuelto en una producción crepitatne, potenciadora de los graves y brutalmente poderosa, hacen de "Effigy Of The Forgotten" un auténtico mazazo ante el cual es difícil no sorprenderse al escucharlo por primera vez. Este sonido, esta forma de tocar, y sobre todo la forma de cantar de Mullen, fueron imitados (y siguen siéndolo) en una gran cantidad de grupos de Brutal Death posteriores, con mejor o peor resultado, llegando a la notabilidad en muchos casos, pero también a la mediocridad y al más increíble de los ridículos en otros. En cualquier caso, sirve de muestra de por qué SUFFOCATION merecen estar en lo más alto del panorama metalero.

Pero antes de seguir hablando de este disco en concreto, toca un poco de historia del Death Metal para que los no iniciados tengan una idea del contexto que rodeaba la creación de esta gran obra. De esta manera, "Effigy Of The Forgotten" se puede considerar una obra clave del llamado sonido de Nueva York surgido a finales de los ochenta y principios de los noventa. Hasta entonces los cabezas de serie del Death Metal se situaban en la zona de Florida (bandas como MORBID ANGEL, DEICIDE, CANNIBAL CORPSE, MONSTROSITY, DEATH...), pero en la ciudad más emblemática de los EE.UU también había un conjunto de grupos que estaban encontrando su propio sonido: IMMOLATION, PYREXIA y los propios SUFFOCATION dieron una vuelta de tuerca generando un estilo aún más técnico sin dejar a un lado los riffs pegadizos, integrando las raíces del Hardcore (algo que se puede comprobar en las estructuras de muchas canciones de SUFFOCATION y PYREXIA) en la oscuridad y la fuerza del Death Metal, en definitiva, dando su propio toque personal a esta música.

La andadura musical de SUFFOCATION da comienzo a finales de los ochenta, cuando grabaron su famosa demo "Reincremated", que les abrió las puertas de un sello de reciente creación, Relapse Records, el cual tuvo el honor de iniciar su lista de grabaciones a editar con el primer esfuerzo de Hobbs, Smith y compañía, su increíble EP "Human Waste" (no hace mucho reeditado junto a la citada demo). Aunque todavía no tenían ese sonido que en "Effigy Of The Forgotten" alcanzaron, "Human Waste" (donde están algunas de las composiciones del disco que estoy comentando) ya demuestra el camino que querían seguir estos chicos, imprimiendo su personalidad y sus raíces en el Death Metal. Poco después ficharían por el entonces gran sello en lo que a obras imprescindibles se refiere, Roadrunner Records, compañía que les editaría sus tres primeros discos completos desarrollados en algo menos de cinco años.

Llegamos de esta manera a 1991, año en el que SUFFOCATION entró a grabar "Effigy Of The Forgotten". Dado que no había pasado mucho tiempo desde "Human Waste" y que Roadrunner era un sello más poderoso, decidieron coger gran parte de los temas de su EP y regrabarlos con su nuevo sonido, junto a otras nuevas composiciones y creando como resultado esta obra maestra imprescindible. Las guitarras de este disco llegan a tonalidades insospechadas situadas en el subsuelo de los graves, una afinación que crearía escuela, y que se traslada a la ultra gutural voz de Mullen dando como resultado final un disco tan adictivo, poderoso y contundente que no dejarás de escuchar una y otra vez. Ya desde que "Liege Of Inveracity" comienza, nuestro cerebro experimenta una concentración ante la fuerza con que nuestros oídos han sido golpeados. Unos riffs mecánicos y cíclicos, en donde se encajan solos técnicos pero sin abusar del trémolo, y una estructura cambiante, con parones groovies (herencia del Hardcore) y cambios de ritmo constantes de la mano del mejor batería de la historia del Death para mi gusto, el enorme Mike Smith, para muchos creador de lo que se conoce en sentido estricto como blast-beat, con permiso de Pete Sandoval.

