Hay
clásicos sobre los que te apetece escribir sin más motivos que el hecho de que
el disco en cuestión te gusta. Puede que no hayan sido los creadores de nada,
ni tan siquiera miembros visibles de una determinada escuela o un sonido concreto.
Es más, puede que hablemos de un grupo de tercera o cuarta división en lo que a
trascendencia se refiere, pero sin embargo, desde nuestro punto de vista
personal, el grupo, su trayectoria o un disco en particular, nos tiene
completamente enganchados y no hay manera de quitárnoslo de la cabeza.
Trasladando estas reflexiones a mi caso personal, es lo que me sucede con
PARADOX, un grupo alemán que vuelve a estar de actualidad en los últimos años
con nuevos lanzamientos y que incluso tiene cierto nombre en el terreno más
underground, tocando recientemente en nuestro país, pero que en su momento no
pasaron de editar dos discos, para mi gusto completísimos, pero sin poder
demostrar si podían mantener el nivel más tiempo hasta la edición de su disco
de retorno, “Collision Course” ya en el 2000. En cualquier caso con una
trascendencia más bien modesta.
¿Cuál
es el motivo por el que “Heresy” y su predecesor “Product Of Imagination”
llamaron tanto mi atención? Me pondré en situación. Antes de que Metal Mind
pusiera de moda el rescatar del subsuelo un gran número de ediciones
injustamente olvidadas, sobre todo del fondo de catálogo de Roadrunner, éste
que suscribe tuvo un filón bastante bueno para descubrir a grupos antiguos en
el sello High Vaultage. Llevando a cabo reediciones bastante decentes, con
buenos extras y siempre con la calidad en la elección de las obras a rescatar,
adquirí en su momento casi todas las reediciones que encontraba del sello. Y
dos de éstas fueron los discos de PARADOX, un grupo totalmente desconocido para
mí por aquel entonces. Primeramente escuché “Product Of Imagination”, el debut
de 1987 y me sorprendió el hecho de que lo que sonaba era mucho más melódico de
lo esperado por mi parte. Siendo alemanes y vendiéndose como Thrash, me los
esperaba deudores de la escuela de SODOM y compañía, pero nada más lejos de la
realidad. El estilo de PARADOX tiraba más de la influencia del otro lado del
charco, solo recogiendo de su propio país el bagaje de los primeros años del
Power y el Speed Metal alemán (los primeros HELLOWEEN, RAGE, VENDETTA...), y
mirando claramente a grupos como HEATHEN, FLOTSAM AND JETSAM o los propios
METALLICA, algo que era evidente en el trabajo de los riffs. Sinceramente, el
debut de PARADOX me tuvo muy enganchado durante un tiempo y eso que, en mi
opinión, no tiene la madurez compositiva que “Heresy”, pero una vez más High
Vaultage me había descubierto a un buen grupo.
Todavía
gratamente sorprendido por la escucha de “Product Of Imagination”, no tardé en
adquirir su secuela, “Heresy”, último lanzamiento de la banda hasta su reforma
en el siglo XX. Los referentes eran los mismos, pero “Heresy” tenía dos cosas
que no tenía “Product Of Imagination”: una mejor producción, menos cruda, pero
sin perder agresividad, haciendo que todos los miembros del combo alemán
brillaran por méritos propios (en especial la labor de Matthias Schmitt en el
bajo, sin dejar de ser un mero acompañante, las líneas de su instrumento son
merecedoras de todos los elogios en “Heresy”). Y por otro lado un trabajo
compositivo más completo y elaborado, tanto musicalmente como líricamente
hablando. Los riffs estaban mejor acabados, mantenían su herencia americana,
pero se habían vuelto más pegadizos y, hasta cierto punto, melódicos, lo que
unido a un grandísimo trabajo solista hacían de “Heresy” un trabajo excepcional
para admirar las seis cuerdas. Por su parte, Charly Steinhauer había ampliado
sus registros y aunque mantenía cierto parecido al señor Hetfield, conseguía
encajar mucho mejor en la variedad de los cortes. Finalmente, “Heresy” se
erigía como un disco conceptual y muy bien documentado. Todos los temas giran
entorno a las cruzadas cristianas de la Edad
Media , vistas desde la crudeza y el dolor y no desde la
grandilocuencia y la exaltación. La época más oscura y vergonzante para el
cristianismo, contada a través de la música de PARADOX desde la propia portada.
Sin
duda “Heresy” mostraba a un grupo en plena evolución que había alcanzado en
poco más de dos años una madurez insólita, dejando como testamento un discazo
que a lo mejor no era pionero de nada, pero que es pura dinamita e intensidad
desde su breve intro y hasta su bella outro instrumental. Habría que esperar
más de diez años para darle continuidad de manos de “Collision Course” un gran
trabajo que mostraba a un grupo con sonido renovado, más apegado a su sonido
Heavy, aunque manteniendo el dinamismo de los riffs de sus orígenes. Y este
mismo año, comentado por mi compañero Juanma Rubio en estas páginas,
“Electrify” sigue manteniendo el nivel del grupo recuperado con su anterior
obra, nuevamente con un sonido de guitarra menos orientado al riff y más
centrado en la melodía, pero con igual maestría compositiva. Muchos no los
conocerán, o incluso los habrán empezado a descubrir con estos discos, pero
PARADOX merecía ser mencionado aunque solo fuera por “Heresy” uno de los discos
más redondos y completos que se pueden escuchar en el género y que no tiene
nada que desmerecer a joyas que son encumbradas del año 1989 (que fueron muchas, todo hay que
decirlo, aunque no estuviéramos en el inquieto año 1986) y que no defraudará a
nadie amante del Speed y el Thrash tanto americano como europeo, pues de ambas
escuelas bebe PARADOX.
