Mi relación con CROWN OF THORNS es muy particular. Considero a Jean Beauvoir un vocalista como la copa de un pino, pero no había tenido oportunidad de escuchar una de sus bandas principales aún. Por este motivo cuando conocí la noticia de que por fin iba a sacar un nuevo disco, apunté bien su fecha de salida porque tenía que remediar mi ignorancia sobre el trabajo de Beauvoir en CROWN OF THORNS. ¿Y cuál es el resultado una vez que escucho “Faith”? Darme de golpes contra la pared por no haber empezado antes con la carrera de esta banda. Podría finiquitar, de hecho, esta reseña diciendo simplemente que estamos ante un discazo, de lo que más me ha llamado la atención del sello frontiers este año (y mira que ha sacado grandes discos). Pero me contendré, y trataré de, sin ocultar mi gran emoción cada vez que escucho el disco, desentrañar este gran “Faith”, sin duda alguna, el comienzo de una estrecha relación por mi parte que pienso cultivar (adquiriendo sus anteriores trabajos).
El no conocer el pasado de CROWN OF THORNS, pero sí otros trabajos de Beauvoir, me permite ser virgen a la hora de valorar musicalmente este disco, pero sí decir, con conocimiento de causa, que Beauvoir hace un trabajo soberbio. Sólo le pongo una pequeña pega al disco, y cuando antes lo diga, antes puedo pasar a hablar de sus infinitas virtudes: el hecho de que acaba con una balada, “All Or Nothing”. Y no es porque no me guste el planteamiento de acabar el disco así, simplemente creo que no es el mejor tema para cerrar un redondo tan variado y completo como es “Faith”. Ya está. Ya me he quedado a gusto, ahora puedo empezar a soltar todas las bonanzas del disco sin remordimientos de conciencia. Y empezaré, por poner un poco de orden en las ideas que se me agolpan, por el sonido. CROWN OF THORNS ha contado con la importantísima labor de Bob Clearmountain (que ha trabajado con principiantes, no muy conocidos como BRYAN ADAMS, BON JOVI o los ROLLING STONES...), el cual, junto al propio Jean Beauvoir, ha conseguido detrás de los controles sacar más lustre aún a todos los temas de “Faith”. Cuando hay medios detrás se nota, y es que es una producción que roza la perfección, como si estuviéramos ante un trabajo donde la cuenta a pagar por parte del sello se llena con muchos ceros.
Para continuar con las perfecciones, me centraré en el propio Beauvoir. Sencillamente sublime. Tanto en los fraseos conductores de los temas, como en los estribillos, Jean está en plena forma. Pero especialmente destacaría los estribillos: “Faith” es un disco donde este aspecto se ha cuidado al máximo y Beauvoir tiene toda la culpa de ello. De hecho, si hay algo por lo que engancha este trabajo es por este pequeño detalle (doy fe de ello, que llevo una semana poniendo el disco a diario). Y no sólo en el aspecto vocal anda bien este hombre, su labor en las guitarras, junto a Tommy Lafferty y el imprescindible colchón sobre el cual construye muchos temas con unos teclados que no adquieren protagonismo, pero se vuelven indispensables, hace que me rinda y no pueda más que alabar el enorme esfuerzo que ha debido dedicar Beauvoir para terminar de dar forma a “Faith”. No se puede poner ni una tacha a la labor instrumental, aunque no cabe duda de que para acompañar al vocalista hay que estar a la altura, y tanto el propio Beauvoir, como sus compañeros de viaje cumplen a la perfección dando forma a unos temas a los que se les saca cada vez más detalles según pasan las escuchas. Eso y el acompañamiento que en los momentos más íntimos supone el haber contado con la colaboración de una sección de cuerdas. Lo dicho, una gozada escuchar el disco, tanto en el apartado instrumental como en el vocal.
