Hay
discos ante los cuales estás predispuesto para su escucha. No sabría
explicarlo, pero es un cúmulo de circunstancias que excitan tu curiosidad y
acaban por envolverte hasta sentirte obsesionado. Y mucho antes de que en la
web recibiéramos este disco, este mecanismo ya había sido iniciado en mi
subconsciente con los alemanes NOCTE OBDUCTA. Primero su presentación: una caja
de madera cuidada hasta el más mínimo detalle, todo un orgasmo para los
coleccionistas. Segundo su portada: solitaria, enigmática, ensimismante.
Tercero: el hecho de sólo ver reseñados en su contraportada dos largos temas de
más de veinte minutos. En resumen, que cuando descubrí esta copia promocional
de “Sequenzen Einer Wanderung” entre el conjunto de discos para comentar, tuve
la sensación de que NOCTE OBDUCTA me llevaban buscando hace tiempo y este era
el paso final: enfrentarme a su música.
Sorpresa
la mía cuando descubrí la ya larga trayectoria de este particular grupo
encuadrado dentro del Black Metal, aunque aquí de “eso” hay más bien poco.
Sorpresa que se tornó en extrañeza cuando investigué y conocí su estado actual
de “barbecho creativo”, pues por problemas internos en la banda no está muy
claro el futuro de NOCTE OBDUCTA. Sorpresa que acabó en éxtasis cuando, durante
dos días seguidos, en mi casa y en mi reproductor no paró de sonar este
trabajo. En resumen, “Sequenzen Einer Wanderung” es todo un descubrimiento,
aunque incluso a veces se tenga la sensación de que estamos ante un disco
incompleto. Pero me dejaré ya de descripciones personales y pasaré a hablar del
trabajo, que es para lo que estoy aquí. El séptimo disco en la carrera de NOCTE
OBDUCTA podría ser analizado, de manera burda y pasajera como una mezcla entre
PORCUPINE TREE, FATES WARNING, IN THE WOODS, GREEN CARNATION, OPETH, ALCEST,
AGALLOCH, NEUROSIS… podría seguir añadiendo nombres, pero yo creo que para
hacerse una idea de la mezcolanza que hay aquí metida ya es suficiente.
Dos
extensísimos cortes de veinte minutos que están estructurados en un ir y venir
de pasajes setenteros, psicodélicos, de etérea calma y belleza helada, que tan
pronto suenan a PINK FLOYD, como a RADIOHEAD o DEPECHE MODE sin que la señal de
admiración y de advertencia aparezca en nuestras frentes. Lejanamente me
recuerdan a los finlandeses PROMETHEAN, pero llevados al exceso de la
naturaleza compositiva. No hay grandes destrezas musicales, no hay vericuetos
difíciles de asimilar, aquí sólo hay espacio para el relajo, la meditación, los
momentos susurrados, los samplers inquietantes y fantasmales, las guitarras
acariciadas, la exuberancia de ciertos riffs puntuales, los cambios de ritmo
entre lo sutil y lo poderoso, el ambiente jazzy… en definitiva, todo un viaje
espiritual que termina de completarse con todos los aderezos comentados en el
apartado de presentación de este trabajo. “Sequenzen Einer Wanderung” es, para
dar un poco de coherencia a todo esto, un disco de sonido propio, único, que
acaba por embelesar aunque se tenga simplemente de fondo; un trocito de arte
¡para qué negarlo!
Sólo
hay un pequeño borrón, por aquello de poner un “pero” y que no sea todo tan
perfecto: la sensación de vacío con la que se queda uno cuando acaba el trabajo
después de algo menos de tres cuartos de hora de viaje. Falta redondear el final,
falta llegar a la apoteosis, al orgasmo interpretativo, pero aún así,
“Sequenzen Einer Wanderung” ofrece momentos de éxtasis absoluto que al
acumularse a lo largo de su extensión, permiten acabar la escucha del disco con
admiración y alabanza por nuestra parte. Particularmente los primeros diez
minutos de “Nebel II” me parecen inolvidables: épica, magia y paisajismo para
regocijo propio, pero no es el único momento fundamental, pues el trabajo está
lleno de postales para enmarcar. Y lo mejor es la forma en que NOCTE OBDUCTA se
deja llevar por su propio fluir musical: un disco predominantemente
instrumental (las voces son mero complemento, en forma de susurros y
cacofonías) puede acabar por saturar sino se consigue estructurar de manera
coherente, pero NOCTE OBDUCTA, dejando a un lado el final abierto con el que
dejan al oyente, pasa con nota esta tarea.
Desde
luego, si NOCTE OBDUCTA quería alinear todos los planetas para que éste que
escribe los escuchara, lo ha conseguido. No está mal comenzar el año con algo
tan evocador y bello, por mucho que esto parezca un tópico sensacionalista.
Para almas reposadas y espíritus que quiera dejarse llevar, “Sequenzen Einer
Wanderung” se presenta en sociedad.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario