miércoles, 26 de diciembre de 2012

DAM - "The Difference Engine": Sorpresa desconocida

Escuchando la voz desgarrada, inhumana y casi hiriente de Nathanael Underwood y las melodías de su guitarra, uno podría pensar que los ingleses DAM son de Gotemburgo por adopción. Aunque los tonos más guturales también estén presentes, y los alaridos más flagelantes no se desdeñen, lo cierto es que Tompa Lindberg vendrá en más de una ocasión a la cabeza. Podría decirse que estamos, por tanto, ante otra copia de tufo moderno, que bebe de AT THE GATES y un poco (o bastante, como demuestra “Made Of Beasts”) de sus compatriotas CARCASS en la época del “Heartwork”. Bien, en líneas generales no nos alejamos, pero el grado de extremismo de DAM capaz de mezclar el Death melódico, el Black más extremo, el Groove a lo GOJIRA y hasta el Sludge más pesado e impenetrable, hace de esta banda algo interesante con lo que recrearse.

Para muestra un ejemplo: no importa la cantidad de veces que escuches “The Difference Engine”, corte de apertura del trabajo: los momentos más extremos te generan rechazo, casi incomodidad, y al mismo tiempo morbosa atracción. Y aunque el disco se mueva también por otros lados más convencionalistas, más centrados en el Thrash y el Death sueco melódicos, como es el caso de “Eyeballing”, “Outside” o la instrumental “New Quest”, DAM siempre tendrá un punto de oscuridad e inhumanidad extra, intensa y repulsiva, atrayente y sangrante, que juega con armonías cacofónicas, voces en el límite y juegos rítmicos arriesgados, lo cual, en sucesivas escuchas es de agradecer y da un elemento de personalidad extra, en un estilo que puede ser tan excitante como monótono si no se aporta nada nuevo.

Lo que menos me atrae es un sonido excesivo, muy en la tónica de bandas como MISERY SPEAKS. Sería de agradecer un nivel de muralla sónica mayor, incrementando la densidad guitarrera, el desgarro vocal y la contundencia rítmica, en la línea que, a mi modo de ver, tan magistralmente alcanzan DISBELIEF, por poner un ejemplo relativamente cercano. DAM, o su productor, ha optado por la modernidad -core lo cual puede llegar a saturar, en especial en los momentos de mayo pesadez y continuidad rítmica. No obstante, a pesar de esta pequeña concesión que el grupo debe hacer para adaptarse a las apetencias sonoras actuales, las ideas acaban triunfando ante su inexpresivo y frío envoltorio, (en algunos momentos como la oscuridad operística de “Mirror-Image Ritual” de manera fantástica), con lo que los poco más de cuarenta minutos de duración de “The Difference Engine” se pasan volando.

Se puede afrontar la escucha de este segundo trabajo de DAM de manera pasajera e inmediata, fijándose en sus buenas melodías y en los adictivos ritmos. De esta manera conseguirás exprimir la parte convencional y recurrente de los ingleses, pero no por ello se reduce el interés en este disco. La otra manera, más aventurera, pasa por un calado completo de la tormenta de cambios y decibelios que ofrece el cuarteto (trío en estudio) inglés. De cualquier forma, “The Difference Engine” es una sorpresa, inquieta e inquietante, que mantiene la esperanza en la juventud de ciertos combos, por muy desconocidos o no que sean.

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GARBAGE - "Garbage": Resumen de una época

Se podría considerar a GARBAGE como una banda “prefabricada”. Un buen día Butch Vig debió pensar que ya que producía bandas de éxito como SONIC YOUTH o sobre todo THE SMASHING PUMPKINS, debía también poner su granito de arena en forma de Rock, Pop, Electrónica y todas las tendencias que sustentaron las radiofórmulas en los noventa y que para algunos supuso la destrucción de la herencia del pasado y para otros una nueva forma de entender la vida: la generación de la autodestrucción y la complacencia en la propia abundancia, los hijos del tanto tenemos que estamos aburridos de la vida… prácticamente los mismos principios que sustentan cada nueva ola de juventud musical, pero cambiando la psicodelia, por el sentimiento Punk, los vaqueros rotos por las camisas de cuadros, las chupas de cuero por el aire pseudo intelectual… etc… Pero Butch Vig en particular, y por extensión GARBAGE tenía un problema: llegar un poco tarde, cuando los principios de los que partía ya daban sus últimos coletazos y los nuevos adolescentes buscaban otras cosas (cambia camisas de cuadros por chándal y zapatillas adiddas…).

El debut homónimo fue quizás a la vez la cumbre y la caída de GARBAGE. Vig sabía que debía apostar no sólo por un sonido, sino también por una imagen, por un morbo y por un aura de misterio que crearan carisma más allá de la calidad musical, y ahí estaba una desconocida Shirley Manson, venida de la madre tierra Britania cuyo pasado en ANGELFISH había pasado sin pena ni gloria, pero que daba el pego por la sensualidad y la dejadez e irreverencia de su rostro. El resto era made in Butch Vig, auténtico cerebro de GARBAGE, pues  Duke Erikson y Steve Marker no eran más que “aderezos” para que el directo y la propia imagen promocional de la banda no perdieran el sentimiento Rock que supuestamente era su partida.  En poco más de un año, 1995, Vig, Manson y compañía editaron “Garbage” y el éxito les vino premeditado pero al mismo tiempo inesperadamente.

Grunge, sonidos prefabricados y mucho sentimiento de los noventa… GARBAGE es un perfecto resumen para una época, para bien y para mal. Para bien porque es una perfecta instantánea para un momento, para mal porque la personalidad, más allá de su imagen y la voz de Manson, brillaba por su ausencia. Sin embargo, “Garbage” perduraría como el mejor disco hasta la fecha del combo y no sólo por sus éxitos imperecederos, sino porque es el trabajo más focalizado, el que llegó en el momento justo. Después todo se quedaría en el intento de sobrevivir sin mayores pelotazos que temas puntuales (sin ir más lejos el tema principal de “The World Is Not Enough” de JAMES BOND). Ahí quedan temazos como “Supervixen” o “Queer”, ambas agresivas e irreverentes, el sonido oscuro y pasteloso de “Milk”, el sentimiento Punk a lo BLONDIE de “Stupid Girl” o el sonido casi nirvanero de “Dog New Tricks” y el desenfreno de “Vow”.

Cabe preguntarse si GARBAGE es (y su último trabajo “Not Your Kind Of People” lo demuestra), algo más que el epílogo de una época. Sus seguidores son reflejo de la madurez de una generación y su música sigue viva por la falta de ideas actuales pero, ¿qué habría sido de ellos si la idea feliz de Vig hubiese aparecido 7 u 8 años antes de “Garbage”? En mi opinión habrían dado más juego y se podría haber visto una evolución más amplia, pero es algo que nunca sabremos. Mientras tanto el debut de GARBAGE queda como el mejor exponente de una banda, de un sonido, de una década y de una generación.

domingo, 9 de diciembre de 2012

BALROG - "Ars Talionis – The Art Of Retaliation": Un problema de sonido

A pesar de que su historial comprenda tanto bandas de Grind como de Death, siendo la más llamativa su presencia en ABORTED, el señor BALROG, o lo que es lo mismo, Sebastien Tuvi, siempre ha sido admirador del Black Metal al más puro estilo DISSECTION. Lo fue en los otrora Blackers y ahora reconvertidos GARWALL y lo es, cómo no, en su proyecto personal Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como, BALROG. Sin embargo, en "Ars Talionis - The Art Of Retaliation" se aprecian vientos de cambio como dirían los SCORPIONS, manteniendo intactas, eso sí, sus referencias principales. Y el resultado, sin ser para mi gusto tan convincente como su anterior trabajo, "Bestial Satanic Terror", es bastante completo y por lo menos muestra intención de evolución.

Al contrario que sus compatriotas creadores del sonido Black francés, ese híbrido entre Black y Post Rock que en manos de DEATHSPELL OMEGA, BLUT AUS NORD y demás funciona tan bien, BALROG prefiere ir directo al grano y dejarse de juegos armónicos. Aunque la melodía y la estructura de ascendencia Heavy sean fundamentales en el programa del proyecto, lo cual nos recordaba a DISSECTION, NAGLFAR, OLD MANŽS CHILD... rozando la frontera del Death en muchos instantes, BALROG también hundía sus raíces en el pasado más crudo del género y de hecho en este disco muchas veces, sobre todo en el caótico bullicio de algunos pasajes, la referencia a MAYHEM se hace patente. Pero en "Ars Talionis - The Art Of Retaliation" BALROG ha querido ir un paso más allá y sin quererlo o queriéndolo se ha contagiado de gran parte del sonido de sus compatriotas: las armonías de guitarra herederas del Free Jazz y el aire aséptico de las ambientaciones aparecen en medio del clasicismo de formas que hasta ahora se gastaba el grupo.

