domingo, 19 de agosto de 2012

THE DEVIN TOWNSEND PROJECT - "Ki": Una especia aparte


Una vez más DEVIN TOWNSEND sigue reivindicándose como un compositor de conjunto, con ideas a cada cual más extravagante y no como un intérprete lujurioso y que demuestre lo mejor de sí mismo en las canciones cortas. Con una sentencia de este tipo, se puede resumir de una manera más o menos cercana lo que es “Ki”, primer lanzamiento bajo la rúbrica de DEVIN TOWNSEND PROJECT, en teoría, el nombre con el que, a partir de ahora, Devin, el científico loco, editará todos sus trabajos. Para muchos mente brillante, para otros un mero excéntrico que no sabe ni que suelo pisa, lo cierto es que hablar de este canadiense aislado en su mundo es hacerlo de un artista íntegro e inquieto, dos características que no abundan hoy en día. Y “Ki”, no hace más que confirmarlo, se comulgue o no plenamente con sus resultados.

Ningún disco de Townsend, ya sea con STRAPPING YOUNG LAD, ya sea con THE DEVIN TOWNSEND BAND, ya sea con su firma en solitario, es de fácil escucha. Empeñado en crear obras íntegras y conceptuales lírica y musicalmente, motivo por el cual su proyecto más directo, STRAPPING YOUNG LAD fue perdiendo interés por momentos, el mayor atractivo de este compositor, productor, intérprete y mente pensante en todos los sentidos eran sus proyectos más personales. En este sentido, “Ki” y DEVIN TOWNSEND PROJECT es la reivindicación de uno mismo, de su personalidad encontrada y bipolar que tiene fiel reflejo en sus notas y en sus composiciones. Partiendo de estas premisas, he necesitado media docena de escuchas para que el tridimensionalismo de “Ki”, tanto visual, como musicalmente hablando, empezara a ser asimilado por mis neuronas. A partir de ese momento, cada nueva escucha de “Ki” genera una nueva sensación, y aunque tiene un lastre difícil de superar en sus instantes finales, el resultado es muy notable y supone un paso más en la carrera del artista.

Partamos de la base de que “Ki” es un disco tranquilo. Disco para degustar paso a paso y que nuevamente, antes que individualidades compositivas se basa en desarrollos obsesivos y repetitivos que generan una suite en su conjunto y no una unión de movimientos. El disco es lo más parecido a un “Discipline” de KING CRIMSON en versión Pop / Blues / Rock / Swing que se puede encontrar hoy en día. Vueltas y más vueltas, espirales y mareas de sensaciones que se van intensificando progresivamente, y creedme que este es el término más adecuado. En algunos momentos el conjunto culmina en el Apocalipsis, el orgasmo más íntimo y salvaje, otras veces se pierde en el éter y en la vaguedad del ser. En cualquier caso el viaje es absolutamente genial, a veces enervante, otras veces disperso, pero siempre con la notabilidad de generar un regusto de adicción inexplicable en quien lo escucha. Y digo inexplicable, porque hay que estar muy atento a la escucha de “Ki” si no quieres que sin darte cuenta te plantes en su décimo tema y no hayas retenido nada.

El sonido setentero de guitarras, por momentos heredero totalmente de Hendrix y sus sucesores, la ambientación Pop, con mucha reminiscencia a RADIOHEAD, SIGUR ROS o similares, los momentos electrónicos, ambientales, más propios de la apacibilidad de la New Age y el Chill Out que de la excitación del Rock y el Metal… en definitiva, “Ki” es una amalgama de sensaciones que, en mi opinión culmina en un corte que es imprescindible, fundamental, totalmente adictivo y brillante: “Heaven Send”, casi nueve minutos de vueltas y más vueltas a lo mismo que estalla en momentos de exuberancia con voz femenina incluida, en distorsiones electrónicas, en solos blueseros… en definitiva, la culminación a un inicio de disco que poco a poco va creciendo, va metiéndose en nuestro interior a golpe de atmósfera y sonido astral y nos acaba por envolver. A partir de este momento, la intensidad se convierte en decreciente, en un cálculo perfecto de cómo está concebido el desarrollo de “Ki”. Los juegos instrumentales rítmicos de “Ain´t Never Gonna Win...”, el swing arcaico y visceral de “Trainfire”, casi un ejercicio de Rockabilly, y la dispersión final, que da comienzo con “Ki”, tan sensual como indeterminada.

Esta parte final es la que, en mi opinión, menos conseguida está, con influencia Beatleliana incluida. Después de ir creciendo poco a poco en grandeza y fuerza, y todavía ebrios por la borrachera hipnótica de “Heaven Send”, según pasan los minutos uno empieza a notar que Devin divaga y acaba en la intimidad de su ser, de manera impenetrable para los que no podemos estar en su cabeza. En cualquier caso, no cabe duda de que su función está cumplida: nuevamente DEVIN TOWNSEND ofrece en “Ki” salida a todas sus neuras y sensaciones, y hace partícipe al oyente de un viaje difícil, no siempre fructífero, pero ante el que es difícil sentirse indiferente.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

THE DIRTY DOZEN BRASS BAND - "What's Going On": Rabia y frustración ante la tragedia


En 2005 Nueva Orleans recogía los restos que el Huracán Katrina había dejado sostenerse. La región de EE.UU, entre críticas a la administración central por su mala gestión de la catástrofe y lloros por las pérdidas, sobre todo personales y también, y de qué manera, materiales, se esforzaba por volver a la normalidad, en medio de la desesperación y la vuelta del ser humano a sus más salvajes instintos de supervivencia. El mundo veía como un país al que se suponía lo suficientemente desarrollado para hacer frente a estas situaciones, por muy imprevisibles que fueran, precisaba la solidaridad y la ayuda del resto para tratar de salir lo más rápidamente posible del desastre y de la calma que sobreviene a la tempestad. En este contexto, muchos grupos, músicos y, en general artistas, la mayoría nativos de Nueva Orleans o simplemente compatriotas, se apresuraron a hacerse eco de la tragedia, aportando su propio punto de vista, ya fuera desde la esperanza, la crítica o la desolación. 

Como no podía ser de otra manera, THE DIRTY DOZEN BRASS BAND tenía que estar entre este grupo de artistas y lo hizo en 2006 desde un punto de vista original y muy acertado: reinterpretando al completo el disco “What’s Going On” de MARVIN GAYE, en versión Mardi Grass a la Nueva Orleans, con una elocuente portada que hace referencia a la tragedia y utilizando las frases de GAYE de manera muy acorde a la tragedia que acababa de suceder: de las masacres de Vietnam a las de Nueva Orleans, pasando 35 años entre medias. No eran los primeros, de hecho yo mismo hace poco comenté otra reinterpretación de esta obra de MARVIN GAYE en versión Smooth Jazz de la mano de EVERETTE HARP, pero la forma en que THE DIRTY DOZEN BRASS BAND usaron la temática del trabajo y sus arreglos metálicos al más puro estilo Nueva Orleans de principios del siglo pasado, mezclados con algunas dosis de Hip-Hop y reminiscencias urbanas, le dan una personalidad propia al resultado final. A lo cual hay que añadir jugosas colaboraciones que redondean la sonoridad y expanden los géneros, como CHUCK D, IVAN NEVILLE, BETTYE LaVETTE, G.LOVE o el gran GURU.

THE DIRTY DOZEN BRASS BAND debieron de pensar que “What’s Going On” tenía la suficiente oscuridad y rabia contenida contra los acontecimientos y las acciones gubernamentales, como para darle un lavado de cara, por lo que se limitaron a reconstruir los temas y adaptarlos a la fanfarria de los metales y la crudeza de los ritmos de pasacalles. Los “invitados” aportan sus voces en los temas más conocidos, como el propio “What’s Going On” con CHUCK D en clave de Rap, “What’s Happening Brother” con una BETTYE con la profundidad del Soul y el sentimiento y la rabia Funk, el Gospel de “God Is Love” fruto de la aportación de IVAN NEVILLE, un contenido y algo falto de fuerza G.LOVE (con total conocimiento y premeditación consecuencia del arreglo usado para la ocasión al enfrentarlo a una sección de vientos potente y colorista) en “Mercy, Mercy Me (The Ecology)” y el siempre certero GURU en el cierre del excelso “Inner City Blues”. Junto a ellos, los temas instrumentales y los arreglos hacen que THE DIRTY DOZEN BRASS BAND suenen, más que nunca, funerarios y frustrantes. No tratan de resaltar la fuerza de los temas, más bien al contrario, buscan la reflexión y la introspección, reviven como nunca el auténtico sentimiento con el que MARVIN GAYE compuso “What’s Going On”. 

Como homenaje a su fuente de inspiración y a su propia tierra, THE DIRTY DOZEN BRASS BAND no han podido elegir mejor manera. Un disco de temas propios no habría aportado nada, otros muchos coetáneos lo estaban haciendo y con el paso del tiempo no sería comprendido. Sin embargo, usar una obra conceptual, en un contexto distinto para el que se concibió, pero con la misma moraleja, acompañándolo para la ocasión de una imagen (que vale más que mil palabras: la portada del trabajo), me parece un tributo “original”, por muy paradójico que pueda sonar. “What’s Going On” es algo más que una versión de un clásico: es rabia, frustración y desesperanza, pero al mismo tiempo fuerza y valentía para lo que llega. THE DIRTY DOZEN BRASS BAND lo captaron a la perfección y no podían haber hecho mejor homenaje a Nueva Orleans que este disco, que está entre lo mejor de su larga carrera.

sábado, 18 de agosto de 2012

CHIMAIRA - "The Infection": Pero, ¿qué mierda es esta?


¿Pero qué mierda es esta? Empezar así una crítica no es muy constructivo, lo sé. Pero ni por asomo me esperaba encontrarme “esto” al escuchar “The Infection”, el nuevo disco de CHIMAIRA. Nunca fui fan del grupo, me parecían un culo de mal asiento que se movían según lo hacía su alrededor, pero no voy a perder los anillos por decir que “Resurrection” me parecía un discazo, con algún momento de bajón, pero en general una patada impresionante que me hizo considerarles un grupo a tener más en cuenta. Bien es cierto que pisaban sobre seguro: era el momento en el que el mal llamado Metalcore se estaba Thrasherizando más y no perdieron la oportunidad de dar más cera que nunca. Pero sólo por temazos como la propia “Resurrection” ya merecía la pena.

El problema es pensar que “The Infection” va a ir por la misma senda. Antes decía que su anterior disco tenía algún momento de bajón: y eran los temas lentos. Esos temas que tampoco soporto en FEAR FACTORY y con los que suelen cerrar sus conciertos para mayor aborrecimiento, que me parecen excesivamente forzados y que, sobre todo en un disco tan cañero como era “Resurrection”, parecían entrar con calzador, como para justificar que CHIMAIRA en sus filas tienen a un teclista, o que al menos mete de vez en cuando algún efecto por ahí perdido. Pues bien, “The Infection” es eso: un disco de temas lentos. Todo es medio tiempo, densidad y ralentización... los temas se suceden, la estructura es prácticamente la misma y la melodía pasa a un primer plano en detrimento del dinamismo.

