SWALLOW
THE SUN dejó de ser un secreto muy bien guardado de Finlandia hace tiempo,
desde su “The Morning Never Came”, hasta el momento para el que suscribe, no
superado, el grupo ofrecía todo lo que se asocia al Doom-Death de la tierra de
los mil lagos, envueltos en una forma de componer que dentro de su opresión era
adictivo, y sobre todo gracias a unas melodías muy cuidadas y a su vocalista,
tan apático en directo, como bueno detrás del micrófono, Mikko Kotamäki. Sin
embargo, la sorpresa del primer disco no fue sucedida, por lo menos por mi
parte, por el mismo interés subsiguiente. Para mi gusto, el grupo fue perdiendo
fuelle y se centró demasiado en su cara más melancólica pero también melódica,
no sabiendo explotar su variedad y dinamismo pasado, ni la estupenda amplitud
de registros de Mikko. “Plague Of Butterflies” el EP ampliado que editaron como
última aportación hasta ahora, dejando a un lado sus extras, ofrecía una
composición larguísima, dividida en tres partes que hacía recuperar la
esperanza en el grupo. Ahora llega “New Moon”, y sin duda es lo mejor desde su
debut, pero no lancemos campanas al vuelo.
El
grupo ha dejado el mecanicismo de “Ghosts Of Loss” y sobre todo de “Hope”, dos
buenos discos pero que palidecían cada vez que se los comparaba con “The
Morning Never Came”, y buena culpa de ello la tenían cortes como “Don´t Fall
Asleep”, que abrían la música de SWALLOW THE SUN a un público menos metido en
los sonidos Doom, pero desperdiciaban su talento y su personalidad. Además, la
producción, progresivamente se fue enfriando, dejando la oscuridad de antaño,
en favor de un sonido más limpio y algo insulso, algo especialmente evidente en
“Hope”, que necesitaba varias escuchas para no caer en cierto sopor. Pues bien,
en “New Moon” no nos libramos de esa producción, aunque el resultado es
bastante más orgánico, ni de esos temas tampoco, ahí está “Falling World”, y la
propia “New Moon”, dos cortes suavizados, cortos, inmediatos, que recogen un
halo a KATATONIA para dulcificar su propuesta, pero se quedan en meras muestras
insulsas de melodía lacrimógena. Afortunadamente el disco ofrece otros seis
cortes más que sí recuperan la magia de antaño, y añaden nuevos elementos. Y
estas novedades son evidentes desde “These Woods Breathe Evil”, un tema que me
hizo recordar “Out Of This Gloomy Light” pero al que le han añadido algo que no
me esperaba: la voz Black de Mikko.
No
nos olvidemos que Mikko proviene de ALGHAZANTH, pero la verdad es que ni en
“The Morning Never Came”, más que puntualmente, aparecía una referencia tan
clara al Black en SWALLOW THE SUN, claro está, envuelto en la melancolía
guitarrera y un aire épico que termina de ser redondeado. Afortunadamente, este
cambio no les hace perder atmósfera a costa de agresividad, tampoco era el
objetivo, y sí les hace obtener los mismos resultados al mismo tiempo
accesibles y tortuosos de su primer disco. Además, tampoco os creáis que el
resto del trabajo es así, “Sleepless Swans” vuelve al sonido benevolente, pero
no insulso de los cortes radiofónicos, aquí con un mellotron que queda muy bien
en unión con las guitarras lacrimógenas, recordándome a los temas más
apaciguados de los viejos NOVEMBERS DOOM, y añadiendo los momentos de
contundencia que en unión con la voz oscura y mortuoria de Mikko haciendo que
volvamos nuevamente al pasado de SWALLOW THE SUN, y con posterioridad
repitiendo un aura similar en “...And Heavens Cried Blood”. Sin embargo, aunque
no de forma tan evidente como en el corte de apertura, es cierto que en “New
Moon” SWALLOW THE SUN ha querido dar una vuelta de tuerca y volver a ofrecer
agresividad al mismo tiempo que evocar, y qué mejor manera que haciendo uso del
registro más agudo de Mikko.
Pero
quizás sea la tercera parte de su sinfonía al Horror, retomada de nuevo en esta
entrega, y aquí con el título de “Lights On The Lake”, el tema que más
sorprenda. La cara más Doom – melódica de SWALLOW THE SUN tiene este tema como
exponente, pero con el añadido de una voz femenina, que casi es más
protagonista que Mikko. Durante casi ocho minutos el grupo sabe redondear una
composición que es tortuosa, amable, variada y también muy épica, pero si hasta
ahora la cara Black era secundaria, en “Lights On The Lake” termina por hacerse
evidente, y sino escuchad a partir de su tercer minuto. Lo curioso es que,
aunque cueste reconocer a SWALLOW THE SUN, consiguen encajar toda esta
antagonía de elementos en un tema que merece ser llamado representativo de lo
que da de sí “New Moon”. Sin dejar a un lado el corte más largo y que han escogido
como cierre del trabajo, “Weight Of The Dead”, con algún elemento orquestal
incluido, y siendo buena muestra para saber por qué decía que este disco
mantiene la frialdad de la producción, pero le añade un sonido más orgánico
también (aunque Jens Bogren no sea mi productor sueco favorito, hay que
agradecerle el sonido de OPETH, AMON AMARTH, etc...).
Todo esto, y recopilando las ideas, me hace concluir que “New Moon” es
probablemente el disco más atípico de SWALLOW THE SUN, el más variado, y que
hace recuperar la fuerza de antaño, pero... Sí, como decía al principio, no
lancemos las campanas al vuelo, pues creo que aunque han apostado, aún les
queda por asentar un poco la cabeza y saber hacia dónde quieren dirigirse. Si
dejan a un lado definitivamente la cara de “Hope”, tienen que soltar cierto
lastre. Si añaden un elemento Black al asunto, tienen que intentar que no
sorprenda tanto su inclusión. No obstante, parece que les ha vuelto la
inspiración, y como dije al principio, dejando a un lado su glorioso debut,
este disco es de lo mejor que ha salido de sus cabezas y merece bastante la
pena.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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