¿Cuál es el problema? La idea de base es buena, BALROG se mimetiza con su entorno y no deja a un lado sus primerizas influencias pero, el naufragio casi llega de la mano de una producción que no puede pasar del simple aprobado. La mezcla final está bastante descompensada y la particular afinación de las guitarras roza el abismo al verse literalmente engullidas por el sonido de los platos de la batería. Sólo en los pasajes más Death, cuando Sebastien hace uso de su gruñido más gutural, el resultado consigue sonar coherente. Así pues, "Ars Talionis - The Art Of Retaliation" avanza en su concepción, despliega buenos temas ("Le Baiser Du Foret" es un ejemplo, uno de los más arriesgados rítmica y armónicamente hablando, "The Left Hand Of God", de los más variados y "Antithesis Of Existance", en un registro más decadente, muy Death en algunos momentos y funcionando muy bien la armonía disonante y fría de las guitarras), pero le falta resaltar con unas vestiduras más apropiadas para este sonido.

BALROG sigue siendo un grupo de Black y "algo más" a tener muy en cuenta, de los más accesibles y arquetípicos de su país, aunque en este trabajo haya querido dar un paso al frente en lo que a complejidad se refiere. En este sentido "Ars Talionis - The Art Of Retaliation" les mantiene en su estatus, pero no estaría de más que tratase de madurar un poco más el resultado para que pueda disfrutarse en su integridad y no teniendo que hacer un esfuerzo extra a causa del sonido. Bueno más no brillante.

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BILL STEWART - "Telepathy": Una piedra angular adelantada

Si hablásemos del batería Post-Bop por excelencia, o al menos uno de los más reclamados como “sideman”, ese sería BILL STEWART. Teniendo como valedores a JOHN SCOFIELD y JOE LOVANO, con los que aprendió y fue introducido en el mundo discográfico de Blue Note, sello con el que editó sus dos primeros trabajos, BILL STEWART y coetáneos suyos como el eterno acompañante BILL CARROTHERS o el introspectivo LARRY GRENADIER (a los que fichó para este “Telepathy” como no podía ser de otra manera), siempre tendrán el cartel de músicos de sesión o acompañantes de excepción, aunque hayan editado trabajos a su nombre, siendo casi imprescindibles en muchas producciones de sonido Post-Bop y apareciendo en una enorme cantidad de trabajos considerados clásicos contemporáneos del mundo del Jazz. A ello hay que añadir que, pese a no tener una carrera personal muy prolífica ni conocida, son músicos inquietos y siempre están dispuestos a ponerse al servicio de cualquiera que les deje espacio para desarrollar sus propias ideas.

Volviendo a BILL STEWART, después de su debut para Blue Note en 1995, “Snide Remarks”, aún como acompañante de LOVANO y SCOFIELD, STEWART quería dar el salto con un trabajo que le mostrara no sólo como un músico experimentado e ingenioso, sino también como un buen compositor. Ese fue el papel asumido en “Telepathy”, donde se acompañó de lo mejorcito del sonido Post-Bop, entonces jóvenes casi desconocidos y hoy en día valores seguros. En los saxos, STEVE WILSON, aquí algo tímido y pausado y SEAMUS BLAKE, totalmente desatado. En el piano, un críptico y perfecto complemento de STEWART, BILL CARROTHERS, heredero de la escuela JARRETT-EVANS-MEHLDAU-COPLAND-HERSCH, pero con un tono aún más introspectivo y etéreo. Y en el bajo el también citado LARRY GRENADIER, entonces aún desconocido, pero que pronto se convertiría en el alter ego de MEHLDAU, demostrando que ser bajista es mucho más que acompañar de forma secundaria (dejando a un lado la labor solista de la que tiene buena muestra en “Telepathy” en el enorme e intimista “Calm”).

La idea era ofrecer composiciones propias, arriesgadas en armonías y estructuras y un par de condescendencias ajenas reconstruidas hasta hacerlas irreconocibles, como son “Rhythm-A-Ning” de MONK, destruida y vuelta a construir de manera inventiva y aventurosa y “Little Melonae” de JACKIE McLEAN, más ortodoxa pero no por ello falta de riesgo. Todo ello con un sonido sesudo y visceral al mismo tiempo, y dejando espacio para el lucimiento de todos, incluido el propio STEWART con un trabajo interpretativo muy lustroso y llameante. Desde el principio uno tiene la sensación de que “Telepathy” no es el típico disco dentro de lo común. Las estructuras no dejan espacio para el descanso y están constantemente girando, rozando el límite (grandiosa labor la de STEWART y GRENADIER intentando que todo quede sujeto, mientras CARROTHERS va un poco por libre y los dos saxofonistas se van peleando por entrar en los espacios sueltos), con lo que al final uno tiene la sensación de estar ante un trabajo en plena reinvención, con riesgo y variedad suficiente como para mantenernos alerta a lo largo de toda su duración.

No es de extrañar que cortes enigmáticos como el de apertura “These Are They” o la rítmica “Happy Chickens” se acaben metiendo en nuestras cabezas de forma obsesiva, o que el libre y despiadado “Fano” nos acabe generando excitación a la par que WILSON y BLAKE intercambian frases. Son temas construidos en el abismo y ejecutados con intensidad contagiosa, con lo que se puede hablar de “Telepathy” como si fuera una obra culminante: una pieza única que perdurará en la historia del Jazz en general y de BILL STEWART en particular, convirtiéndose además con el tiempo en un trabajo de estrellas que en su momento aún estaban en ebullición. Los que descubrimos este disco en 1997 asistimos sin querer al nacimiento de algo grande. Ahora no podemos dejar de disfrutarlo y redescubrirlo en cada nueva escucha como si fuera la primera.

sábado, 8 de diciembre de 2012

ARTILLERY - "When Death Comes": Volviendo con nuevos aires


¡Qué grandes discos dio esta banda danesa! Cada uno en su estilo, e incluso su reforma puntual hace ya una década con “B.A.C.K.”, eran trabajos crudos, violentos, elaborados, pegadizos y variados, dicha esta retahíla de epítetos en el orden adecuado para definir “Fear Of Tomorrow”, “Terror Squad”, “By Inheritance” (mi preferido y creo que el de mucha gente) y el ya citado retorno. Sin ser de la primera división europea, ARTILLERY fue cabeza visible de la segunda línea de bandas ochenteras que tenía mucho que decir. Por esta razón, su retorno fue visto como un buen augurio por éste que suscribe. Sin embargo, no todo fue una noticia agradable. Por un lado metían a Søren Nico Adamsen, un vocalista solvente, técnicamente muy dotado, con una voz muy buena para el Power e incluso para tesituras más íntimas, pero ¿para el Thrash o en su defecto para el Speed Metal? Por otro lado, su reciente DVD, “One Foot In The Grave” los mostraba como una banda a medio gas, o esa era mi impresión. 

Pero la prueba definitiva me vino al verlos en directo hace ya un año en el último Martohell. Siendo la atracción principal del cartel, ARTILLERY ofreció un buen concierto, basado en lo mejor de su repertorio, pero aquí se confirmaron mis sospechas: estos abueletes se lo toman con alegría, pero en el escenario distan mucho de transmitir la energía necesaria, y definitivamente Nico no es el vocalista que la banda necesita. Con estas premisas me enfrentaba a “When Death Comes” y mi sorpresa viene al ver que el disco me gusta, y mucho, pero partiendo de una base: que nadie busque la agresividad de sus dos primeros discos, que nadie busque la técnica y la perfección compositiva de “By Inheritance” y que nadie busque, en definitiva, algún retazo de Thrash más que en algún riff. Sin embargo, si te gustó el aire más Heavy de “B.A.C.K.”, no le haces ascos a los últimos discos de por ejemplo PARADOX, y no te importa escuchar un cruce entre METALLICA, HELSTAR y BRAINSTORM, mezcla de Heavy y Power Americano, con un punto de Euro-Power, pero de éste que también mira hacia el otro lado del charco, entonces “When Death Comes” te gustará. 

En definitiva, que ARTILLERY ha dejado el Thrash a un lado y se ha convertido en este trabajo en un grupo solvente de Heavy poderoso, de onda americana pero también europea y donde Nico, por fin, logra amoldar su variedad de registros, a una música menos agresiva donde no brillaba. Salvo cortes como los dos de apertura, “When Death Comes” y “Upon My Cross I Crawl”, o más adelante “Rise Above It All” donde el ritmo se acelera y los riffs tratan de emular el pasado, el grueso de este disco se compone de temas más pesados en donde el tercero en discordia para abrir fuego, “10.000 Devils” y más adelante el enorme “Not A Nightmare” se convierten en el mejor exponente de lo que ofrece ahora ARTILLERY. Espacio hay hasta para el intimismo y el ambiente envolvente que una guitarra acústica y la voz más cálida de Nico proporcionan a “Delusions Of Grandeur”, o incluso para un sitar en “Uniform”, tema nuevamente agresivo, de melodías orientales y que es uno de los más Power de todo el disco. 

En definitiva, ARTILLERY se reinventa y sabe aprovechar lo que tiene: particularmente a un vocalista para el que el Thrash no era el ambiente más cómodo en el que podía moverse. “When Death Comes” es un disco de Heavy potente bastante compacto y variado, dotado de muy buen sonido y con buenas ideas, que no ofrece nada nuevo, pero que abre una nueva fase en la banda danesa. A mi me han convencido, aunque supongo que muchos estarán descontentos con esta faceta.

