Cuarto disco de estudio de este trío proveniente de Philadelphia. Y aunque sea lanzado por una compañía especializada en Metal Extremo, y sonidos agresivos varios, DYSRHYTHMIA son de todo menos una banda típica de este género. A pesar de mi desconocimiento previo sobre la banda, la primera impresión que me llevé al escuchar este "Barriers And Passages" fue de sorpresa, y pienso que aunque no sea un disco de consumo fácil, es uno de los mejores lanzamientos que han pasado por mis manos últimamente.
Totalmente instrumentales, la música de DYSRHYTHMIA es un compedio de Progresivo, Jazz y algo de Death del estilo CYNIC, ATHEIST y los propios DEATH. Una producción que, por el sonido del bajo conseguido, me recuerda a MACABRE, pero que nada tiene que ver musicalmente hablando con los de Chicago. Todos los amantes de la guitarra, el bajo y la batería estarán de enhorabuena con este disco porque van a flipar. El bajista, Colin Marston, me recuerda al gran Steve DiGiorgio (ahí es nada), es sencillamente una gozada escucharle. Kevin Hufnagel es sencillamente un maestro. Capaz de los fraseos más inverosímiles, que a veces recuerdan a John Scofield, otras a Al DiMeola y otras a THE DILLINGER ESCAPE PLAN (en la variedad está el gusto...); no para de cambiar las estructuras, volverte loco con cada idea que sale de sus dedos, y dejarte con una sensación de estar ante un grandísimo músico. Y Jeff Eber es el contrapunto absolutamente necesario para la maraña de riffs y sonidos que salen de los anteriores miembros. Un batería asombroso, que deja con el culo al aire a más de uno, y que me recuerda por su forma de tocar potente, y que parece que está haciendo un solo constante al batería de MASTODON, Brann Dailor. Escucha la esquizofrénica "Sleep Decayer" donde mete un solo increíble mientras sus dos compañeros machacan sus instrumentos, y no sabrás qué decir a buen seguro.
Lo de menos son las composiciones, todo el disco es una composición es sí misma, donde el papel de la improvisación es fundamental. "Appeared At First" es quizás una de las más llamativas, pero también la locura, en lo que a cambio de estructuras se refiere, de "Seal? Breaker? Void"... Los aficionados al Progresivo que sean lo suficiente abiertos de mente como para soportar los pasajes caóticos a lo THE DILLINGER ESCAPE PLAN (que son minoritarios, pero estrictamente necesarios para que algunas composiciones te hagan llegar al éxtasis), tendrán en "Barriers And Passages" una alternativa brillante a los típicos discos instrumentales que a veces se sacan en el género, que más buscan las eternas cabalgadas guitarreras, que un buen trabajo de arreglos y estructura. Los aficionados al Metal Extremo que sean capaces de no escuchar ni una sola voz ni gutural ni de ningún tipo, tendrán oportunidad de comprobar lo que DEATH o CYNIC podrían ser si hubieran decidido componer un disco instrumental.
Si conoces bandas como EPHEL DUATH o sobre todo LIQUID TENSION EXPERIMENT, DYSRHYTHMIA se unen a este tipo de bandas de excelentes facultades musicales, capaces de hacer lo que les da la gana en sus discos, con mucho espacio de libertad para que fluyan sus ideas y sus locuras variadas, para desesperación de unos y admiración de otros. Decía al principio de esta reseña que me sorprendió ver esta banda en un sello como Relapse. Ahora me doy cuenta de que son sellos como Relapse los que son capaces de sacar proyectos como este sin que piensen que es demasiado arriesgado.
No es un disco apto para todos los púbicos, tampoco digo que sea un trabajo destinado exclusivamente para músicos (aunque no hay duda que le sacarán mucho más jugo a todo esto), pero no deja de ser una maravilla. Da igual la cantidad de veces que lo escuches, siempre tendrás la sensación de estar escuchando otro disco diferente en cada ocasión. Deja las dudas y los miedos ante lo raro a un lado, y lánzate sin paracaídas al abismo musical de "Barriers And Passages" de DYSRHYTHMIA. Una gozada.
De reciente creación y ya
con sus temas en el cine (en la película "Clerks" de Kevin Smith),
SASQUATCH sorprenden por su nombre, pero no por su concepto musical. Desde su
nacimiento en 2001 sólo una idea les ronda por la cabeza: Stoner Rock con
multitud de elementos clásicos en su sonido. Así pues, al igual que muchos
compatriotas suyos, reúnen todas las influencias de BLACK SABBATH, MOTÖRHEAD o
LED ZEPPELIN y las trasladan a nuestros días.
Aunque utilizan muchos
elementos mil veces antes oídos, con su sonido y poder musical consiguen
convencer y hacerte pasar un rato agradable, si los escuchas sin muchas
pretensiones. Ellos lo saben, dotando a su música de inmediatez, con temas que
no duran mucho más de tres minutos, estructuras simples y directas... pero
mucha calidad y ganas de divertir.
Temas rockeros, al más puro
estilo BLACK SABBATH con un tono de voz irreverente y monolíticas guitarras
que, sin grandes complicaciones, consiguen ser certeras y efectivas. Así ocurre
en "Chemical Lady" o en "Dragon Fly". También hay espacio
para temas más rápidos, dónde los riffs se basan en unas pocas notas para
conseguir ser aún más directos, con un aire a MOTÖRHEAD que tira para atrás,
como es el caso de "Believe It" o "Boss Hog".
Los experimentos
psicodélicos de regusto años setenta se reservan para "Roller", o la
soberbia "Knuckle Down", haciendo uso del wah-wah como sólo Jimi
Hendrix sabía hacer y con un sólo de guitarra que se hace eterno. El Blues también
está presente en "Money Man", un ejemplo de cómo con un par de
acordes se puede construir una pedazo de canción, con una potente atmósfera y
muchos guiños al pasado.
El sonido actualiza todo el
universo musical de SASQUATCH, y lo traslada al siglo XXI. Distorsiones en las
guitarras que aumentan su aspecto pétreo, su dureza y contundencia (que la hay
y mucha en este disco), una voz arrastrada, sucia y acorde con la música. Pero
ante todo diversión. No busques discursos exuberantes, grandes tecnicismos o
revoluciones musicales. SASQUATCH es una banda de carretera, de club, no de
grandes estadios, creada por amor a la música. Diversión como la que genera el
tema "Yetti", haciendo referencia al famoso monstruo americano
habitante de los bosques, y cuyas pesadas guitarras se asemejan a las pisadas
de dicho espécimen. Diversión como la de la portada, con esas mujeres-yetti que
parecen de piedra...
Hay veces que la música
debe crearse para entretener, y el camino que ha elegido SASQUATCH es el
adecuado para ello. Excelente Rock 'n' Roll, no busques más cosas.
TO SEPARATE THE FLESH FROM THE BONES. Leyendo este sugerente nombre muchos pensaréis que hablo de una banda
obsesionada por el gore. No os equivocáis. Si luego además observáis que
estamos ante un disco que recorre en poco menos de media hora, 25 temas, no
estaréis desencaminados si pensáis que es Grindcore. Lo que seguro que os va a
descolocar bastante es que esta joven banda finlandesa formada en el 2003, se
compone de tres personajes llamados Gas Lipstick, Niclas Etelävuori y Pasi
Koskinen. ¿No os extraña? ¿Y si os dijera que son miembros de HIM y de
AMORPHIS?... pues sí, podéis parpadear de nuevo. Estamos ante el debut de la
banda paralela del batería de HIM y del frontman y el bajista de AMORPHIS.
Desde luego no se puede decir que este disco les vaya a gustar a los numerosos
fans de ambas bandas.
"Utopia
Sadistica" es un buen disco de Grindcore, con todo lo que ello conlleva;
es decir, influencias de CARCASS (y por consiguiente REPULSION) por todas
partes. De esta manera, TO SEPARATE THE FLESH FROM THE BONES se estrenan con un
larga duración editado por un subsello de Spinefarm, y que sale poco después de
un Ep, "For Those About To Rot" en dónde, ¿homenajeando? en portada y
título a AC/DC descargaban sus primeros blast-beats en la historia reciente del
Grindcore.
Recogen así el testigo de
bandas europeas similares, como ABADDON INCARNATE (algo que se aprecia en su
amor por el CARCASS más añejo, mezclado con riffs pesados de onda más Death),
REGURGITATE o NASUM (sobre todo en el predominio de las voces agudas). Pero, a
pesar de que los presupuestos del Grindcore no dejan lugar para grandes
innovaciones, consiguen mantener la atención a lo largo de 25 temas, en dónde
combinan las partes puramente Grind, con otras más a medio tiempo y con riffs
más pesados y pegadizos.
