El inicio del mes de noviembre de 2007 será una fecha que nunca olvidaré. TESLA siempre fue un grupo por el que sentí un apego especial. Aunque no eran muy prolíficos y sufrieron como TYKETTO las inclemencias del cambio de moda en el negocio musical, todos los discos del grupo de Sacramento son buenísimos, incluyendo el que hasta el momento es su última obra en estudio, “Into The Now”, con un sonido renovado y que a la postre, fue mi estreno con la banda hace ya cuatro años (me enganché tarde al grupo, pero desde entonces me he convertido en un fan acérrimo). Sin embargo hubo un antes y un después para mí en el mes y el año que acabo de citar. TESLA venían después de quince años a España, todavía estando presente en las retinas de algunos miembros de la vieja guardia, la mala experiencia para el grupo de Barcelona en los albores de los noventa. La expectación fue grande y la sala madrileña Macumba puso el cártel de no hay billetes, pero nadie podía sospechar el acontecimiento al que íbamos a asistir. Sinceramente, y siendo subjetivo pero también objetivo porque mi opinión fue ratificada por varios de los allí presentes, el concierto que vivimos ese día fue único. No exagero si digo que está entre los mejores de mi vida, sólo superado por mi estreno en el mundo de los directos cuando tenía doce años, y más por cariño particular de tal pérdida de la virginidad conciertil que por el hecho de que supere la calidad de lo vivido con TESLA.
¿A qué viene esto? Pues a que desde entonces mi necesidad por escribir estas líneas sobre TESLA, y rendir merecido tributo a este grupo demasiado “feo” para triunfar entre las bandas de Hair Metal o Hard Rock de los ochenta y demasiado “duro” para sobrevivir al envite del Grunge de los noventa, creció por momentos. Al hecho de tener una trayectoria impecable aunque no muy extensa, había que añadir la gran capacidad de este grupo para hacernos disfrutar sobre las tablas con la misma fuerza que en sus inicios, y en el caso particular del gran vocalista Jeff Keith, demostrando que sigue siendo un chaval. En resumen, el grupo perfecto y encima con éxito en su momento, pero siempre por debajo de la calidad que atesoraban. Dejando a un lado “Into The Now” y sus recientes discos de versiones, “Real To Reel”, TESLA creció disco a disco y sin ningún punto flaco: además de este prometedor debut, que resiste el paso del tiempo como ninguno, las mieles del éxito vinieron de la mano de “The Great Radio Controversy” y “Psychotic Supper”, dos discos con grandes temas como “Love Song” (su megahit por excelencia) o “Paradise”, y tuvieron su continuidad en lo que a calidad se refiere, pero ya sin el reflejo necesario de las ventas en “Bust A Nut”, otro disco para el recuerdo. A esto había que añadir directos de la talla de “Five Man Acoustical Jam”, para muchos el mejor disco “desenchufado” de la historia, y hasta su retorno, para muchos un disco menor, hay que considerarlo un trabajo a la altura de las circunstancias teniendo en cuenta la época que corre.
Así pues, la carrera discográfica del grupo de Sacramento no tiene desperdicio, y qué mejor manera que rendirle tributo con un disco de estreno para el grupo que resume todo lo que darían de sí: Hard Rock, momentos intimistas y mucho aire setentero en todas sus composiciones. “Mechanical Resonance” abría el camino y ya encumbraba a TESLA como un nombre propio que aunque nacía en la misma época, se separaba del sonido del momento que tenía en bandas como MÖTLEY CRÜE o POISON referentes fundamentales. Pero lo más curioso de todo el proceso de gestación de “Mechanical Resonance” fue que nació cuando TESLA como tal aún no existía. El nombre del grupo por aquel entonces era CITY KIDD y fue la discográfica la que aconsejó al quinteto que se cambiaran su denominación, y para ello les propusieron a estos jovenzuelos el nombre de TESLA, en honor al inventor Nikola Tesla, conocido entre otras cosas por sus experimentos con la corriente alterna, el cual tuvo más de un desencuentro con el señor Edison, y que sirvió a TESLA como temática de sus portadas y de unos cuantos temas de su trayectoria. Ya estaba el disco preparado y con el nombre adecuado ya sólo faltaba ver la reacción ante “Mechanical Resonance”: y el resultado no pudo ser más reconfortante, secundándose con buenas ventas y consiguiendo que temas como “Changes”, “Cumin´ Atcha Live”, “Little Suzi”, “Modern Day Cowboy” o “Getting´ Better” se convirtieran en clásicos para el grupo.
No había que preguntar las fuentes de las que bebían Keith, Skeoch, Hannon, Wheat y Luccketta: LED ZEPPELIN, un poquito del minimalismo y efectismo de AC/DC (algo que se ve claro en “Getting´ Better” y “Rock Me To The Top”) y grandes dosis de elementos setenteros. Todo ello pasado por la túrmix de buenos estribillos, con la voz macarrilla y casi rota de Keith (el cual un día de estos se va a partir de lo delgadito que está) y un juego de guitarras que ya quisieran otros, capaces de desarrollos largos y grandísimos solos que generan excitación en cualquiera con sangre en sus venas. Posteriormente se centraron un poco más en la accesibilidad, pero la raíz clásica del sonido del grupo les acompañaría en todos sus discos, menos en el caso de su retorno “Into The Now”, más adaptado a los tiempos que corren. Pero lo mejor de TESLA es que cada uno que los escuche puede sacar hits personales, porque todos los temas compuestos por el grupo tienen algo que los convierte en redondos, adictivos y pegadizos. Hasta el enigmático final con el que cierran “Mechanical Resonance”, un corte oscuro y que acaba abruptamente, “Before My Eyes”, tiene un gran poder de atracción e hipnotismo. Y es que además de grandísimos intérpretes, TESLA es un grupo que sabe componer muy bien, sin llegar a ser una sucesión de temas típicos y marcados por un patrón de accesibilidad constante, con estructuras y desarrollos bastante largos para este estilo de música, pero siempre con la frescura necesaria para gustar a un amplísimo público.
Concretando un poco más, partimos el viaje por las resonancias electromagnéticas con “Ez Come Ez Go”, cuya introducción rítmica se quedará grabada desde el primer momento gracias al poderío de Wheat y Luccketta. Un tema agresivo y con un estribillo difícil de olvidar, pero para ejemplificar lo que decía en el párrafo pretérito, con una estructura variada y atípica que es digna de alabanza. Todavía envueltos en la sensación de excitación inicial, llega uno de los “temazos” del trabajo, “Cumin´ Atcha Live”, un tema vibrante, totalmente setentero, tirando de ritmos veloces y rockeros y con uno de los mejores trabajos de Skeoch y Hannon en los solos (realmente orgásmicos). Brutal en disco y también en directo. Pero no todo se queda ahí, porque ya asoma la cabeza la rítmica y cargada de groove “Getting´ Better” uno de los hits del disco. Comenzando como un tema baladesco, pronto TESLA vuelve a adoptar su pose rockera y a lanzar guitarrazos simples y adictivos al aire. “2 Late 4 Love”, quizás sea de las más estándares en lo que a tema de Hard Rock americano se refiere, pero incluso así el grado de convencimiento de TESLA a la hora de ejecutarlo es tal, que nos vuelve a sorprender, al igual que en la sencillez grabada a fuego en nuestros cerebros de “Rock Me To The Top”, un tema que está destinado para el directo desde su nacimiento y que es de los más simples pero efectivos del redondo.
Le toca el turno a “We´re No Good Toguether”, un tema que pasa por todos los pasajes, siempre con la melancolía y la oscuridad como elemento principal hasta su explosivo final, y en donde Hannon aporta un punto de atmósfera extra. Para mi gusto el tema está un poco por debajo de “Changes”, al que se puede asemejar en estructura y elementos, pero aún así sigue manteniendo el nivel muy alto, teniendo en cuenta que para mí “Changes” (cuya introducción al piano lo hace inconfundible), es de lo mejorcito si no lo mejor del trabajo, progresivo, con tensión in crescendo y un trabajo de Keith impecable, de los momentos más intensos y personales del disco. Entre medias de ambos otro punto culminante en lo que a éxito se refiere, “Modern Day Cowboy”, nuevamente dentro de la lista de hits del trabajo, y eso que no es un tema corto precisamente. El aire macarra vuelve al grupo y también la variedad en las voces de Keith, ejecutando otro de sus mejores trabajos, al igual que la labor solista de Skeoch y Hannon. En su momento fue la canción usada para promocionar a la banda en la MTV , no sin bastante empeño por parte del grupo que veía que se le escapaban las mieles potenciales del éxito por no tener la estética adecuada. Afortunadamente TESLA es ante todo una banda de canciones, y para no cesar en el incremento de esta lista que acabo de mencionar, tras “Changes”, otra de las grandes, “Little Suzi”, vuelve a recordarnos que TESLA es tan versátil en los temas más extensos e intensos como en los sencillos y directos a nuestros cerebros, en este caso con predominancia de acústicas.
Para el final me dejo “Love Me” y “Cover Queen”, últimos temas de “Mechanical Resonance” antes del ya citado “Before My Eyes”. El primero de ellos, “Love Me”, vuelve a tirar de guitarras certeras y bastante simples, una rítmica estática pero pegadiza, y una estructura accesible con cierto apego por el Blues Rock, siendo Keith el auténtico protagonista gracias a las inflexiones que adopta, al feeling de su voz y al impecable acompañamiento en los coros, haciendo que se quede la línea vocal del tema a la primera. Por su parte, “Cover Queen” se desmarca con un sonido poderoso y unas guitarras endurecidas, para que no se diga que TESLA era otra banda de Hair Metal más, y cierto aire ácido en los efectos rítmicos que será difícil quitarnos de la cabeza, aunque lo mejor para mi gusto está en su gran final, demostrando una vez más el sobresaliente trabajo instrumental de las seis cuerdas con que cuenta el grupo. El hecho de que estos dos cortes rítmicos y accesibles, muy continuistas el uno del otro, se sucedan por la oscuridad y la melancolía de “Before My Eyes” es muestra de la gran personalidad del grupo, que lejos de estancarse en lo fácil, supo tener su propia voz, como bien demostró en “Mechanical Resonance”.
Aunque TESLA no nació en una época equivocada, su trayectoria particular les hizo estar en medio de los cambios. Aún pudieron recoger buenos frutos, pero al contrario que otros coetáneos no tuvieron un momento de explosión seguido de la nada. Quizás esto les hiciera sobrevivir en el cambio de década aunque fuera por poco tiempo. Desde su retorno, para nada mediático, pero sí muy celebrado por los fans, TESLA ha vuelto a recuperar su estatus gracias a la calidad intrínseca del grupo. Ya no estamos en la vorágine de los ochenta, ahora al público se le encandila de otras maneras y en esto TESLA también tiene un punto fuerte como he comentado por mi experiencia en noviembre del año pasado. “Mechanical Resonance” fue la primera piedra que elevó este edificio de sólidos cimientos, y viendo el pacto con el diablo que ha firmado la banda, parece que, poco a poco, se sigue elevando el número de plantas de la casa. Seguro que pronto alcanzarán la cota de rascacielos, porque materia prima tenían, tienen y tendrán de sobra. Hasta entonces habrá que seguir celebrando sus clásicos, esperando nuevos lanzamientos y, sobre todo, cruzando los dedos para que sigan viniendo a tocar todas las veces que quieran. ¡Qué grande es TESLA!
(Crítica también publicada en: http://www.rocktotal.com/)
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