El resultado es un “coñazo”, y vuelvo a ser tan constructivo como en la primera frase. La excesiva duración del trabajo, y a pesar del sonido muralla marca de la factoría Ted Jensen, uno acaba no viendo el final de “The Infection”. Ya “The Venon Inside” pone sobre aviso: un tema así para abrir el disco... qué tufo más malo. Pero al final es hasta el más agresivo (el motivo de mi 3, junto a “On Broken Glass”, algo más movido), porque cosas como “Secrets Of The Dead”, “Impending Doom” (interminable inicio de ambientación oscuro para un tema excesivamente “conocido” en sus melodías) o el final somnoliento de “The Heart Of It All” son despropósito tras despropósito. Excesivo inmovilismo rítmico, guitarras que, si no fuera por las melodías, se limitan a escupir riffs más simples que el mecanismo de un chupete, demasiado colchón atmosférico y experimentos de voces que tratan de cubrir las carencias de Mark Hunter en un entorno tan pasivo y fracasan.

Para acabar, otro detalle constructivo: “The Infection” es un disco que te va a ser útil para que tu cerveza, refresco, vaso de agua o leche calentita no te deje marca en la mesa del salón. Para escucharlo, sólo te servirá para dormirte y desear no haberlo comprado nunca. CHIMAIRA tiene que aprender a centrarse de una vez, no hacen más que catar todos los caldos, y al final el de cocido es el que siempre triunfa, para qué negarlo.

(Crítica publicada también en: http://www.xtreemmusic.com)

DISILLUSION - "Gloria": La desilusión del año


¿Puede cambiar una banda tanto de un lanzamiento a otro en poco más de dos años? ¿Cuál puede ser la razón de ello? ¿Jugar al despiste? ¿Nuevas inquietudes?... todas estas preguntas rondan mi cabeza desde que hace algo más de dos semanas pude escuchar por primera vez el segundo trabajo de los germanos DISILLUSION después de aquel magnífico disco de Death Progresivo que tan buenas maneras apuntaba, que fue "Back To Times Of Splendor". Muchas expectativas tenía puestas en este trabajo, y cual fue mi sorpresa cuando lo escuché. Ni los más mínimos restos de lo que fue aquel disco, y ni rastro del sonido que desplegó DISILLUSION. Toda una decepción para mí, y por lo que he podido escuchar en boca de algunos que en su momento alabaron el debut de los germanos, no soy el único que piensa así.

Es cierto que aquella primera escucha que le di a "Gloria" fue muy por encima, pero la sorpresa fue tan mayúscula que no tardé en volver a escucharlo para saber si todo fue fruto de un mal día. Nada, ni rastro de lo que me esperaba encontrar. Dos semanas después de todo lo que he narrado hasta ahora, y tras más de una decena de escuchas tengo impresiones encontradas. "Gloria" es un disco que odias o amas, no hay término medio. Partiendo de la base de que DISILLUSION ahora es otra banda, y centrándome sólo en este trabajo, he de reconocer que si te gustan los sonidos gótico-industriales, voces ultraprocesadas de manera continua, y grupos como NIN, RAMMSTEIN o FIELDS OF NEPHILIM, todo ello encajado en tesituras casi progresivas, el nuevo disco de DISILLUSION te gustará, y analizado desde este nuevo estilo puede ser hasta notable, pero el pasado de la banda me pesa demasiado, y sigo sin explicarme lo que ha podido pasar por la mente de Vurtox y compañía a la hora de hacer "Gloria".

Me podría tirar páginas y páginas hablando de este disco, dando argumentos de por qué pienso que DISILLUSION ha tomado un camino equivocado, tratando de descubrir las motivaciones que pueden llevar a una banda que no es precisamente nueva en esto, ya que llevan más de diez años de existencia, a hacer un disco que es difícil de calificar, y ciertamente bastante original, pero que genera una "desilusión", si se me permite el juego de palabras, enorme. Nunca antes había escuchado un cambio tan radical en un grupo. Siempre hay discos de transición que preparan el terreno cuando una banda empieza a experimentar nuevos sonidos, pero lo de DISILLUSION me ha pillado tan de sorpresa, que no puedo ser objetivo y alabar un disco que no hay por donde cogerlo, que se mueve por terrenos resbaladizos, que acaba saturando por no llegar a ningún sitio, y que supone uno de los mayores fiascos que he tenido en mi historia de fan de esta música desde hace bastante tiempo.

Aún así trataré de dar una impresión detallada de lo que contiene este trabajo, tratando de dejar a un lado el pasado de DISILLUSION, incluso obviando los malos augurios que ya genera su portada cuando la ves por primera vez. Empezando por el sonido global de "Gloria", la producción es uno de los mejores puntos del trabajo. Tantos elementos, en muchos casos arriesgados e inconexos, corren peligro de convertirse en un caos si no se cuenta con una buena labor de mezclas, que afortunadamente los germanos han tenido. Las guitarras suenan potentes en los pocos pasajes extremos que quedan, la batería lo llena todo con ritmos demasiado matemáticos por momentos, a pesar incluso de la inclusión de una caja de ritmos constante en algunos temas, que pretende dar un aire más industrial a los temas. La parte experimental viene de la mano de unos efectos bastante curiosos en las guitarras, que se distorsionan de manera inesperada entrecortándose una y otra vez, y en las voces, quizás lo que más me ha costado asimilar de este disco, pues Vurtox ha dejado las voces rasgadas a un lado, en favor de una voz profunda y Gótica, y distorsiones y efectos técnicos añadidos de manera continua en muchos temas a su voz, lo que acaba por enervarme por momentos. ¿Por qué demonios lo hace si tenía una voz tremenda en "Back To Times Of Splendor"?.

El otro problema que le veo a "Gloria" viene de la mano de la composición y estructura de los temas. La progresividad  de la que el grupo hacía gala en "Back To Times Of Splendor" con largos temas, que aún así lograban hacer adictivos y llenos de matices por descubrir en cada nueva escucha, prácticamente ha desaparecido, en favor de un caos de ideas que acaba por diluir el disco en sucesivas reproducciones. Los temas, no sé si buscando una pretendida innovación, carecen de una estructura clara y, salvo excepciones, acaban pareciendo un corta y pega difícil de escuchar, y lo que es peor, de que deje poso al acabar el disco. Dejando a un lado el cambio de estilo, que ya he dicho, trato de no tener en cuenta, y aunque te guste el nuevo camino estilístico del grupo, será difícil que consigas recordar algo de "Gloria". Todo suena tan falto de cohesión, que esto parece más un disco de rarezas que otra cosa.

Centrándome más en las composiciones de "Gloria", es difícil destacar algún momento, pues el disco se mueve en constante vaivén entre elementos tan opuestos entre sí, que no sabes si estás ante un mismo grupo o varios. Aún así se puede salvar alguna cosa. Así por ejemplo el inicio de "The Black Sea" me parece brillante, un comienzo orquestal, que aumenta progresivamente la tensión hasta que estalla con la batería a la velocidad de la luz y unos riffs muy pesados. Sin embargo el tema se ve estropeado en cuanto Vurtox empieza a cantar con una voz totalmente procesada, momento en el que la música cambia y se convierte en una especie de RAMMSTEIN con retazos progresivos. El aspecto más Gótico de "Gloria" aparece por primera vez en "Dread It", donde la voz se transforma y parece que estuviéramos ante un grupo finlandés. Esto a priori no es malo, porque el tema está bastante bien, sino fuera porque acaba haciéndose un poco pesado porque la estructura es penosa. Nuevamente si obviamos la voz casi hablada y procesada de Vurtox, "Avalanche" es un tema notable, las guitarras hacen unos punteos juguetones que enganchan y el tema se ve rodeado de un aire orquestal bastante bueno, pero son dos ideas que se repiten hasta la saciedad a lo largo de la duración del corte, y acaba por perder frescura.

Del resto, poco más se consigue salvar, porque poco a poco nuestro cerebro empieza a estar cansado de escuchar tal desorden de ideas y la escucha del resto del disco se hace bastante ardua. Incluso empiezan a usar sonidos casi discotequeros (que se repetirán en otros temas hasta el fin del trabajo) en "Gloria", un tema que inicialmente podría pasar por una composición poco inspirada de THERION, pero que nuevamente las voces procesadas echan a perder. De esta segunda parte, y yo creo que de todo el disco, lo mejor es "The Hole We Are In", un tema que mantiene el caos de otros cortes, pero esta vez tiene un aire más extremo y a la vez progresivo, aunque insista en mantener el aire gótico en la voz de Vurtox, que dicho sea de pase mete las únicas voces guturales de todo el trabajo en este corte. De lo que queda, "Save The Past" parece que mantiene el aire progresivo de "The Hole We Are In", pero acaba haciéndose muy repetitivo, "Lava" utiliza una distorsión en la guitarra que hace aún más industrial la música de DISILLUSION, aunque poco más tiene que resaltar este tema instrumental, "Too Many Broken Cease Fires" tiene alguna parte de guitarra bastante buena, y sobre todo los arreglos orquestales son notables y finalmente "Untiefen", con el cual el sopor en el que se cae es absoluto.

El que DISILLUSION haya decidido dar un cambio tan radical en su propuesta no es algo que sea malo, pero por lo menos podrían haberse parado a ordenar sus ideas antes de escupirlas en un nuevo trabajo, que hará que sus fans previos pierdan la esperanza en ellos, y no creo que consiga nuevos seguidores, porque todo está cogido con alfileres, no profundizan en nada, y acaban por enervar debido a la falta de cohesión del disco. Partiendo de la base de que el nuevo camino estilístico que han tomado no me disgusta pero tampoco me entusiasma, "Gloria" se convierte en un fracaso global, que precisa de una maduración más detenida. No sé qué ocurrirá en el grupo de ahora en adelante, pero deberían pararse a pensar un poco en qué línea quieren seguir y la mejor forma de llevarla a cabo. Si no es así, probablemente la historia de la música haya perdido una gran banda.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

ROSARIO GIULIANI - "Lennie's Pennies": Futuro y tradición hermanados


Siendo uno de los saxofonistas europeos con mayor proyección en cuanto a futuro, confirmándolo mediante su triunfo en múltiples concursos y festivales, fue Francis Dreyfus el que se terminó de fijar en el talento del italiano ROSARIO GIULIANI y le abrió las puertas de su sello Dreyfus Jazz, en el que ya atesora cinco discos incluyendo este “Lennie’s Pennies”, su última obra en el sello hasta la fecha. El timbre de ROSARIO no puede ser más clásico y al mismo tiempo más personal en su desarrollo, por lo que casaba a la perfección en la “línea editorial” del sello francés que siempre busca la renovación de la tradición a través de viejas glorias o nuevos talentos europeos (y en algunos casos del otro lado del Atlántico también). Así pues, parte de JACKIE McLEAN, al que ROSARIO le debe un mundo, añade algo de la elegancia de PAUL DESMOND y otro poco del sonido avanzado armónicamente de LEE KONITZ o WANE MARSH y tendrás una idea de lo que es ROSARIO GIULIANI. A lo anterior se puede añadir un toque más Post-Bop herencia de KENNY GARRETT y una sonoridad algo más “moderna” en cuanto al tratamiento rítmico de las composiciones y pocos detalles te faltarán para saber “a qué suena” este músico italiano.

