Cuando
me enfrento a un grupo que no entra en mis parámetros musicales habituales,
suelo acogerlo con cautela y cambiando mi modus operandi. Si habitualmente, al
encontrarme ante un “viejo conocido”, trato de buscar un enlace con su pasado,
o si por el contrario el grupo en cuestión es un recién llegado o ignorado por
mi parte, pero conocido el terreno por el que transita, suelo indagar
paralelismos sonoros, cuando me encuentro ante algo como NIHIL NOVI SUB SOLE,
mi forma de actuar cambia: me olvido de referencias, me centro en sensaciones y
en si el grupo en cuestión, con independencia del estilo que practique me
ofrece dos cosas: una imagen y un desarrollo, un camino y un paisaje, en
definitiva, si “me dice algo”. Por este sendero, más tortuoso por mi parte que
en otros trabajos que debo comentar, pues me hallo ciego y sin bastón, pero
también con menos presión al excusarme en mi supuesta ignorancia del contexto,
he transitado para escuchar “Jupiter Temple” debut de Marco Kehren, miembro de
los holandeses DEINONYCHUS y otros grupos como DARK SANCTUARY (ambos, en esta
ocasión sí conocidos por mi parte) y que bajo el nombre de NIHIL NOVI SUB SOLE
marcha firme y decidido por los caminos marciales e interestelares de una
música férrea y densa, y en consecuencia, difícil de penetrar.
Se
define a “Jupiter Temple” como Dark Ambient / Martial Music, pero dejando
etiquetas, y centrándome en el significado de las palabras que las forman, no
puedo estar más de acuerdo. La música de NIHIL NOVI SUB SOLE es una banda
sonora que puede ser acogida sin problemas por un remake o versión postrera de
la saga espacial de Arthur C. Clarke en versión fílmica, o secuelas similares.
Voces radiadas, modificadas y fantasmagóricas, teclados new-age y con cierto
aire Mahleriano, y sobre todo, atmósfera militar a golpe de ritmos
petrificados, constantes, decididos y firmes que no desfallecen en su incesante
martilleo de nuestros cerebros, acompañados unas veces de trompetas y cuernos
de batalla, otras veces de arengas a las masas, y finalmente de labores de
estratega. Conozco grupos que tienen mucho amor por la Segunda Guerra Mundial y
algunos de ellos dentro de sonidos sintéticos, pero con NIHIL NOVI SUB SOLE es
la primera vez que me enfrento a este terreno desde un punto de vista de
ciencia ficción, espacial y ajeno a la cercanía histórica.
Hecha
la descripción de las pretensiones y del sonido global, ahora toca hablar de
mis sensaciones tras diversas escuchas de “Jupiter Temple”. En un primer
intento me limité a dejar correr el disco: quería saber si había un hilo
conductor, una historia o algo que Marco me pudiese contar, más allá que un
compendio de sonidos que pueden evocar o parecerse a “algo”, pero que
desarrollados durante tres cuartos de hora acaban por sonar excesivos. Pues
bien, primer fracaso. Momentos puntuales de admiración había, como la paz
aparente de “Die Angeklagten”, el aire más marcial y de batalla de “Stigma”, el
contraste angélico-infernal de los coros celestiales y las voces y ritmos de
lucha de “Fellonia Con Sangue”, el sonido apocalíptico, nuevamente con mezcla
de coros y arengas de sangre de “Victoria Victis”... pero conforme pasan los
minutos uno tiene la sensación de que “Jupiter Temple” no tiene fin ni nexo de unión.
Llegaba el turno a las sucesivas escuchas, para ver si se podía resaltar algo.
Pues bien, aquí sí que se puede decir que Marco consigue en ciertos instantes,
todos los citados previamente, cierta comunión con el oyente. Sin embargo, o
eres un oído acostumbrado, o dudo que al final saques algo más que marcialidad
y sonido envolvente.
En resumen: NIHIL NOVI SUB SOLE creo que se centra en un estilo muy
concreto, con elementos bien definidos desde el primer instante y que explota
hasta la saciedad, pero de ahí no pasa. No hay concesiones, avances, no hay
nada que se salga de la marcialidad y grandilocuencia guerrera. Lo que al
principio es “curioso”, con el tiempo se vuelve pesado y en sucesivas escuchas
bastante cuesta arriba, debido a la falta de un nexo narrativo que pueda servir
de aliciente para los no iniciados. No pongo en duda que los amantes de las
músicas guerreras prefabricadas tendrán en “Jupiter Temple” un motivo de
alegría, pero en mi caso personal, NIHIL NOVI SUB SOLE prometía y al final se
deshinchó. Sin ser un fracaso, el sonido es demasiado encorsetado y no ofrece
mucho más de lo que puede uno suponer inicialmente. Sólo para fans de estos
sonidos.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario