Mi relación con CLAWFINGER se reduce a un disco, que para ser sincero, en su momento escuché mucho, pero que con el tiempo fui sepultando en mi colección y me ha costado encontrar para refrescar mi memoria sobre este grupo. El disco en cuestión es “Deaf Dumb Blind”, tiene más de una década en sus surcos y seguramente fue y es el disco más famoso de esta banda sueca, una de las pioneras en Europa en la mezcla del Rap y el Metal. “Nigger” fue su bombazo particular y aunque con el tiempo he notado que ha perdido mucha de su actualidad por aquel entonces, sonando a veces incluso algo ingenuo, el disco no está mal visto ahora desde la distancia.
Hasta el último lanzamiento de CLAWFINGER hasta la fecha, “Hate Yourself With Style”, que pasó por la redacción de esta web hace ya un tiempo, no había vuelto a interesarme por la banda y ni siquiera sabía si seguían vivos. Meses después cae en mis manos “Life Will Kill You” y debo confesar que me ha costado mucho comentar este disco, no porque sea un mal disco, que no lo es, sino porque cada día me dejaba una sensación distinta. En una primera escucha pude comprobar como el tiempo no ha pasado en balde y CLAWFINGER ha evolucionado y mucho desde “Deaf Dumb Blind”. Aunque sigue el Rap muy presente, ahora la música se tiñe de otros elementos de manera más o menos triunfal o desastrosa: música industrial, Hardcore... otros géneros han sido asimilados por el grupo, además de una producción menos limpia que en sus inicios y más centrada en potenciar las guitarras, por aquello de que los noventa no están ya entre nosotros. Sin embargo un lastre tenía el trabajo en esta primera escucha: siempre he tenido la sensación de que salvo algunos temas había mucho relleno, demasiado corte intrascendente que hacía que en mi semblante apareciesen bostezos.
En otras ocasiones, cuando menos atención le prestaba curiosamente, el disco parecía digerirse mejor, seguía pareciéndome algo largo (señal de que, teniendo en cuenta que sólo dura tres cuartos de hora, el relleno seguía presente), pero a veces hasta me sorprendía cabeceando ante los riffs. En cualquier caso una cosa tengo clara, “Life Will Kill You” es muy irregular y se acaba haciendo pesado. Dejando a un lado la pretenciosamente nostálgica portada, emulando los famosos símbolos que en los noventa llenaban los artworks de los discos avisando a los padres de que las letras podían herir la sensibilidad de sus hijos, cuando el Nu-Metal era un género de masas dirigido fundamentalmente a los adolescentes, el contenido musical de “Life Will Kill You” denota una falta clamorosa de línea a seguir y acaba por exasperar. Esta es la causa de que el disco genere sensaciones distintas según como afrontes su escucha, pero nunca te dejará el poso necesario como para que el CD dé más de un par de giros en tu reproductor. Demasiada dispersión de sonidos y de ideas en mi opinión.
Ciñéndome a los cortes que siempre han logrado hacerme cabecear un poco, “The Price We Pay”, con introducción de sección de cuerdas incluida es de las mejores. Riffs pegadizos y marciales, en unión a un teclado de aires robóticos le dan un aire a RAMMSTEIN muy particular, pero la voz de Zak, con un tono más convencional y cercano al Hardcore hace que esta influencia se diluya. También es certera “Prisoners”, nuevamente con unos riffs muy adictivos y simples, dejando Zak sus fraseos rapeados a un lado y con un estribillo muy melódico que se queda grabado en la primera escucha, como ocurre igualmente en “None The Wiser”, aunque acabe por hacerse un poco larga. “Where Can We Go From Here” insiste en esta fórmula de contundencia en las guitarras pero desde un ambiente más industrial, con cierto aire a lo FEAR FACTORY. Esta sería la línea más llamativa y coherente del trabajo, la más conseguida por lo menos.
El resto se pierde en medio de una batidora de elementos que no lleva a ningún sitio: la horrorosa “Life Will Kill You”, donde el Rap hace su entrada “triunfal”, la aburrida “The Cure & The Prison”, que pretende introducir cierta atmósfera en el ambiente, manteniendo el hilo industrial de las composiciones citadas hasta ahora, pero que acaba por hacerse muy repetitiva o la infumable “Little Baby”, cuyo inicio electrónico con voz femenina incluida concluye en una explosión de guitarras a la que no le veo realmente mucho sentido... estas serían las peores del trabajo, en las que siempre tienes ganas de pasar al siguiente tema, pero la cosa no mejora mucho en el resto, porque tienen el problema de que se pierden en el océano de la mediocridad, no pudiendo resaltar por nada en especial, contribuyendo a que “Life Will Kill You” pase sin pena ni gloria ante nuestros oídos, y seguramente ante el resto del mercado musical (salvo que seas fan de la banda).
(Crítica publicada también en http://www.rocktotal.com)
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