“The Vaulted Shadows” es eso, “The
Barghest o' Whitby” y “The Manuscript” en un solo CD. Y la decisión no ha
podido ser más acertada. A falta de escuchar “A Map of All Our Failures”, la
banda vuelve a estar en plena forma. Con guitarras que combinan melodía
funeraria con crudeza, ritmos pesados y cadenciosos que descienden al infierno
y ascienden a los cielos, contagiados por el sinfonismo de un violín
quejumbroso y bello y la voz de Aaron, contrapunto esquizofrénico capaz del
gruñido más visceral, y el lamento más envolvente, en el mismo fraseo.
Empezando por “The Barghest o' Whitby”, este corte contiene alguno de los
mejores pasajes de la banda de Doom-Death pionera de Inglaterra junto a
ANATHEMA y PARADISE LOST. Aunque formalmente es un solo tema, se divide
claramente en cuatro movimientos, que alternan crudeza, melodía, dinamismo y
belleza. La primera parte inquieta, la segunda parte relajada, la tercera parte
“precedida de un silencio”, funeraria y la cuarta y última parte sangrienta y
rota, desesperada y salvaje, martilleante y dolorida. En conjunto,
absolutamente mágica: digna de tan oscura portada y apabullante y mórbido
sonido.
Pero lo mejor está por llegar en “The
Manuscript”. Otra vez en casi media hora y cuatro partes, MY DYING BRIDE
recupera su personalidad, pero con composiciones independientes, siendo
particularmente “Vår gud över er” envolvente y pegajosa, con un sonido de
guitarras profundo y limpio al mismo tiempo, menos crudo que en el EP precedente.
Una producción más limpia, más ambiental y completa, donde el violín adquiere
protagonismo en la propia “The Manuscript” y “A Pale Shroud of Longing”, tan
deliciosa como triste en sonoridades, y un final lánguido y decadente, auténticamente
Doom, cargado de oscuridad y letanía, que aleja el infierno y acerca la paz del
subsuelo a nuestros cuerpos, del encuentro con uno mismo y el entorno, con las
lágrimas y la alegría en un solo instante. La emoción que faltaba en trabajos
previos, se recupera y se lleva un paso más allá, madurando una propuesta que
ya debería estar lo suficientemente madura después de todo el tiempo pasado,
casi un cuarto de siglo, desde que MY DYING BRIDE se casó con nuestras almas.
Si “A Map Of All Our Failures” es
tan bueno como dicen y al situarse cronológicamente en medio de estos dos EPs,
debe serlo, MY DYING BRIDE habrá recuperado su esencia, habrá conseguido otra
vez aunar personalidad y emoción en un solo producto. Pocos grupos pueden presumir
de esto, y a MY DYING BRIDE le ha costado un ir y venir de pasos intermedios,
pero la espera ha merecido la pena. Nunca fue divorcio, sólo una separación
temporal, pero el reencuentro, como siempre, es lo mejor.
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