El término “supergrupo” está un poco en desuso en los últimos tiempos, como tal no hay ningún “supergrupo”, como en su momento lo fuera ASIA, EMERSON, LAKE AND PALMER o CROSBY, STILLS AND NASH. Ahora nos tenemos que conformar con formaciones creadas para motivos muy concretos y que giran alrededor de personalidades asentadas. Es el caso de SPECTRUM ROAD, engendro salido de la mente del bajista JACK BRUCE, que en su momento estuvo, entre otros, con TONY WILLIAMS en LIFETIME, como homenaje precisamente al batería y a la citada banda de Jazz-Rock, para lo cual ha contado con expertos en el sonido buscado como CINDY BLACKMAN (añadiendo ahora su apellido de casada, SANTANA), VERNON REID o un sorprendente JOHN MEDESKI. Los cuatro dan forma a “Spectrum Road”, donde recorren ocho cortes que formaron parte del repertorio de LIFETIME y un par de añadidos, siendo uno de los lanzamientos de Jazz-Rock más esperados del año.
El resultado sin embargo, aunque de gran calidad, deja sensación agridulce. Por un lado, para los fanáticos de CINDY BLACKMAN, entre los que me incluyo, tenemos su último disco en solitario, “Another Lifetime”, cuyas premisas son casi idénticas a “Spectrum Road”. Aquel disco se concibió como homenaje a TONY WILLIAMS e incluso VERNON REID trabajó como invitado en el mismo, recorriendo casi la mitad del repertorio de “Spectrum Road” en aquel disco cuya salida dista ya dos años. ¿Era necesario volver a repetir la fórmula? ¿Qué aporta “Spectrum Road” de diferente a “Another Lifetime”? En lo formal, nada, en lo individual creo que “Spectrum Road” es superior. El citado disco de BLACKMAN pecaba a veces de ser demasiado políticamente correcto, en SPECTRUM ROAD, sin embargo, tenemos solistas solventes y un MEDESKI que hace lo que le da la gana, lo que les permite al grupo asumir más riesgos. La propia BLACKMAN interpreta menos ceñida, más libre e impulsada por el bajo de JACK BRUCE, dejando el papel protagonista a REID y MEDESKI. Hasta las partes vocales de “There Comes A Time”, “One Word” o “Where” están más logradas.
Por otro lado, ¿se ha logrado algo más que un homenaje? ¿Hay algo “nuevo” en “Spectrum Road”? He aquí el punto más negativo, pues salvo el propio brillo solista de cada intérprete y un MEDESKI siempre inventivo en todo jaleo en el que se mete, todo está demasiado ceñido al sonido que se busca recrear, incluyendo la producción plana y eléctrica al mismo tiempo, que hace que REID suene como un calco de JOHN McLAUGHLIN o ALLAN HOLDSWORTH. Está claro que BRUCE, buen conocedor del repertorio, quería sonar fiel al que fuera su jefe de filas en los setenta, y hasta en el propio nombre del grupo no quiso que se perdiera la referencia a LIFETIME ni a TONY WILLIAMS. Por eso eligió a los acompañantes que conforman el disco (con la única sorpresa de MEDESKI, realmente el que algo aporta aquí) y por eso también ha creado un programa tan previsible, donde sólo “Blues For Tillmon” se sale de la tónica. Lo dicho no quita para agradecer interpretaciones tan certeras como las de “Where”, donde más brillo solista hay como no podía ser de otra manera, “Vashkar”, una de las mejores del repertorio de LIFETIME, composición original de CARLA BLEY o la siempre pegadiza “Wild Life”, interpretada de una forma más libre y menos contenida que en “Another Lifetime” por parte de CINDY BLACKMAN.
Si tomamos SPECTRUM ROAD como lo que es, un “supergrupo” (las comillas cobran todo su significado) que rinde tributo a otro supergrupo (aquí con todas las de la ley), tenemos un disco muy disfrutable que nos genera ganas de re-escuchar en unos casos o iniciar la escucha en otros (que nunca es tarde) de la etapa eléctrica de TONY WILLIAMS. Si pretendemos algo más, no sacaremos mucho. El objetivo es claro y los resultados muy buenos, pero dentro del propio corsé buscado. Falta por saber si más allá del puro homenaje este cuarteto sería capaz de más cosas.
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