Con “Lennie’s Pennies”, ROSARIO rinde tributo a dos de sus maestros y fuentes de inspiración, dejándolo claro en el título del disco, que además sirve como pieza de apertura del trabajo: a través de LENNIE TRISTANO, compositor del tema, GIULIANI frasea como lo hicieran KONITZ o MARSH: rápidas progresiones armónicas que dejan exhausto a cualquiera y con una gran libertad para la improvisación, sin dejarse a un lado el toque más Hard Bop herencia de McLEAN cuando las revoluciones se relajan un poco. El resto del trabajo es algo más ecléctico, tanto en los temas originales, como en las versiones. Así “Love Letters” y “How Deep Is The Ocean?”, ROSARIO pone la nota de elegancia, acompañado de una sólida sección rítmica junto a PIERRE DE BETHMANN, que alterna el piano acústico y el Fender Rhodes con gusto y sapiencia y dos pesos pesados como DARRYL HALL en el contrabajo y JOE LaBARBERA en la batería, incrementando esa sensación de sofisticación en los cortes más emotivos y abiertos a los sentimientos. También en esta línea, siendo un ejemplo de la labor de PIERRE con el Fender, “Picchi” el primero de los originales de GIULIANI incluido en el disco, mantiene la llama de la parte más tranquila y envolvente.

Pero ROSARIO GIULIANI no es sólo un saxofonista para el medio tiempo o la balada. La fuerza y progresión avanzada del tema de partida, se ve continuada en otro de los originales del italiano, “Over Lines”, otro corte para los juegos armónicos y el lucimiento improvisatorio, con una producción algo más actual que incluye un pedal de distorisión en el saxo de GIULIANI que lejos de restar credibilidad a su interpretación, añade variedad. Previamente, la versión del “74 Miles Away” de JOE ZAWINUL ya había puesto la atención en la cara más pirotécnica del saxofonista y posteriormente “Un Des Sens”, tema original de PIERRE DE BETHMANN, desde una óptica muy Post-Bop, con buenas líneas melódicas dobladas entre PIERRE y ROSARIO y otro original del saxofonista, “Goldfish” (este último con cierto aire mediterráneo en su tratamiento rítmico), confirman la capacidad improvisatoria de GIULIANI. En cuanto a los temas restantes, “Dear Father”, con dedicatoria clara por parte del músico italiano y sobre todo la versión del tema de JIMMY ROWLES “The Peacocks”, vuelven a traer la sofisticación a la forma de soplar de GIULIANI. Finalmente el programa se cierra con “Patience”, otro tema firmado por el pianista PIERRE, con éste detrás del Fender moviéndose en texturas pausadas y envolventes, ideales para que GIULIANI nos deje con un regusto apacible y satisfecho.

Sin buscar grandes novedades ni en composición ni en interpretación, ROSARIO GIULIANI hace honor a la atención puesta sobre él. Incrementando la lista de músicos europeos que recuperan la tradición americana y la adaptan al gusto clasicista del viejo continente, “Lennie’s Pennies” es un disco sin pretensiones: simplemente un puñado de buenos temas, una interpretación solvente y una sesión inspirada por parte de los compañeros en el viaje. Nada nuevo bajo el sol, pero tampoco nada malo.

AVISHAI COHEN - "Seven Seas": Una nueva meta volante hacia su identidad propia


Desde que AVISHAI COHEN abandonara su rol de acompañante a pianistas con ciertas similitudes (CHICK COREA y su banda ORIGIN y DANILO PÉREZ por poner un par de ejemplos), su lenguaje propio ha abarcado lo aprendido y sus raíces culturales judío-españolas, para crear discos de texturas muy variadas que eran confeccionados como viajes a la tradición y a otros paisajes con cierto toque exótico. El resultado fue al principio un poco insustancial, hasta que con “Aurora” consiguió encontrar la horma de su zapato a medio camino entre el Jazz, el Flamenco, la tradición Judía y de Oriente Medio y los aires latinos. Acompañado de una notable producción marca de la casa EMI, el contrabajista, compositor y “otras cosas”, se hizo un hueco entre los habituales de nuestro país, gozando de cierta popularidad y acaparando atención en los festivales de Jazz e incluso en radios ajenas a este tipo de sonidos. La continuación de ese “Aurora” no tardaría en llegar, de la mano de otro disco de similares características aunque menos profundo en su contenido, “Seven Seas”, incidiendo en la fórmula de trío de base e invitados que pongan la nota de color, e insistiendo también en su faceta vocal.

Si ponemos sobre la mesa “Aurora” y “Seven Seas”, la profundidad y densidad de aquél se ve mutada en una mayor paleta de colores y variedad de sonidos en éste. COHEN utiliza menos el arco y se centra más en el mero acompañamiento, dejando a SHAI MAESTRO que lleve el papel protagonista con ese toque latino-jazzista que posee en su piano en la mayoría de los temas y compartiendo su voz con la de invitados como KAREN MALKA o JENNY NILSSON, este último haciendo una gran interpretación en “About A Tree”, uno de los cortes más llamativos de todo el trabajo. La parte percusiva recae en un ITAMAR DOARI que aporta la nota oriental al trabajo y en cuanto al resto de invitados, destaca AMOS HOFFMAN que aporta guitarras y un laúd, especialmente coloristas en “Halah”, otra de las composiciones más completas gracias a la gran labor de arreglos de la sección de viento que es usada como colchón armónico y los intercambios de voces entre COHEN y MALKA, y el saxofonista JIMMY GREENE, especialmente inspirado con el soprano en “Hayo Hayta”, el corte más clasicista de todo el trabajo, uniendo a las pasiones de COHEN, otra más, su formación clásica. Añadiendo a todo lo anterior el acompañamiento de una sección de vientos en ciertos temas, aportando cierto toque aún más oriental unas veces y flamenco otras, obtenemos una idea de lo que es “Seven Seas”.

El único “pero” es que a veces el resultado es demasiado “benevolente”. La menor densidad y enjundia emocional de “Seven Seas”, comparado con “Aurora”, lo convierten en un disco más accesible, que no pasajero, pero al mismo tiempo, el disco suena más homogéneo, que no falto de variedad. Esto genera que, globalmente uno tenga una mejor sensación de conjunto de “Seven Seas”, pero individualmente, no haya puntos culminantes que resalten por méritos propios más allá de la belleza de ciertos arreglos o la mayor o menor inspiración en la parte solista de las composiciones. A lo anterior habría que añadir el punto flaco de “Seven Seas”, el corte que más vale que no hubiesen incluido: “Tres Hermanicas Eran”, cantado en un terrible castellano por COHEN. No obstante, si nos quedamos con lo bueno de este disco, tenemos un digno sucesor de “Aurora” y otra prueba más de que el bajista está en su mejor momento creativo. Cabe preguntarse cuánto le durará el éxito de la fórmula, pues tampoco hace nada nuevo, pero mientras tanto y manteniendo el “feeling” de sus acompañantes, COHEN ha encontrado el mejor vehículo para expresar sus muchas inquietudes culturales y el crisol de tradiciones que corre por sus venas, sin dejar a un lado el bagaje adquirido en sus muchos años como acompañante. 

Para algunos “Seven Seas” es lo mejor de AVISHAI COHEN. Yo no diría tanto, es simplemente una de las mejores maneras de exponer hasta dónde es capaz de llegar el músico hoy por hoy. COHEN está en pleno crecimiento y “Seven Seas” supone una meta volante en la carrera. Limando detalles y profundizando en su faceta compositiva, puede que AVISHAI COHEN todavía dé muchas alegrías. Hasta entonces “Seven Seas” es un trabajo notable que no pasa desapercibido.

viernes, 17 de agosto de 2012

BÖWLRIDER - "Big Röck Möuntain Highs": Rocosos como montañas


Con un par de años de retraso llega a nuestras manos el debut de BÖWLRIDER y desde que tuve el disco supuse que estos chicos eran amantes de MOTÖRHEAD, y no sólo por la diéresis que ponen en todas las “o”. Las fotos, los nombres de los temas... todo hacía apuntar a que este grupo inglés tenía en el Rock sucio y garajero un referente y, por extensión, en Lemmy a un dios particular. Efectivamente “Big Röck Möuntain Highs” es eso, pero pasado por un lavado de cara que bebe del Stoner y del Rock sucio europeo de los noventa.

Amantes de FIVE HORSE JOHNSON, FU MANCHU, MUDHONEY, TURBONEGRO, HELLACOPTERS... aquí tenéis más material sucio y pegadizo para pegar saltos en el salón. Rock, Rock y más Rock, con aires chulescos Sleazy, con suciedad garajera, con la voz heredera de Lemmy, con riffs Stoner... todo lo que se deriva del Rock en su más vasta denominación. En total, casi una hora de diversión, de producción de club de carretera, de estribillos tarareables, de guitarras contundentes y sureñas, de ritmos adictivos, de líneas de bajo que sirven para algo más que para acompañar y la voz rota por litros y litros de cazalla. ¿Se necesita algo más? Sinceramente, todo el pescado esta vendido desde que los acordes de “Duck Dive” suenan, o desde que el estribillo adictivo y pegajoso de “Double Zero” resuena en nuestros cerebros, o desde que la locura de “Upland” comienza su andadura... una docena de temas (y otro tema más escondido tras cuatro minutos de silencio), incluyendo una versión de MUDHONEY, “In ´N´ Out Of Grace”, convierten a “Big Röck Möuntain Highs” en un disco dirigido a un público muy determinado, pero que derrocha energía y vitalidad por todos sus surcos (si el CD los tuviera... ¡Lo mucho que ganaría este disco si lo escuchara a través de las vibraciones de una aguja al pasar por el vinilo!).

Alejaos los que busquéis un sonido pulcro y adaptado a nuestros tiempos. Nada de eso hay en “Big Röck Möuntain Highs”. Simplemente un sonido rocoso, tormentoso, sucio y podrido en las guitarras, una voz cavernosa y conseguida tras mucho esfuerzo nadando en litros de alcohol, unos ritmos que contagian energía al más pausado (si conmigo lo consiguen, que harán con los más irritables...), una efusividad realmente regeneradora... Los setenta, reconvertidos en los noventa y lanzados en el siguiente siglo, treinta años de historia musical en poco menos de una hora de música. Y es que la trayectoria de BÖWLRIDER, aunque “Big Röck Möuntain Highs” es su primer lanzamiento en larga duración, se remonta a los setenta, aunque poco o nada queda de aquella formación. Entre medias han vivido la muerte, el renacimiento y el establecimiento del Rock en todas sus vertientes. Y han sobrevivido. Un bagaje que ya quisieran otras bandas, aunque no hayan registrado nada a lo largo de todo este tiempo. Mejor para ellos, porque al igual que si de una esponja se tratase, han absorbido todo lo que ha dado de sí el origen de nuestros desvelos, alegrías, tormentos y sentimientos.

