FOURPLAY es un super grupo. Tanto con LEE RITENOUR en sus filas (como ocurre en "Between The Sheets") como después con LARRY CARLTON, tener a los citados y además a HARVEY MASON, NATHAN EAST y BOB JAMES, todos ellos nombres propios de la fusión, asegura ventas y también calidad musical y "Between The Sheets" junto con "Elixir" quizás sean los mejores exponentes de este hecho, a la par con su debut y en la era Carlton "4".
El que esté familiarizado con el Smooth Jazz, sabrá a lo que se va a enfrentar: la base Jazzy se diluye en estructuras Pop, ritmos asequibles y melodía pegadizas, algo en lo que Ritenour y James son genios, completado con la puntual labor vocal de East y como invitada Chaka Khan en el tema título. El resultado es un disco de escucha amena, elegante, afable, pasajera dirán algunos, pero una delicia para cualquier momento.
"Chant", con esas melodías vocales tan pegadizas, "Monterey", con un gran trabajo de Ritenour, "Flying East", firmada por el propio Nathan y donde hace acopio de protagonismo musical en todos sus surcos o la gloriosa "Anhtem" son las guindas de un pastel que no pretende ser virtuoso, ni aventurero, ni provocador. Simplemente tenemos algo más de una hora de relajación, frescura y optimismo. Hay un momento para todo y FOURPLAY, construido a base de la sapiencia y el bagaje de cuatro grandes músicos, lo sabe como ningún grupo.
El que esté familiarizado con el Smooth Jazz, sabrá a lo que se va a enfrentar: la base Jazzy se diluye en estructuras Pop, ritmos asequibles y melodía pegadizas, algo en lo que Ritenour y James son genios, completado con la puntual labor vocal de East y como invitada Chaka Khan en el tema título. El resultado es un disco de escucha amena, elegante, afable, pasajera dirán algunos, pero una delicia para cualquier momento.
"Chant", con esas melodías vocales tan pegadizas, "Monterey", con un gran trabajo de Ritenour, "Flying East", firmada por el propio Nathan y donde hace acopio de protagonismo musical en todos sus surcos o la gloriosa "Anhtem" son las guindas de un pastel que no pretende ser virtuoso, ni aventurero, ni provocador. Simplemente tenemos algo más de una hora de relajación, frescura y optimismo. Hay un momento para todo y FOURPLAY, construido a base de la sapiencia y el bagaje de cuatro grandes músicos, lo sabe como ningún grupo.
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