En el mundo del Rock, las bandas
integradas sólo por féminas no son raras de encontrar: RAINCOATS,
GIRLSCHOOL o sin irnos muy lejos, las
VULPESS serían ejemplos. Relacionado con el estilo de las primeras citadas,
otro ejemplo sería THE SLITS. Surgidas a mediados de los setenta cuando el Punk
estaba en plena efervescencia y un grupo de amigas quedaron prendadas de PATTI
SMITH, Ari Up y compañía decidieron formar su propio grupo y después de
foguearse un poco con sus instrumentos mal cogidos, se encontraron frente a la
audiencia abriendo ni más ni menos que para THE CLASH. La popularidad se volvió
repentina a nivel local y, ¡cómo no!, ahí estaba John Peel para dedicarles unas
sesiones a este grupo de chicas, cuyo sonido no era tan “típico” como podía
pensarse, en parte por la voz de Ari, bastante original e histriónica y en
parte por la ascendencia Reggae de algunos riffs y ritmos.
Así, ya cerrando década, THE
SLITS facturaron su debut, “Cut” en 1979. Esos ritmos Reggae fueron potenciados
por DENNIS BOVELL, productor del trabajo y también miembro del grupo de Reggae MATUMBI
y creador de su propia música Dub, y ello unido a una portada que convirtió al
disco en un habitual en las recopilaciones de “portadas míticas de la historia
de la música”, hizo que THE SLITS subieran rápidamente, metidas de lleno ya en
la evolución Post-Punk. Con estas premisas “Cut” no es tampoco un “típico” álbum
Punk: por la época, por la confluencia de estilos y por la propia voz de Ari,
la rabia da paso a un disco que encierra muchos detalles, más de los que uno
podría pensarse, unido a un explícito feminismo radical en sus letras (“Love
Und Romance” se ríe de la pareja y las aspiraciones amorosas convencionales,
con un trasfondo musical muy avanzado y “Typical Girls” describe de manera
cruda e incisiva a las mujeres que no piensan por sí mismas).
El resultado es uno de los discos
más completos de la época: las chicas ya habían aprendido a tocar sus
instrumentos, la producción de Bovell dejaba que todo se apreciara a la
perfección y la variedad de las composiciones, convierten a “Cut” en un trabajo
que hasta incluso se hace difícil de escuchar en las primeras vueltas, tratando
de acostumbrarse a la voz de Ari y a la mezcolanza estilística (escúchese sin
ir más lejos las dos citadas anteriormente, ambas con arreglos de piano
complejos, o “FM”, con sus laberíntico trasfondo rítmico y las inflexiones
vocales de Ari). Pero al mismo tiempo, es un trabajo fresco, construido desde
la energía de unas, todavía, adolescentes, pero ya con experiencia sobre las
tablas y las ideas muy claras.
Sólo duraron otro trabajo más dos
años después de “Cut”, (“Return Of The Giant Slits”, mucho más atípico si cabe
y alejado de las ideas Punk), aunque revivieron ya en el nuevo milenio, como
tantos otros combos. En cualquier caso “Cut” es un álbum tan propio y genuino
que merece mantener el nombre de THE SLITS vivo en la memoria musical.
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