Hablar de cada tema sería
imposible, además de inútil. Aunque suene a tópico, en este género lo que
importa es el sonido de conjunto (muy bueno en producción por otra parte: sucia
y pesada, pero a la vez audible). En cualquier caso hay algunos temas que
destacan sobre el resto: por una parte los temas dónde las influencias de
CARCASS y REPULSION son más que evidentes, pero sin caer en la imitación sin
sentido como ocurre con EXHUMED. Temas como "Rotten Siege",
"Meretricious Murderess" o "The Rot", donde colabora el gran Lee Dorrian son ejemplos claros:
cargados de blast-beats, pero en combinación con ritmos de corte Thrash, e
incluso partes más pegadizas tendentes al Death 'n' Roll que nos dejó CARCASS.
Por otra parte, y en perfecta combinación con los temas más puramente
Grindcore, destacan algunos temas más elaborados, con riffs más pesados, y
medio tiempos en armonía con las partes más locas y rápidas. Esto sea aprecia
en "Disconsolated Suffer", "Conflagration", "The
Revolt" o el porno-gore "Drowned In Semen", pero sobretodo en el
tema más largo de todo el disco (y me refiero a poca más de dos minutos),
"The Final Extinction" con sólo de guitarra incluido.
Las letras, como es
habitual en el género, repiten tópicos mil veces trallados, llenos de
descripciones gores, pornografía sadomasoquista y extremidades afines. En
cualquier caso, no me imagino esta música, extrema entre las extremas, tratando
de otros temas (dejando a un lado la rama política fundada por NAPALM DEATH).
Para que te puedas hacer una idea, échale un vistazo a los títulos de los
temas.
Desde luego, "Utopia
Sadistica" no es una nueva brecha que esté llamada a crear una revolución
musical, pero es que en el Grindcore ya está todo inventado, lo que importa es
que se haga bien y con personalidad, y TO SEPARATE THE FLESH FROM THE BONES no
lo hacen mal en este sentido. Buen Grindcore, sólo apto para oídos entrenados
en estas fronteras musicales. Sorprende ver como gente que procede de terrenos
tan apacibles como HIM o AMORPHIS consigan tanta concentración de agresividad no
exenta de calidad. ¡Date un festín de carne junto a ellos!
El
caso de NECRODEATH es realmente paradigmático. Siendo uno de los pilares del
Thrash y la música extrema italiana a finales de los ochenta junto a sus
compatriotas BULLDOZER, el grupo del país mediterráneo no obtuvo un
reconocimiento merecido hasta bien entrados los noventa cuando decidieron
volver a retomar su carrera y sacar discos tan buenos como “Black As Pitch” o
“100% Hell” y algún fiasco como su reciente “Draculea”. Y el motivo del
silencio de diez años no fue precisamente inactividad de sus miembros,
envueltos en proyectos tan dispares como CADAVERIA, los dioses SADIST o los
aflamencados RAZA DE ODIO... En cualquier caso, NECRODEATH tuvo una posición
consolidada en los ochenta y fue gracias a dos obras tan esenciales como “Into
The Macabre” y “Fragments Of Insanity”, este último el motivo por el cual estoy
escribiendo estas líneas.
Formando
parte de la generación de la segunda mitad de los ochenta, las referencias
básicas de NECRODEATH fueron (y siguen siendo) claras: Thrash agresivo y
despiadado, mezclado con dosis de Black y Death, y siendo herederos del sonido
SLAYER, POSSESSED, SODOM, HELLHAMMER y los primeros SEPULTURA. Estas
sonoridades estuvieron presentes de manera cristalina desde sus inicios y su
gran debut “Into The Macabre”, aún ingenuo pero con muchas buenas ideas, es un
perfecto escaparate para apreciarlo. Corría el año 1986 / 1987 y aunque el
sello no les ayudó a salir del más profundo anonimato, NECRODEATH no se rindió
y mejoró su destreza compositiva siempre de la mano del enorme batería Peso,
músico inquieto como pocos y el guitarrista Claudio, ya fuera de las filas de
la banda en la actualidad. De esta manera en 1989 NECRODEATH editaba el disco
que los confirmaba como uno de los nombres a seguir en la escena Thrash europea
y para mi gusto uno de los discos más influyentes, que sin embargo no llegó a
encumbrarles y de hecho acabó con la disolución de la banda. Nacía así
“Fragments Of Insanity”, manteniendo el estilo Black/Thrash de su debut, pero
moviéndolo hacia un lado más técnico, siguiendo una evolución similar a la de
POSSESSED en su segundo disco o los primeros pasos de INFERNAL MAJESTY. Alcanzaban
así una madurez que sin embargo no pudo verse refrendada con más lanzamientos
hasta una década después.
