lunes, 2 de marzo de 2020

NIHIL NOVI SUB SOLE - "Jupiter Temple": sonidos marciales y de batalla


Cuando me enfrento a un grupo que no entra en mis parámetros musicales habituales, suelo acogerlo con cautela y cambiando mi modus operandi. Si habitualmente, al encontrarme ante un “viejo conocido”, trato de buscar un enlace con su pasado, o si por el contrario el grupo en cuestión es un recién llegado o ignorado por mi parte, pero conocido el terreno por el que transita, suelo indagar paralelismos sonoros, cuando me encuentro ante algo como NIHIL NOVI SUB SOLE, mi forma de actuar cambia: me olvido de referencias, me centro en sensaciones y en si el grupo en cuestión, con independencia del estilo que practique me ofrece dos cosas: una imagen y un desarrollo, un camino y un paisaje, en definitiva, si “me dice algo”. Por este sendero, más tortuoso por mi parte que en otros trabajos que debo comentar, pues me hallo ciego y sin bastón, pero también con menos presión al excusarme en mi supuesta ignorancia del contexto, he transitado para escuchar “Jupiter Temple” debut de Marco Kehren, miembro de los holandeses DEINONYCHUS y otros grupos como DARK SANCTUARY (ambos, en esta ocasión sí conocidos por mi parte) y que bajo el nombre de NIHIL NOVI SUB SOLE marcha firme y decidido por los caminos marciales e interestelares de una música férrea y densa, y en consecuencia, difícil de penetrar. 

Se define a “Jupiter Temple” como Dark Ambient / Martial Music, pero dejando etiquetas, y centrándome en el significado de las palabras que las forman, no puedo estar más de acuerdo. La música de NIHIL NOVI SUB SOLE es una banda sonora que puede ser acogida sin problemas por un remake o versión postrera de la saga espacial de Arthur C. Clarke en versión fílmica, o secuelas similares. Voces radiadas, modificadas y fantasmagóricas, teclados new-age y con cierto aire Mahleriano, y sobre todo, atmósfera militar a golpe de ritmos petrificados, constantes, decididos y firmes que no desfallecen en su incesante martilleo de nuestros cerebros, acompañados unas veces de trompetas y cuernos de batalla, otras veces de arengas a las masas, y finalmente de labores de estratega. Conozco grupos que tienen mucho amor por la Segunda Guerra Mundial y algunos de ellos dentro de sonidos sintéticos, pero con NIHIL NOVI SUB SOLE es la primera vez que me enfrento a este terreno desde un punto de vista de ciencia ficción, espacial y ajeno a la cercanía histórica. 


Hecha la descripción de las pretensiones y del sonido global, ahora toca hablar de mis sensaciones tras diversas escuchas de “Jupiter Temple”. En un primer intento me limité a dejar correr el disco: quería saber si había un hilo conductor, una historia o algo que Marco me pudiese contar, más allá que un compendio de sonidos que pueden evocar o parecerse a “algo”, pero que desarrollados durante tres cuartos de hora acaban por sonar excesivos. Pues bien, primer fracaso. Momentos puntuales de admiración había, como la paz aparente de “Die Angeklagten”, el aire más marcial y de batalla de “Stigma”, el contraste angélico-infernal de los coros celestiales y las voces y ritmos de lucha de “Fellonia Con Sangue”, el sonido apocalíptico, nuevamente con mezcla de coros y arengas de sangre de “Victoria Victis”... pero conforme pasan los minutos uno tiene la sensación de que “Jupiter Temple” no tiene fin ni nexo de unión. Llegaba el turno a las sucesivas escuchas, para ver si se podía resaltar algo. Pues bien, aquí sí que se puede decir que Marco consigue en ciertos instantes, todos los citados previamente, cierta comunión con el oyente. Sin embargo, o eres un oído acostumbrado, o dudo que al final saques algo más que marcialidad y sonido envolvente. 

En resumen: NIHIL NOVI SUB SOLE creo que se centra en un estilo muy concreto, con elementos bien definidos desde el primer instante y que explota hasta la saciedad, pero de ahí no pasa. No hay concesiones, avances, no hay nada que se salga de la marcialidad y grandilocuencia guerrera. Lo que al principio es “curioso”, con el tiempo se vuelve pesado y en sucesivas escuchas bastante cuesta arriba, debido a la falta de un nexo narrativo que pueda servir de aliciente para los no iniciados. No pongo en duda que los amantes de las músicas guerreras prefabricadas tendrán en “Jupiter Temple” un motivo de alegría, pero en mi caso personal, NIHIL NOVI SUB SOLE prometía y al final se deshinchó. Sin ser un fracaso, el sonido es demasiado encorsetado y no ofrece mucho más de lo que puede uno suponer inicialmente. Sólo para fans de estos sonidos.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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