¿Lo mejor? Además de que cada tema es un himno, además de que el sonido es lo más parecido a un concierto, además de que las guitarras suenan a azufre corrosivo, además de que todo desprende humo y olor a alcohol... además de todos estos tópicos, por una vez y sin que sirva de precedente definidores de un estilo, además de todo ello, BÖWLRIDER están tocados por la varita mágica del saber hacer buenas “canciones”. Y entrecomillo esta palabra porque escribir una canción no es sólo tocar dos o tres acordes y dejar de grabar cuando acaban, hay que saber con esos acordes, en tres o cuatro minutos enganchar al personal, y BÖWLRIDER lo consiguen. Consiguen hacernos vibrar, consiguen transmitirnos fuerza, energía, consiguen que tengamos ganas de saltar. Si no fuera porque esto es un medio serio, empezaría a soltar exabruptos de emoción... de verdad, esto es energía y no las barritas que toman los deportistas. No les pongo un diez porque tampoco es que me hayan descubierto nada que no supiera, pero lo que hacen lo hacen de maravilla.

Nada más que decir, si eres amante del Rock más tradicional, pasado por la batidora de sonidos de los noventa que hicieron resurgir este género, y el aroma añejo de los MOTÖRHEAD más inspirados, “Big Röck Möuntain Highs” es tu disco. Para disfrutar de él sólo necesitas una cuerda, un piolet y un par de crampones para escalar la superficie “rockosa” de la montaña que nos propone BÖWLRIDER. Nada nuevo bajo el sol pero, ¿quién lo necesita cuando mis vecinos están a punto de venir por los golpes de mis pies contra el suelo?

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

MATT MARSHAK - "Urban Folktales": Variedad y buen hacer sin salirse del tiesto


El Smooth Jazz siempre ha gozado de buena salud, incluso aunque no sea un género de éxito tan masivo como podía esperarse cuando empezó a surgir en la segunda mitad de los ochenta. Para los aficionados al Jazz, nunca lo fue, siempre se veía a este género Crossover como una derivación del Pop hacia el Jazz y no al revés. El hecho de que, salvo alguno de sus pioneros, la mayoría de los músicos que conforman el estilo no se salga del mismo, puede que lo confirme, pero no deja de ser una evolución natural, puesto que el Jazz siempre ha sido punto de encuentro de otras muchas músicas y también ha sufrido las mismas reacciones por parte de los puristas, esos que después alaban “Bitches Brew” cuando en su momento fue el “inicio del fin”, o los que consideran “Tutu” un trabajo avanzado a su tiempo, siendo acuchillado sin piedad cuando se supo que MILES había “abusado” de técnicas de post-producción. Dejando a un lado debates al respecto, entre los muchos músicos presentes en el género durante la última década, con predominio para los guitarristas, MATT MARSHAK es uno de los más interesantes junto a PAUL BROWN.

Partiendo del R&B y del Neo-Soul, fruto de colaboraciones y de moverse en el entorno de JILL SCOTT o ANTHONY HAMILTON y de tener entre sus gustos a SADE, MAXWELL o el gran TEDDY PENDERGRASS (a quien por cierto, dedica el primer corte del trabajo, “Teddy P”), MATT MARSHAK lleva a cabo un disco muy completo con “Urban Folktales”, aunque no pueda decirse precisamente que el sonido buscado en este plástico sea muy “urbano” como podría pensarse por su título. Más bien al contrario, MATT utiliza una guitarra muy “vocal”, muy dulcificada en su tono y en sus efectos, salvo excepciones algo más orgánicas como el toque Blues de “Piece By Peace” utilizando hasta efectos Slide o la Funky “Glen Burnie” donde comparte protagonismo con los metales y utiliza un pedal wah-wah muy acorde con el ritmo del tema. En el resto del disco MATT usa sus influencias a lo GEORGE BENSON, LARRY CARLTON y LEE RITENOUR (es decir, las influencias básicas de todo guitarrista Smooth que se precie) y las combina con distintos ritmos y estructuras, dando como resultado un disco de escucha agradable, sin muchas pretensiones, pero también variado y entretenido.

El toque Soul clásico de “Teddy P” es el punto de partida, y sin abandonar esa textura vintage se irá repitiendo la misma atmósfera, incluso haciendo uso de un Vocoder en “Next To You”, uno de los cortes más llamativos y que más repetirá su escucha en sucesivas ocasiones. Menos clásica pero sin abandonar el Soul, en este caso añadiendo el prefijo Neo con anterioridad, “Tell Me How Your Feel” es tan radiofónica como pegadiza, gracias a los teclados y a la tonalidad totalmente Smooth de MATT. También hay hueco para scratchs y ritmos Hip-Hop en “For So Long”, tema de aires muy LEE RITENOUR en la ejecución de MATT, al igual que en “Harlem River Drive”, usando acústicas y eléctricas en medio de un ritmo muy adictivo impulsado por una línea de bajo pegadiza a más no poder. Y por poner un ejemplo de MATT usando la acústica, dentro de esta tónica mezcla entre Soul, Funk y Hip-Hop tenemos “Time For Takeoff”, que combina elementos de todos estos géneros con el sonido más cálido de la guitarra acústica, sin llegar al sonido edulcorado de PETER WHITE y con buenos compañeros de viaje en el apartado solista.

Dentro de la media del género, “Urban Folktales” es un buen trabajo. Puede que se haga un poco largo, pero está muy aprovechado, manteniendo una coherencia entre los temas, pero siendo al mismo tiempo variado y ecléctico. En cualquier caso, MATT MARSHAK se confirma en este, su quinto trabajo, como un músico muy interesante, que no convencerá a los clásicos de las benevolencias del Smooth ni a los más introducidos en el género les descubrirá nada nuevo, pero que muestra buenas tablas y mucha elegancia en lo que hace.

jueves, 16 de agosto de 2012

CHAD SMITH'S BOMBASTIC MEATBATS - "Meet The Meatbats": Hay vida más allá de los RED HOT


Si se tuviera que destacar a alguien en RED HOT CHILI PEPPERS, te guste o no la música del grupo, ese sería Chad Smith. El batería ha demostrado ser  un músico inquieto que aprovecha las rentas de la banda multiventas para hacer lo que le da la gana, con gusto y sin compromisos, y eso se nota en los resultados. Si ya lo ha demostrado bajo el auspicio de “la voz”, Glenn Hughes, llevando el puntito Funk del cantante un poco más lejos, y de cuyas giras, por cierto, ha nacido este proyecto del que ahora hablaré, le tocaba el turno a un grupo arriesgado, por lo menos visto desde la óptica de su seguidor medio: CHAD SMITH´S BOMBASTIC MEATBATS, el objetivo de sus nuevas inquietudes. Y bajo tan bombástico y rimbombante nombre, se esconde un grupo instrumental que mezcla Funk, Acid Jazz, Motown y Rock, dando como resultado una hora de música muy estimulante, donde el Fender Rhodes, el bajo fretless y el Hammond adquieren compartido, con unas guitarras muy progresivas y virtuosas y un Chad Smith desatado, pero sin ser vehículo de lucimientos baratos.

A medio camino entre RETURN TO FOREVER (los teclados son herederos de Chick Corea), WHEATER REPORT (de hecho en una improvisación del tema en directo que incluyen al final como bonus, “Status Spectrum”, se deja entrever una melodía muy clara del “Birdland” del “Heavy Weather” de la mítica banda de Fusión), MASSACRE (refiriéndome al grupo de Bill Laswell y Fred Frith, nada que ver con el combo de Death Metal), JAMIROQUAI y JAMES TAYLOR (por poner el punto Acid Jazz de los noventa), SLY AND THE FAMILY STONE (quizás una de las fuentes principales que aquí se pueden escuchar) y algo de la Motown de los setenta (Marvin Gaye, Stevie Wonder...), lo cierto es que Chad Smith y los suyos encuentran la horma de su zapato, tanto en las improvisaciones, como en las sencillas y pegadizas estructuras, cuidando detalles e instrumentaciones al máximo y envueltos en una producción puramente setentera: orgánica, natural y honesta a más no poder.

Temas de puro Acid Jazz como “The Battle For Venture Bulevard” o “Death Match”, cargadas de guitarras Funk, efectos Wah-Wah y síncopas, unidos a otros que rezuman Soul, como “Tops Off”, toda una gozada de fusión a lo Lee Ritenour y Jon Scofield (guitarrista que vendrá a la mente en más de una ocasión), se combinan con cosas más experimentales y menos inmediatas, con más protagonismo de las guitarras como “Night Sweats” o la semiacústica “Lola”, toda una gozada de fusión ochentera donde Chad adopta ritmos tribales muy acordes con la ambientación del corte. El resultado es un disco de texturas, muy variado, cargado de musicalidad y de virtuosismo, al mismo tiempo que de sonido de conjunto. Si no fuera por la imagen “casual”, portada humorística incluida, con intención de ser un proyecto puntual para divertimiento de sus miembros, diría que este grupo es lo más interesante que ha salido del cerebro de Chad Smith.

Sólo cabe preguntarse una cosa: ¿Es “Meet The Meatbats” un disco para aficionados al Rock, aunque sea sólo tangencialmente? En mi humilde opinión, el disco da suficiente peso a las guitarras como para que guste a los aficionados al Rock de libro, pero es sólo un elemento más. CHAD SMITH´S BOMBASTIC MEATBATS es un disco de Fusión, que serán los que más disfruten de su resultado. Salvo que te guste mínimamente el Jazz y el Funk, muchos desarrollos instrumentales te superarán y guiños al pasado del R&B como “Bread Balls”, te resultarán excesivos. Si aunque no te gusten tales géneros, eres amante de la buena música en general, este disco te gustará, a poco que tengas sangre en las venas. Todos y cada uno de sus miembros, con especial protagonismo de Ed Roth en los teclados y Jeff Kollman en las guitarras, aportan su sapiencia y sentimiento, para que al final, la improvisación y la honestidad sean las notas dominantes en un disco salido del disfrute de los músicos, para el disfrute de los oyentes, sin más pretensiones.

Una vez más Chad Smith demuestra que su inquietud musical le da sus frutos creativamente hablando, en cualquier género musical que se le ponga por delante. Nunca me agradaron en exceso RED HOT CHILI PEPPERS (salvo su “Californication”, que por motivos que no vienen al caso, es un disco al que siempre le tuve cariño), pero si gracias a ellos podemos disfrutar de cosas como estas, ojalá que sigan ganando mucho dinero en royalties para que Chad siga invirtiendo en proyectos como sus BOMBASTIC MEATBATS.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

WHITNEY HOUSTON - "Whitney": El brillo de una diva de nacimiento


El término “diva” ha sido utilizado muchas veces en el mundo de la música en el último medio siglo. Esa combinación de elegancia, atracción, poderío, personalidad y un fuerte márketing detrás, ha creado auténticos fenómenos, pero también ha dado al traste con la vida de muchas personas que no terminaron de encajar los vaivenes de la industria o descuidaron su vida personal más de lo que debieran. Entre todas las “divas”, quizás una de las más paradigmáticas fuera WHITNEY HOUSTON. Desde que un siempre ojo avizor BILL LASWELL la contratara como invitada en un disco de MATERIAL y hasta que el todopoderoso CLIVE DAVIS de Arista la contratara como estrella de su sello, la todavía adolescente WHITNEY HOUSTON no sabía lo que le esperaba. Amante del Gospel y de la tradición afroamericana por herencia de su madre, en 1985 salía a la luz “Whitney Houston”, el debut de la recién nacida diva que se acabaría por convertir en el disco de estreno más vendido de todos los tiempos, gracias a éxitos como “You Give Good Love” o el magnífico “Saving All My Love For You”. Después de vender millones de discos, la secuela estaba clara: tenía que mantenerse el nivel y colmar unas expectativas que estaban muy altas. En este contexto salía “Whitney” en 1987.