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BRIAN BLADE - "Fellowship": El gusanillo del debut


Hay artistas a los que les cuesta lanzarse en solitario y prefieren ser segundones de renombre. Algo así puede decirse de BRIAN BLADE. Durante muchos años mercenario baterista a las órdenes de los artistas más variopintos (PAT METHENY, JOSHUA REDMAN, KENNY GARRETT, WAYNE SHORTER, BOB DYLAN o JONI MITCHELL), no sería hasta 1998 que BRIAN BLADE editaría su primer trabajo titulado “Fellowship”, como la banda con la que volvería a grabar en varias ocasiones posteriormente, con obras muy recomendables como “Perceptual” o sobre todo “Season Of Changes”. Con su estilo etéreo y pegadizo al mismo tiempo, polirrítmico y poderoso, pero también sutil y virtuoso, cogiendo a partes iguales herencias de JACK DeJOHNETTE, ROY HAYNES y BILLY HIGGINS (especialmente el primero y el último, en la unión de sus dos facetas antagónicas), BRIAN BLADE tenía que lanzarse también a la aventura compositiva, demostrando su gusto ecléctico tanto a la hora de acompañar como a la hora de ponerse detrás del pentagrama.

“Fellowship” marcaba su debut, con el apoyo de productores y amigos colaboradores en el pasado y un sello con larga trayectoria en busca de nuevos talentos que no olvidasen el pasado del Jazz pero tampoco las nuevas tendencias, como era por aquel entonces en 1998 Blue Note, que poco antes lanzaría al mercado cosas de otro gran batería de similares características aunque algo más avanzado como era BILLY STEWART. El disco que daría el pistoletazo de salida al BRIAN BLADE FELLOWSHIP se formaba por un conjunto de músicos “desconocidos”, en donde BLADE sólo dejaba créditos para el que fuera su jefe y en este caso productor del disco, DANIEL LANOIS, ajeno a las ortodoxias jazzistas y por lo tanto, perfecto complemento para la música de BLADE. El resto lo completaban un excelente JON COWHERD al piano (introspectivo y enigmático tanto con el acústico como el wurlitzer), DAVE EASLEY y JEFF PARKER con las guitarras, aportando un toque etéreo y Pop, CHRIS THOMAS siempre presente con su buen pulso jazzístico en el bajo y la excelente pareja solista, fogosa en muchos momentos, formada por los saxofonistas MYRON WALDEN (aún por explotar en esa época) y MELVIN BUTLER.

En el apartado compositivo BLADE sabe dejar espacio para los solos pero también para que las estructuras y las atmósferas se relajen. Cortes de pegada y fuerza como la fabulosa apertura de “Red River Rebel” o “Folklore”, donde la pareja de saxofonistas se despachan a placer, contrastan con temas de aire desértico y profundidad paisajista como “In Spite Of Everything” o “Lifeline”, un corte de cariz muy Pop para lucimiento de COWHERD. Por su parte, “Mohave” está pensado para deleite de LANOIS, con una estructura arriesgada, numerosos juegos armónicos y mucha inquietud en la interpretación, y ya en la parte final del disco, “If You See Lurah” regresa por los aires del principio, con el corte más sencillo y de menor duración, mientras que el cierre de “Loving Without Asking” pone el toque elegante y al mismo tiempo ecléctico, con una melodía muy Pop, pero un acompañamiento muy Jazzy. Desde luego no esperes, ni por sonido, ni por ejecución, un disco “Jazz” en sentido estricto por excelencia. Aquí encontrarás mucha parsimonia y juego armónico, navegando entre la sencillez radiofónica, el aire intelectual europeo a la ECM y la fogosidad solista puntual. 

Posteriormente los citados “Perceptual” y “Season Of Changes” superarían el concepto inicial de FELLOWSHIP, pero quizás les faltaba ese aire de sorpresa agradable que uno siente al descubrir la cara más personal de un artista con mucho potencial, diamante en bruto por explotar, que ya había dado buena cuenta de su versatilidad y maestría junto a otros, pero que por fin se lanzaba a caminar en solitario. Con este debut BRIAN BLADE puso el signo de admiración sobre su nombre, y con mayor o menor continuidad, no se lo ha quitado de encima en años venideros.

viernes, 7 de diciembre de 2012

ALL SHALL PERISH - "Awaken The Dreamers": En plena evolución


Parece que fue ayer y ya han pasado cuatro años desde que, después de escuchar un tema de ALL SHALL PERISH en un recopilatorio, me hice con su debut, “Hate.Malice.Revenge”, cuando aún estaban en la compañía japonesa Amputated Vein. La música de aquel debut me impactó: Deathcore era la etiqueta con que los vendían, pero la verdad es que en ese disco había mucha música: Death melódico, dos voces extremas tanto desde el tono agresivo como desde el más gutural, algunas partes muy pesadas, los típicos parones del Hardcore metalizado… Poco más de media hora que estaba entre lo mejor que había escuchado en ese año, y eso que el descubrimiento del grupo por mi parte fue por casualidad. Había mucho potencial en el grupo, pero también mucho peligro de que fueran progresivamente ampliando miras si obtenían el apoyo de un gran sello. Y aquí entró en escena Nuclear Blast. 

La todopoderosa discográfica se fijó en ALL SHALL PERISH y decidió reeditar su debut, con lo que el nombre del grupo dejó de estar en el underground y pasó a la primera plana, apareciendo reseñas en muchos medios, entrevistas… en definitiva, entraron de lleno en otra división. Era el momento de “The Price Of Existence” y desde que supe de su existencia tenía curiosidad por saber si el éxito se les había subido a la cabeza y habían sucumbido a las partes más comerciales de su música, o seguían con su personalidad y sonido propios. Bien, ahora en la distancia comprendo que aquel disco era una transición. El sonido era mucho menos pesado, más melódico y el juego de voces había perdido gran parte de su protagonismo. ALL SHALL PERISH, definitivamente, estaba allanando el camino para dar el paso a un sonido mucho más “mainstream” y el cambio de formación que sufrió la banda en el puesto del micro fue el punto de inflexión que terminó de redondear esta etapa. 

Llega el momento de la confirmación. “Awaken The Dreamers” es la evolución natural de “The Price Of Existence” y la prueba definitva de que ALL SHALL PERISH no volverá a ser el mismo grupo de sus orígenes. Se acabó la pesadez, salvo en un par de temas que pueden recuperar un poco el sonido de su debut, especialmente “Stabbing To Purge Dissimulation”, el tema más bestia de todos los contenidos en el trabajo, y aún así muy melódico, el resto del disco tiene dos protagonistas fundamentales: las guitarras y el nuevo juego de voces. Empezaré por lo segundo, pues es lo que menos me gusta, porque aunque han ganado en registros, han perdido extremismo con el cambio de vocalista. Ahora ALL SHALL PERISH tiene a un vocalista, Eddie Hermida, más “típico”, del cual se aprovechan para sus partes más melódicas, aunque mantengan la profundidad gutural en algunos pasajes. En mi opinión esto ni es malo ni bueno, simplemente es algo comprensible dada la evolución del grupo, pero hay algo que no me gusta: los pocos momentos en donde tratan de meter voces totalmente melódicas o incluso falsetes Heavys, como si fueran MERCENARY (y se quedan muy lejos de los daneses), algo que se hace evidente en “Black Gold Reign”, tema salvado gracias a los buenos solos y riffs melódicos y que se acaba de confirmar en el peor tema para mi gusto de todo el disco, “Memories Of A Glass Sanctuary”, melódico de principio a fin, en donde tratan de emular a los OPETH acústicos, y les sale el tiro por la culata. 

El otro elemento protagonista, y aquí está lo mejor de este trabajo, son las guitarras. “Awaken The Dreamers” es un disco donde Chris Storey y Beniko Orum se explayan a gusto técnicamente hablando. Ya no es sólo porque los temas tengan bastantes cambios de ritmo, algo que afortunadamente sigue siendo marca de la casa de ALL SHALL PERISH, sino porque la labor solista se ha convertido en fundamental en casi todos los temas, siendo de hecho el elemento mayor de variedad que hay en este disco y dejando que todo el peso recaiga en ello. La inclusión de sendos temas instrumentales al más puro estilo guitar hero como son “”From So Far Away” o la Jazzy “The Ones We Left Behind”, muestran la gran capacidad de estos hombres y abren nuevos terrenos en la música de ALL SHALL PERISH que adquiere un carácter progresivo del que hasta ahora carecía. Y en mi opinión, el resultado es muy bueno, compensando en gran medida la pérdida de personalidad debido al mayor peso melódico y a las nuevas líneas vocales. Así pues, ALL SHALL PERISH se ha convertido, sin querer o queriéndolo, en un grupo instrumentalmente muy bueno, pero que se encorseta demasiado en sonidos y tópicos que les hace mimetizarse demasiado con la enorme cantidad de grupos similares que hay en nuestros días. 

Desde luego, si esperas que ALL SHALL PERISH vuelvan al sonido de su debut, “Awaken The Dreamers” no es el mejor disco para conseguir tu objetivo. Si, por el contrario, te gustó la línea marcada en “The Price Of Existence”, en este nuevo trabajo ALL SHALL PERISH da una vuelta de tuerca y se convierte en una banda muy interesante musicalmente aunque hayan perdido gran parte de su toque personal. A mi me han dejado un poco a medias, aunque creo que aún no está todo perdido y sólo les falta terminar de pulir un poco más esta nueva dirección que han decidido tomar. Buena evolución, aunque todavía con mucho por perfeccionar.

