Escuchando la voz desgarrada, inhumana y casi hiriente de Nathanael Underwood y las melodías de su guitarra, uno podría pensar que los ingleses DAM son de Gotemburgo por adopción. Aunque los tonos más guturales también estén presentes, y los alaridos más flagelantes no se desdeñen, lo cierto es que Tompa Lindberg vendrá en más de una ocasión a la cabeza. Podría decirse que estamos, por tanto, ante otra copia de tufo moderno, que bebe de AT THE GATES y un poco (o bastante, como demuestra “Made Of Beasts”) de sus compatriotas CARCASS en la época del “Heartwork”. Bien, en líneas generales no nos alejamos, pero el grado de extremismo de DAM capaz de mezclar el Death melódico, el Black más extremo, el Groove a lo GOJIRA y hasta el Sludge más pesado e impenetrable, hace de esta banda algo interesante con lo que recrearse.
Para muestra un ejemplo: no importa la cantidad de veces que escuches “The Difference Engine”, corte de apertura del trabajo: los momentos más extremos te generan rechazo, casi incomodidad, y al mismo tiempo morbosa atracción. Y aunque el disco se mueva también por otros lados más convencionalistas, más centrados en el Thrash y el Death sueco melódicos, como es el caso de “Eyeballing”, “Outside” o la instrumental “New Quest”, DAM siempre tendrá un punto de oscuridad e inhumanidad extra, intensa y repulsiva, atrayente y sangrante, que juega con armonías cacofónicas, voces en el límite y juegos rítmicos arriesgados, lo cual, en sucesivas escuchas es de agradecer y da un elemento de personalidad extra, en un estilo que puede ser tan excitante como monótono si no se aporta nada nuevo.
Lo que menos me atrae es un sonido excesivo, muy en la tónica de bandas como MISERY SPEAKS. Sería de agradecer un nivel de muralla sónica mayor, incrementando la densidad guitarrera, el desgarro vocal y la contundencia rítmica, en la línea que, a mi modo de ver, tan magistralmente alcanzan DISBELIEF, por poner un ejemplo relativamente cercano. DAM, o su productor, ha optado por la modernidad -core lo cual puede llegar a saturar, en especial en los momentos de mayo pesadez y continuidad rítmica. No obstante, a pesar de esta pequeña concesión que el grupo debe hacer para adaptarse a las apetencias sonoras actuales, las ideas acaban triunfando ante su inexpresivo y frío envoltorio, (en algunos momentos como la oscuridad operística de “Mirror-Image Ritual” de manera fantástica), con lo que los poco más de cuarenta minutos de duración de “The Difference Engine” se pasan volando.
Se puede afrontar la escucha de este segundo trabajo de DAM de manera pasajera e inmediata, fijándose en sus buenas melodías y en los adictivos ritmos. De esta manera conseguirás exprimir la parte convencional y recurrente de los ingleses, pero no por ello se reduce el interés en este disco. La otra manera, más aventurera, pasa por un calado completo de la tormenta de cambios y decibelios que ofrece el cuarteto (trío en estudio) inglés. De cualquier forma, “The Difference Engine” es una sorpresa, inquieta e inquietante, que mantiene la esperanza en la juventud de ciertos combos, por muy desconocidos o no que sean.
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