Con una producción más orientada hacia el Disco-Soul que en su debut, pero la misma combinación entre temas movidos y baladas (con predominio de éstas que eran el punto fuerte de WHITNEY HOUSTON), “Whitney” se convirtió en un número uno desde que salió. Como escaparate tenía un hit en toda regla nada más empezar: “I Wanna Dance With Somebody (Who Loves Me)”, corte pegadizo y con un estribillo increíble en donde la HOUSTON hace gala de su fuerza vocal y de ese aire ingenuo que al mismo tiempo tenía su voz. Pero no era el único punto fuerte del trabajo que estaba llamado a mantenerlo en lo alto durante muchos meses. En el lado alegre también teníamos un “Love Will Save The Day”, con cierto aire AOR en su instrumentación muy acorde a los tiempos (destacando la labor de un grandísimo ROY AYERS en teclados y vibráfono) o “Love Is A Contact Sport”, con la producción y los sintetizadores de PRESTON GLASS como telón de fondo, siendo un corte de R&B ochentero muy rítmico y vacilón, ideal para las pistas de baile. Incluso tenemos un “So Emotional” que es otro de los puntos álgidos del disco, algo más calmado en su inicio pero también fuera de la fórmula baladera y con un tratamiento musical a medio camino entre el R&B y el Rock, muy similar a lo que MICHAEL JACKSON estaba haciendo en la época. 

La cara reposada de “Whitney”, esa que es herencia de ANITA BAKER cuando la instrumentación deja a un lado las pomposas cuerdas y se centra en la calidez de los saxos y las secciones rítmicas de R&B, comienza con un corte “tapado”, de esos que están entre dos temas muy conocidos y suelen dejarse a un lado, “Just The Lonely Talking Again”, lo cual sería una pena porque la voz de WHITNEY está cargada de sensualidad. Eso sí, es normal que los laureles se los lleve “Didn't We Almost Have It All”, otro de los hit de este trabajo, en este caso desde el punto de vista sobreproducido con sección de cuerdas y mucha intensidad emocional, algo en lo que WHITNEY HOUSTON era única. La fórmula se repite con resultados algo menos llamativos en “Where You Are” y “You’re Still My Man”, dejando así lo mejor para la cara más R&B de la balada con “For The Love Of You”, canción de los ISLEY BROTHERS que aquí es interpretada con aires australes y Smooth por WHITNEY con grandísimos resultados, “Where Do Broken Hearts Go” (también con trasfondo de cuerdas, pero no tan protagonistas), cargada de sentimentalismo y emoción, gracias a una interpretación de intensidad creciente marca de la casa y sobre todo “I Know Him So Well”, tema que cierra por todo lo alto el trabajo con un espléndido dúo entre WHITNEY HOUSTON y su madre CISSY HOUSTON.

Después de “Whitney”, vendría el irregular “I’m Your Baby Tonight”, momento en el que WHITNEY decidiría profundizar en su faceta de actriz. Fue en ese momento cuando la HOUSTON terminaría de obtener la cima del reconocimiento y alcanzar su definitivo estatus de diva. Aparecía “El Guardaespaldas” y su banda sonora en donde WHITNEY interpreta la versión del “I Will Always Love You” de DOLLY PARTON que acabaría por convertirse en su canción más conocida. Pero al mismo tiempo también comenzarían los demonios para la cantante y actriz, en parte impulsados por su relación con BOBBY BROWN. Entre renacimientos y recaídas, problemas con las drogas y su sustento financiero, la voluble personalidad de WHITNEY HOUSTON logró mantenerse pero pagó un precio: ser una de las pérdidas con mayor impacto en el mundo de la música de 2012 en plena preparación de los Grammy donde iba a tener un papel principal. Para el recuerdo quedan sus canciones e interpretaciones en la gran pantalla, y ser el espejo en el que mirar a todos esos juguetes rotos que tratan de alcanzar el estatus de diva pero les falta la clase de WHITNEY. ¿Una diva nace o se hace? WHITNEY HOUSTON lo era desde que nació y lo fue cuando murió, nosotros “siempre la amaremos”.


miércoles, 15 de agosto de 2012

CYNIC - "Traced In Air": El disco del año 2008


Mucho tiempo de espera, pero ha merecido la pena. Un disco, “Focus”, una carrera corta pero muy influyente, un conjunto de músicos como la copa de un pino, una continuación del sonido CYNIC en una de las bandas de Jazz-Rock Fusión más interesantes, GORDIAN KNOT… todo debía de ser continuado y una mera gira de reunión no parecía suficiente. Críticas ante su puesta en escena, mucho escepticismo acerca de lo nuevo que podía ofrecer el grupo, se anuncia el esperado disco de retorno, sufre retrasos y por fin, en los últimos días del otoño de 2008 aparecía “Traced In Air”. Y ¿cuál es el resultado?, para mi gusto es el disco del año, aunque según he leído hay opiniones para todo al respecto.

Lo primero que llama la atención del nuevo trabajo de Masvidal, Reinert y Malone es su aspecto bastante más accesible, rítmica y estructuralmente hablando. Siempre he considerado el seminal disco de CYNIC como un trabajo de Jazz que jugaba a ser Metal. Conozco de sobra el pasado de sus componentes, ligado al Metal y no precisamente en su corriente más mainstream, pero las armonías, las complejidades rítmicas de los temas, las melodías… y todo lo que vino después en GORDIAN KNOT, demostraba que los miembros de CYNIC eran músicos de Jazz experimentando con el Metal. Sin embargo, la base rítmica de “Traced In Air” ha cambiado. Reinert hace un mayor uso de doble bombo y utiliza menos la técnica jazzística, aunque sigue manteniendo el vigor y técnicamente sigue siendo impecable. A este hecho hay que añadir unas armonías más amables con el oyente y unas estructuras algo más convencionales, que sin embargo, no pierden esa capacidad hipnótica que tenía y tiene CYNIC en sus interpretaciones.

Por otro lado, las voces guturales, que no eran más que otro elemento de apoyo en la música de CYNIC, han terminado por caer en un segundo plano absoluto, en favor de los juegos melódicos y dobles voces de Masvidal. Gracias a la labor del enorme Tymon Kruidenier, de origen holandés y que es la más reciente incorporación a la banda, además de Robin Zielhorst haciéndose cargo del bajo en los directos, el elemento “Death”, dicho muy entrecomillado, se mantiene. Sin embargo, el peso fundamental en el aspecto vocal lo tiene Masvidal experimentando con su voz en registros muy agudos y sedosos, que dobla en tonos distintos gracias a elementos de post-producción. Es increíble, pero las voces de Masvidal, unido a las estructuras cíclicas en las que se basa “Traced In Air”, generan que el oyente se quede ensimismado durante los 35 minutos que dura el trabajo y esta sensación va a generar cierto efecto adictivo en la escucha del disco, que termina de ser redondeado por los solos de Masvidal, tan Jazzy como siempre y las excepcionales líneas de bajo de Malone, protagonista absoluto junto a Reinert en sus diálogos rítmicos.

El viaje comienza de manera inquietante, a base de ritmos tribales: Reinert y las distorsiones de Masvidal y Tymon, nos van metiendo en materia en “Nunc Fluens”, mientras Malone da una lección de fretless y nos vemos envueltos en ambientes salvajes y paradisíacos. Cuando ya estamos en estado de hipnosis, en medio del ensueño, unos suaves fraseos de guitarra nos introducen sin darnos cuenta en “The Space For This”, sin prisas, dejando espacio para la emotividad de la melodía y la capacidad de abstracción de las armonías, hasta que la música empieza a dibujar círculos y Reinert comienza a demostrar lo importante que es su labor en este grupo. Sin tiempo para salir del ensueño comienza “Evolutionary Sleeper”, nuevamente de manera relajada y dando paso a uno de los momentos más destacables del plástico, gracias a los giros e inflexiones de Masvidal con su hipnótica voz. Un tema de contrastes, profundamente progresivo, capaz de ir de lo vigoroso a lo sensual en cuestión de segundos y que tiene una continuación fundamental en “Integral Birth”, cuyas melodías son difíciles de olvidar y que nuevamente nos traslada a lo selvático y a las texturas rítmicas tribales. Como colofón de esta primera mitad del trabajo, el fade-in de “The Unknown Guest” da paso a un tema de gran complejidad rítmica, uno de los que más me recuerda en este aspecto a “Focus”, tan etéreo como dinámico.

He de confesar que en las primeras escuchas lo que venía a partir de este momento me resultaba menos brillante. De hecho, al principio “Adam´s Murmur” no me convenció mucho, siendo uno de los temas de intenciones más Jazzy, no me gustaba el uso de ritmos contundentes que en la parte central del tema daban más fuerza al conjunto. Este hecho rompía un poco el grado de comunión con la banda y hacía que disfrutara menos de lo que restaba del disco. Sin embargo, con el tiempo he llegado a comprender la inclusión de este tema como fundamental nexo de unión con su continuación en “King Of Those Who Know”, donde una voz femenina nos encandila inicialmente para, con posterioridad, usando ingredientes similares a “Adam´s Murmur”, ofrecernos uno de los temas más completos de “Traced In Air”, con más contraste entre el Jazz y el Metal. De ahí la necesidad de preparar el terreno con el tema precedente. De esta manera, y ya otra vez en éxtasis espiritual, “Nunc Stans” pone el broche final a “Traced In Air” de una manera tan inquietante a como se abriera, siendo el complemento perfecto del tema de apertura y despidiéndonos de manera decadente y casi funeraria. Tremendo final.

Si te parece poco todo lo que he contado hasta el momento, añade un artwork recurrente e inspirado en “Focus”, realizado por el mismo autor, Robert Venosa y una edición cuidada hasta el más mínimo detalle en digibook con portada desplegable y un libreto muy completo, y tendrás (no tengo ninguna duda en mi ámbito personal) el disco del año en lo que a Música, dicho con mayúsculas, se refiere. Elegancia, personalidad, vigor y ensoñamiento, todo lo que se le puede pedir a un disco de estas características. Indispensable.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

JOHN ABERCROMBIE - "Within A Song": Adentrándose en el esqueleto de las canciones


Uno de los músicos con mayor regularidad en las últimas tres décadas y con casi medio siglo de historia es JOHN ABERCROMBIE. Tanto a través de su sello principal, ECM, como a través de otros proyectos menores, el guitarrista que en su momento fue uno de los iconos del Jazz-Rock no ha parado quieto ni un momento. En los últimos años, lejos del virtuosismo inmediato de su juventud, el músico se ha centrado en profundizar en las posibilidades armónicas de su instrumento y también en investigar en el repertorio clásico del Jazz, pero aún así, un disco de JOHN ABERCROMBIE es sinónimo de una aventura de buen gusto y libertad improvisatoria, algo que “Within A Song”, su nuevo trabajo para ECM compartiendo protagonismo con JOE LOVANO, últimamente muy activo también, deja claro desde el principio. Los ingredientes vuelven a estar claros: ortodoxia en el repertorio, avance en su tratamiento y en los arreglos y lucidez no exenta de clasicismo en los solos. Todo ello rodeado de cierta frialdad, algo habitual en el sello alemán y a lo que ABERCROMBIE se adapta a la perfección gracias al acercamiento que hace hacia su instrumento.