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DEBORAH COLEMAN - "Soul Be It!": Blues directo a la yugular


En determinados géneros vale más un directo que mil grabaciones en estudio. Seguramente ese sea el caso del Blues, pero más aún el de la guitarrista y cantante DEBORAH COLEMAN. Aprendiendo la lección de grandes como JOHN LEE HOOKER o HOWLIN’ WOLF (ahí es nada), y llegándole la inspiración de BUDDY GUY, ALBERT COLLINS y desde el lado rockero JEFF BECK y por supuesto JIMI HENDRIX, la instrumentista de Virginia tiene una dilatada y sólida carrera, pero si hubiera que recomendar una forma de introducirse en su universo, desde el punto de vista inmediato y excitante de los decibelios y los solos fogosos, ese sería el directo y por extensión este “Soul Be It!” grabado en su gira de 2002, recogiendo un buen puñado de Blues clásicos y eléctricos, con algún toque más comercial a lo ROBBEN FORD o LARRY CARLTON en ciertos cortes, pero derrochando energía en cualquier caso.

Acompañada de un sólido trío (compartiendo protagonismo solista con BILLY CRAWFORD, y dejando que el colchón rítmico descanse en JASON PAUL, preciso y contundente, pero sin grandes florituras detrás de los parches), la guitarrista tira de temas propios y ajenos, no pudiendo faltar entre estos últimos un sendo homenaje a una dama del Blues garajero y poderoso como KOKO TAYLOR de la que destaca una poderosa y altamente adictiva “I’m A Woman”, declaración de intenciones sobre el papel de la mujer en el Blues que puede tener mucho de autobiográfico tanto para la propia Taylor como para Coleman. Por su parte, entre los temas propios, se debe destacar la bonita “You’re With Me”, homenaje a toda la gente que un artista conoce a lo largo de su carrera, pero que no vuelve a ver y aún así echa de menos, y la cruda “Goodbye Misery”, himno propio de la guitarrista y cantante que utiliza para cerrar el trabajo.

Todo ello se entrega con los envoltorios propios de un directo honesto: es decir, sin trampa ni cartón. Esto puede generar que se pierda un poco de “trasfondo musical”, a favor de la energía y el poderío rítmico, pero al mismo tiempo se gana en intensidad y fuerza. Es algo que se nota en la apertura, con “Brick”, pero sobre todo en “I Believe” y el ya citado cierre de “Goodbye Misery”, donde más destaca la creatividad solista de COLEMAN y su alter ego Crawford, derrochando decibelios y virtuosismo, al más puro estilo BUDDY GUY o TAJ MAHAL en sus mejores momentos, o guitarristas más cercanos en el tiempo como JOE LOUIS WALKER (pensando en su enorme “Great Guitars”) o RONNIE EARL (por mencionar a alguien “blanco” aunque con alma negra). Se siente algo de vacío de fondo por estar grabado ante una audiencia familiar, pero esto es otra prueba de que DEBORAH COLEMAN tiene muchas tablas y se ofrece desnuda, tal cual es.

Con todo lo dicho, “Soul Be It!” no es un antes y un después en la historia del Blues, pero sí un disco representativo del estilo de una gran instrumentista y cantante y que no dejará insatisfecho a ningún amante del buen Blues rítmico y poderoso, de ese que te hace cabecear cada segundo y te carga las pilas.

domingo, 14 de octubre de 2012

DOKKEN - "Lightning Strikes Again": Un disco notable, sorprendente y alejado de lo que podría esperarse


Es curioso, pero el nuevo esfuerzo de la banda del “carismático” Don Dokken, “Lightning Strikes Again” llevaba bastante tiempo grabado y aún así el vocalista, que también había creado casi al mismo tiempo un disco en solitario, predominantemente acústico y que no conseguía que ninguna discográfica se lo sacara porque no sonaba como se podía pensar, ha decidido en este 2008 sacar ambos, uno por su cuenta y riesgo y el otro a través de discográfica ajena, aunque lo que aquí interesa es hablar de este nuevo disco de DOKKEN y no de “Solitary” que es el otro trabajo al que me refiero.

En consecuencia, por fin el vocalista se ha decidido a dar salida a un nuevo trabajo de DOKKEN, esta vez a través de, cómo no, Frontiers Records y, como siempre pasa en estas circunstancias, desde la discográfica y desde la propia web del grupo se vende el disco como una vuelta al sonido clásico de DOKKEN, algo que el propio título del disco trata de recoger. ¿Cuál es el resultado? “Lightning Strikes Again” sale a la calle por fin, pero todos aquellos que busquen aquí una vuelta a las raíces que se vayan olvidando. Estamos ante un disco oscuro, lejos del Hard And Heavy característico de DOKKEN, con momentos muy íntimos y melancólicos, un trabajo compacto aunque algo estático, y que desde mi punto de vista consigue su objetivo gracias a la tonalidad de la voz de Dokken y a los momentos de inspiración de Jon Levin. Pero insisto, que nadie busque a DOKKEN como banda porque aquí no está.

“Lightning Strikes Again” me recuerda mucho a lo que hizo el vocalista de TEN Gary Hughes con su relativamente reciente álbum en solitario. Un trabajo oscuro y alejado de cualquier atisbo de festividad que se pueda buscar, en donde todo se centra en la voz de Dokken, envuelto en ambientes algo opresivos y dejando fluir las atmósferas con tranquilidad y naturalidad, sin buscar ningún momento explosivo (salvo una excepción de la que más tarde hablaré) y con un halo de modernidad en efectos e instrumentación importante, haciendo que en ocasiones uno tenga la impresión de que al vocalista se le han colado influencias a lo A PERFECT CIRCLE y similares, (algo que se ve muy bien en “Disease”, con efecto megáfono incluido y unos riffs de afinación grave alejados de lo que podría asociarse con DOKKEN). La producción focaliza todas sus fuerzas en resaltar la voz de Dokken y deja en un segundo plano la sección rítmica, dotando de una mayor oscuridad a las composiciones, lo cual me parece un acierto, porque realmente consigue el efecto, además de incrementar la actualidad de los temas por el tratamiento que en general se da a las guitarras.

Resumiendo, estamos ante un disco de Hard a medio tiempo, cálido y melancólico, íntimo y personal, un compendio de ideas que Dokken ha debido de ir recogiendo en sus últimos años y que ha decido poner en común en el redondo, y aunque el resultado peca de ser demasiado continuado y carece de momentos memorables, globalmente “Lightning Strikes Again” está bastante cuidado y compensado y muestra a Dokken en una faceta en la que se encuentra a gusto y aunque choque con el sonido de la banda a la que da nombre, el trabajo convence aunque no deslumbra. Entre lo más destacable resalta “Standing On The Outside”, un tema ideal para abrir el disco sin mostrar todas las cartas que luego se nos desvelarán, una canción hasta cierto punto pegadiza y mostrando a Dokken cómodo en las tonalidades medias. En el apartado más personal y cercano, “How I Miss Your Smile” es una balada preciosa que transmite mucho sentimiento y “Oasis” goza por su parte de un aura tenebrosa que contrasta con una voz excepcional, contenida y bella, que sin hacer excesivo ejercicio de lucimiento, sabe trasladar energía al oyente.

La excepción de la que hablaba unos párrafos más arriba, que deja a un lado la oscuridad y se centra un poco más en la faceta Hard And Heavy es “Point Of No Return”, un corte que sin dejar el aura de melancólica modernidad, sirve de punto de variedad y bálsamo para el oyente, justo en el ecuador del trabajo y antes de uno de los temas de atmósfera más desgarrada: “I Remember”, donde las guitarras acústicas se convierten en perfectas compañeras de un Dokken al borde de la lágrima y el solo de Jon Levin desprende sentimiento en todas sus notas. La influencia a lo A PERFECT CIRCLE regresa en “It Means”, donde la música rebaja revoluciones aún más y se centra en un Dokken de voz casi rasgada, aunque también se trate de aportar algo de luminosidad al tema con un estribillo melódico, que está muy alejado de ser considerado pegadizo pero aporta bastante al resultado global de la composición. Para cerrar “This Fire” casi se convierte en otra excepción a la tónica general del disco, con unas formas más rockeras y movidas, tratando de finalizar con cierta excitación entre la audiencia, por si se había relajado más de la cuenta.

Aunque la escucha completa de “Lightning Strikes Again” puede ser algo excesiva, pues la variedad del trabajo está más en los matices que en el hecho de que las canciones difieran en forma y estilo, hay que reconocer que Dokken ha hecho lo que le ha dado la gana y se siente como en su casa en este tipo de sonoridades más oscuras y personales. Los momentos de excitación vienen dados por el sentimiento de su voz y las notas de lucidez del guitarrista Jon Levin, cuyos solos dan el toque de variedad necesario. Un disco notable, sorprendente y alejado de lo que podría esperarse, y he aquí el problema: si realmente quieres estar ante un disco de DOKKEN en su sentido clásico, difícilmente te podrás contentar, si lo miras desde otra perspectiva te entretendrá.

