Hay artistas que crean leyenda, más por el ruido que hacen o hicieron a su alrededor, que por su calidad intrínseca. Otros crean leyenda por méritos propios, sin generar tanto revuelo, incluso manteniendo la humildad a lo largo de extensas carreras. A este segundo grupo corresponde LEONARD COHEN, y esta caja es la mejor oportunidad, a un precio asequible, de hacerte con todos sus discos en estudio (complétalo con algún directo como el "Live In London" y podrás morir tranquilo), en formato cardboard de calidad (sin llegar al "outstanding" japonés), con amplio libreto y cuidado continente, para un contenido que se sostiene por sí mismo.
Desde siempre COHEN fue antes poeta que músico. Lo demuestran sus tres primeros discos, donde las parcas instrumentaciones son meros vehículos de transporte para sus palabras. Lo demuestra la propia ironía del artista, cuando en algún video se le puede escuchar asombrado de que todo el mundo aplaudiera las canciones que iba a tocar a los pocos segundos de empezar, como si las reconociesen, cuando todas empezaban por el mismo acorde ("no me sé otro..."). Por eso, no es de extrañar que algunos músicos hayan utilizado las palabras de COHEN como si de un LORCA se tratase (y para muestra, nuestro querido, que en paz descanse, ENRIQUE MORENTE, en "Omega").
Si a lo anterior unimos la irregularidad del alma del artista, que le hizo estar ajeno a las corrientes comerciales, con constantes hiatos en su carrera, aumenta la importancia del hecho de que todo el mundo conozca a LEONARD COHEN. ¿Por qué? Por su voz, por su hondura, por su amargura y porque todo en él es poesía y bohemia. Da igual que en casi medio siglo de carrera sólo se cuenten una docena de trabajos y unos cuantos directos. LEONARD COHEN es un ser aparte, un ente en sí mismo, alguien ajeno a géneros y a servilismos. Y esta caja es la mejor forma de demostrarlo. ¿A qué esperas? Cómprate un par de ellas, porque una la desgastarás de tanto escucharla y la otra se la tienes que dejar en herencia a tu descendencia.
Desde siempre COHEN fue antes poeta que músico. Lo demuestran sus tres primeros discos, donde las parcas instrumentaciones son meros vehículos de transporte para sus palabras. Lo demuestra la propia ironía del artista, cuando en algún video se le puede escuchar asombrado de que todo el mundo aplaudiera las canciones que iba a tocar a los pocos segundos de empezar, como si las reconociesen, cuando todas empezaban por el mismo acorde ("no me sé otro..."). Por eso, no es de extrañar que algunos músicos hayan utilizado las palabras de COHEN como si de un LORCA se tratase (y para muestra, nuestro querido, que en paz descanse, ENRIQUE MORENTE, en "Omega").
Si a lo anterior unimos la irregularidad del alma del artista, que le hizo estar ajeno a las corrientes comerciales, con constantes hiatos en su carrera, aumenta la importancia del hecho de que todo el mundo conozca a LEONARD COHEN. ¿Por qué? Por su voz, por su hondura, por su amargura y porque todo en él es poesía y bohemia. Da igual que en casi medio siglo de carrera sólo se cuenten una docena de trabajos y unos cuantos directos. LEONARD COHEN es un ser aparte, un ente en sí mismo, alguien ajeno a géneros y a servilismos. Y esta caja es la mejor forma de demostrarlo. ¿A qué esperas? Cómprate un par de ellas, porque una la desgastarás de tanto escucharla y la otra se la tienes que dejar en herencia a tu descendencia.
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