viernes, 17 de agosto de 2012

BÖWLRIDER - "Big Röck Möuntain Highs": Rocosos como montañas


Con un par de años de retraso llega a nuestras manos el debut de BÖWLRIDER y desde que tuve el disco supuse que estos chicos eran amantes de MOTÖRHEAD, y no sólo por la diéresis que ponen en todas las “o”. Las fotos, los nombres de los temas... todo hacía apuntar a que este grupo inglés tenía en el Rock sucio y garajero un referente y, por extensión, en Lemmy a un dios particular. Efectivamente “Big Röck Möuntain Highs” es eso, pero pasado por un lavado de cara que bebe del Stoner y del Rock sucio europeo de los noventa.

Amantes de FIVE HORSE JOHNSON, FU MANCHU, MUDHONEY, TURBONEGRO, HELLACOPTERS... aquí tenéis más material sucio y pegadizo para pegar saltos en el salón. Rock, Rock y más Rock, con aires chulescos Sleazy, con suciedad garajera, con la voz heredera de Lemmy, con riffs Stoner... todo lo que se deriva del Rock en su más vasta denominación. En total, casi una hora de diversión, de producción de club de carretera, de estribillos tarareables, de guitarras contundentes y sureñas, de ritmos adictivos, de líneas de bajo que sirven para algo más que para acompañar y la voz rota por litros y litros de cazalla. ¿Se necesita algo más? Sinceramente, todo el pescado esta vendido desde que los acordes de “Duck Dive” suenan, o desde que el estribillo adictivo y pegajoso de “Double Zero” resuena en nuestros cerebros, o desde que la locura de “Upland” comienza su andadura... una docena de temas (y otro tema más escondido tras cuatro minutos de silencio), incluyendo una versión de MUDHONEY, “In ´N´ Out Of Grace”, convierten a “Big Röck Möuntain Highs” en un disco dirigido a un público muy determinado, pero que derrocha energía y vitalidad por todos sus surcos (si el CD los tuviera... ¡Lo mucho que ganaría este disco si lo escuchara a través de las vibraciones de una aguja al pasar por el vinilo!).

Alejaos los que busquéis un sonido pulcro y adaptado a nuestros tiempos. Nada de eso hay en “Big Röck Möuntain Highs”. Simplemente un sonido rocoso, tormentoso, sucio y podrido en las guitarras, una voz cavernosa y conseguida tras mucho esfuerzo nadando en litros de alcohol, unos ritmos que contagian energía al más pausado (si conmigo lo consiguen, que harán con los más irritables...), una efusividad realmente regeneradora... Los setenta, reconvertidos en los noventa y lanzados en el siguiente siglo, treinta años de historia musical en poco menos de una hora de música. Y es que la trayectoria de BÖWLRIDER, aunque “Big Röck Möuntain Highs” es su primer lanzamiento en larga duración, se remonta a los setenta, aunque poco o nada queda de aquella formación. Entre medias han vivido la muerte, el renacimiento y el establecimiento del Rock en todas sus vertientes. Y han sobrevivido. Un bagaje que ya quisieran otras bandas, aunque no hayan registrado nada a lo largo de todo este tiempo. Mejor para ellos, porque al igual que si de una esponja se tratase, han absorbido todo lo que ha dado de sí el origen de nuestros desvelos, alegrías, tormentos y sentimientos.

¿Lo mejor? Además de que cada tema es un himno, además de que el sonido es lo más parecido a un concierto, además de que las guitarras suenan a azufre corrosivo, además de que todo desprende humo y olor a alcohol... además de todos estos tópicos, por una vez y sin que sirva de precedente definidores de un estilo, además de todo ello, BÖWLRIDER están tocados por la varita mágica del saber hacer buenas “canciones”. Y entrecomillo esta palabra porque escribir una canción no es sólo tocar dos o tres acordes y dejar de grabar cuando acaban, hay que saber con esos acordes, en tres o cuatro minutos enganchar al personal, y BÖWLRIDER lo consiguen. Consiguen hacernos vibrar, consiguen transmitirnos fuerza, energía, consiguen que tengamos ganas de saltar. Si no fuera porque esto es un medio serio, empezaría a soltar exabruptos de emoción... de verdad, esto es energía y no las barritas que toman los deportistas. No les pongo un diez porque tampoco es que me hayan descubierto nada que no supiera, pero lo que hacen lo hacen de maravilla.

Nada más que decir, si eres amante del Rock más tradicional, pasado por la batidora de sonidos de los noventa que hicieron resurgir este género, y el aroma añejo de los MOTÖRHEAD más inspirados, “Big Röck Möuntain Highs” es tu disco. Para disfrutar de él sólo necesitas una cuerda, un piolet y un par de crampones para escalar la superficie “rockosa” de la montaña que nos propone BÖWLRIDER. Nada nuevo bajo el sol pero, ¿quién lo necesita cuando mis vecinos están a punto de venir por los golpes de mis pies contra el suelo?

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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