SCOTT HULL es un guitarrista
inquieto. Además de ser informático del Gobierno de EE.UU, el músico se ha
puesto al servicio de engendros tan anti-sistema y anti-humanos como ANAL CUNT
o AGORAPHOBIC NOSEBLEED, dos de los grupos más complicados de que le gusten a
alguien y que más repulsión sonora generan, en especial el primero de los citados
con el inefable SETH PUTNAM al frente, que en paz descanse. Pero su engendro
más particular es PIG DESTROYER, donde recoge las enseñanzas de los citados y
las lleva hacia terrenos más accesibles pero no por ello menos crudos y amables
con el oyente. Con cambios de formación diversos y cogiendo como base el Grind
y el Hardcore, HULL desarrolló en PIG DESTROYER obras que se centran en su
guitarra como base de todo, partiendo de las microestructuras propias del
Grindcore y con temática repulsiva para no variar. Desde su creación llevan
sólo cinco discos completos y aunque todo el mundo considera “Prowler In the
Yard” su mejor y también más arquetípico disco, me quedo de momento con “Terrifyer”.
En “Terrifyer” HULL acude en
formato trío tan desnudo como excitante: solo las voces nerviosas y dobladas en
dos tonos de JR. HAYES, marca de la casa y la batería cambiante y acelerada de
BRIAN HARVEY. El resto son riffs de
guitarra, disnonantes, desestructurados, sin apoyo armónico de ningún tipo (no
hay bajo, no hay segunda guitarra, no hay nada más que HULL solo ante el
peligro, además sin capas de sobreproducción, su guitarra en dos canales y ya
está). Esto genera sensación de ir por la cuerda floja muchas veces, como si
cualquier error por parte de Harvey o del propio Hull quedara registrado sin
remedio. Sólo en los escasos solos que posee el trabajo en sus cortes más
amplios como “Towering Flesh”, las guitarras se doblan y tienen un poco más de
cuerpo. La producción es, además, deliberadamente sucia, no porque sí, no
inaudible, pero sí natural, sin importar si la disonancia fue excesiva o el
break se salió de volumen. En este sentido “Terrifyer” me recuerda mucho a los
últimos trabajos de BRUTAL TRUTH: alocado, caótico y lleno de cambios, pero
audible, cosa de la que a veces BRUTAL TRUTH se olvidaba.
El trabajo consta de dos partes:
la primera, es la más puramente PIG DESTROYER: 21 temas para 32 minutos de
música, con cortes que raramente pasan del minuto y sin prácticamente efectos
ni rellenos (algún que otro sampler, como en “Gravedancer” y poco más). Todo a
piñón, combinando la velocidad desmedida, con el Groove y algún que otro ritmo
Thrashy (como el citado “Gravedancer” o “Sourheart”). La voz de Hayes, ya esté
doblada o distorsionada, se acaba metiendo en el cerebro a fuego, mientras la
locura se desata con Hull y Harvey en cada corte. La segunda parte tiene su
historia: en principio era un “bonus” para la edición limitada de “Terrifyer”,
en forma de DVD de audio. Pero al final se convirtió en un EP con vida propia
tres años después, “Natasha”. Supone un solo tema de algo más de 35 minutos que
cambia totalmente el tercio de la primera parte. Esto es música Doom y
ambiental a partes iguales. Obsesiva y opresiva, cargada de distorsión y de
electricidad. Pesada y disonante. Etérea y fantasmal. Me recuerda a NAKED CITY,
que también investigó en ambas ramas de la música extrema. Lo que iba a ser una
anécdota experimental acabó por ser otro lanzamiento más complementario a “Terrifyer”
en sentido estricto.
PIG DESTROYER es crudeza y
sencillez sonora sin más adornos, sin arreglos innecesarios, sin efectos que
distraigan la atención de lo esencial: las entrañas de la música del trío.
Obviamente, al carecer de adornos, el estómago del oyente necesitará cierta
preparación o un antiácido posterior, pero si consigue comulgar con la
propuesta, acabará volviéndose tan loco como el propio grupo.
Vídeo oficial de “Gravedancer”: https://www.youtube.com/watch?v=GvjGipvKaF0
Un par de temas de “Terrifyer”:
“Natasha”: https://www.youtube.com/watch?v=YRR-9ZA6vwg
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