En “Within A Song” encontraremos un intento de adentrarse en canciones que se pueden considerar standards (así como algunas composiciones propias), desde una perspectiva íntima e introspectiva, por momentos casi con precisión cirujana, recordando aquellas sesudas sesiones que LEE KONITZ, BRAD MEHLDAU y CHARLIE HADEN hicieron nacer en “Alone Together”. No es que estemos ante un disco para músicos, pero aunque encontremos en “Within A Song” clásicos reconocidos como “Without A Song” (enlazada como si un juego de palabras se tratase con el tema título del trabajo salido de la pluma de ABERCROMBIE), “Flamenco Sketches” de MILES DAVIS o “Interplay” de BILL EVANS, el acercamiento a los mismos es distante, frío y calculado, tanto desde el punto de vista armónico (cuyo principal protagonista es el propio ABERCROMBIE, ante la ausencia de piano en el cuarteto), como rítmico (algo en lo que DREW GRESS y JOEY BARON tienen mucha culpa, sobre todo el segundo de los citados que se dedica a descomponer con minuciosidad los temas, llegando a la exageración en “Flamenco Sketches”). Además la parte solista, predominante para LOVANO y ABERCROMBIE, no es precisamente “swingeante”, sino más bien académica y avanzada, dentro de la bondad de su resultado.

Todo lo dicho justifica el título del trabajo: “Within A Song”, es decir, el disco se dedica a adentrarse en el esqueleto de los temas y a despojarlos de florituras, reconstruyendo y aumentando su intensidad y su densidad para dar mayor libertad a los intérpretes. Esta premisa está presente tanto en los tres temas propios de JOHN ABERCROMBIE (con especial mención para “Nick Of Time”, con un momento de lucimiento para DREW GRESS y una buena improvisación conjunta para el propio guitarrista y LOVANO), pero sobre todo en los temas ajenos utilizados para completar el programa, entre los que destacan los citados y los dos momentos culminantes para el lenguaje ABERCROMBIE-LOVANO, el “Blues Connotation” de ORNETTE COLEMAN y “Wise One” de JOHN COLTRANE. El primero de los citados adquiere un cariz de elegancia y sosiego en su exposición pero un riesgo desmedido en su evolución, con constantes cambios de tempo y armonía en donde DREW GRESS hace un esfuerzo sobrehumano por mantener la coherencia mientras BARON vuela libre. El segundo de los citados, contrapunto del anterior se alza como el instante más íntimo e intenso del trabajo, partiendo de la introducción y exposición del tema profunda y envolvente de ABERCROMBIE y LOVANO acompañados por la espiritualidad y densidad del tándem GRESS-BARON, y siguiendo por una improvisación muy inspirada y bastante más ortodoxa de lo que cabría esperarse.

Con todo, y pese a que “Within A Song” necesita de varias escuchas para poder ser asimilado sin resquicios ni detalles olvidados, JOHN ABERCROMBIE vuelve a facturar un trabajo de gran nivel, gracias a su buena mano en la reconstrucción de los temas, a su buen ojo a la hora de elegir acompañantes y a su sosiego interpretativo (pudiendo ser bautizado como un JIM HALL de nuestros días). Parece que en el cerebro del guitarrista hay combustible para rato y seguro que “Within A Song” tendrá continuidad cercana con resultados igual de reseñables.

martes, 14 de agosto de 2012

GOTTHARD - "G" + Entrevista: Tesón y amor por la música


No cabe duda de que la fama creciente de manera exponencial de GOTTHARD en España es uno de los fenómenos de los últimos años. Un grupo que por derecho propio tenía un lugar privilegiado en el mundo del Hard Rock, no sólo dentro de Suiza, donde forman junto a SHAKRA, CHINA o KROKUS una escena Hard inmejorable, sino también en el resto del globo, pero que por razones variadas de promoción no llegó a cuajar en España. Sin embargo, tras la salida en 2005 de “Lipservice” estrenando el cambio de discográfica de una multinacional a una independiente pero de las más potentes del mundo musical, Nuclear Blast, hemos pasado de conocer a GOTTHARD de pasada a tener hasta singles en castellano de la banda. Reconocimiento en nuestras latitudes tardío pero merecido, que demuestra como con una labor adecuada de promoción se puede encumbrar a una banda en países donde antes no llegaron a cuajar.

El caso es que en los últimos meses hemos sido testigos de dos visitas peninsulares de GOTTHARD colgando el cartel de “no hay billetes” en la taquilla, pasando de salas de capacidad media baja a capacidad media alta en menos de un año, hemos visto como “Lipservice” se vendía como churros en las tiendas españolas, dejando abierta una expectación enorme de cara a su sucesor, “Domino Effect”... en definitiva, hemos asistido al ascenso en España de una de las bandas de Suiza más coherentes consigo misma a pesar de las dificultades, de enorme calidad y que llegó hasta a hacer un dueto con Montserrat Caballé en su momento con el single “One Life, One Soul” precisamente de “G”, que sin embargo no se tradujo en el éxito que la banda pensaba conseguir en nuestro país. Aunque se me tache de oportunista, no quise dejar escapar la oportunidad de recordar “G”, mi disco favorito de esta banda, que además tiene muchas similitudes con el posterior “Lipservice”, y de paso reconocer la trayectoria de una banda que aunque haya levantado un interés mayoritario solamente en los últimos dos años en España, lleva haciendo Hard Rock desde principios de los noventa con discos que seguro que están entre los favoritos de los aficionados al género.

La historia de GOTTHARD hasta que “G” saliera a principios de 1996 precedido a finales del año anterior del éxito de su single, “Father Is That Enough?”, contaba ya con dos discos que habían puesto a la banda en la senda de la fama en Suiza y que empezaba a despuntar fuera de su tierra natal. Tanto “Gotthard”, su debut, como “Dial Hard”, dos discos roqueros y llenos de ilusión, contribuyeron a que GOTTHARD se desmarcara como un combo de Hard Rock a tener muy en cuenta, aunque fuera en los momentos menos prolíficos del estilo, después de su momento de gloria en los ochenta. Por este motivo, después de un par de años de presentación de su segundo disco y de hacer rodar el nombre de la banda por el mundo, llegó el momento de la confirmación y “G” era el disco elegido para ello. Todo en este trabajo estaba pensado para catapultar a GOTTHARD un paso más allá: la grabación del disco en Los Angeles, la clásica producción con un sonido muy americano de Chris von Rohr (productor de la banda desde sus inicios), que participó activamente en la composición de los temas junto a Lee y Leoni, una portada sencilla y atractiva, fácil de recordar con la letra G como motivo anagrama fundamental para la banda... era el momento decisivo para GOTTHARD y el combo lo sabía. Sin embargo, la presión no pudo con el grupo y acabó facturando uno de sus discos más exitosos y mejor acabados, muy presente en sus giras, como recientemente pudimos comprobar.

La elección del single ya dice mucho de las intenciones de GOTTHARD: “Father Is That Enough?” es una balada semi-acústica, íntima, cercana, con un Steve Lee emotivo y capaz de llegar a la fibra sensible del oyente. Sin duda un tema radiable por todos lados, pero no exento de calidad, demostrando la capacidad de GOTTHARD en una de las facetas por las que son más reconocidos, las baladas. Y es que si la banda suiza destaca por algo es porque sus discos alternan temas muy buenos, con otros que están llamados a ser bombazos. No sólo saben sacar un buen disco en global, sin ningún momento de bajón (“Homerun” quizás no esté tan bien conseguido en este sentido en mi opinión), sino que consiguen que en cada trabajo haya dos o tres temas memorables, que se hagan imprescindibles en los directos. Además GOTTHARD sintetiza sus influencias a la perfección: Hard Rock ochentero y raíces clásicas a partes iguales, haciendo posible apreciar aires Blues en muchos cortes, estructuras y elementos que podrían caber en un disco de DEEP PURPLE o LED ZEPPELIN (dos de las bandas favoritas de Steve Lee), y en definitiva, no olvidándose de la música que seguramente los miembros del grupo escucharon en su juventud. Todos estos ingredientes están presentes en “G”, siendo uno de sus discos más representativos sin duda alguna, que más de diez años después de su salida sigue sonando fresco por todas partes.

Y para muestra un botón: “Sister Moon”, corte escogido para abrir “G, hace que LED ZEPPELIN y el Rock sureño se den la mano, y deja bien claro que GOTTHARD bebe de los clásicos. El solo de Leoni es de los más estimulantes del disco y aunque el tema no está pensado para lucimiento de Lee como sí ocurrirá en otros del trabajo, cumple su papel con nota en un estribillo muy bueno aunque no memorable. “Make My Day”, más macarra y Hard hace que te metas de lleno en el disco, si es que aún no lo habías hecho hasta ahora. Riffs sencillos pero adictivos y un ritmo contagioso, son los elementos básicos en los que GOTTHARD basa el tema pensado para que no puedas reprimir las ganas de seguir el compás con el pie o con lo que tengas a mano. Para redondear esta primera parte del trabajo, una versión, algo por lo que GOTTHARD siempre ha tenido mucho aprecio. En esta ocasión le tocaba el turno a “Mighty Quinn” de BOB DYLAN, en una versión más cañera de lo que se podría pensar y que hará que no podamos parar de tararear su estribillo contagiados por la fuerza que Lee le imprime ayudado por los indispensables coros.

De aquí en adelante el disco es un no parar de temas memorables y que estarán en el top ten particular de los fans de la banda suiza. Uno de sus habituales en directo, “Movin´ On”, es el primero en ser descargado, volviendo nuevamente a la senda del Hard Rock ochentero, y que nos hará saltar de la silla a buen seguro, alabando a la precisa y potente sección rítmica de Habegger y Lynn, artífices junto a los constantes solos de Leoni de que este tema sea uno de los mejores de “G”. Pero sólo es el principio, pues pronto entramos en la parte emotiva del disco, enlazando dos baladas, la ya citada “Father Is That Enough?” y otra de las indispensables del grupo, “Let It Be”, donde es imposible no vivir la letra del tema gracias a la labor de Steve Lee, absoluto protagonista del corte. “Sweet Little R´ R´” nos vuelve a levantar la adrenalina en forma de Blues-Rock adictivo y con aroma a barrica de roble, añejo hasta en el uso de los teclados y consiguiendo nuevamente que cantemos a la par que Steve Lee movidos por la excitación. Un estado del que no saldremos, pues sin tiempo para darnos cuenta “Fist In Your Face”, otra de las habituales en directo, de las más macarras del disco, nos golpea firme en la cara. Tema sencillo a más no poder con un par de riffs que pronto memorizaremos sin querer, pero que consigue el objetivo de que seamos contagiados por la fuerza de la distorsión en la guitarra de Leoni.