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PACO DE LUCÍA - "En Vivo: Conciertos España 2010": Historia Viva del Flamenco


A pesar de que PACO DE LUCÍA es historia viva del Flamenco y de la música mundial, su personalidad y su cuasi retiro voluntario en las últimas dos décadas han generado que su imagen y, sobre todo, su sonido, se prodiguen poco. Paco fue y es revolución en el arte del toque, uno de los grandes a añadir a SABICAS y compañía, que además tuvo la suerte de ser coetáneo y partícipe de la otra revolución, la del cante de CAMARÓN DE LA ISLA. Ambos fueron padres del nuevo Flamenco, renovadores de la tradición y guías para el futuro, generando más de un dolor de cabeza a los puristas que verían alarmados las hordas de imitadores que dejaron tras de sí. Por eso, no tener algo nuevo que echarse al oído de PACO DE LUCÍA es una tortura. Afortunadamente “En Vivo: Conciertos España 2010” ayuda a calmar el dolor de esta enfermedad. El que nada tiene que demostrar, vuelve al directo, a la música a flor de piel, rodeándose de gente nueva, de frescura y energía, más allá de la que él mismo tiene por naturaleza.

El repertorio es conciso en piezas, pero extenso en expresión pues rara es la vez que un tema baja de los diez minutos. Todo salido de la pluma del gran Paco, salvo el inicio de la rumba “Vámonos” que cierra el programa y que es obra de su buen amigo JOHN McLAUGHLIN. En ese repertorio tenemos un “Zyryab” inconmensurable y un recuerdo muy especial para “Moraíto” en forma de Bulerías. Pero también hay hondura, como no podía ser menos, y la apertura del trabajo con una Minera lo demuestra. En cualquier caso, el repertorio no es más que una excusa, el vehículo para que Paco se suelte la melena acompañado de unos jovenzuelos que van en volandas y se expresan con voz propia: DUQUENDE, el joven cantaor DAVID DE JACOBA, ANTONIO SERRANO aunando el lenguaje del Jazz y el Flamenco con su armónica, el bajista ALAIN PÉREZ, y como acompañante en las cuerdas, ANTONIO SÁNCHEZ, que bien podría ser el nieto de Paco y le llama de tú en muchos toques.

El pack se descompone en 2CD y un DVD que en 20 minutos de documental, guiados por el propio Paco, el productor JAVIER LIMÓN y algunos de los músicos que acompañan al guitarrista en esta empresa, nos desvela el por qué y la necesidad de esta nueva antología viva que supone el vigésimo quinto trabajo de PACO DE LUCÍA. Han pasado siete años desde “Cositas Buenas”, pero el tiempo no pasa por los dedos de Paco: durante más de hora y media seremos transportados a otro mundo en donde desearíamos que los palos durasen horas, pero tarde o temprano tienen que tener fin. Da igual las veces que escuches “En Vivo”, siempre tendrás la sensación de estar ante algo nuevo, frescura contagiada a través del compás y de la magia de este genio que no debe morir nunca. Como decía al principio: historia viva.

sábado, 6 de octubre de 2012

EMPIRE - "The Raven Ride": Buen lucimiento para TONY MARTIN


Rolf Munkes es un tipo inquieto y sabe rodearse de buenos músicos. El ex-guitarrista de MAJESTY, no contento con haber militado hasta hace poco en una banda de relativa fama dentro del Heavy, se embarcó en 2001 en otra donde se supo hacer con los servicios de gente como Mark Boals o Don Airey. El proyecto se llamó EMPIRE y su debut fue "Hypnotica", un disco correcto que a mi personalmente no me llamó mucho la atención, lo que hizo que dejara a un lado mi interés por la banda. Sin embargo Rolf Munkes, aunque no consiguió volver a reunir otra vez a los mismos músicos, volvió con "Trading Souls" esta vez haciendose con los servicios de Tony Martin, el infravalorado cantante de la tercera era de BLACK SABBATH. El invento les debió gustar porque en poco mas de dos años, se han vuelto a sacar otro disco, el tercero de EMPIRE que es el que me dispongo a comentar.

De primeras diré que en este tercer disco, "The Raven Ride" se puede comprobar que Munkes ha encontrado a su cantante ideal. Tony Martin hace un trabajo soberbio a lo largo de los tres cuartos de hora que dura el disco. De hecho todo el peso de las composiciones recae en su oscura voz, que tanta identidad diera a discazos como "Headless Cross" en su etapa con el señor Iommi. Las composiciones siguen dentro de unos parámetros a medio camino entre el Hard Rock y el Heavy Metal a medio tiempo con unos riffs ultra simples de pocas notas, muy de herencia Sabbathiana, riffs que recuerdan curiosamente a algunos trabajos de otro ex-BLACK SABBATH, como es el dios DIO, y unos continuos teclados en el fondo, en un segundo plano, recreando las atmósferas adecuadas para Tony Martin.

Buenos estribillos que casi podrían darse entre las composiciones de un grupo clásico de Hard Rock como los de "The Raven Ride", "Carbon Based Lifeform" o sobre todo "I Can´t Trust Myself", y unas estructuras sencillas pero efectivas que son el único colchón a la poderosa voz de Martin. "The Raven Ride" no es un disco de lucimientos, sino más bien de escucha sosegada. Un trabajo intimista,  donde la guitarra de Munkes asume un papel muy concreto mientras Tony canta, y que solo adquiere protagonismo en breves y melancólicos solos que llenan el disco. Cortes como la lenta, pero espeluznante "Satanic Curses" saben dar en el clavo sin necesidad de usar muchos efectos de artificio. O la maravillosa balada "What Would I Do", donde Munkes consigue sacar algo de sentimiento a su guitarra haciéndola llorar, mientras Martin nos recuerda que es un as en los terrenos más lentos del Heavy Metal.

La única pega que le veo a tanta reducción a la mínima expresión, es que el disco se hace demasiado uniforme. Los temas se suceden unos a otros sin apenas diferencia en estructura o elementos, y solo el fantástico trabajo de Tony Martin los convierte en temas notables y dignos de mención. El resto de miembros de EMPIRE, a pesar de su renombre (Neil Murray, otro ex-BLACK SABBATH, ex-WHITESNAKE, y Andre Hilgers de AXXIS y SILENT FORCE) bien podrían pasar por músicos de sesión, pues poco o nada aportan de su experiencia a EMPIRE. Solo algún corte se despega de la tónica general del disco como "Maximum", que sin embargo no es de los mejores del plástico, por un estribillo no demasiado brillante (con voces rasgadas y que me recuerda al "Fuel" de METALLICA) que se repite hasta la saciedad. De todas formas, en global no se puede decir que "The Raven Ride" sea un mal disco, es más, me parece un disco notable, pero al que le falta algo para dar el salto definitivo a la brillantez.

La fría producción obtenida por el propio Munkes en sus estudios, potencia la voz de Martin por encima incluso de su propia interpretación en la guitarra, lo cual demuestra una vez más que el gran atractivo de este disco es la labor del que fuera cantante de BLACK SABBATH y que últimamente parece estar otra vez bastante ocupado, afortunadamente para los que somos fans de su voz.

"The Raven Ride", insisto, es un gran disco, para mí el mejor de EMPIRE, y muy recomendable aunque solo sea por saborear el fabuloso trabajo de Tony Martin. Quizás está algo falto de garra, de chispa, pero no deja de contener grandes canciones de Heavy Metal oscuro y pesado, pero a la vez melódico, lo que hace que sea atractivo tanto a los aficionados al Hard Rock como del Heavy más clásico. En cualquier caso un buen trabajo.

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THE ROBERT GLASPER EXPERIMENT - "Black Radio": La madurez del experimento


La trayectoria de ROBERT GLASPER es sorprendente. Empezando su andadura en solitario bajo los prometedores auspicios del sello catalán Fresh Sound New Talent, el pianista no se diferenciaba mucho de otros contemporáneos como JASON MORAN que aúnan una técnica depurada, con cierta modernidad y apertura de mente en la ejecución. Sin embargo, GLASPER pronto se separaría de la etiqueta de pianista al uso, tan pronto como dio a luz al ROBERT GLASPER EXPERIMENT, con el que compartió programa en su disco “Double Booked” a medio camino entre su trío y este “experimento”. Este grupo se basa en un batiburrillo de sonidos que parten de la libertad del Jazz, la producción del R & B y el Hip-Hop y la electricidad del Rock y del Pop. GLASPER y sus compañeros asumen un papel más de conjunto que de solistas, armándose de teclados de todo tipo y reutilizando instrumentos olvidados como el vocoder de CASEY BENJAMIN, todo ello siguiendo los ritmos mecánicos y urbanos de la batería de CHRIS DAVE y el bajo sin trastes de DERRICK HODGE.

El complemento de este experimento era una constelación completa de cantantes con raíz afroamericana en su interpretación. Mientras que en directo este papel sería asumido por el propio BENJAMIN, en disco era el momento de explotar al máximo la raíz R & B y no hay mejor manera de expresarlo que con “Black Radio”. Cada tema del trabajo tiene a un vocalista distinto como protagonista: SHAFIQ HUSAYN, ERYKAH BADU, LALAH HATHAWAY, LUPE FIASCO, ME’SHELL NDEGÉOCELLO... como se puede ver, de entre lo bueno lo mejor. Y el resultado, lejos de ser un fiasco discográfico con más créditos que calidad musical, es asombroso. GLASPER sabe captar la esencia de sus invitados y envolverlo todo en un sonido urbano, heredero de los noventa y muy absorbente, gracias a una producción centrada en el Groove rítmico y en la atmósfera recreada través de los teclados y a la buena labor de los acompañantes de GLASPER, ya sean invitados o los propios miembros del EXPERIMENT. A todo lo anterior hay que añadir un programa basado en composiciones propias y standards de la música popular en donde tiene cabida DAVID BOWIE y NIRVANA incluso.

