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un disco de versiones nunca es fácil, y más si la selección de canciones se
mueve por géneros dispares como ocurre en este último trabajo de los holandeses
DISCIPLINE, toda una declaración de intenciones desde su título, “Old Pride,
New Glory”. El quinteto de Eindhoven es uno de los nombres mejor establecidos
en la escena del Hardcore más callejero y punkarra, y después de más de quince
años de historia y un gran número de grabaciones a sus espaldas, han decidido
recopilar todas las versiones que han hecho a lo largo de su historia y grabar
otra docena de ellas y ofrecer así su particular visión de los héroes a los que
deben sus influencias, héroes que van desde el Punk y el Oi, hasta el Metal, el
Hardcore de Nueva York y alguna que otra sorpresa de Rock en sentido estricto.
Dos discos que recogen treinta versiones en casi hora y media de música y que
servirá para descubrir a grupos, deleitarse con algunos temas muy conseguidos y
en general pasar el rato de grata manera, aunque tampoco sean muy arriesgados
en su forma de afrontar las versiones.
DISCIPLINE
optan por calcar instrumentalmente hablando cada uno de los temas, dejando el
punto de personalidad a la agresividad innata de su ejecución y a su propio
sonido. Ni los temas de Punk dejan de ser Punk, ni los de Metal dejan de ser
Metal, ni los de Hardcore dejan de ser Hardcore, pero a lo largo de las treinta
versiones que se recogen en “Old Pride, New Glory” el sonido se mantiene
anclado férreamente en la intensidad de la rítmica y la agresividad de la voz.
Esto permite comprobar que, efectivamente, los temas escogidos lo han sido
porque son influencia directa en el sonido del grupo, porque se adaptan muy
bien a la forma de tocar de DISCIPLINE. El punto de genialidad o no, viene dado
por el grado de excitación lograda en la ejecución de cada tema. En mi opinión,
este doble trabajo está claramente diferenciado. El primer CD, el “nuevo”
propiamente dicho, que recoge doce versiones grabadas en este 2008, es el más
inspirado. En él han escogido temas conocidos y un gran número de temas
“secundarios” y hasta de grupos menores, pero tiene variedad y coherencia al
mismo tiempo con el sonido del grupo. Si el lanzamiento se formara sólo por
este disco estaría hablando de un trabajo con una puntuación más alta, incluso
partiendo de la base de que estamos ante un disco de versiones.
¿Cuál
es el problema?, el segundo disco. En él se recopilan dieciocho canciones que
salvo excepciones (“One Of The Boys” y “Nice Boys Don´t Play R ´n R”, ambas de
ROSE TATTOO y el “When I´m Dacing...” de SLADE) se centran más en el Punk y el
Hardcore tradicional, en sus diferentes facetas (más o menos melódico). Esto
genera una variedad menor, debido fundamentalmente al hecho de que estos temas
eran bonus tracks de discos previos y trabajos menores. Aún así, la versión del
“Astro Zombies” de los MISFITS, el “Hang Up Your Boots” de SLAPSHOT y la
tarareable “Prison Bound” de SOCIAL DISTORTION configuran, junto a las ya
citadas canciones de ROSE TATTOO, un buen menú de versiones. El resto, se dejan
escuchar, pero se acaban haciendo algo monótonas. En cualquier caso, si nos
quedamos con los doce grandes temas del primer disco y estos cinco del segundo,
conformaremos un buen trabajo que divertirá a los aficionados a la música más
orgánica y directa, sea cual sea la etiqueta a través de la cual se venda.
Dicho
todo esto, es difícil no reaccionar ante los temas del primer CD: “Stand”, de
MOTÖRHEAD, siendo sorprendente su elección, y que el propio grupo reconoce que
escogieron porque no querían tocar un tema muy trillado, es la escogida para
abrir boca con puro Rock And Roll pasado por la batidora de Lemmy. Enlazando
directamente con las influencias hardcoretas de DISCIPLINE, cómo no, “Power” de
AGNOSTIC FRONT y “Don´t Forget The Struggle” de WARZONE son brutales, al igual
que, dentro de su carácter más Crossover, la versión del “Show You No Mercy” de
CRO MAGS. En el lado más Punk y Oi, “I Wanna Live” de los RAMONES, quizás no
siendo un tema muy representativo de la carrera del grupo seminal, es una de
las más atractivas, dejando en un plano algo más secundario a “My World” de THE
CRACK y “One Law For Them” de 4 SKINS, así como el sencillo y adictivo
“Delirious” de unos desconocidos para mi HEAVY METAL KIDS. Hasta aquí
estaríamos ante las influencias directas de las que bebería DISCIPLINE. El
resto lo conforman canciones mucho más conocidas y a priori alejadas del estilo
del grupo holandés, pero que como ellos mismos explican, forman parte de su
historia: destaca sobremanera la macarra “We´re Not Gonna Take It” de TWISTED
SISTER, temazo donde los haya y al que logran dotar de una ingenuidad y fuerza
mayor de lo esperado, y también el “Cum On Feel The Noizz” de SLADE, que tanto
popularizara en el mundo metálico QUIET RIOT con su versión.
Me dejo para el final la mejor y la peor para mi gusto. Empezando por la
segunda, el tema que creo que menos han sabido adaptar a su estilo es el “Rebel
Yell” de BILLY IDOL. Quizás sea que la original es muy conocida, pero no logro
verle el gancho a la revisión que llevan a cabo DISCIPLINE. En cuanto al mejor
tema, dejo el galardón para “Going To The Run” de sus compatriotas GOLDEN
EARRING, una especie de balada que han sabido adaptar a la perfección en mi
opinión, ganando en intensidad según pasan los minutos. En definitiva, para
todos aquellos que quieran escuchar un puñado de temas que abarcan un gran
número de sonidos, pero todos facturados de una forma directa y sin florituras,
“Old Pride, New Glory” será un lanzamiento entretenido que, quién sabe, a lo
mejor consigue ganar nuevos fans para DISCIPLINE. Sin llegar a ser un disco
imprescindible, llega más lejos que a la categoría de mera curiosidad.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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