“Ride On” nos adentra de pasada en el Hard And Heavy a lo DEEP PURPLE, ayudado por un ritmo veloz y pegadizo y un Hammond que se oye en segundo plano pero que resulta imprescindible en la atmósfera del tema. Esta senda se repite de forma aún más estimulante en “Hole In One”, tema más cañero del disco y donde Habegger se luce en las velocidades más aceleradas. La labor de Lee está cargada de reverencia a su ídolo Ian Gillan como se podrá comprobar en el intercambio de fraseos entre su voz y la guitarra de Leoni emulando lo que en su momento hacían Blackmore y Gillan en DEEP PURPLE. Pero no debemos dejar pasar los dos cortes que hay entre medias de ambos: “In The Name” se mueve por terrenos reposados y atmosféricos que lo convierten en un tema oscuro, donde el estribillo cantado por Steve Lee brilla con luz propia clavándose en el cerebro. Otro motivo más para apoyar el argumento de que GOTTHARD saben mantener la notabilidad de todos los temas y además golpear con cortes destinados a ser singles por méritos propios. Por su parte “Lay Down The Law”, vuelve al macarrismo y a la caña gracias a los riffs sencillos y poderosos de Leoni, siempre sin dejar a un lado su apego por el sonido clásico como demuestra el propio Leoni en sus solos de guitarra.

Para cerrar con sobresaliente y buen sabor de boca el disco, tras la tempestad estimulante de “Hole In One” viene la calma de la mano de la balada más representativa de GOTTHARD en su historia, cuyos fans se saben de memoria y que siempre se convierte en un momento de comunión entre banda y público en sus conciertos: “One Life, One Soul”, tema con el que la banda grabó un single colaborando con Montserrat Caballé, artista con la que el grupo suizo sigue manteniendo muy buena relación y que pudo haber sido el punto de inflexión para GOTTHARD en España, sino fuera por el interés mostrado por su sello BMG en nuestro país. En la balada, tal y como viene en el disco, Steve Lee vuelve a conseguir emocionar al oyente gracias a su cálida voz, la sección de cuerdas que lo acompaña y a una letra fácil de memorizar que hará que pronto te pongas a cantar la canción sin darte cuenta. Un tema tan bello como único que significa mucho para la banda y sus seguidores y que pone el punto y final a “G”, aunque aún hay tiempo para un “bonus”, que varía según la edición del trabajo que tengas: así podremos disfrutar o bien de “Inmigrant Song” de LED ZEPPELIN que ha sido usada en sus últimos conciertos para cerrar, o bien de “He Ain´t  Heavy, He´s My Brother” versión de THE HOLLIES, esta última más cercana y emotiva.

Los acontecimientos que siguieron a GOTTHARD se pueden resumir como los de la confirmación. El éxito de la banda en Suiza ya estaba fuera de toda duda, pero en otros países también lograron golpear muy fuerte. La banda editó su directo en acústico “D-Frosted”, mostrando así los temas de GOTTHARD en un envoltorio más íntimo y de paso conseguían que se mantuviese el nombre del grupo en la memoria de sus seguidores. La continuación discográfica vendría de la mano de “Open” y “Homerun”, discos también muy notables aunque por debajo en mi opinión de “G”. La edición de recopilatorios de baladas y de temas del grupo no hacía más que confirmar su fama en aquellos lugares en donde ya estaban establecidos y tratar de llegar aún más lejos, aunque siempre con el lastre de una compañía que se empeñaba en vetarlos en lugares que no consideraban rentables, hasta la edición de “Human Zoo” momento en que GOTTHARD tuvo que tomar la decisión de cambiar para crecer aún más y mantener lo que ya tenían ganado. En este sentido la decisión de su fichaje por Nuclear Blast ha conseguido toda la sucesión de acontecimientos conocida en países como el nuestro, donde hasta ahora GOTTHARD no movían mucha gente y abre un futuro prometedor para el grupo suizo, que espero no se trunque y sigan dándonos alegrías.

Mientras tanto, “G” es solo una muestra de todo lo que GOTTHARD da de sí. Quizás su disco más relevante porque supuso su confirmación, el espaldarazo definitivo que necesitaba la banda y que ha sido potenciado años más tarde con “Lipservice”. Muestra de una banda que gracias a su tesón y a su amor por la música ha llegado lejos y sigue creciendo con la ilusión y las ganas de sus inicios, derrochando simpatía con todos los que se paran a escucharles aunque sea sólo un rato. Un ejemplo a seguir, más allá de modas y de marketing musical.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)


ENTREVISTA A GOTTHARD
(http://www.rocktotal.com -- Poco después de realizar esta entrevista, se conoció la muerte de Steve Lee, vocalista de la formación. Sirva este recuerdo como homenaje)

La popularidad de los suizos GOTTHARD ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Desde la salida de “Lipservice” hemos visto en España como salían fans de la banda de debajo de las piedras, y no era para menos pues el grupo había sacado uno de sus mejores discos. Dos años después GOTTHARD regresa con “Domino Effect”, un nuevo trabajo que profundiza en la fórmula infalible de potentes guitarras y pegadizos estribillos, volviendo a demostrar que están en plena forma. Un tarde de marzo, después de una larga jornada de trabajo, me trasladé al hotel donde se alojaban Steve Lee y Hena Habegger, vocalista y batería respectivamente de la banda. Era la última entrevista que concedían de un maratoniano día en el que llevaban promocionando su nuevo trabajo desde las primeras horas de la mañana. El cansancio en ambos era evidente, pero derrochando simpatía y amabilidad prometieron hacer esta entrevista como si fuera un bis en sus conciertos, en plena forma y como si hubiera sido la primera. Nuevamente, gracias a la ayuda de José Luis Viruete de Mastertrax, pude disfrutar de esta agradable charla sobre muchos aspectos del presente, pasado y futuro de GOTTHARD. Prepárate para ser sacudido por el efecto dominó de sus respuestas. 



Estáis a punto de sacar vuestro nuevo disco, “Domino Effect”. Habladnos un poco sobre qué se encontrará un fan de GOTTHARD en el trabajo cuando lo adquiera. ¿Seguís la vena cañera y a la vez emotiva del genial “Lipservice”?           
Creo que la diferencia entre “Domino Effect” y “Lipservice” es que este álbum es más variado, hemos incluido algunas canciones con un sonido más moderno, actualizado. Hemos cambiado la forma de componer los temas, no queríamos sonar desfasados o antiguos aunque seamos un grupo con más de 15 años de carrera, queríamos que fuera un disco de grandes canciones, con un sonido más moderno, potente, con buenos estribillos, esa creo que es la idea principal. 

Por tanto, ¿Qué tiene que tener una canción de GOTTHARD para que os guste, para que consideréis que es buena? 
No hay una receta para eso. Pienso que los elementos básicos son un buen “groove”, un buen riff y una buena línea vocal, todo lo necesario para que la canción tenga gancho, que sea pegadiza. Queremos ser honestos con nuestros fans, saber admitir cuando una canción es buena y cuándo no. 

Después de la unanimidad entre crítica y público sobre la calidad de “Lipservice”, ¿teníais miedo a que “Domino Effect” fuera comparado con su predecesor? ¿Habéis tenido mucha presión para tratar de dejar el mismo buen sabor de boca que en vuestro disco anterior? 
No creo realmente que estuviéramos bajo presión a la hora de realizar “Domino Effect” como mucha gente cree. Queríamos pasar un buen rato haciendo el álbum y aunque es cierto que “Lipservice” fue un auténtico mazazo en muchos países, especialmente en España en dónde todo el mundo habla de este disco una y otra vez, para nosotros no era más que otro disco más en nuestra carrera. Parece que “Lipservice” fuera nuestro disco de debut para los fans españoles, con el que nos dimos más a conocer aquí, pero no creo que esto fuera motivo para tener presión porque tenemos muchos otros discos a nuestras espaldas. En cada nueva grabación nosotros tratamos de hacer lo mejor que podemos. 

Después de casi dos años desde “Lipservice” hasta la salida de “Domino Effect” ¿Teníais ya ganas de volver a grabar un nuevo disco, de plasmar nuevas ideas en el estudio? 
Totalmente, cuando acabamos el tour de “Lipservice” no paramos, acababa de salir el DVD del concierto en Suiza y volvimos a iniciar otro tour. Acabamos cansados, pero satisfechos de lo que habíamos hecho, porque habíamos llegado a lugares a los que nunca antes fuimos. No teníamos planes fijados de grabar aún, pero teníamos hambre de crear nuevos temas, ya que en los dos tours habíamos tocado las mismas canciones, pero a la vez queríamos reflejar el calor que habíamos recogido sobre el escenario, que es lo que hemos tratado de recrear en “Domino Effect”. 

Muchos hemos notado, por lo menos en España, que la cantidad de fans de GOTTHARD ha crecido de manera exponencial desde que sacasteis “Lipservice”. Vuestros conciertos son éxitos, mucha gente pregunta por vuestros anteriores trabajos en las tiendas... ¿Creéis que “Lipservice” fue como un antes y un después en la carrera de la banda. Un nuevo comienzo? 
Esperamos a ver si con el nuevo disco, “Domino Effect”, conseguimos realmente un efecto dominó que haga que la gente escuche todos nuestros anteriores discos (risas). Después de 16 años de carrera y muchas grabaciones a nuestras espaldas podemos decir que la historia de GOTTHARD no ha empezado ahora, viene de muy lejos, aunque es cierto que “Lipservice” fue como un nuevo comienzo, especialmente en ciertos países, pero no sólo por el disco en sí, cambiamos muchas cosas: la discográfica, nuestro manager, nuestro guitarrista... queríamos volver con más poder, ganas y con “Lipservice” lo conseguimos. 



Más de 10 años con una multinacional como BMG, y de repente cuando cambiáis a una discográfica grande y poderosa, pero independiente como Nuclear Blast, conseguís lo que no consiguió vuestra anterior compañía: ser más conocidos fuera de Suiza y alrededores. ¿A qué se ha debido esta subida de popularidad de la banda gracias al cambio de compañía? ¿Estáis contentos con toda la promoción que por fin estáis recibiendo? 
BMG es una gran compañía, ha sacado nuestros anteriores discos, y ha conseguido grandes cosas con nosotros, pero creíamos que se podía hacer mejor, que se podían cambiar algunas cosas para ir más allá, y por eso elegimos a Nuclear Blast, siendo la mejor elección que hemos tomado, porque con ellos podemos conseguir mejores producciones y promociones. Por ejemplo, hasta ahora en el Reino Unido BMG se limitaba a poner los discos en las tiendas y no hacía nada más, ni promoción ni nada. O por poner otro ejemplo, llegamos a telonear a AC/DC en Milán delante de 40.000 personas y cuando preguntaban por nuestras grabaciones, no las encontraban por ninguna parte, y es curioso porque estamos a menos de 15 kilómetros de allí desde nuestras casas, daban ganas de coger los discos y llevarlos nosotros mismos.

