Después de dos años desde su tremendo "Versus The World", AMON AMARTH presentó "Fate Of Norns", un fantástico álbum que es sucesor natural del "Versus...", ahondando en la misma propuesta, es decir, medios tiempos predominantes, riffs pesados y melodías épicas continuas. Pero no es un estancamiento, ya que lo llevan todo más allá: temas aún más lentos y potentes, melodías más trabajadas, y una producción genial.
Las guitarras trazan una madeja continua de melodías emotivas y evocadoras que ya quisieran muchos conjuntos supuestamente épicos, todo ello sobre el colchón rítmico que la genial batería de Fredrik Andersson y el bajo de Ted Lundström se encargan de tejer. Por su parte, el imponente "frontman" del grupo, Johan Hegg, mantiene su voz desgarradora y potente, auténtica seña de identidad de este grupo. Desde luego el cetro épico es suyo, más si cabe desde la desgraciada muerte de Quorthon, alma de BATHORY. Cabe destacar una vez más la labor del grupo en la composición de las letras: las batallas y mitología vikingas se ven mezcladas con historias emotivas, como la triste "Fate Of Norns", que narra la historia de un padre que impotente ve como su hijo de seis años muere demasiado pronto. La desesperanza, la rabia y la locura del padre son perfectamente trasladadas a la voz de Johan Hegg, mientras las guitarras entretejen una trama de melodías oscuras llenas de sentimiento. También hay lugar para pasajes históricos como en "The Beheading Of A King". En cualquier caso dando un puntapié a todos aquellos que veían en sus letras algo más que simple literatura, acusándoles de fascistas. Nada más lejos de la realidad.
Como ya he comentado estamos ante su disco más lento, pero a la vez potente. Temas como "Where Death Seems To Dwell", o la magnífica "Valkiries Ride", se llenan de riffs pesados y ritmos pegadizos en perfecta simbiosis con la voz de Johan. Una vez más nos sorprenden, esta vez con una cuasi-balada: "Arson", en dónde un cuerno vikingo oído en la lejanía nos introduce en un tema sereno y lleno de melodía y de emotividad. El final del álbum nos devuelve a la contundencia del inicio, con un tema plagado de buenos riffs como es "Once Sealed In Blood", que acaba con un estremecedor grito de Johan. Un viaje lleno de matices nuevos y muy interesantes, dónde apenas se echan de menos aquellos tiempos más veloces por los que pasó el grupo. En el sonido conseguido por el grupo es necesario destacar la producción, llevada a cabo por el propio grupo, que sabe dar peso a las partes más potentes y protagonismo a las melodías de una manera sobresaliente.
En resumen: un viaje lleno de matices muy interesantes.
(Crítica publicada también en http://www.rocktotal.com/)
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