El tema que da título al disco, "Effigy Of The Forgotten" es un poco más técnico, menos pegadizo, los riffs no se repiten tanto y se entrelazan de manera más variada, además de que el poder de dominio de sus instrumentos de Terrance Hobbs y el fantástico Doug Cerrito se demuestra en unos solos más elaborados. De esta manera, sin darnos cuenta se llega a uno de los puntos culminantes del álbum, el himno "Infecting The Crypts", donde la compenetración de la banda llega a límites insospechados, tanto en los cambios imposibles de Mike Smith, como en la combinación de riffs de Hobbs y Cerrito. Un tema que en directo no debe faltar y que tiene un sonido aún más grave que se ve potenciado por el aire groovie con que se impregna el tema, y donde Josh Barohn, entonces bajista del grupo tiene un pequeño lucimiento en su parte final, mientras el sonido de una pala cavando nos acompaña. Sin embargo, no sería justo relegar el papel de Barohn a un mero acompañamiento, pues es uno de los "culpables" de la fuerza que desprenden los temas de "Effigy Of The Forgotten", ya que su bajo distorsionado al máximo consigue que la potencia no decaiga en las partes más técnicas.

Más tradicional en estructura, y con un nuevo trabajo sobresaliente de Smith tras las baquetas, es la pegadiza "Seeds Of The Suffering", tema que a pesar de ser el más largo de todo el disco, a la vez contiene un acercamiento más clásico en la forma de componer, con predominio de ritmos Thrash y riffs más sencillos, sin dejar a un lado la técnica en forma de un solo de Hobbs que es impresionante. Los enrevesamientos vuelven en "Habiutal Infamy", uno de los temas más variados del grupo en lo que a elementos se refiere, aunque no es de mis preferidos en este disco. Sobre todo teniendo en cuenta que viene seguido de un clásico con mayúsculas donde colabora George "Corpsegrinder" Fisher, el frontman actual de CANNIBAL CORPSE, por aquél entonces en MONSTROSITY. Me refiero a "Reincremation", uno de los temas insignia del grupo, corto, pero lleno de giros y cambios muy estimulantes. Pero lejos de quedarse relajados, otro tema mítico nos golpea, de nuevo con Fisher como colaborador: "Mass Obliteration", con ese inicio tan Thrash que hará que tu cabeza se mueva sin quererlo, y unos riffs de tradición muy Grind, pero siempre con una estructura cambiante y nunca repetitiva, algo en lo que Hobbs y Cerrito son unos genios.

Los dos últimos temas de "Effigy Of The Forgotten" también son de traca. El mastodóntico e inquietante inicio de "Involuntary Slaughter" hace que temas por la integridad de tus sienes, desarrollando una composición donde la estructura llega a límites de complejidad admirables, combinando medios tiempos groovies y donde los riffs parecen que taladran nuestras cabezas, con partes más Thrash. Pero quien más destaca en este tema es nuevamente Mike Smith, haciendo uno de los trabajos fundamentales de todo el redondo. Finalmente, y como broche de oro superlativo, otro himno de SUFFOCATION, "Jesus Wept", nuevamente con estructura y desarrollo más "old-school", no exento de la complejidad que rodea todo el disco, aunque es uno de los temas más antiguos de la banda. Sus riffs son difíciles de olvidar, y en directo es uno de los que mejor funciona, por lo menos la única vez que pude ver a esta mítica banda. De todas formas, globalmente, "Effigy Of The Forgotten" se forma por nueve composiciones que no decaen en ningún momento, que mantienen un nivel excepcional y que entran por derecho propio en la historia de la música, así de claro.

Después de "Effigy Of The Forgotten", SUFFOCATION facturaría otro gran disco, al mismo nivel compositivo que éste, pero lamentablemente con una producción que no le hace justicia, falta de fuerza. Me refiero a "Breeding The Spawn", disco que tanto la propia banda, como los fans suelen considerar el más prescindible de su discografía debido al pobre sonido conseguido. A mediados de los noventa grabarían un disco más técnico, con temas más largos, en donde sólo se echa en falta la labor de Mike Smith, "Pierced From Within", lo que supuso el final de su relación con Roadrunner que por aquél entonces estaba más pendiente de las nuevas corrientes alternativas que del Death Metal. Finalmente, en 1998 pondrían el punto y aparte a su historia con un EP, "Despise The Sun", otra obra con mayúsculas, que supondría la separación de la banda.

Afortunadamente a lo largo de 2003 la noticia de la reunión de la banda saltó en medio de un año plagado de vueltas de muchos grupos. Con un nuevo disco bajo el brazo, "Souls To Deny", que recuperaba el espíritu de sus primeros temas, clásicos en sonido y composición, pero con el toque propio de la banda, Mullen y compañía iniciaban una gira que nos permitiría verles por España en una serie de conciertos memorables para los que pudimos asistir. Finalmente este año 2006 hemos podido tener un nuevo disco de SUFFOCATION en nuestras manos, titulado igual que la banda, y volviendo a crear una nueva obra maestra como mi compañero Juanma Rubio ya dijo en estas mismas páginas. Un punto y seguido para la carrera de una banda que espero que siga muchos años demostrando su buen hacer en el mundo del Death Metal abriendo aún más el camino que ya iniciaran a principios de los noventa.

En consecuencia, "Effigy Of The Forgotten" es un disco imprescindible. Una de esas obras que siempre salen a la luz cuando se buscan influencias en otros grupos, un trabajo que abre camino y no camina por el que otros ya han creado, una obra de arte de principio a fin, desde la mítica portada, hasta los nueve grandísimos temas que contiene. Ríndete ante el poder de una de las bandas más influyentes de la historia de la música.




(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

miércoles, 3 de junio de 2015

PELICAN - "City Of Echoes": Sencillez inteligente.


Los que no hayan escuchado a PELICAN hasta ahora, decir que sus dos discos previos son bastante diferentes entre sí, y para mi gusto “City Of Echoes” es el disco en el que mejor han conseguido redondear su evolución. Partiendo de un disco más duro y centrado en la pesadez como fue “Australasia”, para muchos el mejor disco de la banda, PELICAN se reinventó en “The Fire In Our Throats Will Beckon The Thaw”, sacando un trabajo atmosférico, más centrado en el Post-Rock a lo CULT OF LUNA o NEUROSIS. Con ese disco los descubrí yo y aunque siempre pensé que era un gran trabajo, nunca lograba escucharlo del tirón porque me perdía entre tanta estructura etérea y atmósfera. Ahora en “City Of Echoes”, PELICAN ha conseguido el objetivo: mezclar la contundencia y el dinamismo de sus inicios, con la atmósfera y el gusto ecléctico de su segundo trabajo y presentándolo todo en un envoltorio más accesible, con estructuras más convencionales, más fáciles de seguir, sin por eso dejar de experimentar y sorprender con su propuesta.

Precisamente, si tuviera que en un breve titular definir lo que este cuarteto ha conseguido en “City Of Echoes” sería, sencillez no exenta de genialidad y sello personal. Ellos lo definen como su disco “pop”, su disco más accesible, y no les falta razón, porque quizás sea éste el mejor trabajo para entrar por primera vez en el mundo PELICAN, lo cual no significa que sea un disco intrascendente. Por lo menos en mi opinión, creo que PELICAN ha encontrado la horma de su zapato, aunque no dudo de que haya muchos que no estén de acuerdo con esta apreciación, pues no es un disco tan arriesgado como su predecesor. Las atmósferas buscadas no se dejan fluir hasta el infinito, más bien son detalles que se combinan con el dinamismo de riffs cíclicos y pegadizos y una sección rítmica que busca impactar desde el primer momento, gracias a sus ritmos sencillos pero certeros que sirven de hilo conductor en todas las composiciones del grupo. ¿Un disco más “Rock”? Probablemente, pero precisamente ahí creo que reside su genialidad, porque las composiciones son cortas, no extendiéndose mucho más allá de los cinco minutos, pero su progresión es impecable, no hay cabos sueltos, suenan completas y sin flecos importantes. Todo unido a un gran sonido, donde quizás falta algo de “grosor” en las guitarras, pero que consigue de manera notable combinar las partes más íntimas con las más metálicas, dando un dinamismo esencial en una banda sin vocalista como la que nos ocupa.

