Segundo larga duración después de mucho tiempo de esta banda inglesa que ya lleva más de diez años proclamando su particular forma de ver el Sludge. Durante años tuve su debut, “Confessions Of A Man (Mad Enough To Live Among Beasts)” al alcance de la mano, pero por unas cosas y otras al final lo dejé pasar. Sin embargo, el destino ha hecho que bastante tiempo después cayera en mis manos este disco de CHARGER y la verdad es que sin decir nada nuevo, me ha sorprendido gratamente.
En un estilo que cada vez gana más adeptos y eso que sus formas primigenias llevan más de una década de existencia, CHARGER no aporta nada que no sepamos dentro de la corriente Sludge. Distorsiones que llegan al límite de lo audible, una voz realmente inhumana en ocasiones y una producción pétrea y de sonido abrasivo, para que los riffs de ascendencia Sabbathica salgan a la luz en medio de una nube de electricidad que se masca en el ambiente. Todos los ingredientes necesarios para que los amantes de este género, a medio camino entre el Doom y el Hardcore, disfrutemos como enanos. Pero además, CHARGER, como también ocurre con grupos como los españoles MOHO, sabe combinar temas densos, oscuros y cargados de riffs que se alargan hasta límites insospechados, con furiosos ataques en donde la vena más agresiva de los componentes sale a relucir.
La nota de calidad en CHARGER viene de la mano de su dinamismo compositivo. Durante la hora y pico que dura el disco, el quinteto británico combina pasajes de todo tipo, algunos realmente al borde de la esquizofrenia. Precisamente el corte más duro de escuchar sea muy probablemente el primero, “This Is Our Black Sabbath”, toda una declaración de principios musicales, que durante más de diez minutos tendrá en vilo al oyente a base de riffs tan minimalistas y alargados hasta límites de la extenuación, como efectivos. Como el grupo es consciente de que este corte puede haber sido de difícil digestión, “Cult Verses Cunt” aprieta el acelerador hasta límites cercanos al Crust, descargando toda la tensión contenida en los minutos precedentes, pero sin que el resultado parezca forzado. “Shake! Baby! Shake!” recupera el clasicismo guitarrero, pasado por el filtro de la abrasión sonora, aunque sin volver a los tiempos lentos y cavernosos, por lo menos inicialmente, ya que pronto el sonido se volverá grueso y fofo, para deleite de los cerebros más desquiciados.
En la parte final del trabajo un tema destaca con luz propia, también en la cara más agresiva y corrosiva de la banda, “The Amputee”, con cierto aire a HIGH ON FIRE en versión brutalizada, y ya es decir. El grado de excitación que consiguen transmitir a base de ritmos roqueros y voces cargadas de rabia es más que notable, pero no quedándose sólo en eso, saben dotar a la estructura del corte de una estructura casi Free Jazz, que por momentos suena caótica y disonante, pero manteniendo todo bajo control. “This Is Not A Song About Vampires”, también es un tema corto y directo, pero creo que demasiado previsible, teniendo en cuenta su predecesor. Afortunadamente el disco se cierra como se abre, con “The Bereavement Dividend”, un tema enorme en duración, sobrepasando los diez minutos, y donde la opresión sonora en forma de guitarrazos extendidos hasta el infinito y estructuras que se dejan fluir hasta los límites de lo audible, es la tónica dominante. El último corte realmente es “Inducing The Gag Reflex”, pero no es más que una experimentación noise con ruidos y samplers variados, que dan la nota de locura final que necesitaba el trabajo.
Música no apta para todos los oídos desde luego, difícil de digerir, pero tremendamente estimulante cuando se le coge el truco. CHARGER no reinventa las bases del género en “Spill Your Guts”, pero tampoco creo que fuera su intención. Esto es una oda a la acidez estomacal sonora, eso sí, realizada con buen gusto y calidad. Un buen descubrimiento y altamente recomendable para los amantes al Sludge.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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