ROBERT GLASPER ha creado un disco conceptual, a pesar de las diferentes tonalidades y las encontradas personalidades incluidas en el programa: “Afro Blue”, original de MONGO SANTAMARÍA e interpretada en colaboración con ERYKAH BADU, puede parecer antagónica a “Cherish The Day” de SADE y con la sensual voz de LALAH HATHAWAY en primer plano, “Why Do We Try” de MINT CONDITION (con el propio STOKLEY WILLIAMS como cantante invitado), “Letter To Hermione”, de BOWIE (interpretada en forma muy jazzista y con las voces de BILAL como complemento perfecto a la improvisación de GLASPER) o “Smells Like Teen Spirit” de NIRVANA, que adquiere tintes muy oscuros y atmosféricos gracias al vocoder, los ritmos urbanos del R & B y la aproximación fantasmagórica que GLASPER hace del tema.  También en temas propios, GLASPER ofrece interesantes texturas, como la apertura “radiofónica” con efectos y samplers variados de “Lift Off / Mic Check”, “Gonna Be Alright (F.T.B.)”, que es una recomposición de otro tema de GLASPER (el citado “F.T.B.”) junto a LEDISI y sobre todo “Ah Yeah”, otro de los cortes de raíz más jazzista junto a MUSIQ (SOULCHILD) y CHRISETTE MICHELE.

Lejos de sonar inconexo o marcadamente comercia, pese a lo que podría parecer, “Black Radio” esconde muchos detalles en su interior que van más allá de la carcasa de estrellas y temas populares que se ven a primera vista. THE ROBERT GLASPER EXPERIMENT alcanza la madurez con este disco y ahora sí, colocan al propio GLASPER en el estrellato de la personalidad propia, quitándose el estigma de “otro pianista contemporáneo más”. Uno de los lanzamientos del año.

viernes, 5 de octubre de 2012

FACEDOWNINSHIT - "Nothing Positive, Only Negative": Negatividad para todo


Contundencia. Si con una palabra se pudiera definir un disco esta sería la que mejor lo haría con "Nothing Positive, Only Negative", tercer disco de FACEDOWNINSHIT. Formados como grupo Punk a finales del siglo pasado, el trío americano nos ofrece un nuevo trabajo crudo, duro y lleno de energía que hará las delicias de los aficionados al Sludge americano.

Realmente, desde el primer momento en que suena el disco nos vendrán a la cabeza SLEEP, HIGH ON FIRE, UNSANE, NEUROSIS... y un largo etcétera de bandas con un denominador común, la mezcla de estilos con la agresividad y la contundencia como insignias principales. Hardcore, Punk, Doom, Stoner, Thrash... hasta Blues ("Fucked" deja hueco para un pasaje de estas características), todo tiene cabida en las estructuras de estos grupos y FACEDOWNINSHIT no es la excepción. Menos directos que algunos de sus compañeros de estilo, eso sí, con temas más complejos en estructura aunque no en elementos, ya que la honestidad musical siempre viene de la mano en este género. No se busca demostrar una técnica depurada, sino simplemente reventar nuestros oídos (en el buen sentido), con una transmisión de energía difícil de encontrar en otros apacibles estilos musicales.

La lentitud y pesadez de las guitarras predomina frente a las grandes demostraciones de velocidad que quedan relegadas a un segundo plano, como en "Plasma Center Blues" y "NPON (Nothing Positive, Only Negative)" se puede comprobar. El ácido Doom americano, con voces chillonas herencia del Hardcore, es desplegado combinado con multitud de guiños rockeros y mucha rabia contenida. Los riffs de guitarras, auténticos legados de BLACK SABBATH, son sencillos en forma, pero tremendamente efectivos en su objetivo: que la electricidad se masque en el ambiente. Electricidad que nos envuelve y nos inunda en un corte tan esquizofrénico como "Countless", y que otras veces nos golpea con violencia y mucho sentimiento Punk, como en "Ten Strip".

La producción sucia, pero audible, aumenta la sensación de agobio y agresividad que nos sobreviene desde el primer momento en que empezamos a escuchar este trabajo de FACEDOWNINSHIT. La voz, en ocasiones queda tapada por la masa de riffs, pero no es algo que desmerezca el resultado final, ya que este trío no busca individualidades, sino sonido de conjunto, algo que consiguen con creces. Pero si hay algún miembro que se debe llevar los laureles en lo que a ejecución se refiere, ese es Ryan Wolfe detrás de los parches. Sencillamente genial la cantidad de ritmos matemáticos, pero a la vez sencillos que este hombre es capaz de sacar. 

Se echa de menos a veces un poco de riesgo, pues FACEDOWNINSHIT, dentro de que no son un grupo que de primeras vaya a gustar a todo el mundo, no buscan pasajes irritantes para algunos y geniales para otros, como los que NEUROSIS, ISIS, PORN... nos suelen ofrecer. Sus estructuras dan para mucho (trata de seguir todos los elementos de la fantástica "Association Of Known Undesirables" o de la citada "Fucked" si puedes), pero siempre tiran de riffs sencillos, y no se arriesgan a caer en el abismo como en más de una ocasión las bandas citadas han hecho. No obstante, la ejecución en "Nothing Positive,  Only Negative" es muy notable, y no desmerece para nada el resultado final.

En definitiva, buen disco, capaz de golpearte en la cara con fuerza, que demuestra como con pocos elementos en un principio se pueden hacer muchas cosas, sin necesidad de grandes producciones. Si eres aficionado a estas sonoridades, "Nothing Positive, Only Negative" no puede faltar en tu discoteca, si no estás muy acostumbrado a ellas, FACEDOWNINSHIT puede ser una buena forma para adentrarte. En cualquier caso recomendables. 

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MILES DAVIS - "Tutu": Único en su especie


En 1986 MILES DAVIS estaba ya plenamente inmerso en su última etapa musical. A lo largo de toda su trayectoria, marcada por periodos de transición y parones para la desintoxicación de múltiples sustancias y hábitos de vida, MILES siempre supo reinventarse y adaptarse a los tiempos manteniendo fiel su sonido y su personalidad. Para un hombre cuya historia es la de la propia música que interpretó, desde sus primeros pasos en el Be-Bop hasta su epílogo póstumo, “Doo-Wop” experimentando con el Hip-Hop, reinventarse era al mismo tiempo ser líder de una generación y escuela de muchos músicos. Por decenas se pueden contar sus discípulos y por centenas sus imitadores, pero con sus altos y bajos y su mayor o menor apego a la tradición, MILES DAVIS fue único, te gustara o no la línea artística que había tomado (y que con el tiempo siempre se acababa demostrando que iba más allá de lo que parecía, abriendo caminos allí donde otros veían una ventana a la comercialidad o una personalidad muy voluble en cuanto a los gustos musicales).

Después de un parón de un lustro a finales de los setenta, dejando tras de sí toda una pléyade de grupos de Jazz-Rock con músicos que en algún momento pasaron bajo su batuta, MILES DAVIS comenzó nueva década con aires renovados. Sin embargo, algo había cambiado en su casa de casi toda la vida: en CBS no sabían muy bien qué hacer con las nuevas intenciones de MILES. Así “The Man With The Horn” y “Decoy” pasaron sin pena ni gloria, aún con MILES a medio gas hasta que pudiese recuperar sus dotes interpretativas y con un sello que no sabía situar al trompetista en una nueva mezcla entre el Jazz y las tendencias R & B de los ochenta. “You’re Under Arrest” fue el paso final en CBS, ya con MILES en buena forma, y la mejor manera de recuperar los ecos del pasado era bajo el apoyo de un nuevo equipo de producción, en este caso Tommy LiPuma y Warner, que tanto estaban apostando por el Smooth y el Jazz-Pop en estos primeros pasos de los ochenta. El resultado fue “Tutu”, el primer disco de MILES mano a mano con MARCUS MILLER como cerebro absoluto, el primer disco bajo Warner y el primer disco en el que las nuevas tecnologías de grabación digital-analógica y preproducciones hacían su aparición.

Como ya ocurriera en el pasado, MILES DAVIS supo acoger en su seno a una mente pensante en ebullición: ese era MARCUS MILLER, principalmente bajista, pero otras muchas cosas también, el cual se encarga de casi todos los instrumentos en “Tutu”, además de firmar casi todo el disco. Los experimentos con el sonido más cálido de los ochenta y el Groove del R & B, eran el hilo conductor y MILES se limitaba a imprimir su personalidad a golpe de sordina y fraseo entrecortado. Muchos temas son memorables de la sesión, pero obviamente destacaría uno de sus “standards” en esta última etapa: “Tutu”, corte muy rítmico y oscuro que sirve como diálogo entre MILES y MILLER. Esta oscuridad general del disco, presente desde la propia portada, se repetirá en “Backyard Ritual”, firmado por GEORGE DUKE el cual también colabora en el corte y en “Don't Lose Your Mind”, donde aparece el violinista MICHAL URABNIAK, con un solo electrificado y cargado de disonancias. Por otro lado tenemos cortes más pegadizos y alegres como “Tomaas”, el único en el que MILES aportó algo compositivamente, “Splatch” o el cierre, “Full Nelson”, en donde en ocasiones colabora el percusionista PAULINHO DA COSTA, otro de los habituales en las producciones de los ochenta. 

Es probable que si te acercas a “Tutu” con la perspectiva del jazzista conocedor del pasado de MILES DAVIS salgas decepcionado. En este disco la  frialdad de la producción y el encorsetamiento solista, alejan a MILES incluso de su pasado más reciente de los primeros ochenta donde la tradición jazzista en la ejecución aún estaba presente. “Tutu” es otra cosa, es un disco de ritmos, de texturas, de tonalidades grises en donde MILES resulta el perfecto alter ego de MARCUS MILLER dando toques propios a cada tema. De hecho, aunque MILES volvería a colaborar con MILLER y en el futuro se mantendría parte del sonido de “Tutu”, este disco siempre permanecerá como una rareza en su discografía. Como curiosidad añadida, Warner lo reeditó hace poco en honor a su 25 aniversario con otro CD extra en directo, donde se puede comprobar como el “Tutu” en estudio no tiene nada que ver a lo que se trasladaba después al escenario, algo que incluso el propio MARCUS MILLER ha dejado claro también recientemente regrabando en directo todas las composiciones de “Tutu” con otro personal. Ese sonido, esa aura y ese conjunto siguen siendo únicos y, al margen de géneros, convierten a “Tutu” en una pieza tan original como necesaria. 

jueves, 4 de octubre de 2012

CRYPTOPSY - "Once Was Not": Uno de los mejores en 2005


Unos se van y otros vuelven. Es ley de vida, en este caso en la vida de CRYPTOPSY. 2004 supuso la marcha de uno de los guitarristas más veteranos en la formación canadiense, Jon Levasseur, pero también ha supuesto la vuelta del mítico Lord Worm. En cualquier caso una cosa es cierta, los dioses canadienses del Death Metal más técnico están de vuelta. Y lo han hecho por la puerta grande.

¿Alguien necesita que los presente? Sencillamente CRYPTOPSY es a Canadá lo que en su momento fueron SUFFOCATION en EE.UU. Pioneros del Brutal Death Metal. Creados en 1992 y padres de dos obras maestras de todos los tiempos, "Blasphemy Made Flesh" y "None So Vile", CRYPTOPSY es uno de esos nombres que siempre sale en las enumeraciones de influencias de una cantidad enorme de grupos posteriores. Unos auténticos genios, pioneros de una forma de estructurar la música, del uso de unas voces enfermizas y de la batería más rápida y técnica de la tierra. ¿Necesitas algo más? Pues para eso tenemos su nueva obra después de cinco años de silencio en estudio y de los cambios de formación citados. Se echa de menos a Levasseur y sus solos imposibles, pero Auburn tampoco es manco, y en los años que lleva en CRYPTOPSY como segundo guitarrista ha aprendido mucho. Y siempre tendremos a Flo Mounier (el día que él se vaya, morirá el grupo), el campeón de los baterías de Death Metal.

¿Qué nos vamos a encontrar en "Once Was Not"? Simplemente, y sin ánimo de exagerar, la mejor obra del grupo canadiense desde el "None So Vile". Nunca acepté muy bien la marcha de Lord Worm, y a pesar de que Mike DiSalvo era un vocalista muy competente, su tono estaba mucho más orientado al Hardcore que al Death Metal. Además, Lord Worm tiene un estilo tan peculiar (ultra gutural, ultra agresivo... todos los registros) que era imposible sustituirle. Afortunadamente la oveja descarriada ha vuelto al rebaño, y nos ha regalado la mejor interpretación que ha hecho en su vida, y por fin, con el sonido y la producción que se merece. Así te puedes imaginar a "Once Was Not" (salvo por algún sampler que sirve como interludio, y que le da un toque más moderno), como una mezcla del "Blasphemy Made Flesh" y del "None So Vile", pero con las técnicas de grabación del presente, lo que incrementa la potencia de la música, y una vez más impide que puedas dejar de babear desde que empieza el disco.

Desde la intro acústica aflamencada, "Luminum", hasta el magnífico punto y final del álbum, tenemos casi 50 minutos de absoluto éxtasis musical. "In The Kingdom Where Everything Dies, The Sky Is Mortal", a pesar de su kilométrico título, podría pasar perfectamente como una canción del "None So Vile", con esos riffs tan asombrosos que cambian cada diez segundos de una manera inesperada y con el monstruo Flo Mounier machacando su kit de batería. Algo que ya es de órdago en "Carrionshine", donde también recuperan esos magníficos acordes rasgados que suenan a plástico y que hicieron famosos en "Blasphemy Made Flesh". Pero la orgía musical lejos de decaer nos tienen preparados otros tantos temazos que no podrás evitar escuchar una y otra vez. La parte renovada la encontramos en el sonido y la producción, y en temas más pegadizos como "The Curse Of The Great" comenzando de una manera muy pesada, pero con unos cambios tan brutales que necesitarás un respiro de vez en cuando para recuperarte. 

Las estructuras lejos de ser caóticas como a tantos y tantos imitadores les ocurre, están perfectamente medidas y calculadas. Sino no se explica que practicando el estilo que practican, y mostrando tales dotes técnicas, temas como "Angelskingarden", de más de 7 minutos de duración, pasen de una manera tan rápida. En este tema precisamente, Auburn tienen un momento de gran lucimiento, llevando a cabo un par de solos muy técnicos pero a la vez cargados de melodía, que hace que alabemos sus dotes (aunque sigamos echando de menos a Levasseur). También se permiten la licencia de obsequiarnos con un tema acústico de tintes arabescos, con "The End", preludio del último corte, "Endless Cemetery" que condensa todo lo bueno de "Once Was Not", con unos pasajes melódicos muy currados en su parte final, y el registro más agudo de voz que le he oído a Lord Worm nunca.

El problema me surge ahora. Llevo ya un par de meses convencido de que los últimos lanzamientos de HATE ETERNAL y NILE eran los mejores, a partes iguales, del Death Metal en el 2005, y cuando ya queda menos para acabar este año, vienen estos canadienses, estas leyendas, y se sacan de la manga esta obra maestra. ¿Qué hago para elegir el mejor disco de Death Metal de 2005 ahora? Acabaré echándolo a suertes. En cualquier caso, si eres amante del Death más técnico y perfecto, y aún no tienes este disco, ya estás tardando. Un maldito 10 se merecen, por lo menos. 

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ARCHIE SHEPP - "Fire Music": Puro fuego hecho música


La figura de ARCHIE SHEPP siempre ha estado unida a la de JOHN COLTRANE. Sus primeros pasos ya fueron claramente asentados en las corrientes más avanzadas del Jazz de principios de los noventa, uniendo fuerzas con DON CHERRY o BILL DIXON en los NEW YORK CONTEMPORARY FIVE, pero fue 1964 un año clave para SHEPP al cruzarse en el camino de COLTRANE y a través de Impulse sacar “Four For Trane”, en honor a su mentor y “New Thing At Newport”, compartiendo una cara del vinilo con el maestro del tenor. COLTRANE se enamoró del fuego de SHEPP y de su forma de tocar, llevando al límite la afinación del tenor y ampliando su rango de sonidos más allá de lo natural. Al igual que le sucediera con ALBERT AYLER, TRANE quiso llevar estos nuevos sonidos a su forma de tocar y con SHEPP además pudo codearse de tú a tú. Sin embargo, ARCHIE SHEPP ya tenía una voz propia y pronto, ya asentado en Impulse, sacó su obra maestra en solitario: “Fire Music”, en uno de los años más prolíficos en lo que al Jazz se refiere: 1965.

En cinco cortes (seis si añadimos una versión en directo de “Hambone” en su reedición en CD), SHEPP deja clara su propia personalidad y el status que había alcanzado como un digno sucesor de COLTRANE que estaría a la altura de AYLER y PHAROAH SANDERS (y curiosamente también seguiría una evolución posterior similar una vez desaparecido Trane y mutadas las tendencias musicales). Sin llegar al Free alocado y estridente, ARCHIE SHEPP sabía conjuntar la tradición compositiva, con el riesgo armónico e improvisatorio y dotar de la libertad necesaria a sus temas para que el resultado fuera aventuroso e impredecible. Acompañándose de una banda de excepción junto a MARION BROWN y TED CURSON y una sección rítmica combinada entre DAVID IZENZON y JC MOSES por un lado y JOE CHAMBERS y REGGIE JOHNSON por otro, ARCHIE SHEPP hace honor al título del trabajo y crea fuego con su música y sus curiosas recreaciones de dos temas aparentemente tan opuestos a sus concepciones como “Prelude To A Kiss” de DUKE ELLINGTON y “The Girl From Ipanema”.

