viernes, 19 de diciembre de 2014

MARK ISHAM – “Miles Remembered: The Silent Way Project”: reivindicando al Miles eléctrico.


Cuando este que escribe era un adolescente que ya escuchaba Punk, Rock, Heavy y derivados, pero que había crecido rodeado de Jazz por todas partes, tuvo lugar una revelación. Siempre tuve predilección por MILES DAVIS, pero hasta finales de los noventa casi todo el mundo obviaba los años transcurridos entre 1969 y 1975, la llamada etapa eléctrica de MILES. Esto generó que nunca hubiese escuchado ni “A Silent Way” ni “Bitches Brew”, los dos discos llamados a ser pioneros del Jazz-Rock en la historia de MILES DAVIS. Sin embargo, y como tantas otras veces, un buen amigo me instó a ir al Galapajazz que aquel año 2000 celebraba su primera edición, y en concreto a un concierto de un tal MARK ISHAM, compositor de bandas sonoras, productor y también músico, que acababa de sacar un disco homenaje a los 30 años de dichas dos obras de MILES DAVIS y de todo lo que vendría después, “Miles Remembered: The Silent Way Project”. Yo no sabía lo que me iba a encontrar y de repente me vi envuelto en un teatro donde supuestamente iba a haber un concierto de Jazz, pero en el escenario había dos guitarras eléctricas, un bajo eléctrico, un montón de pedaleras y un teclado, además de una batería con doble bombo. ¿Me había metido sin querer en un concierto de Rock?

Lo que sucedió esa noche fue el momento en que se abrió para mi las puertas del infierno: nunca pude suponer que MILES DAVIS había tenido tanta creatividad en esos años y menos aún que la música con la que había crecido, el Jazz, pudiese unirse a la que acababa de descubrir, el Rock. Obviamente, mi siguiente paga de fin de semana se invirtió en “Miles Remembered: The Silent Way Project”, el disco que me había servido para descubrir a MARK ISHAM y todo este mundo. El músico aporta dos cortes originales, “Internet”, muy movida y pegadiza y “Azael”, pero ambas podían haber sido creadas por MILES, no desentonan. El resto son temas extraidos de los trabajos de DAVIS en los setenta, además de algún cameo de otros standards del trompetista, como es la apertura con “In A Silent Way” enlazada con “Milestones” o la genial recreación de “All Blues”, muy groovie gracias al bajo de Doug Lunn. ISHAM actúa como protagonista y se limita a arreglar tempos y estructuras, siendo bastante fiel a los originales de MILES DAVIS. Incluso la forma de grabar el disco sigue la idea de dicha etapa: el disco se conformó con temas grabados en directo en The Baked Potato a finales de 1996, que luego fueron cortados-pegados en estudio, igual que hacía Teo Macero con MILES DAVIS en los setenta.

Instrumentalmente, ISHAM tampoco arriesga. Como buen compositor de bandas sonoras sabe recrear y ser honesto, y para esta ocasión ha decidido adoptar la instrumentación que MILES más repitió a finales de su etapa eléctrica, es decir con predominio de guitarristas y usando los teclados y las pedaleras para crear atmósferas y efectos. También en el uso y abuso de la sordina ISHAM es fiel a MILES al igual que en el wah-wah para distorsionar las composiciones. El invento no tendría misterio si no fuera porque cortes clásicos como “It's About That Time”, con esa larga introducción Funky que acaba estallando en decibelios o “Spanish Key”, da pie a recrearse y a generar excitación en el oyente a base de intensidad creciente, y aquí ISHAM ha sabido rodearse de músicos excepcionales que en directo, como bien pude comprobar, lo dan todo y traen consigo la excitación del Rock masivo. La dupla de guitarras de Steve Cardenas, más comedido y sobre todo el ultra distorsionado Peter Maunu, así como la contundencia desmedida de Michael Barsimanto (en directo una auténtica orgía percusiva), transmiten energía no sólo con la electricidad de sus amplificadores… “Great Expectations”, otro corte típico de intensidad creciente es un buen ejemplo, pero sobre todo las piezas más cortas y movidas, “Right Off (Theme From Jack Johnson)”, “Ife” (cargada de efectos de eco y repeticiones) y “Black Satin”, perfecto colofón. Por otro lado ISHAM no olvida la atmósfera y el enigmático lado oscuro que MILES desarrolló en muchos cortes de “relleno” de sus discos de la época y ahí está la ya citada “Azael”, que casi podía ser uno de los cortes firmados junto a Hermeto Pascoal por MILES en “Live – Evil”.

Cabe preguntarse si “Miles Remembered: The Silent Way Project” era algo necesario. En su momento fue criticado y alabado a partes iguales, porque cierto es, aportar no aporta mucho. Posteriormente el grandísimo WADADA LEO SMITH haría lo mismo, recreando el espíritu y la instrumentación de la citada etapa de MILES, pero con composiciones propias. Ahí sí se puede encontrar creatividad. En MARK ISHAM no, pero por otro lado, este disco era necesario: era un homenaje merecido a una etapa que enemistó a MILES DAVIS con los acérrimos Jazzistas y le hizo pasar de teatros a festivales de Rock. En ese sentido MARK ISHAM lo borda, recrea todo lo que fue aquella época fielmente y lo traslada al disco y al directo para que los que no vivimos la fusión original de ambos estilos, se nos cayeran los calzones del gusto y la impresión. Sólo por eso, mis loas las ha tenido desde hace 15 años…

“In A Silent Way – Milestones”: http://youtu.be/j47Y_LEmTzY

“Right Off”: http://youtu.be/Mc2PoZlsWao

“Spanish Key”: http://youtu.be/eXPrNmb_yms

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