El
perfeccionamiento en la ejecución y la capacidad compositiva de los componentes
de NECRODEATH se vio continuado con posterioridad en manos de Peso a través de
SADIST (originalmente NECROSADIST), con una perspectiva más Death y llevando el
potencial técnico a un extremo que competía directamente con DEATH, PESTILENCE,
ATHEIST y compañía. ¿Habría ido en esta línea la música de NECRODEATH de haber
seguido su periplo? No se podrá saber, pero “Fragments Of Insanity” demostraba
una evolución que se vio cortada y sólo retomada en “Mater Of All Evil”, un
disco que con más medios les devolvía a su sonido crudo primigenio. En
consecuencia el disco motivo de esta retro-crítica se puede considerar como la
cumbre compositiva de una banda que supo colocarse rápidamente con un estatus
de culto y que pudo llegar más lejos de no haberse truncado su evolución. Un
disco que sobre todo en lo que a complejidad rítmica y elaboración de sus riffs
se refiere, debería estar entre los pilares del Thrash europeo más sádico y a
la vez elaborado. Afortunadamente el nombre de NECRODEATH se mantuvo presente
durante bastante tiempo aunque no tuviera reflejo discográfico hasta el final
de siglo: muchas bandas los citaban entre sus influencias, y los aficionados a
la música extrema los tenían como un nombre imprescindible. La música, una vez
más, va más allá de lo que la coyuntura y el apoyo económico le
permite.
Dando
un repaso global a “Fragments Of Insanity”, el segundo disco de NECRODEATH
reflejaba dos importantes mejoras en el seno de la banda: por un lado una
producción más cuidada, que mantenía la agresividad Black de su música,
esencial para la tonalidad despiadada de su cantante (y segundo guitarrista) por
aquel entonces, Ingo, pero que permitía disfrutar de todos los detalles, algo
importante dada la labor “atmosférica” presente en este disco en forma de
secundarios y casi imperceptibles teclados y sobre todo guitarras acústicas que
ayudan a dar variedad a algunos cortes y que se convierten en el lado “demoníaco”
de la música de los italianos, en detrimento de la velocidad y el toque más
Black de su debut. Además, en el aspecto del sonido, un nombre sale victorioso:
Peso. El trabajo rítmico de este hombre se convierte en uno de los pilares del
disco gracias a la producción que lo convierte en una apisonadora
imprescindible en el desarrollo de todos y cada uno de los temas. La otra
mejora con respecto a “Into The Macabre” ya ha sido desvelada por mi parte en
el párrafo precedente: NECRODEATH ampliaba el minutaje de los temas y se dejaba
llevar por estructuras complejas y patrones rítmicos más variados, lo que
permitía disfrutar de unas dotes técnicas muy competentes, tanto de Claudio
como sobre todo de Peso, ambos llevando a cabo constantes cambios de ritmo en
donde la voz de Ingo y el bajo firme y compacto de Paolo se mantenían como el
hilo conductor de la agresividad innata de la banda italiana.
El
piano de “Choose Your Death” es el enigmático inicio que sirve de apertura del
disco, con un tema que comienza de una manera rítmica y disonante, un corte
gélido en las guitarras y abrasante gracias al doble bombo constante de Peso.
Pronto la voz de Ingo nos mete de lleno en el infierno particular de
NECRODEATH, acelerándose las guitarras y metiendo el turbo, sacando a la luz la
cara más Black de los italianos. Sin embargo, lejos de acomodarse en un ritmo y
una estructura, NECRODEATH no para de hacer cambios en el patrón de “Choose
Your Death”, dejando espacio para el lucimiento constante de Peso y toques de
brillantez solista para Claudio. Sin duda la banda anduvo muy inspirada a la
hora de componer este tema y de elegirlo para abrir este grandísimo disco, más
de cinco minutos de auténtica locura. “Thanatoid” comienza de una manera igual
de gélida y enigmática, pero sigue patrones más groovies y pegadizos, siendo
uno de los temas cuyos riffs pueden sonar más típicamente Thrash de todo el
trabajo. Y es que los riffs a medio tiempo que sirven de hilo conductor pueden
parecer “manidos”, pero no dejan de ser eficientes por méritos propios, al
igual que las constantes melodías oscuras y afiladas que se saca la guitarra de
Claudio de la manga, todo ello sin dejar a un lado los constantes cambios de
ritmo para perderse y disfrutar. Otro punto más para los italianos en el camino
a su goleada particular.
