Este año 2019 es el punto de reinicio de varias bandas que estaban en silencio casi eterno. Una de ellas era RAMMSTEIN. El nombre que siempre sale cuando se habla de metal industrial alemán (siendo absolutamente reducionistas), llevaba 10 años sin editar nada nuevo y tanto sus fans, como los que hayan ido reclutando en esta década de directos, estaban ansiosos por tener nuevo material que alimentara el fuego de sus juegos visuales y sonoros. El recopilatorio del "Made in Germany" y el directo en París sólo vinieron a cubrir el expediente de la discográfica, que también se estaba impacientando y no quería que el ya casi sexagenario sexteto alemán se relajase demasiado. Por fin, y siguiendo con esa tónica "blanca" del citado recopilatorio, RAMMSTEIN puso a funcionar su ingeniería y ha editado un disco homónimo que a muchos les ha pillado por sorpresa, no por su edición, ni por sus singles de adelanto, sino por todo su contenido en sí mismo. Vaya por delante que a mi me parece un gran álbum y que muy probablemente el tiempo me dará la razón. Vaya por delante también que todo lo que contiene es RAMMSTEIN, y los que digan que no suena a ellos es que realmente no han escuchado al grupo alemán.
Confieso que cuando lanzaron los vídeos de "Deutschland" (visualmente apoteósico) y "Radio" me quedé un poco frío. Sería que mi subconsciente esperaba otra cosa. Con el tiempo y ya escuchando el disco al completo me he dado cuenta de que es justo eso. ¿Cuál es el problema que la gente puede tener con "Rammstein"? Que lo mire con la perspectiva de su carrera y no con el hecho de en 10 años hay bandas que nacen y desaparecen y que en este disco RAMMSTEIN ha querido llevar mucho más allá detalles que en discos previos pasaban desapercibidos o se consideraban relleno. Una vez superado este escollo tenemos un disco que para mi gusto es accesible, está muy bien construido, tiene una personalidad brutal en cada tema y que coloca los focos en Till Lindemann, que probablemente haya hecho su mejor trabajo vocal y en Christian Lorenz que llena el disco de detalles y arreglos que son fundamentales para dotar a este disco de un aura muy ochentera donde se ven todas las fuentes de las que RAMMSTEIN han bebido. ¿Alguien se sorprende de que ahora la influencia de KRAFTWERK sea cristalina en algunos temas? Si eso ocurre no te has enterado de qué va RAMMSTEIN hasta ahora...
Hablando en términos técnicos "Rammstein" es un disco de sonido mimado hasta rozar lo obsesivo. La producción es impecable. Claro que si cuento con un presupuesto así y no me llamo METALLICA esto se debería presuponer. En el caso de RAMMSTEIN se ha logrado que Till tenga hueco para todas sus inflexiones que son muchas (extasiando en esa perversión mental que es "Puppe", donde Till se desespera jugando con su muñeca mientras su hermana ejerce de prostituta en la habitación de al lado). Se ha logrado que todo el barroquismo discotequero ochentero y orquestal de Lorenz sea protagonista en la personalidad de cada tema. Se ha logrado que Riedel tenga presencia incluso cuando sólo camina entre las cuerdas y sobre todo se ha conseguido que las guitarras de Kruspe y Landers suenen al mismo tiempo de lo más melódico que tiene RAMMSTEIN en su historia y también de lo más duro y pesado, unido a un trabajo sobresaliente de Schneider que en este disco, dentro de su marcialismo germano, se desmarca con breaks y cambios muy interesantes.
Todos estos detalles que he ido espolvoreando son los que trasladan en este disco la música de RAMMSTEIN a un nuevo nivel en donde el industrialismo se mezcla con el heavy de libro, con los citados KRAFTWERK en "Auslander", que es un tema muy eurovisivo y bailable, pero al mismo tiempo tiene los ritmos y riffs más pesados del disco, o como en el caso de "Sex", con DEPECHE MODE casi rozando el "homenaje plagio". También hay cortes más puramente RAMMSTEIN, como el segundo single, "Radio" (cuyos teclados son puramente "Du Hast") o "Tattoo", que tiene una distorsión en las guitarras que desde el primer minuto que la escuché me tiene loco. Pero en general no se puede decir que nada de lo que se escuche aquí no exista ya en la historia previa de la banda alemana. Alguno a lo mejor se olvida de los temas más melódicos de "Rosenrot", porque aquí hay muchos guiños que podrían haber entrado en aquel trabajo.
Otra cosa que debo confesar es el ritmo del trabajo. Según he avanzado en las escuchas debo reconocer que hasta "Puppe" el grupo alemán lograba mi atención plena, pero después no terminaba de estar tan centrado en su música, hasta que llegaba "Tattoo". Error por mi parte. No es que esta segunda parte del trabajo sea de relleno. Es simplemente que es en la que más detalles han utilizado para desmarcarse. El ejemplo es "Weit Weg", tema que al principio no entraba en mis quinielas y que luego he sabido apreciar por sus teclados "a lo DEEP PURPLE" y un estribillo realmente glorioso en donde Till sube hasta límites que en directo le va a ser difícil reproducir. Por otro lado "Halloman" me parece un gran final, contenido y muy absorbente al mismo tiempo, haciendo que "Rammstein" se haga un disco muy corto, pese a que está dentro de la media habitual de la banda germana.
Me dejo para el final la parafernalia del diseño. RAMMSTEIN ha optado por la sobriedad y el minimalismo en todas las ediciones, tanto en sus propias fotos, donde es más que apreciable el avance de los años en Till, como en el acabado final del artwork. Ya hay muchos que consideran este disco "el de la cerilla". En broma se puede decir que es una metáfora para todos aquellos que en estos 10 años han repetido en bucle el "Sehnchut" y "Mutter" y esperaban algo similar. O todos aquellos que han escuchado a RAMMSTEIN de pasada a lo largo de los años y no han buceado más a fondo en sus raíces musicales. Este grupo de oyentes tiene en la cerilla una herramienta para hacer lo que seguramente les dicte su corazón después de escuchar el disco: quemarlo. Para mi gusto es un autohomenaje al propio incendiarismo de RAMMSTEIN. Para que haya fuego hay que prenderlo, ese es el origen de la cerilla, abierta al futuro en su trasfondo blanco.
Seguirán saliendo en las listas de influencias de todos los grupos que canten en alemán y tengan guitarras pesadas y ritmos marciales, pero RAMMSTEIN en este tiempo de silencio ha dado un paso al frente hacia una música accesible, rica en matices y lejos de la autocomplacencia. El disco menos RAMMSTEIN de todos que al mismo tiempo rezuma RAMMSTEIN por todos sus poros.
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