¡Fantástico
salto hacia delante! Era una banda interesante, pero con este nuevo trabajo,
“Forthcoming Displeasures” los mallorquines HELEVORN ha pasado a la primera
división nacional y probablemente, o por lo menos lo merecerían, internacional.
Para quién no los conozca, el sexteto de Palma de Mallorca, después de diversos
vericuetos, como toda banda que se precie, y tras una década tratando de salir
adelante, con un “Fragments” en su haber que les ponía en buena situación, pero
al que se le podían sacar muchas cosas a mejorar, y tras cinco años sin muchas
noticias, edita con “Forthcoming Displeasures” su segundo trabajo y
probablemente el que hará que se hable bastante de ellos. Producción,
composición, ejecución, ideas... si hubiera que poner un ejemplo de evolución
hacia el buen camino y de duro trabajo, pero también resultados merecidos, ese
ejemplo sería este disco.
HELEVORN
partía de un sonido conocido. Sin poderse comparar con AUTUMNAL, por poner un
ejemplo geográficamente cercano, la base era la misma, MY DYING BRIDE /
ANATHEMA / KATATONIA, mezclado en esta ocasión con mucha dosis de Gótico
ochentero herencia de THE SISTERS OF MERCY. Esa era su tarjeta de presentación,
y así los conocí en directo y después en disco. Sin embargo, el sonido modesto,
la descompensación en la grabación (mucha voz, poca guitarra, teclados
desubicados), y la irregularidad en la composición (con más predominio de la
oscuridad gótica que del Doom accesible), hacían de “Fragments”, hasta ahora la
única referencia oficial, demos a un lado, que había de HELEVORN, un disco con
buena base, pero mucho por pulir. Y se lo han tomado con calma. Casi cinco años
es mucho tiempo, pero si lo que obtienes es “Forthcoming Displeasures”, creo
que el grupo puede vanagloriarse de haber invertido bien las horas. Y digo
esto, porque todos los puntos débiles han sido barridos de un plumazo y se han
abierto nuevos horizontes, en los que sólo echo de menos una cosa que me dejaré
para el final.
HELEVORN
ha optado por volverse más introspectivo al mismo tiempo que se ha endurecido.
Esto hace que la referencia de MY DYING BRIDE sea más evidente, pero al mismo
tiempo se han enriquecido en melodía, en sonido épico y en momentos funerarios,
lo que hace que aparezcan nuevas referencias, fundamentalmente la escuela de
bandas a lo SWALLOW THE SUN, ABLAZE IN HATRED, DOOM:VS y un poco DRACONIAN. A
lo que hay que añadir un toque de fondo más pesado, más extremo, con más
predominio de la voz gutural, antes prácticamente ausente, que me recuerda a los
mejores tiempos de NOVEMBERS DOOM, cuando la mezcla de lirismo y contundencia
eran los dos ingredientes del grupo americano y no como ahora que sólo es lo
segundo. Todo ello da como resultado un disco muy compacto, muy completo, en
donde ya no hay tanta descompensación instrumental, ni la irregularidad
compositiva de “Fragments”. Así la dupla MY DYING BRIDE / NOVEMBERS DOOM tiene
buenos ejemplos en “From Our Glorious Days”, “Descent” y “Revelations”, una de
las más accesibles, el aire finlandés toma protagonismo en “To Bleed Not To
Suffer”, la pesadez funeraria atrapa en “Hopless Truth” y para el final se han
dejado una de las joyas del trabajo, “On Shores (Of a Dying Sea)” de inicio muy
pausado y escandinavo, para un corte de melancolía absoluta y donde las
guitarras logran llorar por méritos propios.
Presentados
los momentos más destacables, toca hablar de las mejorías: la doble voz de
Josep Brunet, limpia-gutural, comparte minutos con tino, no se dejan los
momentos más Góticos a un lado tampoco (ahí está “Two Voices Surrounding”),
aparecen unas guitarras hímnicas y al mismo tiempo frías antes tapadas en un
mar de teclados excesivamente protagonistas, que ahora, siempre presentes
aportan el aire majestuoso necesario, y la sección rítmica tiene momentos de
gran lucimiento, tanto por la versatilidad de Xavi Gil, como por la
omnipresencia altamente disfrutable de Toni Mainez. También hablé del sonido, y
es aquí donde el paso es de gigante: la producción de Jens Bogren y Johan
Örnborg se vuelve fundamental, quizás con un sonido excesivamente pulcro en la
distorsión de las guitarras rítmicas, pero aún así compensado y potenciando
cien veces más las virtudes y mejorías del grupo hasta ahora dichas. Y
finalmente hay que hablar de la composición, aunque haya ya adelantado algo en
los temas: si la ejecución ha mejorado enteros, las estructuras, mucho más
variadas en texturas y melodías, con una labor lírica por parte de Enrique
Sierra que me parece esencial y la pareja de guitarras que no deja de evocar con
sus pasajes, convierten al trabajo en un buen escaparate del mejor momento de
HELEVORN.
Dicho todo esto, sólo echo de menos algo: que el propio grupo se deje
llevar por las propias sensaciones que transmite. Es algo que algunos de los
grupos citados, en particular los primeros SWALLOW THE SUN y DOOM:VS consiguen
y que HELEVORN deja un poco de lado, en favor de un excesivo mecanicismo a la
hora de interpretar, en particular las bellas melodías. Y digo esto porque
tiene uno la sensación de que están demasiado concentrados y no logran
humanizar sus instrumentos. En cualquier caso, ya me estoy moviendo en el
terreno resbaladizo de las sensaciones, y este breve comentario final no puede
ensombrecer un grandísimo trabajo, “Forthcoming Displeasures”, disco que
confirma a HELEVORN como un grupo a tener muy en cuenta aquí, y fuera de aquí.
El tiempo empleado y el esfuerzo, ha merecido la pena.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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