¿Y de canciones qué tal anda el disco? Me he dejado lo mejor para el final con conocimiento de causa. Probablemente el apartado compositivo sea lo que se sale del mapa en este disco, ningún tema baja del notable (de hecho salvo la postrera “All Or Nothing”, que está muy bien, pero no me llega a emocionar, el resto es de sobresaliente) y CROWN OF THORNS ha sabido combinar todo su potencial para ofrecer un disco variadísimo, completísimo y digno de elogio. “Faith”, tema convencional aparentemente, con un estribillo con gancho en donde los teclados hacen de colchón para Beauvoir, y unos riffs pegadizos y endurecidos es con todo, un excelentísimo corte para abrir un trabajo de estas características. “All In My Head”, más melódico y menos guitarrero, es un vehículo excepcional para el lucimiento del frontman de CROWN OF THORNS, una vez más, y como en el resto del trabajo, con un grandísimo estribillo. Se llega así al punto culminante del trabajo, la guinda que termina de adornar un pastel tan sabroso como “Faith”. Esa guinda, ese tema que no me quito de la cabeza, esa maravilla salida de la mente de Beauvoir y compañía es “Living In The Shadows”, un tema oscuro, íntimo, personal, sin dejar los momentos de intensidad rockera a un lado, un tema donde la atmósfera recreada por una sección de cuerdas y el propio grupo, tocando por y para Beauvoir, hacen que el vocalista se convierta en director de orquesta con las mejores líneas vocales de todo el disco, cargadas de sentimiento Soul. Después de este corte da igual que se pongan a tocar sardanas, ya me tienen rendido a sus pies.
Que nadie piense que ya ha acabado todo. “The One” se erige como uno de los momentos mágicos del disco, donde todo recae en una sencillez maestra que se queda grabada a golpe de elegancia y belleza, y de un buenísimo solo de guitarra que termina de redondearlo. Un tema muy radiable que llega a emocionar a poco que te dejes llevar. Para contrarrestar, “Rock Ready” vuelve a tirar de contundencia guitarrera, con un deje muy clásico en sus formas, y con la siempre efectividad del medio tiempo cadencioso y pegadizo. Continuando el viaje, “Believe Me” recupera la cara elegante de CROWN OF THORNS, nuevamente destacando el papel de Beauvoir en el estribillo, y en general siendo increíble la forma de construir un tema aparentemente simple y hacerlo un himno gracias a una instrumentación y atmósferas adecuadas que concentran la intensidad en la voz. Sin abandonar el medio tiempo, “Nobody” vuelve a las guitarras y a la atmósfera tan maravillosa recreada por las cuerdas y los coros. Para mi gusto no es lo más destacable, pero la voz vuelve a ser fundamental. El brillo de la magnificencia vuelve con “Stay With Me”, un tema más movido y donde los teclados cobran protagonismo. El dinamismo que desprende, los cambios de ritmo y el espléndido estribillo lo convierten en un corte ideal para tararear una y otra vez. Aunque, si por estribillos fuera, la palma de esta segunda parte del trabajo se la lleva “All I Wanna Do”. Al principio parece ser un tema a medio tiempo de instrumentación sencilla, pero cuando llega el momento de los coros uno se sorprende al cantar al mismo tiempo que Beauvoir. Finalmente, y antes de la ya citada balada “All Or Nothing”, “Home Again” recupera el aire rockero y duro de CROWN OF THORNS, centrando el tema en los riffs de guitarra y en la fuerza del sonido, sin dejar una vez más a un lado, el cuidado a la hora de componer las líneas vocales.
Sinceramente, no creo que nadie, sea neófito en el grupo o alguien que esperara el lanzamiento de “Faith” desde hace tiempo se sienta defraudado por este disco. Cualquier seguidor del Hard Rock melódico, de la buena música en general, de los temas bien construidos, del buen gusto... sabrá apreciar uno de los discos del año. Desde luego de ahora en adelante no dejaré pasar la oportunidad de retomar mi conocimiento de CROWN OF THORNS. Grandes, muy grandes.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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