A pesar de su nombre y de sus orígenes puertoriqueños, ANTONIO HART nació en Baltimore y su formación clásica proviene de la escuela de artes de la citada ciudad, además de, cómo no, asistir a la Berklee College of Music, como tantos otros jóvenes leones de finales de los ochenta. Llegó a pasar por las filas de los Messengers de Art Blakey y sus inicios se ligan al trompetista Roy Hargrove, hasta que en los noventa empezó a navegar solo en sellos secundarios e incluso rindiendo tributo a alguno de sus ídolos, como Cannonball Adderley, a quien debe parte de su sonido. No fue hasta 1997 que un sello importante, en proceso de renovación, Impulse! (entonces potenciado por Dave Grusin en su sello GRP), le editó "Here I Stand", que como su propio nombre indica, fue toda una declaración de intenciones: aquí estoy, este soy yo, y esto es lo que puedo ofrecer.
¿Y qué podía ofrecer Antonio Hart? pues un disco que no para quieto. Un crisol de sonidos, influencias y versatilidad compositiva y ejecutiva sin parangón. Nueve temas en total, siete de los cuales los firma Antonio Hart, algunos en formación reducida, otros con profundo arreglo orquestal, y paseándose por estilos dispares y complementarios por la propia creatividad de Hart. Jazz straight edge al más puro estilo Coltrane, aunque ejecutado en el alto de Hart, con un solo que le valió la nominación al Grammy, reggae, free jazz, aires latinos, soul trío con la gran organista Shirley Scott como invitada, blues... hasta un jugueteo con el hip-hop, si bien con regulares resultados, para cerrar el trabajo acompañado de la poetisa Jessica Care Moore. Todo ello coagulado con un buen sentido de la composición y del ritmo de un trabajo, sin altibajos, y siendo toda una carta de presentación al mundo de lo que Antonio Hart podía dar de sí hace más de 20 años.
Si quieres escuchar a un Hart desatado, inventivo y modal en sus improvisaciones, este trabajo te va a proporcionar dos buenos ejemplos en "The Community" y "Millennium". Ambas piezas en formato cuarteto, al más puro estilo John Coltrane (pero con el alto). La primera de ellas le valió una nominación a los Grammy y no era para menos. Un tema con muchas posibilidades improvisatorias y donde Hart se ve impulsado por sus compañeros, especialmente por Nasheet Waits, que con su polirrítmico acompañamiento impulsa al saxofonista a salirse del pentagrama. La segunda de ellas es más pacífica, pero no por ello menos inventiva desde el punto de vista de la ejecución. Ambas reflejan la destreza de Hart y su buena combinación de fuerza soplando, delicadeza melódica y rapidez en la digitación.
Si lo que quieres es ver a Antonio Hart como arreglista y compositor de un combo extendido, también tienes muestras en este trabajo: "True friends" es un reggae estático y pegadizo rítmicamente hablando. Aquí el saxofonista opta por el soprano y junto a Robin Eubanks en el trombón, se reparte las tareas solistas, sin prescindir de ricas improvisaciones grupales y mucho repujado armónico. Por otro lado tenemos "Brother Nasheet", en homenaje a su acompañante, aunque aquí el apoyo de otros vientos es ocasional y meramente enriquecedor de una composición en la que Hart brilla con el soprano. Finalmente, el tema más arriesgado y free de todo el disco, "Riots... the Voice of the Unheard", con aires clasicistas contemporáneos, y en los momentos corales cercanos al "Ascension" de Coltrane.
La cara más soul del disco la tenemos con "Flamingo", donde aparece Shirley Scott en el órgano y en formato trío, Hart sopla con alma y energía, dando mucho cuerpo al pabellón de su saxo, impulsado por el groove de la organista. Y ya casi al final, en texturas más blues, con "Like My Own", nuevamente con la gran Shirley Scott acompañando, esta vez en el piano, haciendo un trabajo al más puro estilo Erroll Garner, machacando las teclas y con un acompañamiento muy cálido y efectivo por parte de Waits y el bajo de John Benítez. Finalmente tenemos las dos "curiosidades" del disco, con "Ven, Devórame otra Vez", en donde Hart suena a Paquito D'Rivera y el ya citado corte de cierre, "The Words Don't Fit in My Mouth", con irregular resultado en su concepción rap, aunque líricamente muy duro por las palabras de Jessica Care Moore.
Como carta de presentación mayoritaria después de un lustro en sellos secundarios, "Here I Stand" es un disco excelente. Poliédrico y avanzado, Antonio Hart muestra pasearse con maestría en todos los géneros, papeles y concepciones, tanto como compositor, como arreglista, como intérprete. Aunque a posteriori su carrera discográfica no tendría mucha continuidad por su papel de profesor a tiempo completo y miembro de diversas big bands y formaciones extendidas, este trabajo es un "book" en toda regla, perfecto para deleitarse con un artista en su más amplia concepción.
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