jueves, 10 de octubre de 2019

CHARLES TOLLIVER - De trompetista a arreglista... injustamente olvidado



Hay músicos que aparecen y desaparecen, que están presentes en muchos lanzamientos como sidemen o que se habla de ellos en listas secundarias, pero sin mucho ruido se acaban haciendo un hueco en donde brillan con luz propia. Ese sería el caso del trompetista CHARLES TOLLIVER. Desde que apareciese al lado de Jackie McLean en 1964, Tolliver se hizo un hueco como solista, compositor y arreglista secundario de renombre. Como instrumentista era una especie de Freddie Hubbard más comedido, pero dejando a un lado su timbre y su fraseo, era un seguro al lado de cualquier líder. Como director de sus propias grabaciones no tuvo tanta suerte. Una pléyade de lanzamientos en pequeños combos durante los setenta, unido a sus devaneos con big band y de ahí en adelante todo con cuentagotas, hasta que en 2007, más de cuarenta años después de aparecer en el mismo sello al lado de McLean, Blue Note le dio la oportunidad de grabar con big band al mismo tiempo que a través de Mosaic reeditaba alguno de sus trabajos de los setenta.

Viene a mi cabeza el delgado trompetista con motivo del Festival de Jazz de Madrid de este año 2019. Uno de los sorprendentes conciertos incluido en la parrilla es el de Tolliver junto a un combo en el que encontramos a gente como Gary Bartz, Buster Williams o Lenny White. La intención es recrear el espíritu y supongo que los temas de una de sus grabaciones más celebradas, "Paper Man", grabada a finales de los sesenta pero que estuvo siendo editada en sellos secundarios como Black Lion bajo diferentes nombres durante los setenta. 50 años cumple esta grabación y Tolliver no quiere pasar la oportunidad de recrearla, acompañado de uno de sus protagonistas, el propio Bartz que ya estuvo en la grabación original. Supongo que Tolliver ya no estará para muchos trotes y que soplará lo justo y necesario, pero asistir a un evento como este se hace necesario aunque sólo sea por reivindicar a un excepcional músico como él.


Si nos centramos en "Paper Man", tenemos un trabajo muy hard bopero de libro. Los fraseos de Tolliver, cortos y penetrantes, unidos a sus acompañantes, hacen que pensemos, como ya adelanté antes, en Freddie Hubbard. Acompañantes de lujo, pues el propio Bartz se une a Herbie Hancock, Ron Carter y Joe Chambers. Es sorprendente que este disco no tuviese el apoyo de un sello como Blue Note, cuando el nivel del grupo era tan alto. Pero ello no impidió que Tolliver editase uno de sus mejores discos, en donde además de Hubbard se pueden escuchar ecos de Woody Shaw (hasta físicamente se parecían) o de Lee Morgan en sus primeros compases. Un programa de seis composiciones originales conforman el trabajo, alguna de las cuales como "Right now" es una de las habituales en directo e incluso se han hecho versiones posteriores, del propio Tolliver en formato big band como ocurre en su disco de 2007, "With Love", que antes cité.


Precisamente retomo este otro trabajo, uno de los más postreros de Tolliver hasta la fecha, para destacar la otra faceta. La de arreglista. Además de los propios arreglos usados para "Right Now", mucho más exuberante y progresiva, es mejor apreciar la maestría de Tolliver sobre el pentagrama de otros con la flipante versión de "Round Midnight" que en "With Love" Charles se marca junto a su big band. Un combo extendido en donde se dan la mano viejos y nuevos conocidos, entre otros un joven Robert Glasper en el piano. Durante casi diez minutos Tolliver usa puntos y contrapuntos, cambios de tempo y de tonalidad y una instrumentación cambiante, para conseguir que un tema tan icónico para el jazz como es este de Monk, mute en algo mucho más propio. Su propia trompeta intimista y crepuscular es la que marca la melodía principal, trufándola de pequeños clicks y fraseos cambiantes que no están en la composición original. Los cambios constantes hacen que sea una recreación donde el dinamismo es la nota dominante y los resultados se vuelven adictivos.


Instrumentista, compositor, arreglista... Charles Tolliver es un artista íntegro y amplio en su espectro y sin embargo no es un nombre habitual en las listas. Son los misterios de los gustos musicales o del rigor documental de una música de tan largo recorrido como es el jazz. La oportunidad de verle en Madrid en breve no debe ser desaprovechada aunque sólo sea para decir: yo estuve allí. 

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