El "enfant terrible" BIRELI LAGRENE siempre ha tenido que convivir (y por qué no decirlo, se ha aprovechado de ello), con ser el "heredero" de DJANGO REINHARDT. De similares orígenes nacionales y étnicos, Lagrene se forjó un pasado por méritos propios que le permitió acompañar a grandes músicos y firmar con multinacionales, mezclando la herencia del pasado con la fusión más acorde a las ventas comerciales. Con el tiempo su sonido maduró, e incluso profundizó en su timbre a lo Django dedicándole discos al maestro y entrando en ese género francés tan particular que es el manouche.
Sin embargo, poco de todo lo citado hay en este disco grabado para la casa Blue Note y cuyo título "standards" dice mucho de su contenido. Aquí, Lagrene, se limita a revisionar temas manidos y conocidos del repertorio jazzista, cogiendo cosas de Django, por supuesto, pero también de Burrell, Kessell, Montgomery, Christian o Pat Martino, vamos, los grandes nombres de las seis cuerdas. Podría parecer que nos encontramos ante un trabajo "mainstream", de música de fondo, como algunos peyorativamente califican el jazz anclado en la tradición y de formas elegantes. Todo lo contrario.
Lagrene expresa en "Standards" todo su arsenal técnico, pero también sentimental. Cada corte es un culto al buen gusto, con un sonido cálido, envolvente y evocador, lejos de los fuegos de artificio de sus obras más producidas, o de la tradición copista de sus discos "tributo". Las composiciones son un mero vehículo para la paz y la inspiración, para ofrecernos a un guitarrista que toca con las manos movido por el corazón. Si alguna vez todo músico de Jazz "debe" grabar temas del repertorio clásico para exponer sus propios sentimientos e influencias, Lagrene lo consigue con matrícula de honor en este disco. Una gozada.
Sin embargo, poco de todo lo citado hay en este disco grabado para la casa Blue Note y cuyo título "standards" dice mucho de su contenido. Aquí, Lagrene, se limita a revisionar temas manidos y conocidos del repertorio jazzista, cogiendo cosas de Django, por supuesto, pero también de Burrell, Kessell, Montgomery, Christian o Pat Martino, vamos, los grandes nombres de las seis cuerdas. Podría parecer que nos encontramos ante un trabajo "mainstream", de música de fondo, como algunos peyorativamente califican el jazz anclado en la tradición y de formas elegantes. Todo lo contrario.
Lagrene expresa en "Standards" todo su arsenal técnico, pero también sentimental. Cada corte es un culto al buen gusto, con un sonido cálido, envolvente y evocador, lejos de los fuegos de artificio de sus obras más producidas, o de la tradición copista de sus discos "tributo". Las composiciones son un mero vehículo para la paz y la inspiración, para ofrecernos a un guitarrista que toca con las manos movido por el corazón. Si alguna vez todo músico de Jazz "debe" grabar temas del repertorio clásico para exponer sus propios sentimientos e influencias, Lagrene lo consigue con matrícula de honor en este disco. Una gozada.
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