Si
tuviera que escoger un tema como representativo del disco, sin dudarlo ni un
minuto, y lo bien que sonó en directo cuando pude ver a la banda me lo terminó
de confirmar, ese sería “Heresy”. Tanto la introducción que le precede, con
esos ruidos de tormenta que rodean a una guitarra acústica solitaria y de aires
medievales, como el largo desarrollo que lo continúa, redondean siete minutos
de auténtica maestría. Un tema intenso, que crece por segundos, con un trabajo
rítmico excepcional, unas melodías que adquieren formas hímnicas, especialmente
en los solos (la parte central de la composición es de órdago, con un parón que
es imprescindible y que precede a uno de los momentos más orgásmicos del tema),
una superposición de riffs a cada cual más adictivo... todo unido a una de las
letras más pegadizas del disco, haciendo que todos griten “Heresy” al mismo
tiempo. Siempre que hablo del grupo digo que este tema es el “Master Of
Puppets” particular de PARADOX, y en parte la comparación no es casual. Para
que no pare la fiesta, “Search For Perfection” es otro de los grandes momentos
del disco, con un inicio más Heavy, nuevamente el trabajo de Steinhauer y Wilz
en los riffs es pegajoso al máximo, con un estribillo que es carne de directo y
una estructura accesible y fácil de recordar. Para completar un inicio de
trabajo impresionante, “Killtime” trae la parte más Speed de PARADOX,
destacando, como durante todo el disco, la labor de Schmitt cuyo bajo se
convierte en otro elemento más de la composición y no de mero acompañamiento.
Lo único que le falta a este tema para terminar de ser redondo es una línea
vocal más pegadiza, pero instrumentalmente es brillante.
Afortunadamente
para estribillos volvemos a tener “Crusaders Revenge”, otro de los puñetazos en
la cara imprescindibles en directo y que recupera el trabajo de riffs más
apegado al Thrash, por momentos adquiriendo aires bastante técnicos sin
abandonar la accesibilidad general de las estructuras de PARADOX. Puede que me
repita, pero nuevamente, además de los guitarristas (tanto rítmicos como Dieter
Roth como solista), el triunfador de la sección rítmica por excelencia es el
señor Schmitt; es una delicia escuchar la línea de bajo de este hombre en cada
tema. Axel Blaha es más convencional en su trabajo tras los parches, pero
también hay que tener en cuenta que es compositor de gran parte de la música
del disco junto a Steinhauer con lo que lo uno compensa lo otro. Para que no
todo sea exuberancia, pero sin perder ni un gramo de intensidad, “The Burning”
rebaja ligeramente las revoluciones convirtiéndose en un tema más denso y con
mucho groove, sin que llegue a ser en ningún momento un medio tiempo.
Steinhauer vuelve a encontrar una gran línea vocal con la que atraer nuestros
oídos y la música adquiere tintes más Heavys, para que así la variedad siga
estando asegurada. Para apreciar las melodías de las que hace gala PARADOX en
todo su esplendor, este tema es ideal porque Dieter Roth lleva a cabo un
notable solo que combina tanto fuerza, como sentimiento y técnica, palabras que
no parecen reñidas en sus manos. Y manteniendo esta línea Heavy y más melódica
“Massacre Of The Cathars” es una especie de continuación de “Crusaders Revenge”
aunque en una cara más Speedíca y menos Thrash en sentido estricto. Para mi
gusto, otro tema para dejarse llevar y no parar de mover el cuello ante la
dupla de guitarras que no dejan de vomitar riffs de sus mástiles.
Llegando
a la recta final de esta descripción de la barbarie cristiana del siglo XIII,
“Serenity” se convierte en un gran vehículo para apreciar el gran arsenal de
melodías y riffs de PARADOX. Su estructura es de las más variadas del trabajo,
aunque sin llegar al orgasmo de “Heresy”: constantes cambios y aceleraciones
imperceptibles, producen la sensación de ir montados en un coche de carreras
sin frenos. De esta manera PARADOX se permite la licencia de dejar todo su
arsenal preparado para uno de los temas más brutales de “Heresy”, “700 Years
On”, volviendo al Thrash de libro, centrado en el riff afilado y adictivo y en
los ritmos pegadizos, y siempre con la tradición europea del Power en la cabeza
como demuestra el estribillo de la canción y el trabajo solista una vez más en
manos de un Dieter Roth que convierte cada uno de sus solos en un himno
metálico grabado a fuego en nuestros cerebros. Pero no acaba aquí la paradoja
alemana, para el final el grupo nos deja un mar de tranquilidad y sosiego de la
mano de “Castle In The Wind”, un tema instrumental y acústico que sirve para
cerrar de forma cíclica el trabajo y que deja la sensación de estar ante las
ruinas de un verdadero castillo medieval oyendo solo el golpeteo de la lluvia y
el susurro fantasmal del viento.
PARADOX no están llamados a firmar ningún capítulo de la historia de la
música. No son los primeros en nada, no son los más originales... pero en
“Heresy” y en general en toda su trayectoria, honesta y coherente con su
sonido, demuestra ser un grupo por encima de la media, que merece ser
reconocido. Todos aquellos que gusten del buen Heavy/Thrash/Speed de los
ochenta, con influencias tanto americanas como europeas, deberían de tener en
“Heresy” un disco a tener muy en cuenta. Algo menos de tres cuartos de hora de
intensidad y contundencia, con un sonido clásico y adictivo. Una pena que en
plena ebullición de ideas el grupo pusiera un punto y aparte tan largo, pero
afortunadamente, además de su debut y sus recientes obras, el legado de la
herejía siempre nos quedará. Una de las muchas joyas escondidas del Metal de
los ochenta.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)