El tema escogido para la apertura (que se ve completado en una versión posterior en directo en el CD, que es aún más libre y extrema que la original), “Hambone” es un vehículo para el lucimiento armónico. Con una exposición melódica sencilla, SHEPP experimenta con cambios de tonalidad y de ritmo en los que TED CURSON y MARION BROWN son expertos, y dan paso a una libertad solista, siempre acompañada de la repetición de la melodía principal, que no se vuelve a dar en “Fire Music”. “Los Olvidados” también insiste en la libertad de formas y tonalidades, en este caso con un punto reivindicativo extra y menos elaboración compositiva. Y es en este momento (el cambio de cara en el antiguo vinilo), cuando vienen las rarezas. Se comienza con un tema que es un poema musicado en versión Free en honor a MALCOM X, cargado de rabia y poder, a trío junto a JC MOSES y DAVID IZENZON. Se sigue con el corte más tradicionalista, la versión del “Prelude To A Kiss”, donde SHEPP demuestra ser también buen conocedor del pasado formal del Jazz, y se acaba con la mayor rareza del trabajo, la versión “libre”, por decirlo de alguna forma, del “The Girl From Ipanema”, distorsionado y llevado al límite en todos sus compases.

El conjunto es una declaración de intenciones por parte de ARCHIE SHEPP. Ya sin la necesidad del “apoyo psicológico” de TRANE, SHEPP dio un puñetazo en la mesa aunando pasado, presente y futuro del Jazz en un solo trabajo. A “Fire Music” le seguiría un no menos inspirado (y más concreto) “Mama Too Tight” y desde ese momento SHEPP iría incluyendo un componente Soul-Funk en su música que eclosionaría con el también arriesgado y muy reivindicativo “Attica Blues”. Desde entonces ARCHIE SHEPP alternaría buenas obras con otras menos inspiradas, al mismo tiempo que sus demonios personales en forma de Alcohol se intensificarían. En cualquier caso, “Fire Music” queda como testigo del momento de mayor creatividad de SHEPP, puro fuego hecho música.

miércoles, 3 de octubre de 2012

ARTIFACT - "The Only Salvation": Oscuridad bélica



Desde Noruega, la tierra del Black Metal por excelencia, pero también de combos que se mueven por otros terrenos más comerciales, aunque siempre dentro de la oscuridad y el tenebrismo, llega “The Only Salvation”, el debut de ARTIFACT. Y realmente no podían haber elegido mejor nombre para el grupo desde su formación en el 2003, porque estamos ante un “artefacto” frío y calculador, aunque con ciertas trazas de genialidad, que sin embargo no llegan a explotarse como se debieran. Pero me estoy adelantando demasiado.

Después de abrir para gente como THEATRE OF TRAGEDY y TRAIL OF TEARS, y varios cambios de formación, aunque siempre con Pal Evensen como principal compositor y cerebro de este artefacto con vida propia, ARTIFACT se muestra como una alternativa a los aficionados al Dark y el Gothic Metal, con aires industriales. De los dos primeros géneros no soy excesivamente seguidor, pero no se me caen los anillos al reconocer que disfruto con combos como NEON DREAM o EVEREVE, cuyas propuestas pueden ser similares a la de los noruegos ARTIFACT, bebiendo directamente de SISTERS OF MERCY y demás, pero llevándolo al terreno de la actualidad. No obstante hay un pequeño obstáculo que me ha lastrado en todas las escuchas que le he dado a “The Only Salvation”: la clónica voz que se gasta el amigo Tor Arne Fassotte, que como diría un buen amigo mío es excesivamente finlandesa, aunque la nacionalidad de este grupo sea otra. Este pequeño detalle hace que las canciones dejen en el camino gran parte de su personalidad. Aún así hay espacio para buenos momentos, sobre todo cuando se ponen la careta más industrial y dejan a un lado sus raíces más góticas.

El sonido es frío y metálico, pero no en el sentido de contundente, sino en el sentido de que uno parece ser rodeado por láminas de aluminio frío y sin vida. No lo digo de manera crítica, todo lo contrario, es un acierto para los pasajes más melancólicos, y permite integrar bien la rítmica con los elementos industriales, pero también es cierto que es otro elemento más a añadir a la voz en lo que a pérdida de sonido propio se refiere y que temas como “Weeping For A Suicide” o “Senseless” demuestran, siendo de los más relajados y atmosféricos del disco, pero también donde más sensación de “esto ya lo he oído yo en algún sitio” se genera. Personalmente prefiero el aire marcial a lo RAMMSTEIN de “Dead Eyes”, de largo el mejor corte del trabajo, donde ARTIFACT muestra su cara más Industrial, o incluso “New Messiah”, donde nuevamente los efectos electrónicos y la agresividad de los riffs y algún que otro coro de voces rasgadas, dan un punto de atracción extra a la música melancólica de los noruegos. Afortunadamente este aire industrial vuelve en “Truth Forgotten” otro de los temas a destacar de “The Only Salvation”, aunque la voz de Fassotte no pierda su tonalidad clónica característica.

La línea más sintética y marcial continuará en otros temas como “Revolution” o “The Machine”, pero la balanza no termina de compensarse y “The Only Salvation” se queda un poco a medio camino. Aún así debo reconocer que, salvando mi manía personal con la voz y algunos pasajes, el debut de ARTIFACT es entretenido aunque no alcance el grado de notabilidad necesario para llegar a una puntuación más alta. Dicho esto, para todos los que sean aficionados a los sonidos Dark con reminiscencias Industriales, encontrarán en “The Only Salvation” una alternativa a tener muy en cuenta.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)


CUNNIE WILLIAMS - "Night Time In Paris": Recogiendo la herencia del pasado


Hay artistas que tienen todo para estar en la punta de lanza de la industria de la música, pero que por motivos de suerte o de integridad estilística no consiguen llegar a despuntar. Ese podría ser el caso de CUNNIE WILLIAMS, cantante norteamericano que inició su carrera en 1995 después de abandonar las canchas de baloncesto y lanzarse a su sueño de ponerse delante de un micrófono con dos premisas: traer consigo todo el bagaje urbano de los ochenta y noventa, y no olvidar su pasión por el Soul y el R & B de los sesenta. Con esos ingredientes y surgiendo en la época en la que lo hizo, CUNNIE WILLIAMS podría haber sido alternativa a ANTHONY HAMILTON, R.KELLY, D’ANGELO y todos los integrantes de la escuela revisionista del Neo Soul, en este caso teniendo como centro de sus espejos una voz grave y profunda que le emparentaba directamente con BARRY WHITE, algo que él mismo se encarga de potenciar y no ocultar en muchos temas. Sin embargo, CUNNIE sólo logró brillar relativamente y aún así de manera modesta, en Europa, especialmente en Italia y sobre todo en Francia, en cuyo honor está grabado “Night Time In Paris”, grabado en 2002 y siendo su disco más exitoso.

En sus inicios con temas como “Do I Have To?” de su debut “Comin' From The Heart of The Ghetto”, CUNNIE WILLIAMS dejaba claro su apego por los sonidos clásicos mezclando Jazz, Funk y Soul con algún toque Hip-Hop, pero siempre apostando claramente por el sonido natural y las Jams, como demostraba la larga duración de los temas y el mucho espacio para el desarrollo instrumental. Pero así no llegaba a ningún sitio, por eso CUNNIE fue “popularizando” su propuesta con unos temas de estructura más retenible y mayor variedad en su voz y en los ritmos, aunque manteniendo inalterable la naturalidad de la instrumentación. Todo ello eclosiona en “Night Time In Paris”. La concepción es básicamente hacer un disco de R & B, con el sentimiento de antaño, pero sin renunciar a los sonidos contemporáneos. Para ello la producción, aunque natural, es actual y los ritmos pasan por las baladas, el Funk, el aire Jazzy e incluso el Disco, con momentos puntuales en donde CUNNIE es un BARRY WHITE personificado, pero en general una tonalidad de la voz más personal y radiofónica.

Los logros del trabajo son muchos. Destacan los tres temas más destacados en las listas como “Come Back To Me” (el corte que es más BARRY WIHTE de todos, un tema de aire Disco muy pegadizo y con todo el alma del recordado y enorme cantante “del amor y el intimismo”), “War Song” (contrapunto al corte anterior, en forma de balada muy sentida y profunda gracias a las inflexiones vocales de CUNNIE WILLIAMS y a un trasfondo musical cargado de intensidad) y “Other Side Of Me”, otra balada en este caso con cierto aire Pop, muy intimista y personal. El resto del trabajo navega entre los cortes más movidos, algunos incluso con aire latino (como “Ghetto Serenade” uno de los temas más pegadizos en donde los ritmos Hip-Hop se unen a las instrumentaciones y ráfagas latinas con resultado triunfal), y los temas más envolventes y profundos (como los citados o la tremenda “No More Sunny Days” incluyendo sonido de aguja de vinilo para dar un aire aún más retro), siempre con el apoyo de una buena sección rítmica, arreglos de vientos muy sesenteros y cuerdas que aportan intensidad en los momentos más sentidos, sin edulcorar en exceso el resultado, todo ello gracias al productor del trabajo, el francés Quentin Bachelet.

Con posterioridad CUNNIE WILLIAMS seguiría manteniendo cierto status en Europa, con singles como “Superstar” (nuevamente potenciando su aire a lo BARRY WHITE) e incluso Universal en Francia decidió sacar un amplio recopilatorio de su pasado más lejano al mismo tiempo que su último trabajo “No Place Like Home”. Desde entonces el silencio se ha apoderado de la carrera de CUNNIE, supongo que desencantado de no sacar a relucir su nombre más allá. En cualquier caso “Night Time In Paris” es un gran trabajo que será disfrutado por cualquier amante del buen R & B y Neo-Soul que se precie y le gusten los sonidos clásicos.