viernes, 28 de septiembre de 2012

ROB DOUGAN (ROB D) - "Furious Angels": Pura magia y oscuridad


El australiano ROB DOUGAN es una especie rara. Antes productor que músico, pero también compositor, la carrera de este australiano de nacimiento pero británico de adopción se limita a un trabajo, pero que ha servido para tenerle como el gurú del cine de ciencia ficción y uno de los productores más cotizados del mundo Club y Dance. Hasta que el tema “Clubbed To Death” apareciese en la banda sonora de “The Matrix”, poco se sabía de ROB D, pero desde entonces, el compositor pasó del anonimato al primer plano (relativo), haciendo que “Furious Angels”, una colección de sus composiciones e interpretaciones, se reeditara hasta la saciedad y no parase de circular en el mundo de la música enlatada para entrar en trance. Cogiendo las enseñanzas de los grandes en el terreno de las bandas sonoras, de la Música Clásica en sentido estricto y de los vocalistas con personalidad, el cuerpo y el alma de ROB D se expresan en “Furious Angels”, especialmente en esta edición que incluye un segundo CD con los temas del disco en versión instrumental y editada por el propio artista, para tener una sensación de banda sonora aún mayor.

La maestría de ROB DOUGAN viene de la mano de su bagaje como productor. FAITHLESS, DIDO, KRISTINE W e incluso STING, han pasado por sus manos, demostrando su gusto por los beats de Hip Hop, la oscuridad de la electrónica ochentera, el romanticismo clásico y las voces muy personales. A lo anterior hay que unir una voz que es perfecta unión de crooners como TOM WAITS, el propio STING, NICK CAVE, DAVID BOWIE... en definitva, profundidad y mucho sentimiento en cada palabra. Y finalmente una capacidad narrativa tremenda. El archiconocido “Clubbed To Death” puede que sea el mejor ejemplo, pero cortes como la propia “Furious Angels” o “Nothing At All”, son opus inabarcables en texturas y detalles, más allá de los ritmos electrónicos obsesivos o las capas de cuerdas y efectos desplegados. Todos ellos mantienen la tensión dramática a lo largo de sus extensas duraciones y sirven para que estemos en vilo pendientes de lo que escuchamos como si de una auténtica película se tratase.

Pero no sólo la maestría de ROB D se queda en los temas largos y elaborados, también en piezas que pueden parecer de relleno al principio pero que muestran otras caras del músico, destacando “Drinking Song”, que hace honor a su nombre con un ROB DOUGAN usando una voz rota y ebria hasta el infinito, que parece rasgarse definitivamente al final de la pieza, o también la coda “One And The Same”, orquestal pero más relajada y espaciosa. En cuanto al segundo CD que se incluye, las versiones instrumentales, tienen su propia existencia también. La propia “Clubbed To Death” vuelve a ser reconstruida con un mayor dramatismo orquestal, pero incluso la también citada “Nothing At All”, en una versión más “Trance” si cabe, repitiendo melodías y ritmos, se vuelve obsesiva y envolvente, dando un nuevo punto de vista al tema. Por eso me parece esencial la escucha de “Furious Angels” en esta versión con CD extra, porque lejos de ser un relleno que no lleva a ningún lado, ofrece otra cara a la ya de por sí personal faceta compositiva de ROB D.

Música para cine, para ambiente, para sentirse rodeado de paisajes y texturas, siempre con la oscuridad y la melancolía como denominador común, la densidad y la claustrofobia como ingredientes de su sonido, y la inquietud como sensación permanente, “Furious Angels” es un conjunto mágico y único, que se quedará como el exponente de la creatividad de ROB DOUGAN, un individuo que se siente cómodo en las sombras y lo refleja en su música y en su propia carrera.

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