Leyendo los créditos de "Live At The Creek" uno podría pensar que se encuentra ante el enésimo experimento discográfico para sacarle los cuartos a los amantes de determinados artistas. En este caso Stanley Clarke, Billy Cobham, Larry Carlton y compañía serían los cabezas y el disco una cita en directo con temas firmados por sus componentes que no pasaría de "mera curiosidad" sino fuera porque, como excepción a la regla, aquí estamos ante un momento de máxima inspiración por parte de este quinteto.
Con un repertorio que combina algunos temas originales (obviamente de la pluma de Clarke y Cobham) con algunos estandards (desde Charles Mingus a, cómo no, Miles Davis), este disco muestra lo mejor del Jazz Fusión, o de una forma más adecuada, del Jazz "electrificado", porque aquí hay más lo primero que lo segundo. Siendo los puntos culminantes las dos composiciones más conocidas de Cobham y Clarke, es decir, "Stratus" y "School Days", compartiendo protagonismo con una desigual en el apartado improvisatorio "All Blues" y una genial "Goodbye Pork Pie Hat", este disco es toda una orgía musical de principio a fin.
Con un sonido honesto y cargado de sentimiento, pasando los cinco minutos de rigor para aclimatarse, uno parece encontrarse inmerso en el concierto sin más que cerrar los ojos. Así de espontáneo y natural suena todo. Si a lo anterior añadimos interpretaciones solventes e incluso arriesgadas en ciertos momentos, al final sentimos la necesidad de seguir con repetidas escuchas, siendo reticentes a creer que el disco ha llegado a su fin.
Lo dicho, un quinteto de "estrellas" que halla la horma de su zapato para expresarse a gusto y hacer partícipe a todo oyente que se disponga a escucharles de su entusiasmo y compenetración.
Con un repertorio que combina algunos temas originales (obviamente de la pluma de Clarke y Cobham) con algunos estandards (desde Charles Mingus a, cómo no, Miles Davis), este disco muestra lo mejor del Jazz Fusión, o de una forma más adecuada, del Jazz "electrificado", porque aquí hay más lo primero que lo segundo. Siendo los puntos culminantes las dos composiciones más conocidas de Cobham y Clarke, es decir, "Stratus" y "School Days", compartiendo protagonismo con una desigual en el apartado improvisatorio "All Blues" y una genial "Goodbye Pork Pie Hat", este disco es toda una orgía musical de principio a fin.
Con un sonido honesto y cargado de sentimiento, pasando los cinco minutos de rigor para aclimatarse, uno parece encontrarse inmerso en el concierto sin más que cerrar los ojos. Así de espontáneo y natural suena todo. Si a lo anterior añadimos interpretaciones solventes e incluso arriesgadas en ciertos momentos, al final sentimos la necesidad de seguir con repetidas escuchas, siendo reticentes a creer que el disco ha llegado a su fin.
Lo dicho, un quinteto de "estrellas" que halla la horma de su zapato para expresarse a gusto y hacer partícipe a todo oyente que se disponga a escucharles de su entusiasmo y compenetración.
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