Con “Bliss In Concrete” se abre la elegancia de PELICAN. Un riff sencillo, donde el bajo de Bryan Herweg suena como una losa en un segundo plano, nos introduce poco a poco en el momento culminante del tema, donde las guitarras explotan en una tormenta de contundencia y la batería de Larry Herweg es golpeada con fuerza, conduciendo al oyente en un in crescendo constante de tensión. Probablemente uno de los cortes más directos y metálicos, difícil de olvidar y de superar en los casi tres cuartos de hora del disco, o por lo menos eso se piensa en un primer momento, porque pronto nos daremos cuenta de que PELICAN mantiene la inspiración en el resto del trabajo, cargado de pasajes y contrapuntos que lo hacen variado y sorprendente, como ocurre en el tema título del disco, “City Of Echoes”, el más largo del plástico y que recorre un gran número de texturas, en un ambiente más relajado, menos metálico y más Post-Rock, pero donde las guitarras de Laurent y Trevor no pierden protagonismo. Los que acusen a PELICAN de volverse intrascendentes y previsibles en este disco, no deberían dejar de escuchar temas como éste, o el pegadizo “Lost In The Headlights”, otro de los puntos culminantes del disco, donde la aparente sencillez de elementos, da como resultado composiciones dinámicas y movidas, llenas de detalles que ganan con las escuchas, pero a la vez con capacidad de impresión directa. A veces lo que parece fácil es lo más difícil, y PELICAN lo ha conseguido superar con creces en “City Of Echoes”.

También hay hueco para las atmósferas y los ambientes más íntimos, no todo es fuerza en el redondo, lo cual podría conllevar la pérdida progresiva de interés en la escucha del disco. Para ello “Spaceship Broken – Parts Needed”, se erige como uno de los temas más completos, capaz de mezclar la atmósfera, la belleza y desnudez de unas guitarras que son acariciadas levemente mientras un poderoso bajo en manos de Bryan Herweg bombea la sangre en PELICAN, con pasajes donde la tensión acumulada se deja escapar en forma de riffs y ritmos de velocidad creciente, con doble bombo incluido. “Winds With Hands” pone también otra nota de color, en este caso de tonos rojizos y cálidos, en forma de un tema acústico, de ejecución brillante y que no desentona con el resto, enriqueciendo aún más a “City Of Echoes”, sirviendo de contraste con el mastodóntico “Dead Between The Walls”, donde el pasado más cercano al Doom de la banda sale a relucir en forma de riffs pesados, de herencia Sabbathica, distorsionados al máximo, con una sección rítmica rígida y constante, pero sin dejar la atmósfera y la calidez a un lado. Llegando casi al cenit del disco “Far From Fields” insiste en el medio tiempo, acercándose a él por otros derroteros más emotivos y melódicos, donde las acústicas vuelven a hacer su aparición aunque sea como mero acompañamiento, y recuperando la vena más Post-Rock de la banda y finalmente “A Delicate Sense Of Balance”, cuyo título es para mí totalmente revelador de lo que es “City Of Echoes”: equilibrio, pone el punto y final a este trabajo de una manera oscura, melancólica y elegante.

Insisto, para mi gusto PELICAN ha logrado su madurez en “City Of Echoes”. Asumo que no es un disco arriesgado en comparación con el pasado reciente de la banda, pero la madurez no se alcanza dirigiéndose al infinito sin un camino definido, y el cuarteto americano se ha dado cuenta en este tercer trabajo, dando a luz un disco accesible, pero lleno de detalles y de variedad elegante. En cualquier caso si te gusta el Rock y la música instrumental, PELICAN es tu grupo y “City Of Echoes” un disco totalmente recomendable.




(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)