¿Juntar a LOU REED y a METALLICA? ¿De dónde ha salido esta idea? Después de un “Death Magnetic” decente y recuperar a muchos fans del pasado, los cuatro jinetes de negro y el artista neoyorkino underground por excelencia decidieron juntarse en “Lulu”. Lo primero que generaba esta unión era asombro. Después rechazo o amor a partes iguales. ¿Qué buscaría LOU REED en METALLICA? ¿Qué buscaría METALLICA en LOU REED? Dejando a un lado prejuicios: “Lulu” es más un disco de REED con METALLICA que a la inversa. Si partimos de esta premisa, podremos entender “de qué va el disco”. Un trabajo que es una obra de teatro musicada, con REED como protagonista y METALLICA como responsables de la banda sonora. Un trabajo arriesgado al que uno debe acercarse, casi mejor, sin ser fanático de ninguno de los dos.
Durante casi hora y media REED recita de forma teatral y fantasmagórica y METALLICA le ponen un muro sónico por detrás, donde de vez en cuando Hetfield aporta sus cuerdas vocales, pero en segundo plano y con la sensación de esta desubicadas por la ausencia de dramatismo en su voz. Desarrollando la historia de una joven mujer cargada de malas experiencias, jugadora de apuestas arriesgadas y rozando el abismo, REED juega con la opresión y el desenfreno a partes iguales, para lo cual ralentiza la tormenta de riffs y ritmos Heavys o los acelera hasta convertirlos en una sinfonía lunática. Sinfonía en la que también intervienen instrumentos de cuerda disonantes como en “Pumping Blood”, el corte más arriesgado después de tres composiciones algo más convencionales, donde REED hace gala de sus mejores dotes expresivas y la música viaja al más allá al más puro estilo Cale en la VELVET.
Pero no sólo acaban aquí los momentos arriesgados: “Mistress Dead” comienza de manera fantasmal, con un órgano de iglesia obsesivo que de repente se ve roto por un ritmo y un riff Thrash acelerado que METALLICA interpreta una y otra vez mientras una segunda guitarra escupe disonancias y REED rompe su voz y desafina adrede, ralentizando sus vocablos para servir de mayor contraste. Este corte es uno de los más sorprendentes sin duda. Como también lo es “Junior Dad”, apoteosis final, también con instrumentos de cuerda que se mueve en los terrenos de la decadencia y la reflexión durante casi veinte minutos hasta acabar como si de una banda de Drone se tratase.
Mentiría si dijera que “Lulu” entra a la primera. También lo haría si dijera que es un proyecto triunfador en su concepción. Y es que “Lulu” precisa de muchas escuchas y análisis de su concepto para llegar a comprenderlo. Pero también es cierto que este concepto falla en ocasiones o no funciona tanto como a uno le gustaría. La maniobra comercial de juntar a REED y METALLICA tampoco ayuda: más le hubiera valido a REED que no necesita ya de este tipo de mercantilismos, el montarse la historia por su cuenta totalmente, utilizando a otro grupo con menos renombre o músicos de sesión que encantados habrían generado las mismas atmósferas y sonidos. En cualquier caso, y repito, accediendo a “Lulu” como un disco que es más REED que METALLICA, estamos ante un proyecto muy interesante y arriesgado, que por eso mismo, no deja indiferente.
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