En
el camino al aniquilamiento total, “State Of Progressive Annihilation” se
convierte en un momento de absoluta maldad: riffs veloces y afilados a más no poder,
un patrón rítmico despiadado y extremo y la voz de Ingo en su faceta siempre
cercana al Black... todo nos conduce a la locura, incluso la inclusión de
pequeños pasajes de ritmos más accesibles que no dejan las cervicales de nadie
sanas. Sin descanso, sin dar tiempo a tomar aire, el tema se ve enlazado con una
composición instrumental donde las acústicas hacen una breve y primeriza
aparición. “Metempsychosis” continúa así la estructura rítmica del corte
precedente, pero permitiendo demostrar el dominio de las seis cuerdas de
Claudio y el propio Ingo en la segunda guitarra. Cuatro minutos para no parar
de hacer “air-guitar” y mover la cabeza de un lado a otro. Se llega así al tema
título del disco, para mi gusto uno de los más representativos de los que es
“Fragments Of Insanity”. El acelerador se vuelve a apretar, pero siempre
dejando espacio a pasajes a medio tiempo matadores para el cuello de cualquiera
con sangre en sus venas. Nuevamente el elemento atmosférico se vuelve esencial,
esta vez en manos de unos teclados casi imperceptibles pero que dan un aire fantasmal
al tema, así como unas melodías de guitarra heladas y que desatan la locura en
nuestras cabezas. Todos los elementos que demuestra NECRODEATH en su segundo
trabajo están presentes en poco más de cinco minutos que no deben pasar
desapercibidos para los aficionados al Thrash.
Entre
los momentos de lucimiento para la voz diabólica y esquizofrénica de Ingo, “Enter
My Subconscious” sería uno de los más importantes. Doblándose en su labor con
las cuerdas vocales para dar una sensación de multipersonalidad fundamental y
acorde con la temática de la composición, la voz del entonces frontman de la
formación italiana encaja a la perfección en un tema veloz y agresivo, en el
que tampoco faltan momentos para el groove y la atmósfera, nuevamente con la
presencia testimonial de unas guitarras acústicas que no te esperas. “Stillbirth”
quizás sea más arquetípico, siendo el tema más oscuro y pesado de todo el
disco, sobre todo en sus primeros compases (nuevamente con una sutil labor de
guitarras acústicas y teclados que terminan de redondear la atmósfera).
Instrumentalmente hablando, lo mejor es la sobresaliente línea de bajo de
Paolo, además de la siempre certera labor de Ingo con su voz, pero no hay que
obviar un trabajo de riffs más rítmico y accesible que por momentos se vuelve
casi obsesivo en nuestras mentes. Y finalmente, “Eucharistical Sacrifice”, tan
enigmático como su título, supone una conexión directa con el debut de
NECRODEATH. El cariz más Black y “cazurro” vuelve a la música de la banda
italiana dejando la complejidad técnica en un plano más secundario. Para mi
gusto, el final perfecto para redondear un disco que se hace cortísimo, y lo
digo porque así la banda demuestra que no se olvida de su raíz musical que
bebía directamente del Black más prototípico y despiadado.
“Fragments Of Insanity” hace honor a su título y nos regala ocho
fragmentos de locura y maldad. Una banda que aún no gozaba de reconocimiento
más que en círculos reducidos, pero que era considerada de auténtico culto
(algunos como los siempre amados-odiados CRADLE OF FILTH los consideran dioses
de juventud...), algo que se vio consolidado cuando tras su vuelta en 1999,
recuperaron el nombre que siempre habían tenido pero que no habían conseguido
expandir lo suficiente. Actualmente, aunque ya sólo esté Peso de los miembros
originales, NECRODEATH sigue dando muestras de ser un grupo a tener muy en
cuenta, aunque su última obra “Draculea” nos haya dejado a algunos un poco
fríos.