Además queríamos tocar en otros países, como por ejemplo en España, Francia, Sudamérica, y nuestra anterior compañía nunca le pareció buena idea, pensaban que aquí no había ningún mercado para nosotros, que sería inútil totalmente. Nuclear Blast aunque sea aparentemente más pequeña sí que tiene más contactos, una visión más amplia, sabe hacer mejor las cosas, distribuirnos mejor. Con esto no queremos decir que nos lamentemos de todo lo que no hemos podido hacer los anteriores 10 años, porque aún así llegamos muy lejos, pero se podrían haber hecho mejor las cosas.

¿Es quizás el título de vuestro nuevo disco una metáfora de este “efecto dominó” que ha generado en vuestra carrera el cambio de discográfica, la salida de “Lipservice”, las giras más amplias...? 
Sí, puede ser una interpretación adecuada del título. No queremos ceñirnos a una sola interpretación, queremos que cada uno lo interprete a su manera, según su espíritu. Otra idea podría ser por ejemplo que cuando pongas el disco en el reproductor, el oyente se vea envuelto en un “efecto dominó” porque una vez que lo empieces a escuchar no pararás hasta la última canción, cayendo tema tras tema. Otra interpretación podría ser una metáfora del loco mundo en el que vivimos; muchas cosas han pasado y nos hemos visto envueltos en un efecto dominó, de cosas positivas, pero también de muchas cosas negativas. 

He visto que ya habéis escogido un tema como single, “The Call”. ¿Por qué elegisteis este tema? ¿Por el mismo motivo que me decíais antes de que un tema tiene que tener un buen riff, groove, un buen estribillo? 
La única razón por la que elegimos ese tema como single fue por motivos más comerciales que otra cosa. Es un tema muy propio para la radio, pero no creo que sea representativo de todo el álbum. La gente que escucha las emisoras en Suiza no quiere temas fuertes, potentes... por eso escogimos esta canción, porque es una de las más comerciales del disco. Creo que es un gran tema, no cabe duda. A lo mejor en España iría mejor un tema con más caña. De todas formas creo que todos los temas del disco son grandes. 

En vuestro país sois considerados una de las bandas más respetadas y conocidas, habéis conseguido premios, habéis logrado llegar muy lejos y habéis crecido mucho en los últimos años fuera de vuestras fronteras también ¿Cuáles son vuestros retos ahora que mundialmente sois aún más conocidos si cabe? ¿Qué desafío tenéis como banda ahora? 
Tenemos muchos sitios donde hemos tocado y queremos volver a tocar, y otros muchos en donde no hemos estado aún y a los que nos gustaría ir, queremos que haya más gente que nos conozca, que sepan quién es GOTTHARD, ganar hasta un Grammy, quién sabe, podría ser un gran reto hasta que una pizza tuviera como nombre el de nuestra banda (risas). 



Hay una ciudad cerca de Madrid, Leganés, en donde una zona tiene una calle dedicada a AC/DC, otra a SCORPIONS, podría ser un bonito reto para vosotros conseguir una placa en otra calle también... 
¿Es cierto eso? ¿De verdad? Qué curioso, al lado de la calle de algún personaje histórico o de cualquier persona como por ejemplo José Fernández, dedicar una calle a AC/DC. Podría estar bien que nos pusieran una calle a nosotros también (risas).

Después de muchos años, por fin hemos conseguido ver a GOTTHARD en España tras la salida de “Lipservice”. En vuestras dos visitas, ¿qué os ha parecido el público de este país? ¿Os esperabais tanta expectación como para agotar entradas en ambas ocasiones? 
Lo primero que pensamos cuando llegamos a este país fue: “por fin”, estábamos contentos de conseguirlo, ya no sólo porque nos gustara este país, sino porque pensábamos que en España podríamos tener mercado. 

¿Fue la grabación de vuestro single “Anytime, Anywhere”, rebautizado como “El Traidor”, y “Lift U’ Up” rebautizado como “Tu Pasión” una especie de homenaje a los fans españoles? ¿Cómo surgió la idea de hacer estas versiones en castellano? 
Fue una idea de la compañía de discos, pero cuando la propusieron a mí me encantó, me parecía un buen reto, yo hablo italiano, pues vivo cerca de Lugano y el español no es un idioma muy lejano. Me parecía una buena idea, era como una especie de regalo para los españoles, para que las pudieran escuchar en la radio y parece que ha tenido éxito. No hemos pensado en volverlo a hacer, pero nunca digas nunca. 

Me chocó en vuestros conciertos que incluyerais las versiones de “Hush” e “Inmigrant Song”, grabadas en vuestro primer y tercer disco respectivamente. ¿Han sido DEEP PURPLE y LED ZEPPELIN las dos bandas del Rock más importantes, no sólo para vosotros, sino en general? 
Realmente son dos de los grupos más grandes en la historia del Rock y nosotros hemos crecido con la música, seguimos escuchando todos los días mucha música... En los setenta hubo grandes bandas, pero en los noventa también. El hecho de que toquemos estas dos versiones es sólo para hacer disfrutar a la gente y nosotros mismos. 

Tanta actividad de conciertos en 2005 y 2006 tuvo su reflejo en el lanzamiento del DVD y CD en directo “Made In Switzerland”. ¿De quién fue la idea de una portada tan gloriosa para ese lanzamiento? 
Fue una idea de la banda. Estuvimos pensando en qué podíamos reflejar en la portada con ese título y vino por sí misma, de hecho ya tuvimos esa idea en nuestro primer disco, porque no hay que tomarse la vida muy en serio, somos una banda a la que nos gusta divertirnos, y esta portada nos pareció muy graciosa. ¿Qué hay más suizo que dos vacas en situación tan peculiar? (risas) 

De hecho tengo el poster promocional del disco colgado en mi casa, me parece brutal... 
(risas) Lo último que ves antes de acostarte y tener “dulces sueños” (carcajada general) 

¿Surgió la idea de grabar el directo viendo la gran respuesta de “Lipservice” o ya era algo planeado de antemano por la compañía y vosotros? 
La idea ya la teníamos desde hacía muchos años. Mucha gente nos decía que siendo una gran banda en directo, no comprendía cómo no habíamos sacado un disco grabado en un concierto de esta manera, con grandes medios. Ya habíamos grabado un acústico hace años, pero queríamos grabar un concierto de verdad, como los que solemos hacer. Buscamos un lugar donde pudiésemos hacer un gran show para grabarlo, y cuando encontramos el adecuado quedamos muy satisfechos. De todas formas casi ha sido mejor que tardáramos tanto en grabar un disco en directo, porque esto nos ha permitido madurar año tras año, y tras más de 15 años de carrera, era el momento adecuado, y habría sido una pena desaprovechar esa oportunidad ahora. 

En los últimos años se está produciendo una especie de renacimiento del Hard Rock. Grupos que estaban desaparecidos vuelven a sacar discos, se reeditan un gran número de trabajos... Una música que en su momento fue una auténtica moda, en los noventa pasó por momentos de crisis, y ahora parece que todo vuelve a ser como antes. ¿Tenéis esta misma percepción, vuelve a estar el Hard Rock en auge? 
Totalmente de acuerdo. Ahora se vuelven a hacer grandes shows, se vuelve a tener un interés creciente en este estilo, vuelven a aparecer las bandas de Hard Rock en las revistas. A finales de los ochenta la gente estaba cansada de las bandas de Hair Metal y AOR, y ahora están cansadas de toda esa mierda del Rap y del R&B (risas)

El Hard Rock ha vuelto con fuerza, la gente necesitaba de nuevo sentir en directo la fuerza de esta música, y ya no creo que sea una moda, las modas cambian, al igual que la gente y la ropa. 



¿Ha sido difícil para vosotros manteneros en vuestro estatus como banda desde vuestros inicios? 
A nosotros nos gustaba lo que hacíamos, aunque tuviésemos que ir un poco contracorriente, y muchas veces teníamos que sacar discos para sobrevivir y poco más, pero no nos arrepentimos de haber seguido en este estilo hasta ahora. 

“One Team, One Spirit”, uno de vuestros grandes temas, fue escogido como himno de Suiza en los juegos de Atenas, y pienso que esta canción resume a la perfección lo que es GOTTHARD después de tantos años sin apenas cambios de formación y con estabilidad, un equipo. ¿Creéis que GOTTHARD es un equipo? 
El tema original pensaba precisamente en el grupo y fue luego cuando la cogieron para apoyar al equipo olímpico suizo, por eso es verdad que este tema podría definir al grupo como un equipo, porque somos personas que empezamos todos juntos en este mundo, teníamos los mismos objetivos y jugar en un equipo de fútbol o tocar en un grupo de Rock, se puede considerar que son cosas paralelas. 

¿Recordáis en vuestra carrera algún momento como el más especial, el más remarcable, el que recordáis con mayor cariño? 
Hay muchos, en 16 años de historia han ocurrido muchas cosas. Creo que uno importante fue el encuentro con Montserrat Caballé, ella ya había cantado con otros cantantes como Fredy Mercury en la canción de “Barcelona”, y fue un momento muy bonito encontrarnos con ella, que nos enseñara la ciudad... de hecho mantenemos el contacto con ella, aún tengo su número en mi móvil.

Pero a lo largo de todos estos años ha habido muchos momentos inolvidables: la primera grabación, el primer programa de televisión, el primer disco de oro... son muchos momentos especiales, cada día, ver cómo reacciona el público ante nuevas canciones, tocar en nuevos sitios, como por ejemplo ocurrió en España, que pasamos de tocar en una sala pequeña como Caracol a estar delante de 2000 personas en Macumba, ver cómo la gente canta tus canciones lejos de tu casa, es algo realmente especial. Creo que la música da muchos de estos momentos, es lo que nos motiva a seguir adelante.

Es difícil recordar todos los momentos puntuales, específicos. Es como contar chistes, si estás toda la tarde contando chistes y te lo pasas bien, al final no te acabas acordando de ninguno, por eso mismo, porque te has divertido mucho. 

Para ir terminando, un vistazo al presente ¿Estáis al tanto de las nuevas bandas? ¿Hay alguna banda que os haya llamado la atención últimamente? 
Escucho muchas bandas nuevas, algunas son muy buenas, con un sonido moderno que me atrae mucho. Hay muchas interesantes, ahora me vienen a la cabeza MY CHEMICAL ROMANCE, cuyo último disco me parece muy bueno, es moderno, es fresco... no es muy oscuro o negativo como otros grupos que no me gustan, 30 SECONDS TO MARS, también es otro grupo muy bueno... Pero realmente lo que a mi más me gusta son las bandas clásicas. 

Muchas gracias por vuestro tiempo, si queréis añadir algo para los lectores: 
A los fans españoles les podría decir muchas cosas. Uno de mis momentos más especiales fue el concierto de Macumba aquí en Madrid, estar delante de 2000 personas por segunda vez en esta ciudad es muy grande. Les diría que sigan siendo así, porque los españoles sois grandes, es maravilloso tocar delante de gente tan abierta, positiva... estamos muy agradecidos por todo ello. Muchas gracias de verdad.