Hay dos extremos a la hora de
analizar un disco en primera escucha: aquellos que entran a la primera pero que
probablemente se pierden en su propio efectismo y acaban aburriendo, y los que
precisan de bastantes rotaciones para conseguir comulgar con ellos. Entre ambos
extremos, hay múltiples posibilidades, pero es difícil lograr ambos
ingredientes de una forma más o menos pura en un mismo trabajo. No es el caso
de los mallorquines MARASME. El grupo debuta después de una demo o EP previo,
con “Mirroir”,
un larga duración de seis temas y una intro que
recorre casi cincuenta minutos de música en su
más amplio sentido: un trabajo
impresionante, envolvente y atrayente desde la primera vez que gira en nuestro
reproductor, y que al mismo tiempo gana en sucesivas escuchas, se llena de
matices, de detalles y nos invita a una aventura nueva cada vez. El quinteto
logra así lo imposible: lograr un efecto directo y al mismo tiempo perdurar en
el tiempo, dando lugar al primer disco que entraría por mi parte en el top-ten
del 2010.
¿Qué ofrece MARASME para armar
tanto revuelo en mi cabeza? Para empezar un estilo difícil, no tanto de
escuchar, como de sobresalir en él, pues las bandas suelen mimetizarse mucho y
al final siempre salen los mismos nombres: ellos se definen como Post-Metal,
usando ese prefijo como tantos otros para denominar aquel género que se sale de
los cánones y se contagia de sonoridades ajenas. En concreto, la tríada de
siempre, NEUROSIS, CULT OF LUNA e ISIS, es el punto de referencia. Sin embargo,
MARASME va más allá: sus componentes beben del Metal Extremo en sentido
clásico, del Doom, del Progresivo setentero y hasta de la música oscura de los
ochenta. Todo se mezcla y ofrece un producto que unas veces te sonará a
SNAPCASE, otras a SIGUR ROS, otras a PINK FLOYD y otras a MY DYING BRIDE, pero
con una personalidad propia que va más allá de la estela de siempre: THE END,
MASTODON, TEXTURES, BURST y demás grupos que vienen a la cabeza cuando se trata
de ejemplificar este tipo de sonidos. Así, partiendo de una producción
soberbia, donde todos los componentes de MARASME tienen su espacio, haciendo
hincapié en la atmósfera y al mismo tiempo en la efectividad y la contundencia
metálica, “Mirroir”es
un viaje donde cada composición es una
escala nueva y distinta de la anterior.
Comenzando con la intensidad
creciente de la percusión tribal de su intro, el primer corte, “Mirroir” es uno de los que más recuerda a la tríada citada,
aunque pasado por la batidora más Death que
los emparenta con los citados BURST. La voz de Jeroni, predominantemente
chillona y agónica, como los mejores tiempos de CULT OF LUNA, da un toque de
personalidad al conjunto al combinar textos en inglés y francés, dando un tono
aún más tenebroso y envolvente si cabe en ciertos pasajes. Menos directo y más
centrado en la atmósfera es “Flames”, otra oda a la agonía, que
consigue atrapar por su estructura in crescendo. Por si alguno pensaba que el
grupo se iba a acomodar, nos vemos sorprendidos por “Més
Enllà”, corte instrumental donde comienza a
ser más evidente el gusto por el progresivo más
clásico del grupo, mezclado con cierto aire a los últimos KATATONIA y ANATHEMA.
Totalmente atrapados, gracias al hilo argumental cuidado que sigue el grupo, “Ultimatum” ofrece
otra cara nueva: cierto aire al “Deliverance” de OPETH, pasado por el cariz menos técnico de BURST, una
estructura a lo KING CRIMSON y unos solos que miran directamente a PINK FLOYD.
Como se puede ver el eclecticismo es otro de los ingredientes de MARASME.
Pero lo mejor aún está por
llegar: asistimos a un nuevo giro en “Thousands”, esta vez mirando a NOVEMBERS DOOM, MY DYING BRIDE y sobre
todo los KATATONIA del “Brave Murder Day”, destacando una nueva tonalidad en la voz de Jeroni que es
una mezcla entre Swanö y Akerfeldt. Brutal tema, uno de
los más metálicos pero que no desentona
respecto al resto. Y finalmente, para cerrar de forma decadente, “Blind”, esta vez recordando a TIAMAT en
la época “Clouds-Wildhoney”,
pero con una voz más rasgada y áspera. La cara más Doom
aparece así para dejarnos con ganas de
volver a la intensidad inicial y recorrer una vez más este viaje que tan corto
se nos ha hecho. ¿Algo más? Para completar el conjunto, no basta con
personalidad, sonido, ideas y ejecución, encima MARASME se esmera en crear un
añadido en forma de digisleeve con una foto muy acorde a la música y una
presentación cuidada, en colaboración con los tres sellos que distribuyen este
trabajo. Creo que no me dejo nada: simplemente que, si te gusta la MÚSICA, los
ocho míseros euros que cuesta este disco, son la mayor ganga que se te ha
puesto a tiro. Impresionante debut y banda que entra directa en la lista de
perlas a no perder de vista en el futuro.
(Crítica publicada también en: http://www.xtreemmusic.com)
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