martes, 6 de agosto de 2019

NOCTE OBDUCTA - “Sequenzen Einer Wanderung”: un viaje para los sentidos.



Hay discos ante los cuales estás predispuesto para su escucha. No sabría explicarlo, pero es un cúmulo de circunstancias que excitan tu curiosidad y acaban por envolverte hasta sentirte obsesionado. Y mucho antes de que en la web recibiéramos este disco, este mecanismo ya había sido iniciado en mi subconsciente con los alemanes NOCTE OBDUCTA. Primero su presentación: una caja de madera cuidada hasta el más mínimo detalle, todo un orgasmo para los coleccionistas. Segundo su portada: solitaria, enigmática, ensimismante. Tercero: el hecho de sólo ver reseñados en su contraportada dos largos temas de más de veinte minutos. En resumen, que cuando descubrí esta copia promocional de “Sequenzen Einer Wanderung” entre el conjunto de discos para comentar, tuve la sensación de que NOCTE OBDUCTA me llevaban buscando hace tiempo y este era el paso final: enfrentarme a su música.

Sorpresa la mía cuando descubrí la ya larga trayectoria de este particular grupo encuadrado dentro del Black Metal, aunque aquí de “eso” hay más bien poco. Sorpresa que se tornó en extrañeza cuando investigué y conocí su estado actual de “barbecho creativo”, pues por problemas internos en la banda no está muy claro el futuro de NOCTE OBDUCTA. Sorpresa que acabó en éxtasis cuando, durante dos días seguidos, en mi casa y en mi reproductor no paró de sonar este trabajo. En resumen, “Sequenzen Einer Wanderung” es todo un descubrimiento, aunque incluso a veces se tenga la sensación de que estamos ante un disco incompleto. Pero me dejaré ya de descripciones personales y pasaré a hablar del trabajo, que es para lo que estoy aquí. El séptimo disco en la carrera de NOCTE OBDUCTA podría ser analizado, de manera burda y pasajera como una mezcla entre PORCUPINE TREE, FATES WARNING, IN THE WOODS, GREEN CARNATION, OPETH, ALCEST, AGALLOCH, NEUROSIS… podría seguir añadiendo nombres, pero yo creo que para hacerse una idea de la mezcolanza que hay aquí metida ya es suficiente.


Dos extensísimos cortes de veinte minutos que están estructurados en un ir y venir de pasajes setenteros, psicodélicos, de etérea calma y belleza helada, que tan pronto suenan a PINK FLOYD, como a RADIOHEAD o DEPECHE MODE sin que la señal de admiración y de advertencia aparezca en nuestras frentes. Lejanamente me recuerdan a los finlandeses PROMETHEAN, pero llevados al exceso de la naturaleza compositiva. No hay grandes destrezas musicales, no hay vericuetos difíciles de asimilar, aquí sólo hay espacio para el relajo, la meditación, los momentos susurrados, los samplers inquietantes y fantasmales, las guitarras acariciadas, la exuberancia de ciertos riffs puntuales, los cambios de ritmo entre lo sutil y lo poderoso, el ambiente jazzy… en definitiva, todo un viaje espiritual que termina de completarse con todos los aderezos comentados en el apartado de presentación de este trabajo. “Sequenzen Einer Wanderung” es, para dar un poco de coherencia a todo esto, un disco de sonido propio, único, que acaba por embelesar aunque se tenga simplemente de fondo; un trocito de arte ¡para qué negarlo!

Sólo hay un pequeño borrón, por aquello de poner un “pero” y que no sea todo tan perfecto: la sensación de vacío con la que se queda uno cuando acaba el trabajo después de algo menos de tres cuartos de hora de viaje. Falta redondear el final, falta llegar a la apoteosis, al orgasmo interpretativo, pero aún así, “Sequenzen Einer Wanderung” ofrece momentos de éxtasis absoluto que al acumularse a lo largo de su extensión, permiten acabar la escucha del disco con admiración y alabanza por nuestra parte. Particularmente los primeros diez minutos de “Nebel II” me parecen inolvidables: épica, magia y paisajismo para regocijo propio, pero no es el único momento fundamental, pues el trabajo está lleno de postales para enmarcar. Y lo mejor es la forma en que NOCTE OBDUCTA se deja llevar por su propio fluir musical: un disco predominantemente instrumental (las voces son mero complemento, en forma de susurros y cacofonías) puede acabar por saturar sino se consigue estructurar de manera coherente, pero NOCTE OBDUCTA, dejando a un lado el final abierto con el que dejan al oyente, pasa con nota esta tarea.

Desde luego, si NOCTE OBDUCTA quería alinear todos los planetas para que éste que escribe los escuchara, lo ha conseguido. No está mal comenzar el año con algo tan evocador y bello, por mucho que esto parezca un tópico sensacionalista. Para almas reposadas y espíritus que quiera dejarse llevar, “Sequenzen Einer Wanderung” se presenta en sociedad.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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