martes, 20 de septiembre de 2016

TAIFA - "Alhambra": Crisol de culturas y sonoridades.


Mallorca, tierra visitada una y mil veces por miles de extranjeros al cabo del año, acabando por convertirse en una de las fuentes de ingreso fundamental para España. Bella isla, aunque con un encanto demasiado escondido debido a la masificación que padece. Descanso o actividad, playa y muchos lugares de interés... pero hace unos días se cruzó en mi camino algo que nunca pensé que saldría de allí: TAIFA. Escucho “Alhambra” y tengo que mirar una y otra vez los créditos del libreto para grabarme a fuego el hecho de que TAIFA no son andaluces. Y es que una vez más, la música traspasa fronteras físicas y culturales y llega hasta sitios insospechados con resultados, como es el caso, excelentes y sorprendentes.

Aunque puede parecer que TAIFA acaba de llegar, el trío mallorquín (y una serie de imprescindibles colaboradores a caballo entre Andalucía y Marruecos) edita con “Alhambra” su segundo disco. El anterior, “Más Allá Del Sur”, editado por Avispa y producido por el gran Manuel Martínez de MEDINA AZAHARA tiene su nacimiento en 1999. Desde entonces han pasado casi diez años. Un excesivo tiempo que, sin embargo, ha dado sus frutos con una formación totalmente renovada, siempre con Luis Massot al frente, y un trabajo, “Alhambra”, autoeditado y producido desde el cariño, desde el esfuerzo y desde la maduración absoluta. El objetivo no podía ser más ambicioso: Metal Progresivo, mezclado con Flamenco, Musica Andalusí y algún que otro toque de actualidad de la mano de unos samplers muy secundarios pero siempre presentes. La Fusión en estado puro, y como resultado casi tres cuartos de hora de emoción, de sentimiento, de vida. Recogiendo lo mejor del pasado del Rock Andaluz, que tuvo a los propios MEDINA AZAHARA como estandartes y a TRIANA como piedra angular, mezclándolo con la dureza de las guitarras metálicas, y teniendo una devoción absoluta por el Flamenco (la voz de Luis Massot es prodigiosa y tiene muchas tablas en los palos del Cante Hondo), cada canción de TAIFA se convierte en una pequeña historia, en un viaje intergeneracional e intercultural, en una experiencia muy cuidada, tanto instrumental como líricamente hablando.

La Bulería, la Copla, la música norte africana Andalusí... todo parece entrar en hermandad total con el Rock y la música progresiva. Sin miedo a equivocarme, estamos ante los ORPHANED LAND españoles, nunca antes había escuchado una fusión tan bien encajada y trabajada. Bueno sí, los catalanes SARGON también consiguieron en su momento una buena conjunción, pero es que TAIFA no es Metal con toques de Flamenco o árabes, TAIFA es Flamenco, es Metal, es Música Andalusí... es todo ello y mucho más. No son toques o influencias, TAIFA coge toda su raíz cultural y ofrece algo personal, propio y único. La única pega que le veo es que es un disco tan rico en matices que hay que escuchar detenidamente para no perderse. No hay partes especialmente pegadizas, a excepción de algunos estribillos fáciles de recordar en sucesivas escuchas, no hay elementos pensados para hacer fácil la degustación del trabajo. Lo mejor que se puede hacer para afrontar la escucha de “Alhambra” es darle al “play” y dejarse llevar por cada pasaje sin parar a fijarse mucho en los temas según pasan. Pero lo que parece un problema, es también una virtud porque “Alhambra”, como todo buen libro, se debe y se disfruta leyéndolo de principio a fin, sin relleno ni espacio baldío. Una experiencia de la que empaparse completamente.

Dentro de la complejidad estructural de la música de TAIFA, no tanto porque se pierdan en virtuosismos innecesarios, sino por la mezcolanza de sonidos y pasajes, el sonido natural y puro conseguido por Antonio Fructuoso y Anas Alauí en Tetuán, y la propia viveza de la entonación de Luis Massot, el sentimiento de los violines de Nourdine Chkara, la contundencia de Martí Riera y Antonio Medina, el Flamenco de Juan Delola y Andrés Manzano, así como la fundamental colaboración esporádica de Ricardo De La Concepción con su piano de aires Jazzy, consiguen hacer de “Alhambra” un disco riquísimo y muy completo al que no importa dedicarle todas las escuchas que haga falta para llegar a exprimirlo hasta sus últimas consecuencias. Además, cada escucha genera una nueva sensación, y os lo digo por experiencia que ya llevo unas cuantas en los últimos días y no me canso de reescucharlo. Si el “Color De La Libertad” puede recordar a unos MEDINA AZAHARA evolucionados, sobre todo por la facilidad del estribillo y la tonalidad de Luis Massot, “Las Torres De Babel” contrasta por su introspección y oscuridad. Las guitarras flamencas de Delola se mezclan en un tema desgarrador en donde todo el grupo suena con una sola voz. Mucho más arábigo y andalusí es “Alhambra”, uno de los mejores temas del trabajo gracias al violín de Chkara y al piano de Ricardo y los continuos cambios de Massot, siendo probablemente uno de los temas más completos y accesibles del disco.



Se ha pasado así la apertura del trabajo, con tres temas excepcionales, cada uno un mundo, pero todos derrochando energía y sentimiento. Sin embargo, la parte central de “Alhambra” es mucho más reflexiva y madura. Aquí el Flamenco es el hilo conductor de gran parte de las composiciones, “Nada Que Perder” comienza con la guitarra de Delola, el cual se erigirá protagonista de uno de los cortes más melancólicos y a la vez enérgicos. Pero lo mejor viene en los dos siguientes temas. “Nunca Es Tarde” se abre de manera enigmática, de manera íntima, a ritmo de Copla y Jazz, con un Massot descomunal. El sonido de bajo acústico, que huele a madera, el cajón, el piano, la guitarra flamenca, el violín... todo convierte a los cinco minutos de este corte en magia. Y para contrastar “La Casa Del Olvido”, sin abandonar el Flamenco, recupera el aire más accesible de la Bulería, con un componente metálico más presente. Para cerrar este nudo del disco, “Fe” ofrece una continuación de “La Casa Del Olvido”, con un aire mucho más andalusí y oscuro, pero que mantiene el nivel de manera excepcional. Tras estos momentos de comunión con la banda, la recta final de “Alhambra” ofrece una cara algo más alegre y pasajera, pero no por ello menos interesante. “Sin Saber Por Qué”, con sus potentes riffs iniciales, recupera el peso del estribillo y las estrofas dobladas que hacen que el que los escuche se vea contagiado de energía y quiera corear los versos con la banda. “Por Un Trocito De Cielo”, con una gran labor de Martín Riera tanto solista como rítmicamente, pone el lado más sentimental y desgarrado, sobre todo por el contenido de su letra, pero siempre manteniendo ese aire más luminoso de esta parte final del trabajo, con palmas y jaleos incluidos. Finalmente “Mendigos De Una Ilusión” ha sido escogido sabiamente para cerrar “Alhambra” de una manera progresiva y compleja como pocas. Quizás sea el tema de estructura más arriesgada, un poquito alocada sobre todo al final, pero sirviendo de resumen de toda la fusión que ofrece TAIFA.

Como dice la propia banda, ¡pura fusión! Alejados de convencionalismos, regalando nuestros oídos con una enciclopedia de sonidos que recogen lo mejor de nuestra cultura, de la cultura de nuestros ancestros y la excitación del Rock, TAIFA se reivindica en “Alhambra” como una banda a tener muy en cuenta. Pienso que aquí hay calidad, música y pasión suficiente como para que “Alhambra” traspase fronteras y llegue más allá que a la categoría de hito localista. El arte es universal y la música es arte, luego con un simple razonamiento lógico deductivo, “Alhambra” tiene todo lo necesario para gustar a cualquier amante del arte en cualquiera de sus concepciones. El esfuerzo, las ganas y la ilusión se premian, y el regalo es este trocito de cielo por el que TAIFA ha dado toda su vida. Geniales.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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